TW/ADVERTENCIA: TCA.

Anne se aferró a la tapa del inodoro mientras su madre mantenía su cabello recogido en una coleta.

Cuando finalmente terminó de vomitar, se puso de pie y bajó la tapadera después de descargar el inodoro, se sentó y se pasó una toalla húmeda por el rostro.

Su madre se recargó en la pared del baño con los brazos cruzados, Anne bajó la mirada de su madre al suelo, donde anteriormente había estado de rodillas mientras vomitaba luego de haber comido.

-¿Estás tomando los medicamentos que el psicólogo te dió?

-Si mamá — Anne respondió — pero te recuerdo que tengo un estúpido transtorno alimenticio que no se me pasará del día a la mañana con una sesión con el psicólogo donde solo hablamos sobre Black Pink y un par de pastillas.

La señora Boonchuy suspiró.

Se despegó de la pared y se acercó a su hija, la abrazó por los hombros y pegó la cabeza de la castaña contra su pecho. El sonido de los latidos del corazón de su madre logró calmar un poco a Anne, quien le devolvió el abrazo por la cintura y se aferró a sus brazos.

Había pasado una semana desde su primera cita con el psicólogo, quien finalmente le había diagnosticado un transtorno alimenticio, llevaba mucho tiempo con el, pero nadie le había tomado mucho importancia a su necesidad por vomitar luego de comer o el hecho de que siempre había sido acomplejada sobre su cuerpo.

Después de todo.

Eran cosas normales en una adolescente, ¿No?

Eso era lo que Anne pensaba antes de ir con su psicologo, y fue ahí donde se dió cuenta de que tal vez había estado equivocada todo el tiempo.

-¿Mamá?

-Dime, cariño.

-Nosotras hablamos.

-¿Y qué fue lo que te dijo?

Anne tragó grueso.

El recuerdo de la rubia llorando esa noche contra su pecho mientras se culpaba por haber sido abusada y no haberle dicho nada antes a la castaña seguía grabado en su mente.

Y dudaba mucho de que se pudiera librar de aquella imágen fácilmente.

Sasha era una de las personas más importantes para ella, y quería que esta estuviera bien, quería tener algo con ella, quería estar junto a ella en cada paso que diera.

Pero sabía que eso no podría ser posible.

Porque Sasha no estaba bien, porque Anne no estaba bien.

Sasha le había confesado a Anne aquella noche que más de una vez había deseado morir, pero que la castaña era una de las únicas razones que tenía para seguir.

Ella quería morir, pero vivía por ella.

Y Anne no podía seguir siendo la razón del despertar de Sasha, pues eso no estaría bien, ya que ella ni siquiera podía vivir su vida sin querer vomitar a casa bocado que daba.

Y ella quería vivir su vida, pero por ella misma.

Amaba a Sasha Waybright.

Pero si ninguna de las dos estaba lista, ¿Por qué seguían haciéndose daño la una a la otra creyendo que algún día las dos podrían tener una relación?

La respuesta era simple.

Porque aún existía la esperanza en el corazón de ambas de que tal vez, y solo tal vez, llegarían a estar lo suficientemente bien para mantener una relación. Porque se amaban y querían estar juntas.

-Mamá, ella necesita ayuda — Anne sollozó — pero yo no sé la puedo dar y siento que... El miedo que tengo de un día despertar y recibir la noticia de que ella ya no está... Me está matando, pero no puedo morir, porque si ella vive por mi... Le quitaría al mundo una de sus estrellas más brillantes y le quitaría la oportunidad de vivir, ¿Entiendes?, La amo mucho, pero no creo que...

El teléfono de la castaña comenzó a sonar sobre el lavamanos.

Su madre tomó el teléfono y leyó el nombre del contacto, al instante su rostro cambió de uno de preocupación a uno de tristeza y casi lástima.

Anne levantó la mirada, su madre tomó su mano y dejó el teléfono sobre la palma de esta. Anne llevó sus ojos hasta la pantalla y leyó el nombre de Sasha.

La señora Boonchuy dejó un beso en la frente de su hija y caminó hacia la puerta del baño.

-Cariño, tu no puedes vivir llevando la carga de la vida de alguien más, porque si esa persona toma la decisión de ya no luchar, tu caerás con ella ante el peso — su madre respondió, su mano estaba en el pomo de la puerta — ustedes pueden funcionar, pero no ahora, no ahora que ninguna de las dos está bien.

Anne asintió y contestó la llamada, su madre salió del baño.

La voz quebrada de Sasha, casi tan frágil como la de un bebé recién nacido, fue lo primero que escuchó.

[🌈]

-Sabía que estarías aquí.

Sasha volteó hacia Anne.

Sus ojos se encontraron durante un par de segundos, que para ellas, fueron eternos. No existía nadie más además de ellas en ese momento.

El resto no importaba.

La rubia estaba sentada en las gradas de la cancha, llevaba un vestido holgado azul debajo de un suéter, sus ojos estaban rojos, pero Anne decidió que lo mejor sería no comentar sobre aquello.

Sus labios morados, y su corazón sobre su mano, dispuesta a entregárselo a Anne. Pues este latía gracias la castaña, y la amaría hasta el último latido.

-Quería hablar contigo.

-¿Sobre qué?

Anne se sentó junto a Sasha.

Estaban en las gradas más altas del lugar, así que desde ahí podían ver la cancha repleta de carteles sobre el baile de graduación que estaba organizando el consejo estudiantil.

Todos estaban emocionados por aquel baile, y Anne anteriormente había pensado en invitar a Sasha a aquel evento.

-Mi hermano me dijo algo y — Sasha se llevó las manos al rostro, intentando no llorar — me iré a vivir con mi hermano, Anne.

La castaña terminó de procesar aquello, para luego voltear hacia la rubia, quien observaba el campo fijamente, incapaz de ver a la castaña.

-Pero, tu hermano vive a casi cuatro horas de distancia de aquí.

Sasha asintió.

-Pero mis padres ya no nos quieren tener en casa y Alex ya es suficientemente mayor como para ser nuestro nuevo tutor, así que fue aceptado, no me quiero ir de aquí, Anne, me quiero quedar aquí, contigo.

El cabello de ambas revoloteaba gracias al viento, Sasha jugaba con sus manos, ansiosa y con miedo a lo que podría pasar, mientras que Anne pensaba en que decir para calmar a la rubia.

-¿Cuándo te irás?

-En nueve días.

Anne suspiró y volteó hacia Sasha.

Los ojos de ambas amenazaban con dejar salir las lágrimas que estaban reteniendo. La castaña se acercó a la rubia y la besó.

Sasha recibió a Anne entre sus brazos y siguió el beso de forma nerviosa, ella temblaba, sus manos temblaban, sus piernas, sus labios... Pero los brazos firmes y decididos de la castaña la mantenían de pie.

El beso duró durante un par de segundos casi eternos, cuando se separaron, solo sus labios se alejaron, pues ellas se quedaron a centímetros, observándose directamente a los ojos, diciéndose todo con la mirada.

Anne dejó un beso en la frente de Sasha.

-Sasha, eres el amor de mi vida, y aunque no quiero perderte, debemos aceptar que somos dos adolescentes y no tenemos voz en esto — Anne respondió — te amo tanto, así que déjame disfrutar de tu compañía durante lo que me resta de tiempo a tu lado...

La rubia soltó un sollozo.

Pero seguidamente asintió y volvió a besar a la castaña.

-Te amo — Sasha habló — te amo, te amo, te amo, y mierda... Lo hago tanto — sollozó, una vez más — no me dejes ahora.

-No lo haré, Sasha — Anne abrazó a Sasha — no lo haré hasta que tengas que irte, pero durante todo este tiempo, estaré contigo.

-¿Irás al baile de graduación conmigo?

-Iré contigo hasta el fin del mundo.

[🌈]

¿Cómo andan? 😈

Si me compran un disco de Taylor Swift las Sashanne tienen final feliz, trato es trato.

No tengo mucho que decir, así que hasta aquí llega la nota de autor 💔

Nos vemos ♡︎

[🌈]