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Cuarenta y dos

—No me gusta la miel —comento Eun-ji con una mueca.

Hoseok frunció las cejas, ¿Cómo era posible que le gustaran los dulces pero no la miel? Tomó la cuchara y comió una buena cantidad de la ensalada de fruta. Un pequeño refrigerio qué le invito a la joven mientras su hermano regresaba con la comida que él mismo se ofreció a comprar.

—Apenas se siente el sabor de la miel, vamos prueba un poco. Te aseguro que te gustará —hablo con la boca medio llena. Hoseok acercó la cuchara a la boca de Eun-ji—. Aquí viene el avión.

Eso logró sacarle una sonrisa a Eun-ji. Tardo un poco en comerlo, ya que Hoseok se había llevado la cuchara a la boca y eso la ponía un poco incómoda, aun así recibió el dulce sabor de la fruta en su boca. Ya podía comer sin hacer muecas y su estómago ya no se revolvía. La medicina estaba funcionando, quizás cuatro o cinco días más y ya estaría por completo curada. Eso le dijeron los doctores.

Comió el resto de la ensalada sin pronunciar más palabras. Hoseok pudo notar como su semblante se veía decaído, parecía estar absorta en pensamientos preocupantes.

—¿Está todo bien? ¿Te sientes mal?

Eun-ji tardo en responder.

—No es nada malo. Solo pensaba en lo que el doctor me lleva diciendo desde hace tiempo.

Se refería a tomar terapia. Le reiteraron muchas veces que sería bueno para ella ir con psicólogo. Sería una ayuda extra en su proceso de superar el trauma y también a que desaparecieran las pesadillas, las cuales creyó que solo durarían una noche, la noche en la que aquel hombre la lastimo.

—En cuanto salga del hospital comenzaré con las terapias. Quizás mi hermano me pueda acompañar, a él también le haría bien.

—Me gusta esa idea, y… —Rasco su nuca con algo de nervios—. Estaba pensando... Me gustaría presentarte a mis amigos, estoy seguro de que te agradarán ¿Tal vez podemos comer algo todos juntos?

Aunque en realidad ellos no dejaban de insistir en conocer a su “novia.”  La que más insistía era Seulgui, quien incluso llego a amenazar con visitar a la chica de sorpresa en el hospital si él no se las presentaba de forma oficial.

—Aunque te advierto que son un poco… Raros. Sobre todo Seulgui, ella es muy escandalosa. Yoongi es mi más cercano y mejor amigo, pero a veces suele ser seco y más frío qué un témpano de hielo. Jin y Nam son los más normales. —Dibujo comillas en el aire—. Y te harán un interrogatorio como el que tu hermano me hizo a mí.

Eun-ji sonrió ante el recuerdo.

A pesar de como Hoseok los describía a ella le dio la impresión de que sería gente maravillosa.

—Me encantaría conocerlos. También me gustaría ir a un salón de belleza.

—¿Y eso?

—Me veo horrible. —Sus labios se torcieron en una mueca de desagradado—. Mi cabello está muy seco y pareciera que mi cara ha envejecido muchos años. Necesitó qué me ayuden a arreglar todo eso.

—¡Hey! No digas esas cosas de ti.

—Pero…

—Tú ya eres bonita, solo estás enferma y eso apago un poquito tu brillo, más no eres fea ni mucho menos todas esas cosas que dijiste de ti —hablo con firmeza.

—¿De verdad?

—Claro —tomo un mechón del cabello de Eun-ji y jugo con él entre sus dedos —. Y cuándo por fin estés sana, lo serás mucho más.

Dicho eso, deposito un suave beso en la frente de la joven que la hizo sonreír. Hoseok se alejó solo un poco, y ambos pares de ojos se conectaron por largo rato.

Eun-ji pensó en lo afortunada qué era de tener a alguien como Hoseok, tan atento y protector. Mientras el chico admiraba la sonrisa de ella como si fuera una auténtica obra de arte.

Ninguno de los dos imagino llegar a encontrar a una persona que los hiciera sentir tan plenos y queridos. Era la primera vez que ambos sentían algo tan fuerte como aquello, y ninguno pretendía soltar aquello ni mucho menos seguir negándo el sentimiento tan fuerte que sentían mutuamente.

Hoseok volvió a acercarse y deposito un beso en los dos lunares que lo tenían cautivado desde la primera vez que los vio. Eso hizo temblar a Eun-ji. Después de besar las sienes bajó para hacer lo mismo con ambas mejillas. También beso la punta de su nariz, ella la arrugó porque le hizo cosquillas. Ese gesto le pareció tan tierno a Hoseok que le arrebato una sonrisa.

Después pasó a acariciar la nariz de ella con la de él. Un juego en el que se fundían ambas respiraciones y los hacía sentir muy bien. Esa burbuja en la que ambos se habían sumergido hace días volvió a formarse, y esta vez ambos estaban decididos a no romperla.

El juego duró por largo rato, solo cuando Hoseok se sintió satisfecho, cambió las caricias de su nariz para volver a besar el rostro de Eun-ji. Beso sus ojos, su frente, las mejillas, incluso el mentón, para el final depositar uno que duró más de lo normal en la comisura de sus labios. Eun-ji no pudo evitar suspirar, eso a Hoseok lo hizo desear más y esta vez no se contuvo.

Sus labios se unieron a los de ella con un tierno y cálido beso, uno muy inocente, muy al estilo de Eun-ji. La sensación causó qué el ser de la chica se sacudiera con fuerza. Sus manos comenzaron a temblar en una mezcla de nervios y de una felicidad antes desconocida, aun así se armó de valor y llevo sus temblorosas manos hacía el cuello de Hoseok, acariciándole en el proceso. No había palabras para describir todo lo que su pecho sentía, pero tenía muy claro que le gustaba aquel beso y también el chico de lindos hoyuelos qué le hacía sentir todo eso.

Y para Hoseok era como tener el mundo a sus pies. Era un beso sincero y que le hizo sentir pleno. Y las delicadas caricias que Eun-ji repartía por su cuello le erizaban la piel y lo hacían sentir increíble y hambriento por más ¿Sería malo de su parte el querer retenerla por la eternidad y solo para él?

Entonces Hoseok se puso más atrevido, moviendo un poco sus labios sobre los de la menor en un intento por profundizar más aquella inocente acción.

Eso puso nerviosa a Eun-ji. Abrió sus ojos y dejo de acariciar la piel de Hoseok. Ella no sabía como besar de aquella forma y malos pensamientos inundaron su mente ¿Y si hacía algo mal, algo que le disgustara al chico y que lo obligará a alejarse? ¿Qué pasaba si lo decepcionaba y arruinaba toda aquella linda atmósfera qué se había formado entre ellos?

Agradeció mentalmente cuando escucho la puerta abrirse.

—¡He llegado con la comida!

Ambos se alejaron con una rapidez impresionante. Jungkook se quedó quieto en la entrada. Había notado cierto movimiento extraño de parte de los dos jóvenes. Además, Hoseok parecía enfadado y su hermana no dejaba de jugar con sus manos, y su rostro estaba rojo, incluso su cuello tenía ese color.

—H-hola Jungkook —tartamudeo la chica.

¿Por qué su hermana estaba tan nerviosa? Con las cejas fruncidas hizo un análisis rápido de la situación. Sin embargo, solo sacudio la cabeza y chasqueo la lengua.

—No dire nada.

Después su hermana lo pondría al tanto.

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