Capítulo 28° EL ORIGEN
Advertencia de Spoilers: Dos Mundos conectados {Aziel & Entrelazados}
“SIEMPRE SE CONSERVAN LAS HUELLAS DE NUESTRO ORIGEN”
A Z I E L
En cuanto cruzamos aterrizamos sobre un suelo terrenoso. Siempre era lo mismo en cada cruce, por más aferrados, cada uno caí en diferentes puntos.
—Aziel —la escuché nombrarme con preocupación.
Sin el mínimo daño o dolor, me levanté logrando verla. Era poca la distancia que nos separaba. Pese a eso, preocupado me acerqué a ayudarla a ponerse de pie y enseguida ambos observamos alrededor.
Era una dimensión distinta, parecía un amplio bosque y me sentia raramente familiarizado. Sereno cuando en cada dimensión tuve un mal presentimiento e intranquilidad.
Más estuve atento de cualquier ataque en nuestra contra. Atento de cruzarnos con seres distintos a nosotros.
— ¡Woo! Es mucho mejor que otras dimensiones. Espero que aquí no nos crucemos con horribles y gigantes monstruos. Vamos a investigar Aziel.
En cuanto antes cambié en cuervo y aterrice en su hombro. Alina comenzó a avanzar un extenso camino.
—No lo creo
De pronto se detuvo ante un inmenso Castillo ante nosotros. Muy parecido al Castillo vampirico y coincidió nuestra teoría.
Creímos que el dueño del Afiro era parte del vampirismo.
Pensamos que ahí se ocultaba.
Sin detenerla, ella siguió avanzando hasta entrar más causó la atención su presencia en aquellos seres iguales al vampirismo. Creyeron que era una invasora y se la llevaron a la fuerza ignorando sus quejas:
—¡Les exijo que me suelten!
Grazne y esperé el momento oportuno para cambiar y defenderla así tuviera que destruirlos.
—Compórtese, será enviada ante nuestro Rey.
—Son vampiros ¿cierto? —Alina se dio cuenta al verlos con detenimiento. Ojos carmin y unos colmillos más grandes ser evidentes— ¡Ey! Yo soy parte del vampirismo.
Fue ignorada y la obligaron a entrar por una puerta. Al instante reconocí un trono como otro vampiro justo al frente.
—Mi Rey, con la novedad que encontramos a una invasora en el Reino.
—¿De qué Reino es enviada?
—De ninguno. Ella es... igual a nosotros pero nos es desconocida. No es parte del Reino.
Le permitieron verlo.
Y entre más lo observé, más lo analicé. Era mayor su altura. Tenía el cabello castaño, un poco largo, llevaba su armadura como una espada. Los mismos colmillos hasta el carmin en sus ojos como su excesiva palidez.
—Bienvenida al Reino Sangrier —extendió su mano en su dirección tras un escaneo. Incluso tenía distintos anillos en varios de sus dedos —Rey Valkian Lekan.
En instantes, Alina fue liberada y lucí dócil en su hombro.
—¿Quién eres? —el Rey vampiro le preguntó.
—Alina Valentains y él es... mi compañero de eternidad —alisó su vestido borrando rastro de suciedad.
—Tú Linaje, no lo conozco y he sido Rey por siglos —avanzó a su alrededor—pero no tengo la menor duda que eres vampiresa.
—Esta en lo correcto —él volvió a aparecer frente a ambos— Yo... vine de otra dimensión. En mi Mundo hay otro... Rey vampiro.
Obtuvo su silencio.
No le creyó.
—¿Qué hacemos con ella, Valkian?
—Permitanme quedarme en su Castillo —le pidió Alina.
—Valker —emitió ese Rey— Llévela a sus aposentos, ante todo no rechazamos a los nuestros e investiguela.
—Si mi Rey, por aquí.
Tras una reverencia, Alina siguió a quien parecía ser el vampiro guía. Desconfiado le advertí al graznar: sé cuidadosa.
—Shhh —me respondió cuando aún no podía cambiar.
En su reino nos otorgaron un estancia compartida. Nos permitieron quedarnos en su Castillo y cada día indagamos aunque a Alina Valentains la consideraron intrusa hasta extraña pero ante todo mantuvo distancia, se controló a no caer ante los mal comentarios y ante todo descubrimos los rumores.
Persistimos en esa dimensión al descubrir que era la correcta. Cuando por primera vez nos cruzamos con seres parecidos al vampirismo de nuestra dimensión correspondiente.
Fue una nueva experiencia descubrir otros mundos sobrenaturales y sobre, con mi propia alma.
Estuvimos ajenos del tiempo exacto cuando solo esperamos respuestas.
—Este Castillo es parecido al de nuestro Mundo —desde la cama, siendo un cuervo grazne—Lo sé, pronto vamos a volver pero necesitamos investigar. No sospechan. Aquí todo es tan raro, no me creen. Me tratan como loca —Alina se cruzó brazos— estos vampiros son tan diferentes pero de esa forma, puedo acercarme a su hija, Emely Lekan me adora y es fácil de manipular. Le conté la leyenda del Vínculo Eterno —hizo una corta pausa. Me sorprendió que dos seres del vampirismo fueran parte de un rumor, su vínculo considerado valiso e inesperado por una humana involucrada en el vampirismo hasta ser inmortal y ambos seguir juntos. Ante todo, lo merecían después de tanto daño y distancia —pero no tiene la menor idea de lo que buscamos.
Grazne cuando no quise ser más un cuervo sin embargo solía serlo para que no sospecharan más.
—Si Aziel, cambia sin problema. Nadie nos va a descubrir.
En mi formal normal le dije:
—Te estás arriesgando demasiado.
—Por ti, por la promesa a Noah. Necesitamos encontrar el Afiro. Si tu creadora solía cruzar muchas dimensiones de alguna debió conseguirlo y estamos en la correcta —se acercó a mi —Ahora que conocí a su Reina de oscuridad y le pedí que quiero conocer a su Reino de sombras, tendremos una oportunidad. Solo es cuestión de esperar su permiso y por ahí comenzaremos a investigar.
—Alina, es peligroso —le insistí.
—Aziel, no me vas a convencer. Por meses, al final tendremos más respuestas —colocó sus manos en mis hombros. Anuló toda distancia— ¿no es lo que quieres?
¿Qué quiero? pensé.
—Anhelo en este momento otra cosa —le respondí y bajé la vista a su boca. En todo ese tiempo resistí el deseo.
Alina me entendió, fue un posible beso cuando en ese momento fuimos interrumpidos.
Tras ella maldecir, se alejó de mi.
—¿Quién?
—Alina Valentains, soy yo, Annebett.
Ante ese nombre rápido cambié en cuervo.
Era la ser superior de esta dimensión.
Ante su permiso, la puerta fue abierta.
—Hola —ella se adentró ojeando a ambos— Estoy aquí para informarte que tú petición, la acepté y hoy mismo te llevaré hasta el Rey de sombras.
—Gracias. No le causaré problemas, Reina de la oscuridad.
Fue la primera vez que la vi de cerca y volvi a sentir esa extraña conexión.
Su apariencia era delgada, alta, con su cabello negro liso hasta su cintura. Pálida, con dos cuernos en su cabeza, colmillos visibles de su boca como sus ojos carmín.
Varias veces la vi dejar en evidencia sus alas oscuras y grandes.
Conocí los rumores de su existencia como la existencia de otros seres distintos.
—Acompañenme, los dos —pidió.
Alina la siguió conmigo en su hombro.
—Tengo la curiosidad Alina de saber que buscas aquí. Valkian me contó sobre ti.
—¿Me cree?
—No eres la única que cruza portales. Además, tras la... Guerra con el ser más poderoso de este Mundo, se crearon más dimensiones —grazne Ella tiene la respuesta, solo mi alma me entendió —Tú compañero me agrada.
—Es más que eso —le respondió Alina hasta salir del Castillo.
...
Nos guió a un nuevo reino cubierto por oscuridad. Detectamos cientos de sombras. Alerta estuvimos al conocer el lugar donde la Sombra que llegó a nuestra dimensión, pertenecía.
—Rey Shaw
—Reina Annebett —apareció una sombra de mayor tamaño que cambió en una falsa apariencia. De sus brazos no dejó de fluir hilos de oscuridad— ¿Quiénes son sus invitados? Hay demasiada oscuridad en ambos.
Percibí en Alina la molestia.
Debío recordar todo el daño al vampirismo.
Recordé las pérdidas por culpa de una sombra.
Más la sombra ante nosotros era diferente como su poder.
¿Descendencia? Quizás.
Y esperé no depender de una sombra más para obtener el Afiro. Temi que mi origen dependiera de su existencia.
—No me conoce, pertenezco a otra dimensión pero conocí a su líder de sombras, Rey Shanees ¿Te suena? —le respondió Alina con maldad— Causó la peor Guerra en el vampirismo en mi Mundo pero al controlar al vampiro equivocado solo logró su destrucción.
—Nuestro Rey jamás es destruido.
—Que raro, porque yo sé que se esfumó al mismo tiempo dentro del vampiro que controlaba. No le dio oportunidad de escapar.
—¡NO!
—¡Rey Shaw! —la Reina de oscuridad intervino ante su intención de atacarla— Te lo prohíbo— sus ojos se tornaron oscuros.
—Es una lástima que jamás volverán a verlo y nunca lo van a recuperar. Nunca cruzaran a mi dimensión.
—Alina, nos vamos de aquí —La Reina Annebett retrocedió al mismo tiempo que ella, atenta a ese líder.
—Los encontraré —nos amenazó.
Vi un Rey de sombras, desaparecer.
Enseguida, huimos de su Reino.
—¿Qué fue eso, Alina?
La escuché mascullar: Maldición.
—En mi Mundo conocí al Rey Shanees, Sombra original de tú Mundo.
Le contó todo.
La peor Guerra en nuestro Mundo, mencionó al vampiro que la destruyó, Derek Valentains.
—No tenía la menor idea. Hace poco me nombraron Reina de la Oscuridad. Descubrí muchas cosas, pero por lo que sé es que muchas sombras antiguas desaparecieron de este Mundo sin explicación y el Rey Shaw no logró evitarlo. Ni Luzziel logró resucitarlas. Ahora lo entiendo todo— ella dio un paso adelante— ¿Qué es lo que buscas exactamente aquí?
—Encontrar el Afiro y resucitar a un vampiro muy importante para muchos en mi Mundo. Descubrimos que una antigua vampiresa solía cruzar dimensiones ¿Haz escuchado sobre eso?
La vi con atención preparado para su respuesta:
—Yo tengo el Afiro, aquí —tocó su anillo— Era una piedra de la eternidad y hace tiempo lo convertí en esto —frunció el ceño— y conozco un ser que nos puede dar todas las respuestas. Síganme al Reino de los Elfos.
Durante el camino, nos explicó desconocer el tema y aunque fue una decepción, anhele aquel ser darme las respuestas que por siglos busqué.
—Woo, este Mundo es más extenso de lo que creí. No me había dado la oportunidad de salir del Reino Sangrier —le comentó Alina a medida que la seguía.
—Existen muchos Reinos con seres diferentes en cada uno.
Ambas se detuvieron en un nuevo Reino, ante a un nuevo ser de orejas puntiagudas.
—Rey Elías—lo nombró la Reina Annebett— Él me dio el Afiro.
Alina le sonrió mientras la Reina de Oscuridad le contó todo.
—Comprendo —él observó a cada una— El Afiro no solo es la piedra de la eternidad que Luzziel, nos entregó tanto a mi como al Rey Dul para su protección. El Afiro, es una parte de su corazón.
—¡¿Qué?! Rey Elías, nunca me contó eso —ella revisó su anillo— Entonces, todo este tiempo... protejo parte del corazón de mi padre.
»Luzziel«
Me pareció extraño su nombre, cuando varias veces lo habia escuchado. Y por los rumores, lamentablemente ya no existía pese a que creí que era eterno.
—Luzziel nos pidió no comentarle a nadie de eso. Era el único ser que podía mantenerse intacto con una parte de su corazón. Desconozco si tuvo tratos con otros seres de otras dimensiones pero Luzziel nunca salió de este Mundo.
—Teníamos razón Darkiel —fue raro de Alina que me nombrara así —Mellissa si vino a este Mundo y conoció a ese tal Luzziel —la observó— Necesitamos ese Afiro.
—No puedo dárselo por completo. Mi Mundo depende del Afiro para ser eterno. Tal vez les funcione y les otorgue una pequeña parte.
—Gracias, con eso será suficiente. No le conté pero mi alma fue creado con parte de ese Afiro —me observó— Él es Aziel.
Fue el momento para cambiar. Dejé de ser un cuervo y mi apariencia de esa forma causó la sorpresa en la Reina de Oscuridad.
—Tú poder es... extraño. Conocido.
Alina le contó mi existencia de principio a fin incluyendo las dudas.
—Entonces, el Afiro te hizo ser eterno. Tú eres el ancla de tú Mundo y aunque fuiste creado por una vampiresa, en ti permanece algo de Luzziel —la Reina Annebett hizo una corta pausa— No me cabe la menor duda de que ser eres.
Di un paso adelante intrigado tras descubrir que dependia del corazón eterno de Luzziel. El mismo que conoció mi creadora y quien le entregó una parte del Afiro para crearme. Cuando descubrí el nombre del ser eterno que por meses buscamos.
—¿Qué es lo que soy? —le pregunté sin dejar de verla fijamente.
—Eres un Oscuro —me respondió.
Fue la primer ser que resolvió mi gran duda de mi Origen cuando ese día lo conocí.
Al instante recordé una conversación con Mellissa Wilbert:
—¿Qué soy? ¿Por qué me creó?
—Son interesantes preguntas, Aziel y las irás descubriendo, solo puedo decirte que eres un ser de oscuridad y tienes un valioso propósito.
No más misterios.
Descubrí la respuesta a mi duda.
Ante la nueva duda, emiti:
—Soy oscuridad.
—La oscuridad es más compleja... Aziel. Mucho más interesante de lo que crees.
—Creí que era solo un cambiante. Un imitador a cualquier ser que eligiera.
—En parte lo eres. Igual que Luzziel —la Reina Annebett acorto la distancia. Entendí la conexión que sentí al ella ser su hija, lo extraño es que éramos diferentes. Ella tenía un par de colmillos en comparación a los míos—Tienes un gran poder. Te vuelvo a repetir, eres el ancla de tu Mundo, siempre lo son los Eternos.
Asimile toda es información.
—Desconozco todo mi poder
—Lo vas a descubrir
—Aziel —su voz causó mi atención—asi será si al fin descubrimos tú propósito, quién eres.
—Si —regresé a ver a la Reina de oscuridad— Le agradezco la ayuda.
—Solo necesitamos parte de su Afiro para irnos de este Mundo.
Ella revisó su anillo.
—Cumpliré mi palabra. Con mi poder, el suyo y si es necesario pedirle ayuda a nuestra portadora de magia oscura, Merisy, se podrá sustraer parte del Afiro.
—Con nosotros será suficiente —le dijo Alina.
Pese a la sorpresa de mi Origen, me obligué a concentrarme. Los tres acortamos la distancia. La Reina de oscuridad colocó su anillo en su mano y dejó fluir su don, reconocí la misma magia oscura. Al mismo tiempo tomó de la mano a Alina y ella la mía. Ambos con nuestras manos sobre el anillo dejamos fluir nuestro propio don.
Repetimos el mismo hechizo pronunciado por la misma Reina de Oscuridad hasta el anillo se volvió piedra nuevamente y se partió en dos. Al soltarnos, una parte, se nos entregó.
La Reina Annebett con su propio Afiro lo convirtió en otro anillo más pequeño.
Alina le agradeció y al tener el Afiro en mi mano, lo guardé como lo más valioso.
—Espero funcione. Será la primera vez que resucite a un vampiro y lo libere del infierno.
—En este Mundo, existe un ser que es el Rey del Inframundo y a permanecido mucho tiempo en el infierno. Tal vez su conocimiento les sea de ayuda.
—Si, queremos conocerlo.
Ella dejó crecer sus alas.
Definitivamente tuve la curiosidad de conocerla al verla como al sentir su gran poder.
—En ese caso, vamos al Inframundo —creo un portal y los tres cruzamos al mismo tiempo.
...
—¡Woo! —Alina no dejó de ver alrededor asombrada— Nadie me creerá que estuve en el Infierno. En su infierno.
Noté varios seres con alas negras como grandes cuernos en ciertos puntos, varios se asomaron por unas grandes rocas y otros nos observaron desde arriba.
—¿Qué seres son? —pregunté.
—Demium, al igual que su líder.
—Nunca había conocido demonios. No creí que existieran.
En cuanto la Reina de oscuridad se detuvo, imitamos su acción.
—Todos los seres existen Alina. Los demium son los más fuertes.
De pronto, apareció un ser más. Tenía cuernos y grandes alas, una blanca y otra negra y aterrizó detrás suyo.
—Annebett
—Bel —lo abrazó y después se colocó a su lado— Alina, Aziel— dimos un paso adelante— Les presento al Rey del Inframundo, Azbel.
Un vistazo y obtuve su atención.
—¿Qué ser eres?
—Un Oscuro —le respondi al conocer mi Origen.
Él regresó la vista en ella.
—Tiene esencia de Luzziel.
—Lo sé, lo acabo de descubrir —le contó todo...—perdón por no contarte nada del Afiro.
—El corazón de Luzziel. Un Rey Oscuro eternamente permanece en sus creaciónes, en algo que es suyo. Bienvenidos al Inframundo.
—Sus alas son, hermosas. Jamás olvidaré que conocí al Rey de los demonios —espetó con emoción Alina.
—Demium —la rectifico. Se consideraron de esa forma.
—Rey Azbel, necesitaré su ayuda para resucitar a un vampiro que se encuentra en el infierno de mi dimensión.
—Desconozco si existe esa clase de infierno. Aquí solo permanecen demium con sus almas desterradas.
—Lo entiendo. Hace unos meses en mi Mundo estuve apunto de crear un portal conectado a esta dimensión. Una Sombra original me obligó con su poder a liberar a las suyas de su Reino. A tiempo me detuve.
—Tú, ¿Creaste un nuevo portal infernal? —ante su mirada seria Alina asintió lentamente— Las sombras bajaron al Inframundo, lo creaste aquí, el núcleo entre dimensiones. Tuve que detenerlas.
—Lo siento, no era mi intención.
—Bel, ya la escuchaste. Con calma te contaré del Rey Shanees.
—La antigua Sombra. Hace siglos que desapareció de este Mundo y ni Luzziel la encontró.
—La Sombra ya no existe más —les informe.
Nos invadió el silencio.
—Entonces, ¿nos ayudará?
Tras la petición de Alina, obtuvimos su mirada.
—No les doy la seguridad de que funcione en su Mundo y de las posibles consecuencias —en sus manos apareció un grimorio desconocido y nos los entregó abierto en las últimas páginas.
Al revisarlo, memorizamos el hechizo.
—Fue de mucha ayuda —mi alma se lo entregó— Tenemos lo necesario para regresar a nuestro Mundo. Aziel, vámonos ¿Tengo su permiso de crear un portal aquí?
—Puede hacerlo —nos autorizó el Rey Azbel.
—Aziel —giré a verla al escucharla— No olvides que eres especial, con la oscuridad que tienes puedes crear y ayudar en tú propio Mundo.
Sin emitir palabra, le hice una reverencia y crucé el portal con Alina directo a nuestra dimensión.
Al aterrizar caímos en distintos puntos. Al levantarme, noté el refugio intacto ante mi. Más la dueña me fue prioridad.
—¿Alina?
—Por aquí
Al ver a mi alrededor di con ella, esta vez sin mi ayuda se puso de pie y acomodó su vestido como borrando rastro de suciedad.
—Regresamos —me sonrió y recibí su abrazo. Un abrazo que necesite demasiado pero poco tiempo duró cuando se alejó— lo logramos Aziel —trató de quitar suciedad de mi hombro.
Al instante retrocedí dos pasos y observé hacia el portal inexistente.
—Aziel ¿qué sucede? Tenemos el Afiro, vamos a poder Resucitar un vampiro y sobre todo, descubrimos tú Origen ¿no estas feliz por eso?
Regresé a verla.
—Lo estoy —fue difícil demostrarlo cuando una emoción era más intensa y traté de conllevarla— pero conocer el ser que soy, conocer a la Reina de Oscuridad y su Mundo me hizo sentir extraño, sentí que pertenezco a su dimensión.
—No Aziel, estás confundido —dio un paso lento— no olvides que aquí fuiste creado, por una vampiresa —sostuvo mi mano y ejerció fuerza— en esta dimensión perteneces. No decidas irte, no quiero perderte.
Negué varias veces.
Pese a la sensación, toda mi eternidad fue en la misma dimensión que coincidi con mi propia alma.
—No me iré Alina —le aseguré— juntos... siempre.
Recibí un casto beso que tanto esperé hasta ella marcar distancia.
—No te pido que olvides esa dimensión, cuando lo necesites y quieras, te ayudaré a crear el portal. Te acompañaré a visitar a tú hermana.
—¿Mi hermana?
—Si, la Reina de Oscuridad si consideramos que también fuiste creado por Luzziel.
—Solo por parte de su corazón, pero no es mi creador —no quise aceptarlo— todo merito es a Mellissa Wilbert.
—Mi ancestra necesitó el Afiro para que fueras eterno.
Negué
—No estoy de acuerdo Alina.
Ella rio y observó el refugio.
—Es parte de nuestro Origen, Aziel —regresó a verme— y creo que ya es hora de ir al Castillo. Tenemos una promesa por cumplir con Noah.
Asentí varias veces.
Ante todo, no iba a dejarla sola.
—Solo necesito una sola cosa —usó su velocidad cuando dejé de verla y en poco tiempo regresó con el grimorio de mi creadora en su mano— listo, ya nos podemos ir.
—¿Y el Refugio? —creí que iba a destruirlo— ¿Tus cosas?
—No importan Aziel —agarró mi mano—Vámonos al Castillo.
Sin contradecirla, la acompañe sin soltar su mano durante un extenso trayecto hasta que ante nosotros fue visible el Castillo de nuestra propia dimensión.
A pocos pasos de la puerta, la solté y rápido cambié en cuervo. Cuando aterrice en su hombro, ella se detuvo.
—¿Por qué cambiaste? —grazne en respuesta— No Aziel, nadie te va a rechazar por lo que eres. Serás bienvenido, vienes conmigo. No tienes que ocultarte siendo un cuervo.
Ante sus palabras, volví a cambiar y aparecí a su lado.
—Podrás controlarte, recuerda, no eres destrucción.
—No lo soy —volví a sostener su mano y ambos retomamos el camino. En cuanto antes las puertas fueron abiertas por los guardias y nos permitieron entrar. Percibí su mirada atenta como la del mismo vampirismo al adentrarnos más y más— todos me conocieron como un cuervo, un informante del antiguo vampiro, fui para pocos Darkiel —le dije al dirigirnos al primer pasillo.
—Tendrán que superarlo, eres Aziel y así el vampirismo te va a considerar. Siempre existen hechizo ¿verdad? —negué— No les des importancia —entrelazó nuestras manos— Busquemos a mi creadora.
—En la sala —le sugerí.
Rumbo a esa dirección nos dirigimos.
Sin embargo entre más avanzamos, más causó mi atención la pared con cientos de nombres del mismo vampirismo inexistente al pasar cerca. Sobre todo al dar con nombres conocidos, verlos me hizo detener.
Mi Señor estaba en esa misma pared, cerca de sus creadores, a un lado su alma y por debajo, su hija.
—Aziel —no puede apartar la vista pese a escucharla— Estoy segura que tú creadora está orgullosa de ti, feliz porque descubriste tú Origen hasta la misma Elizabeth por todo lo que haz logrado.
Medio sonreí ante sus palabras.
Por más misterios, secretos, mentiras, ordenes, lo descubrí y ante todo, en algún plano ellos estaban reunidos.
—Cumplí mi propósito —giré a verla— sigamos.
Alina se inclinó a depositar un casto beso en mi mejilla y me volvió a guiar a la sala hasta llegar.
Todo el Castillo, me pareció exactamente igual sin embargo fueron otros líderes.
—¡Mamá!
—¡¿Alina?!
La solté al ir a abrazarla, la Reina yacia en la sala con un guardia que enseguida se fue. Faltaba su hermano hasta su alma.
—Mi niña oscura —al cortar el abrazo la revisó— estás aquí.
—Volví madre y esta vez vine acompañada.
Mantuve una distancia prudente, tras la atención de la Reina, le hice una reverencia.
—Hola Darkiel, bienvenido —dejó de verme— hija, a tú padre le va a encantar la noticia que estás aquí.
—Ya los extrañaba madre y te tengo buenas noticias. Tenemos el Afiro, tengo el poder y con ayuda de Aziel vamos a poder Resucitar al creador de Noah.
La Reina Lizbeth retrocedió.
—Alina, pensé que... jamás lo lograrías. Perdoname por no confiar en ti... mi niña estoy orgullosa, nunca te rendiste —la sostuvo de los hombros— eres poderosa.
—Y puede controlarse —interveni.
—Fue gracias a mi alma —tras su mano en mi dirección, me acerqué y la sostuve unida a la mía.
—Felicidades a los dos —recibimos la sorpresa de la misma Reina.
No obstante la puerta fue abierta y entró un vampiro.
—¡Liz! El guardia me avisó que nuestra hija... —se detuvo al vernos— volvió.
—Hola padre, eso es certero.
—Alina
Avanzó sin dejar de vernos hasta situarse a un lado de su alma. Me extrañó su mirada fija en mi.
—Owen, miralos, es increíble ¿cierto?
—Es real nuestro vínculo ¿recuerdas tus palabras padre?
Lucí confundido.
—No, yo no... —gruñó— Liz.
—Se lo prometiste a nuestra hija.
Owen Rutwend demostró molestia.
—¿Lo aceptas?
—Aún no —me señaló— ¿Qué intenciónes tienes con mi hija cuervo?
—Su nombre es Aziel.
—No me molesta esa referencia, Alina —le una rápida mirada— Protegerla como mi alma— le respondí.
—Maldición
—Aceptalo Owen y Aziel o Darkiel, te agradecemos. Lo mereces, los dos merecen disfrutar su vínculo.
—Gracias mamá, gracias papá.
—No es aceptado al 100% Alina, tú... alma va a tener que demostrarlo.
Tras la duda no quise preguntarle.
—Aziel lo hará —detecte su mala intención al apoyar su cabeza en mi hombro anulando toda distancia— Ahora, nos urge ver a Noah y a mi tío Darel.
—Noah debe estar en la biblioteca y mi hermano, de seguro en los calabozos.
—Iremos a buscarlos —Alina se alejó y sin soltarme me hizo avanzar a la salida— vamos Aziel.
—Permiso
Tras salir y alejarnos de la sala, no evite analizarla.
—Tú creador actuó raro.
—Digamos que... le es difícil aceptar nuestro vínculo, pero lo hará. Solo quieren lo mejor para mi y tú eres mi felicidad.
—Debi suponerlo
—Así son toodos los creadores con sus creaciones ante sus almas.
Asentí y fui guiado por ella.
Frente a una puerta, sin permiso entramos al encontrar a Noah Williams ante nosotros con un grimorio en su mano.
—¿Necesitas ayuda?
Nos observó
—¡Alina! —dejo el grimorio en la estantería— ¿cuándo...?
—Acabamos de llegar y te tenemos noticias —al soltarme fue a abrazarlo— Tenemos el Afiro.
—¿Eso significa que mi padre...?
—Puede resucitar —se alejo de él.
Me acerqué lo suficiente.
—Es una gran noticia, es un oportunidad para que mi padre vuelva a la eternidad. La verdad es que no entiendo nada de estos grimorios, necesito tu ayuda.
—Será un riesgo Noah, no te aseguro que funcione. Tengo el poder, la ayuda de Aziel y conocemos el hechizo pero todo será un intento.
—Lo sé y trataré de no ilusionarme —me observó— Te agradezco tú ayuda Darkiel.
—Recibiré su agradecimiento cuando su creador vuelva a existir joven Williams.
Él asintió
—Aziel ¿puedes ir por mi tío Darel? Debemos informarle.
—¿Es necesario su presencia?
—¿Sigues sin perdonarlo Noah?
—Es difícil Alina, no puedo o lo haré cuando mi padre resucite y tal vez lo haga.
Alina se cruzó de brazos.
—Iré por el Rey —les avise y siendo un cuervo fui a buscarlo.
Por supuesto, lo encontré en los calabozos. La mera mención del motivo de nuestra presencia, Darel Valentains en silencio me siguió. Poco nos demoramos en llegar a su biblioteca y entramos.
—Alina, al fin regresas
—Hola tío Darel
Me detuve a su lado, fue evidente la molestia en Noah Williams por su presencia.
—Ya me avisó tú cuervo
—Aziel, es Aziel —ella mascullo.
—Como sea, aquí estoy para lo que necesiten.
—Mientras cumplas tú palabra.
—Lo haré Noah, si es necesario daré mi eternidad por tú creador. No es necesario que me lo recuerdes.
—No empiecen los dos —intervino Alina—Será necesario tú anillo de elixir y tú sangre tío Darel.
Ante su intención, fue mi turno de intervenir.
—Antes una recuperación Alina... señorita Valentains —corregí rápidamente tras la presencia de dos vampiros.
—Tienes razón Aziel, acabamos de estar en la dimensión correcta y crear un portal gastó nuestras energías. Será en otro momento. Podemos venir al Castillo mañana para llevarlo acabo.
—O pueden quedarse, hay habitaciónes disponibles hasta la tuya propia Alina —sugirió el Rey.
—¿Quedarnos? —ella giró a verme— ¿te gustaría quedarte Aziel?
Dudé un instante considerando las consecuencias sin embargo era una justa razón.
—El tiempo que sea necesario —le respondi.
—¡Genial! Nos quedamos en el Castillo y será en mi habitación. Vamos a compartirla —se enganchó de mi brazo apoyando su cabeza en mi hombro.
No quise desvanecer su emoción cuando se lo debía por el tiempo de distancia.
—Le diré a Libe
Dicho esto y el Rey se retiró.
—Por mi, estoy disponible en cualquier momento.
—Te avisaremos Noah.
Ambos compartieron una mirada, fue extraño su atención en mi.
—Lo lograste Alina —Noah Williams me señaló.
—Si... eh el propósito. Noah se refiere a nuestro propósito —respondió Alina mi duda— vamos mejor a descansar Aziel.
—No suelo descansar —le dije con confusión.
—A la habitación —me dejé guiar por ella sin una despedida al vampiro Williams hasta dar con su habitación que aún recordaba —aquí es.
Tras abrirla, me permitió la entrada.
—No quiero que tengas problemas con tus creadores.
—¿Por qué lo dices? —la vi sentarse en la cama.
—Por mi presencia.
—Aziel, eres mi alma y yo no puedo estar lejos de ti —me señaló a medida que se levantó— no me importa lo que piense el vampirismo.
—Van a descubrir lo que soy.
—No por ahora, tú Origen es preferible que por el momento sea nuestro secreto —con velocidad se acercó a mi— buscaremos excusas.
—Mentiras Alina
Pese a que no me gustó su idea la acepté.
—El vampirismo quedó afectado por la sombra de oscuridad y aunque tú no seas una, son ingenuos del tema y lo primero que pensaran es en compararte.
—Un oscuro es diferente.
—Lo sé, es mucho mejor —se inclinó a unir nuestros labios y pese al momento y lugar, lo anhele. Me gustó su beso de sangre sin embargo detecte su intención cuando sus manos trataron de deshacerse de mi ropa.
—No... aquí —sostuve su mano en el primer botón— en otro momento.
Alina gruñó
—Tendré que soportar la tentación.
Evité la mía propia al alejarme de ella. Mantuve distancia necesaria en estos casos para evitar un deseo.
Me situe a un lado de la cama.
—Iré a bañarme —la vi darse la vuelta— ¿vienes?
—Aquí te espero.
Obtuve su sonrisa y más creíble me senté en la cama sin dejar de verla.
—No tardo Aziel
Desistió su idea, la vi dirigirse a una puerta y entró.
Me dediqué a ver alrededor cuando llegué a acostumbrarme al bosque. Lejos del vampirismo.
—Aziel —desvíe la vista en la puerta al escucharla— ven rápido— actúe enseguida al levantarme y me dirigí a la puerta más dude de abrirla— ¡Aziel!
Creció la preocupación.
—Alina —sin permiso giré la perilla y entré y a pocos pasos me detuve.
Caí en su trampa.
La vi en ropa interior ante mi, sin zapatos con su ropa en el suelo.
—Ven aquí —hizo una seña con su dedo mientras amplió su sonrisa siendo evidentes sus colmillos.
—No es... correcto.
Desvaneci todo mal pensamiento que me invadió.
—¿Seguro? ¿Me rechazas Aziel?
Desvíe la vista
Pensé en salir, evitarla cuando me venció el deseo.
—No más —regresé a verla, acorte la distancia y tras dejar mis manos en su cintura la besé con deseo.
...
Con Alina Valentains fueron nuevas experiencias que me gustaron conocer. Sin límites, me enseñó a descubrir cada nueva sensación.
Al estar de nuevo en la habitación, me senté en la cama evitando su mirada. Ambos con el cabello húmedo, de mi parte preferí usar la misma ropa, Alina se cubrió con una tela blanca alrededor de su cuerpo.
Se reojo la vi acercarse hasta anular la distancia. Frente a mi se inclinó a besarme otra vez. No le fue suficiente los besos, las caricias el deseo en el baño.
—¿Qué? —apoyó sus manos en mis hombros— no me culpes por desearte todo el tiempo.
Situe mis manos en su cintura y le permití anular más la distancia al subirse sobre mi.
—Estamos en el Castillo —le recordé—tus creadores...
—No me importa Aziel —por su empujón caí en la cama y me impidió levantarme al colocar sus manos de cada lado de mi cabeza.
—No más deseo
—¿Por qué no? —rozó su nariz con la mía— No hemos experimentado en la cama.
No encontré una respuesta, no puede negarme cuando comprobé que el lugar no importaba para un deseo con tú alma.
—Me deseas tanto como yo te deseo —volvió a unir sus labios con los míos y deslicé mi mano por su espalda.
Por poco tiempo estuvimos a solas cuando el ruido de la puerta nos hizo alejarnos.
—¡Alina!
Entró sin permiso su creador y entre la situación solo pensé en inmovilizarlo. Sería el tiempo suficiente para poner distancia y buscar una excusa.
—¿Qué le hiciste Aziel?
—Disculpame
Alina río y enseguida se alejó de mi.
—No lo hagas, mi creador lo merece por entrar de esa forma —me senté en la cama y la vi acercarse al vampiro inmóvil— woo, me debes enseñar ese hechizo.
Fue un hechizo que Elizabeth Valentains me enseñó.
—Lo haré —comencé a levantarme.
—Hija, necesitas...—apareció su creadora— ¡Owen! ¿Qué... qué le pasó?
—Fue un hechizo mamá, es que mi padre entró y era una situación comprometora con mi alma. No fue mi intención.
Tras su mirada, guardé silencio.
—Alina —sonrió al vernos a ambos— No uses tú don con tú creador, hablaré con él. Vinimos a ver si necesitas algo, tú padre se me adelantó —lo señaló—¿puedes...?
Ella asintió
—Aziel
Pronuncie el hechizo y el vampiro volvió a moverse, reaccionó y observó de su alma a su hija confuso.
—Liz... él... ellos...
—Necesito ropa madre y para Aziel.
—Está bien, en un momento te la consigo. Vámonos Owen.
La misma Reina lo obligó a darse la vuelta y salir. Alina los siguió hasta cerrar la puerta.
—Otra vez, solos.
—No debiste culparte —le dije.
—Solo será un castigo, me acostumbre a ellos —no le dio importancia cuando se volvió a acercar a mi y tras un casto beso pasó por mi lado.
Enseguida fije la vista en la puerta y después en ella.
Ante todo, tuve que acostumbrarme a estar en su Castillo, nuevamente rodeado del mismo vampirismo.
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