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Salvación

Azul

No tenía idea de donde estaba sacando las fuerzas para correr, me había logrado escapar por que el auto no se movia, el celular que traía en el brazo se había caído y aprovechando la reacción de Namjoon abrí la puerta del coche y corri, pero no era mucha mi ventaja escuchaba sus gritos al fondo, en cada paso las piernas me temblaban, mi única ventaja era que la lluvia cortaba un poco la visión en el bosque, el catéter se había caído, pero había logrado tapar la salida de sangre, el pecho me ardía por el aire algo helado, no podía mantener una respiración adecuada, pero lo único que quería era escapar, vi un hueco en un tronco bastante grande, me metí ahí para poder descansar un poco, ya no escuchaba los gritos de Namjoon, ni pisadas, un minuto me mantuve tranquila, escuche unas ramas rompiéndose a lo lejos.

No podía ponerme de nuevo en pie, además de marearme ya en cada movimiento, me temblaban los labios a causa del frio, mis manos ya estaban en el suelo, debía de tranquilizarme, debía vivir, debía ser fuerte. Escuche un ladrido, levante la cabeza del suelo, parpadee un par de veces.

—¿MAX?

Si, era el, se lanzo a mi lamiendo mi rostro, lo abrace tan fuerte como podía.

—Mi muchacho guapo—no podía dejar de llorar, me jalo de la bata para que lo siguiera, pero no me podía mover, lloro al sentirme débil, se hecho mejor a mi lado, el calor de Max me ayudaba un poco con el frio, y me tranquilizaba de cierto modo.

De pronto se levantó y salió corriendo, solo pude estirar la mano al ver como desaparecía frente de mi, unos minutos pasaron y vi una mano asomarse por el hueco del árbol, Max entro antes de ver el rostro dueño de la mano, un rostro conocido, un rostro que extrañaba, su cabello se le pegaba a la cara por la lluvia.

—Pequeña.

Solo estire los brazos como una niña indefensa, me cargo con suma facilidad, rápidamente me aferre a el metiendo mi cabeza entre su cuello.

—Tranquila mi niña, ya estoy aquí.

Una voz dolida pero reconfortante, no llore solo disfrutaba de sus brazos alrededor de mi cuerpo, aunque temblaba no sabia si era por el frio o por el miedo de que fuera un sueño, ¿tal vez mori?, si tenía que ser eso, estaba muerta y este era mi paraíso, que él me encontrara, y me salvara como la primera vez.

Mi demonio

Mi salvador

Estaba tan perdida en el calor de su cuerpo, que perdi la noción del tiempo.

—Nena, debes soltarlo tenemos que checar como estas— gire un poco la cabeza y vi otro rostro familiar.—hola Azul, ¿me dejaras ayudarte?-

Solté el cuello de Jungkook, Jimin me comenzó a vestir con ropa seca, no decía nada, solo miraba como todos se movilizaban a mi alrededor, llego alguien que no conocía acompañado de un doctor me parece, me quedo confirmado cuando comenzó a tomarme signos vitales ver las heridas en mis muñecas, tomar unas muestras de sangre, sentía como si todo lo viera en cámara lenta.

Me acomode en la cama y cerré mis ojos para dormir.

Jk

Aunque no habían llegado los resultados de los análisis de sangre el doctor sabia que estaba con una anemia severa,  me dijo que las heridas en sus muñecas fueron hechas recientemente, que es probable un intento de suicidio, me detestaba tanto, si hubiera llegado a tiempo, si la hubiera encontrado antes...

Ella se había dormido y no había dicho nada desde que la encontré en la casa que rentamos en esta ciudad, Yoongi acomodo todo para hacer una habitación especial para ella, era casi como una habitación de hospital, el doctor lo consiguió Hoseok, en cuanto supe donde estaba les hable a todos para que estuvieran listos para la llegada de mi pequeña.

¿Cómo me disculpaba con ella?, toda su vida ha sido una mierda, y yo solo lo empeore, verla tan delgada, tal golpeada, tan débil hacia que sintiera el corazón pequeño, todo era mi culpa, no me tope con sus captores en el bosque tampoco los busque, en cuanto sus manos se levantaron hacia mi solo quería ponerla a salvo.

—Ya volvió el doctor.

—Gracias Jimin.

Toco mi hombro, me regalo una sonrisa de labios cerrados, y limpio mis mejillas, no lo había notado pero tenía llorando desde que había llegado con ella en brazos, tenía un cigarro en los dedos que no había encendido, solo lo pasaba entre estos mientras me sumergía en la depresión.

—Ya esta aquí, debes de tranquilizarte.

—¿La viste como esta?

—Esta viva.

—Por poco y no.

—Pero lo esta, asi que deja de culparte de todo, vamos a ver que noticias nos tiene el doctor.

Entre con Jimin a mi lado, Azul estaba despierta mirándome con sus enormes ojos apagados, su luz estaba apagada, no brillaba igual, seguía sin decir nada, el doctor le colocaba unas bolsas de sangre junto con suero, sus venas estaban reventadas en ambos brazos, asi que uso el catéter en sus pecho, ni un astibo de dolor se le notaba al ser pinchada de esa manera.

—¿Y bien?

—Como lo pensaba, su anemia es muy grave, aun no entiendo como es que corrio en ese estado, además esta en estado de desnutrición alto, le administre algunos antibióticos para evitar infecciones en las heridas, mas las de los pies, solo me falta una cosa mas.

Saco una especie de bocina con un micrófono.

—¿Para que es eso?

—Verificar el estado del bebe.

—¿BEBE?

Esos bastardos, golpee la pared con fuerza, Azul se estremeció, cubriéndose el rostro con ambas manos, Jimin me sujeto del brazo.

—Controlate, no es su culpa.

—Lo se, ¿Cómo podemos deshacernos de esa cosa?

Azul se cubrió el vientre mirándome empezó a llorar pero no me decía nada, no puedo creer que quiera tener el bastardo de esos malnacidos.

—Jk, no es tu decisión.

—No creo que ella quiera tenerlo.

—Es tuyo—una voz apagada salió de los labios de Azul ¿Mio?, ¿Cómo?

Jimin y Yoongi me miraron esperando mi reacción, Azul sujeto de la mano al doctor, dibujo algo en su mano, a lo que el doctor entendió.

—Nueve, supongo que son el número de semanas que tiene.

—¿Nueve semanas?

De ser asi, el bebe, es mio, es mi bebe, seguí sin reaccionar, Azul solo me miraba cada vez mas triste, se recostó y se cubrió el rostro con el dorso de su mano, el doctor aprovecho y coloco el aparato en el vientre de Azul, un sonido de un tambor pequeño lleno la habitación, un corazón latiendo demasiado rápido, mire el aparato sorprendido, Jimin se tapo la boca pero se veía emocionado, Yoongi me dio un golpe en la nuca sacándome de mi trance

—Reacciona imbécil, ese es tu hijo.

Me acerque a la cama quite la mano de la cara de Azul.

—Perdoname.

Era una mierda verla llorar asi, mas porque parecía que su voz no salia, ella ahora pensaba que me quería deshacer de nuestro bebe, en verdad solo empeoro las cosas.

—¿Tiene algo en la garganta?— Yoongi me robo la pregunta.

—No, al parecer todo esta bien, no soy experto en el tema, pero en estos tipo de casos, el trauma que le genero la situación puede estar relacionado a que no hable, no sabemos que tuvo que pasar— saco una receta y me la entrego —con la bolsa de sangre que le coloque estará bien por lo pronto, pero debe de conseguirle esto, para que ella y el bebe esten sanos, traten de retirarle el catéter con cuidado al terminarse la bolsa de suero y de sangre, debe permanecer en cama por lo menos una semana antes de que la muevan de lugar, Hoseok tiene mi número para cualquier cosa, pero recomiendo que la lleve a hacerse un ultrasonido y se asegure que todo esta bien.

Azul volvió a dormir, Hoseok fue por el medicamento, yo me quedaría en la casa con ella, no saldría para nada, entre menos me expusiera mejor.

—¿Cómo estas?

—Hecho mierda, cada vez crece mas el número de personas que debo proteger, es un fastidio pero es agradable.

—¿Y que haras con los kim?

—Me encargaré después, primero debo concentrarme en la recuperación de mi pequeña, gracias por ayudarme con esto Yoongi.

—Es lo menos que puedo hacer, eres familia, y nunca te había visto asi, lo mejor del caso es que ese bebe tendra el tio mas genial de todos.

—Si, Jimin será genial.

—Cállate mierda.

.............

Ya había pasado una semana desde que la encontré nos movíamos de ciudad, ella seguía sin decir nada y solo dormía, el doctor dijo que es normal por el embarazo y la anemia, además sus vomitos salvajes de las mañanas, estaba comiendo mejor, pero aun no recuperaba su apetito habitual, en ocasiones despertaba empujándome y golpeándome, sus pesadillas eran demasiado vividas para ella y solo ocurrían en las noches, tuve que aprender a dormir medio sentado con ella encima de mis piernas para calmarla un poco.

—Llegamos.

La ayude a bajar del auto, miro el lugar era una cabaña pequeña cerca de un lago, Max corrio por todo el lugar ladrando y moviendo la cola feliz de tener tanto espacio.

—¿Te gusta?

Asintió caminando hacia la cabaña.

—Es temporal, solo en lo que el bebe nace, quiero que estes relajada lo mas que puedas, vendrá el día de hoy un ginecóloga ella iniciara con tu control prenatal, leí demasiado estos días acerca de todas esas cosas.

Se me acerco y beso mi mejilla, era el primer beso que me daba desde que la encontré, pero aun no permitía que la besara en los labios, se alejaba con algo de terror, el único contacto que tenía con ella de manera directa era cuando dormía en mis piernas, pero ella se acomodaba yo no la tocaba para nada, no se de donde esta saliendo tanta paciencia.

Azul era ahora como un cordero asustado, los ruidos fuertes la estremecían, mi tacto en ocasiones la asustaba, y sus pesadillas que la perseguían.

Ella se instalo a su ritmo en la habitación, pico solo un poco la comida antes de irse a dormir de nuevo, sali un rato a jugar con Max y su pelota.

—¿Tambien estas preocupado?

Me miraba de lado, jadeando y poco como si entendiera lo que le estoy diciendo.

—Creo que solo seremos tu y yo por el momento bestia, ella le tomara tiempo ser la de antes, o al menos espero que asi sea—Lance de nuevo la pelota—me volveré loco solo hablando con el perro.

—Puede que ya lo este, ontal vez no, hablar con tus mascotas, es algo muy sano.

Gire deprisa me tope con lo que espero sea la ginecóloga, no dije nada solo la examine de pies a cabeza, no tenía aspecto de ser doctora.

—¿Quién demonios eres?

— Disculpe, soy Elizabeth Smith, soy la ginecóloga que le recomendó Hoseok, supongo que usted es el señor ¿Jeon?

—Dime jk.

—Muy bien señor Jk, ¿Dónde esta mi paciente?

Le hice señas para que me siguiera, venia vestida con pantalones de cuero y camisa ajustada, cabello corto rojo y un septum, traía una maleta grande, es la doctora mas extraña.

—No se ofenda pero no tiene apariencia de ser Doctora.

—Me puedo colocar la bata si gusta, no suelo hacerlo para visitas a domicilio.

—¿La bata da el toque?

—Es como mi uniforme de Sailor Scout, esconde mi apariencia Punk.

—Esta bien siento el comentario.

—Descuida es normal, tu si tienes apariencia de matón.

—Hoseok es un lengua larga.

La ginecóloga se carcajeo.

—Él no me dijo nada, pero supongo que acerté.

Entramos con Azul encendí las luces del cuarto, hizo una mueca y se tallo los ojos, despertó al instante, miro a Elizabeth y después en mi dirección.

—Ella es mi mujer Azul, Azul ella será tu ginecóloga a partir de ahora.

—Un placer lindura, vamos a revisar a tu nene.

Saco algunas cosas de la maleta entre ellas un pequeño monitor.

—Me comentaron tu pequeño problema, asi que por el momento no haré preguntas complicadas, son solo para que asientas o niegues con la cabeza ¿correcto?- asintió —perfecto, tu última menstruación ¿fue en septiembre?— asintió —¿puedes decirme el número con tu deditos? —hizo el número siete —buena niña.

Siguió con las preguntas de respuestas monosilábicas, lleno una hoja con los datos, y después le pidió descubrirse el vientre.

—Lindo tatuaje—le señalo su cuervo, su vientre ya no era totalmente plano, se curvaba ligeramente era casi imperceptible pero ahí estaba mi bebe —bien sentirás poquito frio— coloco un gel y acerco el aparato con el monitor, en la pantalla se pudo ver una especie de renacuajo seguido del sonido del tambor— aquí esta tu bebe, por el tamaño y tu última fecha de menstruación concuerda con diez semanas casi once.

Se quedo en silencio por un momento pero luego continuo con ella, terminada la revisión la acompañe a la salida.

—Todo parece normal, me preocupa un poco el liquido amniótico, se ve algo escaso, que siga sin hacer movimientos bruscos, en un mes mas revisaré si necesitara tratamiento para eso, esperemos que no, pero por lo pronto, todo va bien, le di algo para las nauseas, y que no se le olviden sus vitaminas, cualquier cosa, aquí esta mi numero —me entrega una tarjeta —puede llamarme a la hora que sea.

—Gracias.

—No se preocupe, bien lo vere en un mes, y deje de hablarle al perro, puede que un día de estos le conteste y sabrá que estará loco por completo- me sonrio y se fue.

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