
☪ Capítulo 21: Líneas negras ☪
Música. Jimin había extrañado mucho la música, así que cuando tuvo el reproductor en frente no pensó dos veces antes de encenderlo. Una canción noventera que probablemente había salido en una película romanticona de la tv comenzó a sonar, haciéndolo dar pequeños saltitos por la sala y menea las caderas sin ritmo, solo disfrutando de la música.
El ventanal de la sala daba directamente al cielo, después de todo, mientras más alto estabas, mejor era la privacidad, o eso fue lo que pensó cuando pudo comprar el apartamento en ese agradable conjunto de edificios.
Sus pantuflas de ayudaban a deslizarse por el suelo de madera cuando un anticuado vals sonó, sabía que no era buena idea poner la música de Taehyung en el mismo pendrive que la suya. Se vio sorprendido por una mano en su cintura y otra sujetando la suya en su hombre, el moreno frente a él le dedicaba una gran sonrisa mientras se unía a su baile, dando vueltas sobre sí mismos y soltando risas entretenidas.
—¿Te fue bien? —preguntó, sin realmente esperar una respuesta—. No te escuché entrar.
—No me sorprende, has estado en las nubes últimamente.
—Solo estoy muy feliz.
—¿Ah sí?
—Sí —atrapó la cara del menor entre sus manos y lo atrajo a sus labios—. Porque te tengo a ti —dio un casto beso y continuó—. Y esta casa —otro más—. Y a los hyungs —dio el que pareció ser el último—. Y te amo tanto.
Taehyung acarició su cabello, permitiendo que se apoyara en su pecho y bailar más lento al compás de la música.
—¿Sabes? Aún la tengo —murmuró.
—¿La qué?
—La marca —respondió.
El alfa se apartó como si el toque de su pareja le hubiese quemado. Jimin estaba confundido frente suyo, con los dedos temblorosos y las lágrimas amenazantes. Las manos bronceadas del contrario rompieron las costuras de su camisa, haciendo que los botones salieran volando y la piel fuera expuesta ante él.
Se estremeció cuando los dedos del contrario delineaban la marca. Líneas negras que se torcían y conectaban con otras, raíces de árbol que navegaban por la piel del más bajo, moviéndose bajo la caricia de Taehyung.
Y lo miró con miedo—. Esta marca no es mía.
—¿Qué?
Jimin abrió los ojos cuando sintió la superficie bajo él moverse un poco, encontrándose con los ojos grises del alfa. Su alfa.
—¿Te desperté? Lo siento —el sonido de su voz sonó acuosa conforme despertaba, se sentía mareado y pesado. Taehyung estaba arrodillado a su lado, con un paño húmedo en las manos y un cuenco con agua en la otra. Intentó pararse siendo detenido rápidamente por el menor—. Wow, espera, necesitas descansar, fui un animal contigo y tuviste fiebre a media noche.
Aún con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados por la leve luz de la lámpara ahora llena de aceite, le sonrió—. No digas eso.
—Jimin, por favor —se notaba el enojo en su voz. Estaba molesto consigo mismo por no haber podido controlar su celo alrededor de Jimin, tampoco estaba seguro si lo que pasó era lo que tenía que pasar, él no era un omega, sin importar si tenía el pecho pequeño de uno, o la cintura estrecha, las piernas delgadas o incluso la falta de vello; no lo era—. Hice algo que nunca debí haber hecho.
—Duele que digas eso —dijo, tapándose los ojos con una mano—. A mí me gustó, fuiste lindo.
—No era yo —la mentira salió demasiado fácil, pero ambos eran igual de malos mintiendo—. Te hice daño.
—Taehyung —Jimin ignoró la incomodidad al sentarse y tomó su mano, haciendo que soltase el pañuelo—. Tu no me hiciste daño, Tae, fuiste dulce, ojalá pudieras haberte visto —vio cómo su mandíbula se tensaba—. ¿Me golpeaste?
—No, sabes que nun-
—¿Intentaste matarme?
—Jim-
—¿Mataste a mis padres? ¿Amenazaste a mi hermano? ¿Me pusiste una deuda que sabías que no podía pagar? ¿Mandaste a que me secuestraran? —Taehyung no entendía por qué preguntaba aquello ¿De dónde venía eso? —. Ya me han lastimado antes, Tae, y no fuiste tú —no supo cómo pudo preguntar todo aquello sin que le fallara la voz, tal vez era porque él le hacía sentir seguro—. ¿Lo recuerdas? Yo estaba tan nervioso y asustado, te pregunté qué hacías y me dijiste... amándote... ¿Y aun así dices que no fuiste tú?
—Lo siento —el alfa lo cubrió con sus brazos—. Lo siento tanto, pude haberte roto, anoche ardías en fiebre y yo me sentía tan culpable.
Jimin ahora entendía como se sentía Yoongi con respecto al alfa. Podía verse intimidante y fuerte, pero en realidad era alguien dulce. No le importó con quien se haya acostado la noche anterior, seguía siendo Taehyung, viéndolo por donde lo viese.
Besó su cuello, pasando por su mandíbula y dando uno final en la comisura de sus labios. Su piel canela tenía una esencia que no recordaba que tuviese antes, más dulce e incluso de mayor intensidad. ¿Así olía el amor?
Para cuando Jimin empezó a sentirse mejor, ya la luz se colaba por las rendijas del ventanal de madera. Su estómago literalmente grupo con Taehyung apoyado en su pecho. Solo se había quedado juntos desde ese rato, el beta ido con la fiebre comenzando a bajar y el alfa pensando en todas las preguntas retoricas que le hizo. Alguien había matado a sus padres, alguien le había causado aquellas heridas con las que llegó... ¿Quién fue?
—Iré a por tu desayuno —comunicó, dando una suave caricia a su hombro con la mejilla.
—Te acompa-
—No —su respuesta fue contundente, pero a pesar de lo sería que fue Jimin no soltó la sonrisa en ningún momento—. Debes descansar.
No lo escucharía y ambos lo sabía. El beta le dio el tiempo suficiente para que bajase por las escaleras antes de escaparse de la cama. Sus piernas temblaron cuando toco la fría madera, su cadera estaba tensada y le costaba moverse, debió de haberle hecho caso, pero ya estaba saliendo de la habitación para cuando lo pensó. Un poco de caminata sería suficiente para se sintiese como nuevo. Recogió los pantalones que tenía más cerca sin importarle si realmente eran los suyos, pero de igual manera noto que eran de Taehyung cuando las botas de estos colgaron bajo su talón, obligándole a agacharse para doblarlas o tendría una hermosa caída en cualquier momento.
Incluso desde la entrada del cuarto pudo escuchar el golpeteo de la puerta en la entrada, pensó en que era Yoongi, después de todo el día anterior no regresó a casa antes del anochecer.
Bajo escalón por escalón, no a la velocidad de un abuelo, pero intentó no hacer movimientos bruscos. Pudo escuchar la voz de Yoongi más clara que nunca cuando llegó al segundo piso—. ¿Crees que es un juego?
—No lo sabía ¡los beta no tienen olor! —Oh, ese era Namjoon.
—Debí de haber venido yo.
—Hyung.
Se asomó por encima del barandal, Namjoon estaba en medio de la sala, con los brazos cruzados, en cambio Yoongi se paseaba por la habitación balbuceando mientras Taehyung solo estaba parados delante de ellos con un cuenco lleno de agua en las manos.
—Buenos días —saludó, llegando al final de la escalera con un poco más de velocidad, pero ni siguiera alcanzó a acercarse cuando Namjoon le gruñó, colocándose delante de Yoongi con el pecho inflado y el ceño estrecho.
Taehyung tarda solo un segundo en hacer lo mismo con Jimin, ocultándolo en su espalda de la intensa mirada del alfa líder—. ¿Qué mierda es esto, Taehyung?
—Sigue siendo Jimin —respondió, dejando al beta confundido.
—Entonces si anudaste en él, pensé que solo se había quedado a cuidarte —comentó Yoongi, intentando apartar al alfa de enfrente.
—No fue intencional.
—Jimin no es un omega, Taehyung, has sido imprudente, además... —gruñó para adentro—. Le has marcado.
—Los betas no tienen marcas, Nam —contestó el omega—. Oh bueno... tal vez es algo nuevo, algo que no está en los libros ¿Es posible? —murmuraba para sí mismo.
—¿Qué está pasando? —la voz de Jimin sonó tan baja y asustada.
—Nada —respondió el moreno—, Namjoon solo está exagerando.
—¿Exagerando? ¿Ya lo viste, Taehyung?
—No me importa lo que sea.
Yoongi intenta alzarse por encima del hombro de Namjoon, tropezando con su codo y casi cayendo al suelo. En el estado alterado en el que estaba el alfa líder, vio esto como un movimiento peligroso, gruñendo a Taehyung mientras sujetada con fuerza al omega entre sus brazos.
El menor dejo caer el cuenco para ponerse a la defensiva, agarrando la cintura de Jimin para pegarlo a su espalda, devolviendo las mismas amenazas silenciosas al más alto.
Jimin no entendía que estaba pasando ¿Por qué de repente se estaban peleando? ¿No se suponía que él había dejado de ser considerado una amenaza hacía tiempo? El agua derramada viajo por el suelo mojando sus pies, solo dio una rápida mirada sin que significase nada, pero apenas vio su reflejo no pudo apartarse.
En su cuello, cubriendo desde el hombro hasta bajo su oreja, había algo negro e intrincado. Líneas negras; como una telaraña. No solo daban forma a la morada mordida que le propino Taehyung en mitad del celo, sino también algo realmente hermoso y diferente ¿A eso se refería Yoongi cuando le habló de la marca?
Pero se supone que los betas no podían ser marcados, muchas personas se mordían y para nada salían aquellas líneas.
Se llevó una mano al cuello, cubriéndolo y mirando a Yoongi por una respuesta. Pero nadie en esa sala sabía exactamente lo que estaba pasando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro