Capítulo 19° ETERNIDAD EN RIESGO
“LA VIDA TE ENSEÑARÁ QUE LA MEJOR PROTECCIÓN ES LA QUE TE PUEDES DAR A TI MISMO”
D A R K I E L
El caos en el vampirismo se vio afectado por Vlad Valentains ante su inesperado y provocado despertar. Cada uno estuvo atento en el descanso de Derek Valentains que no estuvimos al pendiente de su propia creación cuando desató una nueva Guerra. Él cumplió su propia venganza de siglos en contra de su creador, hasta perjudicar a otros vampiros para conseguir un beneficio.
Nadie desconfío de las nuevas creaciones.
Ni mucho menos de dos, todos ajenos al conocimiento de ser descendencia de Vlad Valentains. Antes de su descanso, había concebido sus propias creaciones sin darnos cuenta cuando se creyó ninguna existir. Ellos consiguieron engañar, ocultar su origen y sobre todo, lograron la primer fase de su plan.
Cruzar la neblina, encontrar el ataúd del Señor Vlad para despertarlo.
—Dos visitantes solicitan permiso de entrar su alteza —un guardia le informó a la Señorita Elizabeth a falta de su creador, fue la principal líder— Son purasangres.
—¿Donantes? —giró a verme. Confuso negué, era extraño ellos venir por su cuenta cuando solía cazarlos hasta obligarlo a otorgar su sangre para mi Señor y su creación. Se requería más ante su descanso. Hoy se cumplían cinco años sin Derek Valentains despertar— Dejalos cruzar, revisen que no estén armados.
—Entendido, permiso.
El guardia se fue con velocidad.
—Espero que no sean como esos vampiros que quieren ver a mi padre en descanso.
—No tienen permitido estar cerca de su creador, ni mucho menos conocerlo.
Era una duda en todas las nuevas creaciones ajenas a la Guerra de hace un siglo. La mayoría quería conocer al líder de vampirismo.
—Woo, es mucho más amplio al entrar —habló la visitante sin dejar de ver alrededor sorprendida, venía acompañada.
—Bienvenidos ¿a qué se debe su visita? —la señorita Elizabeth lució tensa ante su presencia.
Ambos se detuvieron a cierta distancia tras una reverencia.
—Le agradecemos el permiso. Me presento, soy Lionell Castiens y ella es mi hermana, Vivian Castiens —ambos sonrieron dejando en evidencia sus colmillos. Noté un parecido.
—Elizabeth Valentains, él es Darkiel. Nuestro leal..
—¿El informante? Conocemos miles de rumores. Es un honor conocerlo —ella la interrumpió— como lo seria conocer al vampiro más antiguo.
—Hermana, no es posible. Se rumora que está en descanso.
—Es certero, mi padre aún no despierta y es un orden no autorizar su petición de verlo.
Observé con atención a ambos. Desconocía su poder. Ella lo ocultaba más que él.
—Es una lástima eso. Descuiden estamos aquí por otro importante motivo —ella ladeo la cabeza.
—¿Quiénes son sus creadores? —les pregunté.
Se observaron y apareció la seriedad en su rostro.
—Nuestros creadores ya no existen. Somos hijos de dos purasangres. De Rodrick Castiens y Vivian Forvay, por ende mi nombre —respondió la joven vampiresa— Hace 30 años, por un enfrentamiento entre una pequeña Rebelión por terroritorio, dejaron de existir. No logramos salvarlos. Somos de Gales.
—Nos hacen falta nuestros creadores —emitió su hermano bajando la vista al suelo.
—Lo siento por eso —les creímos— Entonces ¿Cúal es su motivo de su presencia? —les preguntó la Señorita Elizabeth.
—Somos cazadores. Vinimos a brindarles nuestro servicio si les falta vampiros de toda clase hasta humanos hipnotizado. Sin ningún precio más que protección.
—Y enseñanza —habló ella— Tengo el poder de magia oscura —me alerte— lo heredé de mi madre y no sé controlarme. Debe entenderme señorita Elizabeth.
—Eres igual a mi.
Ella giró a verme, negué ante su idea.
—Ya tenemos a dos encargados.
—Denos la oportunidad. Una prueba y no fallaremos.
—No es necesario su servicio —les dije por su insistencia.
—Darkiel, tal vez debería considerarlo. Necesitamos mucha sangre y Elliot Williams, les sirve al Castillo.
—Me encargo de eso, Señorita Elizabeth.
—Debes estar más al pendiente de mi padre, ambos y falta considerar el resto de la Corte. Caleb no les es suficiente.
—Considere una reunión y decida —le sugerí. Ella tenía la última palabra.
Regresó a verlos.
—Nosotros les información si aceptamos su servicio.
—Estaremos al pendiente de noticias gratas. Permiso —tras una coordinada reverencia, ambos se fueron con velocidad.
—No es una mala idea Darkiel.
—Si lo cree prudente y necesario comuníquelo a la Corte. Iré a alimentar a mi Señor con mi sangre.
Más ni mi sangre lo hizo despertar.
Tras una reunión, su petición fue aceptada. Se les dio la autorización a los hermanos Castiens, pasaron la prueba y por meses, fueron los encargados de conseguir donantes cada cierto tiempo. Además, la Señorita Elizabeth enseñó a controlar su don, varios hechizos permitidos a Vivian Castiens, la consideró su aprendís. Debió sentirse identificada sin esperar una traición.
Pasaron meses y cumplieron su tarea acorde a las reglas. Su visita se volvió constante en Rumania.
—¿Necesita algo? —le pregunté al ver a esa joven vampiresa en el pasillo viendo alrededor.
—Busco a la Señorita Elizabeth —se volteó.
—Por aquí —la guíe. Me pareció extraño su presencia en esa parte de límite permitido. A poca distancia y estaba el ataúd del Señor Vlad— No vuelva a cruzar el límite.
—Lo siento, me perdí ¿ocultan algo?
—No responderé su duda.
Bajamos escaleras hasta dar con la Señorita Elizabeth.
—Vlad Valentains —me detuve apenas le abrí la puerta y me giré— ¿es cierto el rumor de su descanso? Entre el vampirismo se dice que aquí lo tienen.
—Es cierto pero no revelare su escondite. No sea curiosa.
—Fue una duda, permiso —demostró miedo y entró— ¡Hola Señorita Elizabeth!
—Vivian, bienvenida a tu entrenamiento de hoy.
Cerré la puerta y dejé de escucharlas. Alerta me dirigí a su ataúd. Tras quitar las cadenas, lo abrí. Vlad Valentains aún en descanso, disecado sin ser un peligro en la eternidad.
Volví a cerrar su ataúd y salí.
Solo era curiosidad por vampiros antiguos, pensé y llegué a equivocarme.
...
—¿Ya se alimentó?
—Si Darkiel, hoy en la mañana.
La señorita Elizabeth me preocupó tanto como su creador. Hace un mes y se había desmayado a no ser los hermanos Castiens que recurrieron a ayudarla. Se lo atribui a su incorrecta forma de alimentación, por poca sangre para evitar un descontrol y su propia oscuridad despertar.
—Le ofrezco mi sangre.
—La rechazo, estoy bien —fue anunciada su presencia nuevamente aquí —Hazlos pasar a los hermanos Castiens —giró a verme— Ve a alimentar a mi padre.
—Si Señorita Elizabeth, cualquier cosa que necesite, busqueme.
Siendo un cuervo me fui, desde la altura los observé entrar cuando me desvíe. En poco tiempo, llegué hasta su ataúd. Atento, fácil lo abrí.
—Mi Señor —lo observé con detenimiento —Es necesaria su presencia, su hija lo extraña —acomodé su diario dentro de su ataúd. Lo había recuperado, sin atreverme a desobedecer su orden de no leerlo apesar de tener la curiosidad de sus palabras más era personal —el resto de la Corte está débil por su descanso que los afecta —hice una pausa— y lo prefiero despierto. Escuchar sus ordenes. Le soy leal solo a usted.
Apesar de estar en descanso noté su bajo poder. De su palidez noté líneas oscuras.
—¿Mi Señor? —quise ayudarlo con algún hechizo conocedor. El efecto duró 20 segundos y regresó su excesiva palidez. Bajé la vista y observé su anillo brillar — su vínculo, es imposible —me incliné— No existe Mellissa Wilbert —lo analicé confuso, él sin despertar. Caí en cuenta— el vínculo con sus creaciones.
Alerta cerré su ataúd con la adecuada protección y salí.
—Señorita Elizabeth —la busqué sin encontrarla, su poder era muy débil. Siendo un cuervo me fue más fácil hasta encontrarla inconsciente en una esquina. Rápido cambié y la revisé —¡Señorita Elizabeth! —traté de despertarla hasta ella abrir los ojos.
—Hermano... mi... padre.
—En su ataúd Elizabeth —aún no me acostumbré a decirle hermana en voz alta —¿Que le pasó?
—Tenias razón... de desconfiar de los Castiens... me dieron sangre envenenada.. ellos...
—Debo salvarla —la interrumpi y la cure con un hechizo. Su recuperación fue lenta— ¿por qué lo hicieron?
—Algo... les interesa —la ayude a levantarse.
Me extrañó sentir un extraño poder y muy elevado. Ajeno a nosotros aquí.
—Vinieron por el Señor Vlad —recordé a la vampiresa.
—No lo pueden despertar.
Asentí y la ayude a avanzar. Entre más cerca, más me inquieto hasta llegar al centro. Al bajar las escaleras, la señorita Elizabeth mostró debilidad hasta expulsar sangre de su boca.
No obstante, noté la presencia de toda la Corte presente, alrededor creando un semicirculo. Débiles, Jonathan Williams sostenido por su alma. El joven Elliot y el joven Caleb ocultos detrás confundidos.
—¿Qué... está... pasando?
—No se altere —nos acercamos lo suficiente. Me di cuenta de una nueva presencia inesperada.
—Bienvenidos, eran los únicos que faltaban a la reunión.
—¡¿Vlad?!
Sostuve a la señorita Elizabeth, evité ella querer atacarlo en su estado.
Increíblemente él estaba frente a nosotros, recién despierto con su apariencia vampirica. De cada lado los Castiens.
—El mismo Elizabeth, Darkiel —sonrió con malicia— volví a la eternidad.
—No te saldrás con la tuya. No podrás salir de aquí.
—A ver antiguo, quien seas de los cuatro. No podrán detenerme.
Gabriel gruñó
—Te afecta el vínculo de la misma forma.
—Tal vez, igual a todos y aquellos que no, no les conviene evitarlo. Voy a atacarlos, no tienen el poder y sobre todo, no querrán afectar a su Señor— me observó fijamente— Cumpliré mi promesa Darkiel.
—Lo va afectar señor Vlad.
—¿Cómo... tú?
—Mi descendencia me despertó ingenua Elizabeth. Lionell a quien converti hace 90 años y mi hija de nacimiento Adelina. Que orgulloso estoy de ambos, los engañaron.
—Les espera la misma muerte que a ti Vlad.
—Son mis protegidos, dudo que me quieras matar hermanita —río— anda, atrevete y mata a nuestro creador.
—¡Ya veras Vlad! —la abracé evitando cualquier escape.
—No es personal. Solo liberé a nuestro padre por un injusto descanso que todos formaron parte. No, esperen tal vez si es personal —su hija rio.
—Ya tiene su libertad Señor Vlad, ya se puede ir con sus creaciones.
—Aún no estoy satisfecho Darkiel. No hemos celebrado mi despertar —dio un paso adelante— quiero ver a Derek. No me importa si está en descanso.
—Nunca estarás cerca de Mi padre. No vas a dañarlo, será el mismo daño.
—Necesito comprobarlo y nadie me lo va a prohibir.
—Blackniells —recurrí a él para sostener a la señorita Elizabeth. Hubo un forcejeo y di un paso adelante— Yo lo detendré Señor Vlad.
—Darkiel, siempre proteges a tú Señor.
—Lamento el dolor que les causare a todos.
Dejé fluir mi don, lo ataque más pronto se recuperó. Al instante fue un contraataque.
—¿Qué alardeabas Darkiel? ¡Nunca vencerte!
Lo dañé al atrevesar mi mano en su pecho. Él rápido retrocedió y sus creaciones intervinieron. A ella la detuve al dejarla inconsciente.
—El daño es solo a su creador de lo contrario su eternidad correrá el mismo riesgo. A toda costa el Señor Vlad volverá a su ataúd.
—Lionell detente —le ordenó— Carga a Adelina y nos vamos de aquí —se acercó— y no Darkiel, no volveré a ese ataúd.
—Tendré que obligarlo.
—¡Hazlo vil cuervo!
Di un paso más me detuve cuando él mismo atreveso su mano en su pecho, justo en su corazón.
—¡Y todos... nos vamos al infierno con Derek!
Pensé en mi Señor por su vínculo, no pude detenerlo.
—Se va a arrepentir —no lo ataqué.
Él sonrió con malicia y sacó su mano con sangre.
—Eso creí —se apoyó de su creación del hombro quien sostuvo en sus brazos a su hermana— Tendrán noticias mías —hizo un saludo al dejar su mano en su frente— Bienvenidos a la Guerra en su contra.
Desapareció con sus creaciones. Posiblemente cruzó la neblina sin dificultad para salir y se fue lejos del escondite.
Rápido recurrí a la Señorita Elizabeth, la menos débil.
—Es... mi culpa.
—No lo es Eliza —le dijo Lezy Black.
—Se va a recuperar —la sostuve— Mi Señor va a despertar y lo detendrá.
—Será un peligro haya afuera Darkiel —me abrazó— Debemos avisarles a todos en el Castillo.
—Sugiero esperar... rastrearlo y buscar la manera de... atraparlo y obligarlo a descansar —opinó Jonathan Williams.
—Y sus creaciones sean eliminadas —sugirió Gabriel.
—Una creación de Derek no puede vencernos —dijo Luckian.
—Espere señorita Elizabeth para dar el aviso. Lo primordial es su recuperación —ella asintió.
Sin embargo, fue difícil detenerlo. Pasaron semanas y descubrimos que comenzó a convertir humanos, crecer su imperio, se recuperó y se volvió más fuerte hasta eliminar purasangres al grado de su descanso ser conocedor. La Señorita Elizabeth tuvo que informarles e ir al Castillo, afrontó las consecuencias.
—Permitanme acompañarla.
—No Darkiel prefiero que te quedes con mi padre. Con Vlad libre, puede regresar.
—No puedo dañarlo otra vez sin afectar a su creador.
—Lo sé pero dado el caso, será la forma de detenerlo. No voy a tardar —con un rápido abrazo se alejó— no tardaré hermano —desaparecío de mi vista.
Conté el tiempo de su regreso. Entre vigilar a mi Señor creció la preocupación de su creación expuesta al peligro por su propio hermano, el señor Vlad.
En cuánto regresó y apareció frente a mi, no evité abrazarla ante un impulso.
—Darkiel, estoy bien.
Me alejé
—Disculpe el atrevimiento...
—No me molesta —falló al sonreir— ¿Mi padre?
—Sin despertar ¿cómo le fue en el Castillo?
—Los líderes y su Consejo, están enterados de Vlad. Hubo molestia en el Rey, preocupación en la Reina. Reclamos, sorpresa, miedo hasta inquietud por sus creaciones. Varias desconocen de Vlad. Ya no lo pueden ocultar apesar de sus medidas con la nueva vigilancia y barreras de protección.
—Al señor Vlad no le interesa atacar a sus creaciones. Solo quiere dañar a nosotros, al Rey y volver a tener a la Reina a su lado.
—Lo sé pero va a descubrir o ya conoce la existencia de Darel Valentains. Es su hijo y si descubre sobre su oscuridad...
—Lo atacará con la idea de eliminarlo.
—Peor aún Darkiel, usará su poder oculto en nuestra contra.
La señorita Elizabeth tuvo razón de inquietarse.
—Aún desconoce su creación de la oscuridad.
—Eso nos favorece, la oscuridad no debe despertar nunca otra vez. Mi padre en su estado, no podrá ayudarlo —asentí.
Fue tan necesario y esperado su despertar.
Más fue inevitable.
Darel Valentains descubrió sobre la oscuridad oculta en él. Un mayor riesgo como conocer de Vlad Valentains, la Guerra en su contra que afectó a sus creadores.
Un mayor problema fue la insistencia de la mayoría de la Corte pensar en eliminar a la Reina. Creyeron que su inexistencia afectaría al Señor Vlad y lo detendria. Fue una equivocación. Un error cuando no era la culpable. Su existencia fue valiosa en la eternidad como la de cada una de sus creaciones y su Rey iba a evitarlo.
—¿Fue Blackniells al Castillo? —le pregunté a la Señorita Elizabeth.
—Si Darkiel, no desiste por la idea de su hermano.
—Empeoran la situación. Otra Guerra contra el Castillo.
—Es la desesperación Darkiel. No poder detener a Vlad —la seguí hasta llegar al ataúd de mi Señor aún cerrado— tenemos que despertarlo.
—A su creador no le gusta la intervención en sus descansos. Va a despertar en el día que él lo considere —ojee su ataúd— debe afrontar su oscuridad.
—No Darkiel, no es su oscuridad. Es mi madre —asentí tras días ella querer entrar en su cabeza. Fue un plan fallido— está con ella cuando aquí lo necesitamos.
—La perdió Señorita Elizabeth. Su alma y ni su poder la hizo traer de vuelta —recordé años atrás sus palabras.
—¿Qué busca mi Señor? ¿Por qué quiere todos los grimorios que existen?
—Por conocimiento. Encontraré el hechizo para traer a la eternidad a Mellissa.
—Es imposible, mi Señor.
Asintió
—Puede que tengas razón. Mellissa no existe más —se sentó en su trono.
—Tiene a su hija, todo lo que anheló y logró —lo anime.
—Y nada se compara a mi alma, mi fiel informante.
—¿Cómo lo vamos a despertar Darkiel? —regresé a la realidad.
—Con hechizos señorita Elizabeth. Vamos a tener que desobedecerlo e intervenir en su despertar —sentencie.
Cada día fue un mal intento ante un fallo a nuestro príncipal plan.
—Iré a alimentarlo, Darkiel
—Le llevaré una copa para usted, Señorita Elizabeth.
Ella asintió y se fue por el pasillo. Cada día demostró tristeza y frustración ante el asunto de su creador.
Avancé por el pasillo contrario. Me desvíe a ir hasta la habitación asignada donde solía guardar la sangre almacenada cuando percibí ruido en otra estancia. Un lugar prohibido, se requería un permiso para entrar.
Desistí mi idea y me acerqué en dicha dirección. Me crucé con HV1CR.
—Joven Caleb
—Señor Darkiel —lo detuve y lo analicé.
—¿Le puede llevar sangre de purasangre la más reciente a la Señorita Elizabeth en una copa? Estante 3, esquina superior. Es de su agrado.
—Si por supuesto. Yo se la llevó ¿Dónde está?
—Con su creador —hizo una mueca— Te doy el permiso de entrar. Dile que te envié.
—Si, permiso —tras una reverencia se fue.
Lo perdí de vista y seguí avanzando. Me detuve al llegar a la puerta y la abrí con cautela. Percibí la presencia del joven Elliot dentro ajeno a mi presencia. Enseguida cambié imitando al joven Caleb y de esa forma entré.
—¿Qué busca aquí?
Él se dio la vuelta, me observó sin darse cuenta.
—Caleb, baja la voz. Estoy buscando un valioso hechizo para el Castillo, me lo pidieron a cambio de sangre de la Reina —observé alrededor, había muchos grimorios esparcidos en el suelo— Ayúdame a buscar ¿sabés dónde está Darkiel y Elizabeth?
—Con el antiguo vampiro —tomé un grimorio, fingí buscar— ¿qué hechizo busca?
—Un hechizo de Resurrección. Te digo que es para la Reina. Creen necesario usarlo si Derek Valentains en algún momento deja de existir por la guerra de su creación. Es protección la verdad y de cierta forma, creo que ella está vinculada. Por él resucitó, también le afecta su destrucción —me alerte— y de ninguna manera la Reina Aylin puede morir, la adoro —bromeó y se dio la vuelta. Buscó en los estantes.
—Ya veo —rodee la mesa— ¿Por qué no lo solicita a... Darkiel?
—No me lo dará Caleb, aprecia mucho a su Señor.
—Si, no se lo dará y más cuando están en su contra —avancé a un estante, agarré un antiguo grimorio creado por mi Señor y busqué la página. Al encontrarla, corte la hoja.
—Busca Caleb, no nos deben descubrir.
—En un ocasión, vi a Darkiel ocultar un hechizo. Mencionó que es poderoso y de su Señor —cause su atención. Le entregué la hoja, él la leyó.
—Caleb, es el hechizo de Resurrección —alzó la vista— Te debo una.
Rápido se la arrebate.
—No tiene un permiso.
—Caleb, dáme el hechizo o creenme te voy a atacar— se acercó lo suficiente— aunque te aprecie por ser creación de mi Madre, contare hasta 3.
—1, 2 y 3 —conté por él— Es ingenuo joven Williams— ante él cambié en mi real aspecto.
—¡¿Darkiel?! —retrocedió— Tú... tú usaste tú don. Imitaste a Caleb.
—El hechizo de Resurrección no le corresponde —le dije sin darle una explicación.
—Solo... cumplí un favor de los líderes del Castillo, fue su idea.
—A cambio de su sangre —él asintió. Temio un ataque de mi parte— Tendrás el hechizo.
—¡¿De verdad?!
—Se los llevaré personalmente. Me ha dado una idea joven Elliot —sonreí mostrando mis colmillos y usé un hechizo en su contra para dejarlo inconsciente— agradezca que no pienso dañarlo ante su traición.
Cambié en cuervo y me fui de Rumania directo a su Castillo.
...
En corto tiempo llegué y sin contratiempos entré a la sala. Por suerte me crucé con ambos líderes ante a mi.
—Darkiel —la Reina rápido se alejó de su Rey —Hace tiempo que no aparecías aquí— noté su sorpresa hasta miedo.
—Solo cuando involucran asuntos de mi Señor. Mi presencia aquí no es un visita de cortesía, al contrario si estoy aquí es para aclarar el ataque contra mi Señor.
—A nadie nos favorece que Derek deje de existir. Dependemos de su existencia.
—Y aún así actúan en su contra tratando de robar sus hechizos en su propio beneficio —se vieron cómplices —Tuve sospechas, con métodos de tortura el hijo de Williams confesó su trato— les mentí, demostré mi molestia.
—No tenemos nada que ver con... Elliot.
—Y tampoco te debemos una maldita explicación. Si conoces la salida, te advierto mejor retirarte.
—Malinterpreta lo que estoy diciendo. Soy su protector y mi obligación es mantenerlo en la existencia cuando su despertar se esta complicando —busqué en mi bolsillo —le ofrezco un mejorado trato conmigo. La sangre de mi Señor y el hechizo de Resurrección —les mostré un pequeño frasco de vidrio con sangre oscura. Sangre de mi Señor —a cambio de sangre Valentains.
—¿Cúal será su uso?
—Despertarlo, como sabrán la señorita Elizabeth esta intentando lo posible pero nada funciona ni la donación de su sangre como su creación y solo logra debilitarse. Tengo la seguridad que necesita una mayor dosis, sangre de cada Valentains y usted es útil por ser su sobrino, la de su Reina y toda la descendencia —en el frasco dejé un trozo de papel con letras escritas— es un precio justo. Llegado a utilizarse, su alma aún podría mantenerse en la eternidad.
—¿Me lo aseguras sin la existencia de Derek?
—El hechizo de Resurrección va a funcionar al usar su sangre, usted mismo puede revivir la marca aunque tendrá que tener el poder suficiente como el de mi Señor. Usando a cada Valentains, lo logrará —se lo entregué a su alma— Renicius, my sangrem. Vidam eternius. Sin correr el riesgo de perder cada recuerdo.
Ella dudó hasta que lo aceptó.
—El Señor Vlad esta interfiriendo demasiado, cada vez se vuelve más fuerte, esta debilitando a cada uno de los vinculados como a su propio creador.
—Lo sabemos pero ¿nos aseguras que si Derek despierta, lo va detener nuevamente? —me preguntó la Reina.
—Será un riesgo que todos vamos a correr. Su Rey con el hechizo, de mi parte que logre despertarlo.
—Es un trato —resonó la voz de Darren Valentains— tendrán toda sangre Valentains a cambio de una eternidad.
—Es un trato su alteza, estaré esperando esa sangre comenzando por la suya.
Satisfecho cambié en cuervo y me fui volando.
En poco tiempo recibimos su sangre más ni sangre Valentains ayudó a despertar a mi Señor pero seguimos con mil intentos más.
(...)
Con el paso de los meses, hasta Rumania llegó la noticia de Darel Valentains haber salido del Castillo con otras creaciones Williams y Collins. Con ayuda del joven Elliot, apenas se enteraron sus creadores tuvo su propio castigo. Privado de su don. Ante su idea de crear un vínculo falso con la Reina. Injustificada razón.
Ellos al huir del Castillo causó el despertar de la oscuridad en Darel Valentains ante un enfrentamiento con la misma creación del Señor Vlad. Ella tuvo el poder de despertar a una oscuridad oculta por años. Pese a que no lo logró, hubo un fallo en su plan cuando cada creador intervino por su propia creación. Especialmente Darren Valentains tuvo un enfrentamiento con el señor Vlad para salvar a su hijo.
Y en otra ocasión, él logró capturar a su Reina, estuvo por lograr su plan cuando fue traicionado por su creación. Lionell Castiens dejó de existir, su eternidad fue arrebatada por el mismo Rey.
Y eso empeoró la Guerra.
Varias veces le advertí al Señor Vlad ante mi controlable impulso de no atacarlo cuando cada vez el vinculo que anclo Derek Valentains con todos ellos, los estaba afectando.
Y fue más grave con la oscuridad siendo un mayor problema para el vampirismo.
...
Ante la situación de mi Señor, dejamos de visitar el Castillo hasta que llegó el recado. Darel Valentains fue atacado por el primer híbrido. Casi perdió su eternidad más la oscuridad mantuvo su existencia anclada.
Hasta descubrír el vínculo del mismo vampiro con Dennis Flowang, creación de su considerado "Cazador" Tras investigación, descubrimos su origen y real apariencia de su descendencia, ella una portadora de magia oscura anclada al Darel Valentains, un mayor riesgo por su oscuridad.
Ese otra ocasión, todos recurrimos al Castillo, específicamente en la sala real debido al mismo tema y sus consecuencias.
—Estamos aquí. Recibimos su mensaje ¿Qué sucedió con su creación?
—Valuk lo mordió, intentamos de todo para sanarlo, darle nuestra sangre, la de Alina, la del mismo Valuk. Usar formas de sustraer el veneno pero nada funcionó. Darel volvió a morir.
Había lágrimas en sus ojos, evidente la tristeza en la Reina.
—Pero la maldita oscuridad lo trajo de vuelta. De alguna forma lo controla del todo.
—¿Fue completamemte liberada? —les pregunté.
—Creemos que tiene a Darel atrapado.
—Hay una pizca para salvarlo. No lo van a perder. Lezy esta dispuesta a ayudar en lo que necesiten. Se está encargando de la barrera, reforzando el hechizo para que en dado caso, la oscuridad de Darel se mantenga aquí, pero no puede sola, ante el estado de Alina, recurrimos a traer a Elliot y él ayudarla.
Otra vez Alina Valentains usó su don incorrectamente. Fue quién liberó la transformación del híbrido y a su vez fue afectada por su propio don. Aunque en ocasiones lo usó de la forma adecuada.
—En este momento, él es lo último de nuestras preocupaciones.
—Lo voy a vigilar, no causará problema en cuanto Lezy termine, regresará a Rumania y si me permiten, iré a ver a Valuk, sigue siendo un Williams.
—La oscuridad de mi Señor no es fácil de vencer.
—¿Puedes obligarlo a descansar?
La Señorita Elizabeth me observó.
—Puedo intentarlo, puede funcionar. Mi padre tantas veces tuvo que obligarse a descansar por lo mismo. La oscuridad no puede actuar de esa forma en un vampiro.
—Sin embargo, se corre el riesgo de que su creación no la soporte al batallar con ella durante el descanso. Fui el responsable de dormir a mi Señor siglos atrás, tuvo un descanso duradero pero la última vez la oscuridad fue difícil de mantenerla en él. Me atacó con gravedad, controló a mi Señor. Con el tiempo, ya no es la misma, conoce el poder y las formas de mantenerla atrapada —saqué un frasco de sangre —¿Quieren correr ese riesgo con su creación?
—Es sangre de mi padre, mía y de toda la Corte. Ya esta bajo un hechizo, es cuestión de inyectarla en él y dormirlo con todo y la oscuridad.
—Si es la única opción, tiene que funcionar —estuvo de acuerdo la Reina.
No obstante, entró alterada su primer creación.
—Alina, no despierta. La magia oscura no desaparece de ella.
—Una vez la magia oscura controla a la vampiresa o vampiro, es difícil destruirla cuando ya forma parte de su poder, un don al despertarla —le dijo la señorita Elizabeth al verla— pero si tú hija es lo suficiente fuerte, puede aferrarse y ella controlarla y volver a ser la misma. Es mucho más fácil lidiar con la magia que alguna clase de oscuridad —me observó— ¿Te encargas Darkiel?
—Por supuesto Señorita Elizabeth, tengo experiencia, fui de ayuda para nuestra creadora Mellissa Wilbert y conozco el hechizo para despertar a su creación con su don controlado.
—Gracias ¿Qué pasó con mi hermano?
—Darel murió
—¡¿Qué!?
—Volvió hija, la oscuridad lo curó. Por un momento, tú hermano... se volvió polvo pero volvió a resucitar y... esta atrapado.
—Su oscuridad lo controla —abrazó a su creadora. Ambas afectadas por el joven vampiro.
—¿Qué tan fuerte es esa oscuridad? ¿En qué lo va a convertir?
—La oscuridad de mi Señor no se trata de la misma que cualquier vampiro o vampiresa posee durante el tiempo que debe descansar.
—Darkiel —me advirtió la señorita Elizabeth— será peor que lo sepan.
—¿Qué ocultan? Hablen maldita sea.
Creció la molestia en Darren Valentains.
—No están tratando con la peor maldad de una versión de él. La oscuridad es una sombra que hace siglos, encontró a mi Señor al buscar a los vampiros más fuertes para poder consumir su poder. Ha estado controlando vampiros, Vlad Valentains, creador de mi Señor la tenía y fue traslada a su creación.
—La sombra los elige. Deben descansarlo ahora, pero aseguren que sea en Darel porque siendo la sombra, no habrá resultados.
—Lo más difícil es traerlo de vuelta, si aun persiste, debe haber una pizca del vampiro que controla.
—Eso no suena fácil. Aquí la pregunta crucial es ¿quién lo va hacer? Es mejor actuar sin que se de cuenta porque ni Darel, ni quiero creer que esa... sombra querrán descansar eternamente.
El silencio los invadió, todos vieron el frasco.
—Puedo ayudar a mi hermano si logro controlarlo con mi don.
—No, Ana Liz. Te va a dañar si su oscuridad te detecta en su contra. Tú regresa con Alina.
—Mamá pero...
—Criatura, es ese estado es más fuerte que tú y yo tal vez no sea tan fuerte, nunca he enfrentado a una oscuridad ni la mía propia pero puedo ser la distracción.
—¿Tú? No lo creo Esteban, lograrás que te mate y se pierdan más vampiros incluyendo a mi padre. Ningún vinculado puede estar cerca de él, ni yo misma al ser de aquí la más fuerte, siendo descendiente de mi padre, me querrá matar al detectar la sangre y poder que tengo de mi creador.
—Con gusto podría intervenir pero la sombra ya me conoce —me ofrecí más seria otro enfrentamiento con la oscuridad.
—Ninguno actuará —el Rey sujeto el frasco—Se trata de mi maldita creación, yo seré quien lo haga.
—¡No! En cuanto te vea, te matará como tanto ha intentado hacerlo. Nos lo comprobó hace un rato, a ambos quiso... consumir con lo que es —su alma le arrebató el frasco y lo ocultó detrás de su espalda— También es mi hijo, soy su madre y no me rendiré nunca con él.
—De la misma forma puede actuar en tu contra Ayline.
—Tal vez, si se trata de la oscuridad pero Darel no lo haría. Puedo traerlo de vuelta y sé como. Me tiene que escuchar.
—Mi hermano la aprecia mucho más que todos aquí. Puede funcionar.
—Pequeña puede ser esa única opción.
—Déjame hacerlo Darren, por Darel.
—No voy a contradecir lo obvio. Como su creadora, Darel te prefiere —estuvo de acuerdo—Hazlo Ayline pero vamos a intervenir si se le ocurre...
—Darel no sería capaz —giró a vernos —¿Debo decir un hechizo?
—Ya no es necesario, solo inyectale una gran cantidad de sangre. Suerte con tú hijo, Lin.
Y así lo hizo, más su creación atacó a su creadora. Con un plan fallido tuvimos que intervenir. Todos alrededor, atentos en su creación controlada por la oscuridad inconsciente en el suelo.
—El descanso eterno ya no es cura para él.
Tan pronto, él despertó y río siniestro.
—¿Tú? Siglos sin vernos —se dirigió a mi —Ya nada de lo que hagas, me controla.
—Eres una sombra aún débil contra el vampiro que poseiste —chasqué mis dedos y lo dejé inconsciente —no será por mucho tiempo.
—Darkiel no puede repetir el proceso, de lo contrario prácticamente le dará poder a la oscuridad cuando va a destruir lo que quede de Darel porque aquí todo ataque lo recibe él —les contó la señorita Elizabeth.
—Fallé, no actúe rápido —comentó la Reina.
—Hiciste tú mejor intento.
—Debe existir una conexión que Darel se aferre.
—Dennis, pero esta del lado de Vlad y lo usará en nuestra contra. No lo salvará.
—Otro vínculo. Tú tienes una conexión superior con Darel a comparación de mi. Ayline puede crear ese vínculo y reforzarlo de la misma forma en un anillo.
—¿Cúal es tú idea?
—La maldita oscuridad necesita ser atrapada, si no es en Darel, será un maldito objeto.
—¿Es posible? ¿La oscuridad puede ser trasladada a un anillo librandose de ella? ¿O a un brazalete?
—Sería lo mismo cuando debemos destruir la oscuridad, no dejarla dentro de él y que lo controle siempre.
—Puede funcionar mejor el anillo —emití— Pero se necesita uno con mayor antigüedad y poder en su función. Un objeto más poderoso.
—Existen, hay una maldita caja con varios de ellos.
—Del mismo lugar que obtuve mi anillo y la Reina el suyo de promesa eterna —Lezy Black desde años conservó su anillo de gema verde.
—Esos anillos son de mi creadora.
Recordé la caja.
—Mellissa Wilbert los creó hace siglos con magia oscura. Su uso es un riesgo cuando la mayoría es para el mal —les conté —Los había olvidado, pero si aun podemos usar el anillo de elixir, su creación puede salvarse.
—¿Elixir? Es una forma de expulsar todo el mal de un vampiro y curarlo ¿es así Darkiel?
—No del todo Señorita Elizabeth. Nuestra creadora nunca lo usó contra la oscuridad de vampiros, mucho menos en una sombra misma que tratamos. No cura males como mordidas de un híbrido pero si solía usarlo para curar vampiros sin causas letales.
—¿Conoces el hechizo? —asentí— dímelo y usaré mi don con tal de ayudar.
—Darkiel, si logramos mantener la oscuridad fuera de Darel ¿creés que al ser de vuelta a mi padre, él pueda despertar? Él podría más controlarla.
—No le daré la seguridad que funcione de esa forma señorita Elizabeth.
—No importa, vamos a intentarlo. Danos los anillos, podemos lograr despertar a mi padre aunque Darel vuelva a dejar de existir sin su oscuridad —lucio segura.
Hubo un desacuerdo.
—La oscuridad no es suya, pienso en lo mejor para él. Con mi padre despierto, detendrá a Vlad y se ganará la Guerra.
—No a consecuencia de perder a nuestro hijo.
—¡Darel es peor con la oscuridad! —estalló ella —no puede batallar con la sombra.
—Les pido a todos mantener la calma —interveni— La sombra no le pertenece ni a mi Señor, ni a su creación su alteza. Decide por ella misma, actúa y debe ser destruida sin afectar a ningún vampiro.
—No estés de su lado Darkiel. Estas olvidando la lealtad a mi padre.
—Señorita Elizabeth siempre pienso en el bienestar de mi Señor cuando no él no está en condiciones. Sustraer la oscuridad es una opción que ambas partes pueden obtener resultados positivos. En el momento que la sombra sea atrapada en el anillo, se puede vincular con su creación de la misma forma con tal de darnos el tiempo suficiente para despertar a mi Señor sin que su creación deje de existir. Después volverá a usar el anillo con la oscuridad atrapada otra vez.
Comparti una mirada con la Señorita Elizabeth. No funcionaria así. Ante todo fue mi Señor por un joven vampiro.
—Queremos destruirla, no mantenerla en Darel.
—La necesita para existir, pero no liberada controlandolo. Darel estuvo estable por casi un siglo, que controlada así perdure por más tiempo. Confiaré en tus palabras Darkiel.
—Conozco el hechizo de vinculizacion que mi Señor usó con todos los vampiros conectados a él, la Señorita Lezy puede usarlo para vincularla con su creación. Debe funcionar— les mentí.
—En ese caso, si todos están de acuerdo iré por los anillos, entre más pronto se actúe mejor —emitió Lezy Black y se fue.
Antes de arrebatar la oscuridad en Darel Valentains, recurrí a ayudar a otra creación afectada, Alina Valentains. Por petición suya y orden y permiso de la Señorita Elizabeth. Solo una vez más, pensé ser correcto acercarme a ella.
—¿Me permite pasar? —pregunté cuando me fue abierta la puerta.
—Curala por favor
—¿Qué hace... el cuervo aquí, Liz?
—Puede traer de vuelta a Alina, ella controlando la magia oscura.
—Prefiero a Lezy antes que alguien que le sirve a Derek Valentains. Ni a él, ni a su descendencia quiero cerca de Alina.
—La Señorita Elizabeth como la señorita Lezy están creando un hechizo para la oscuridad de la creación de sus creadores. Me temo que soy su único recurso si les importa el bienestar de su creación. De otra forma pierdo mi tiempo aquí cuando soy solicitado en otra parte.
—Ignoralo, tú cura a Alina.
Me adentré tras ser empujado por su creadora.
—Permiso de su creador
—Ayudala de favor
Ignoré su mirada y concentré la vista en ella, yacia acostada en su cama, con sus ojos cerrados, con sus manos en su abdomen, serena. De su palidez resaltando las líneas oscuras. Con su cuervo inquieto en la cabecera de la cama.
La misma preocupación.
Lo entendí a la perfección.
Lo observé fijamente. Mentalmente pensé: Voy a salvarla.
—Si puedes ayudarla ¿cierto? ¿Necesitas nuestra sangre? ¿Su brazalete?
—Necesito silencio y total concentración —respondí y dejé de ver a su cuervo. Fije la vista nuevamente en ella. Levanté mi mano y dos dedos dejé en su frente —La magia oscura es más fácil de controlar que una oscuridad, aunque ambas dependen de si misma.
Pronuncié un bajo hechizo y hubo efecto.
—Te agradezco mucho Darkiel, Alina lo es todo para nosotros.
Lentamente alejé mi mano. Confuso ante la visión.
¿Por qué iba a necesitarla?
¿Por qué le agradecería? ¿De qué?
Todo parecía ser en este mismo lugar más iba a averiguarlo. Fingí y observé a su creadora.
—La señorita Valentains necesita aprender a controlar su don. No siempre es destructivo cuando puede usarlo como salvación como así misma. Les sugiero solicitar la ayuda del joven Elliot Williams, a temprana edad, casi la misma eternidad que ella, la controla a la perfección. Puede entrenar a su descendencia.
—Por supuesto, depender de otro Williams.
—No suena mal aunque tenga que perdonarlo por lo que hizo pero por Alina soy capaz. Vamos a convencerlo, si es necesario abogar a que se quede en el Castillo como entrenador de nuestra hija.
—¿Tú no puedes hacerlo? Odio admitirlo pero la ayudaste ahora tan fácilmente.
—Mi Señor me necesita más que la Señorita Valentains. Yo volveré a Rumanía.
A toda costa, debía existir una distancia.
—Lo entendemos, se lo pediremos a Elliot.
—Hay una conexión. Ambos comparten el mismo don.
—Ya comienzo a dudar de quererlo cerca de mi hija.
—Owen...—lo regañó su alma.
Desconocí si se trataba de su vínculo.
—Su hija está curada, si es todo me retiro.
No esperé verla despertar cuando me fui y regresé a la sala. Su protector fue su propio cuervo en mi lugar.
Les informe la noticia y estuvieron preparados para combatir la sombra en Darel Valentains. Se comprobó y fue correcto el fallo. Ventaja para mi Señor, desventaja para su creación.
—¡¿Qué le está pasando Lezy?! ¡Crea el vínculo conmigo!
—¡Eso intento pero...! No puedo vincularte con él, con algo que no existe en esta eternidad. Darel murió dentro de ti y solo nació gracias a la oscuridad. La necesita obligatoriamente si es la única que si puede estar vinculada con él.
—Nos mintieron... no era su intención ayudarlo.
—Yo prefiero a mi padre ante que a tu creación. No te devolveré la oscuridad.
—Y nosotros preferimos a Darel ante que todo —fue más veloz el Rey al atacar a la Señorita Elizabeth —Regresa el maldito anillo o te arrancare la cabeza ahora mismo.
—No seas iluso. En el fondo sabes que esa nunca fue tú creación. Darel nunca existió en el vampirismo.
—¡Le exijo que la suelte! —traté de intervenir— ni se le ocurra dañar a la Señorita Elizabeth.
—El anillo para Darel ahora o Darren lo hará —sentenció la Reina. Lo creí capaz pese a las consecuencias.
—Un solo movimiento...
—No lo hará Darkiel. El Rey sabe que matándome perderá más.
—Al igual que tú a tu maldito creador. En partes iguales, los dos vamos a perder, pero tendré la satisfacción de matarte maldita.
—No le conviene —le dije. Debía salvarla.
—No Darkiel
—Mi Señor cometió un grave error en el pasado, señorita Elizabeth —le arrebate el anillo —Nunca debió librarse de la sombra de esa manera en una débil creación. Nunca debió ayudarla a traerla de vuelta cuando debió aceptar la pérdida y superar el duelo —le entregué el anillo con cuidado— Ningún vampiro debe dejar de existir por culpa de la oscuridad.
—¡Darkiel! —cause su molestia.
Enseguida le colocaron el anillo. Su creación se recuperó y volvió su oscuridad a controlarlo al él despertar.
—Darel. Te prefiero con la oscuridad a perderte otra vez.
—La sombra —pronunció en voz baja—la controlo otra vez y sigue dentro de mi.
+++
Mantuvieron a su creación encerrada en el Castillo mientras que nosotros insistimos en despertar a mi Señor. Más en una ocasión me sorprendió la petición del joven Elliot, más preferí su sinceridad a un ataque en mi contra.
—Ahí estás. El cuervo más leal y servicial.
—Joven Williams, bienvenido otra vez.
Después de todo, pasó tiempo en el Castillo, ayudando a la señorita Valentains a controlar su don como cerca de su hermano. Más por el mal estado de su creador regresó.
—Si, eh... Darkiel —notó las copas en mis manos — Tienes mucha sed ¿no?
—Es para mi Señor, sangre de su hija, de forma inyectada se la daré. La necesita y espero lo ayude a despertar.
—No quiero ilusionarte pero ya lo han intentado. El antiguo vampiro no despierta.
—No me rindo con mi Señor, le pido no intervenir joven Williams —avancé y lo esquive.
—Darkiel, lo siento —usó su velocidad para aparecer frente de mi —Derek Valentains debería despertar y como sabrás, soy el mentor de Alina y a la vez estoy prácticando nuevos hechizos —rió nervioso— no, no puedo hacerlo.
—¿Qué lo agobia joven Williams?
—Me descubriste. Tenía la idea de esperar a verte convertir en cuervo para arrebatarte una pluma sin que te dieras cuenta.
—Eso es imposible —retrocedí atento de su ataque— ¿por qué quiere una de mis plumas?
—No para mi Darkiel. Yo quiero regalarle una a Alina, ella es fan de ellas, un ejemplo de su cuervo Doki, no sé como le diga —Darki, no creí necesario corregirlo— Ella a mejorado demasiado con su don y quiero darle tu pluma, le ayudará a esforzarse más —obtuvo mi silencio— pero igual puedo buscar la de otro cuervo, no importa.
—Necesito el permiso de mi Señor pero puedo hacer una excepción —le entregué las copas y ante su mirada, cambié en cuervo y en pocos segundos regresé a la normalidad con una pluma en mi mano —No la pierda.
Hubo un cambio de una pluma por las copas.
—Te debo una cuervo.
—Ya lo esta haciendo en ayúdarle a la señorita Valentains. Permiso.
Me alejé de él.
Pensé en Alina Valentains, por supuesto no le creí. Debía tener un propósito con mi pluma. Tal vez me equivoqué más pensé la posibilidad de ella pensar en crear más cuervos. Tal vez lo lograria, tal vez esa era motivo de la visión. Ella iba a lograrlo y le iba agradecer por eso. Iba a lograr un hechizo que mi Señor no logró, iba a ayudarme a no ser único.
No se lo conté a la Señorita Elizabeth cuando la conocía. Iba a crecer mi duda de que tal vez, la pluma la usaría en mi contra.
Tal vez por su don, me iba a dañar. Tal vez era una destrucción mutua y no desee que lo fuera.
Recordé las palabras de la Señorita Elizabeth.
Alina Valentains no era igual a mi creadora pese a tener su igual don y no debería importarme protegerla como su eternidad.
(...)
Cuando ellos mantuvieron controlada a su creación por la oscuridad. Dejamos de ir al Castillo. En ningún momento dejamos de buscar maneras de despertar a mi Señor y ninguna funcionó. Ni sangre, ni mil hechizos y era peor la afectación.
Su propia creación lo estaba venciendo.
Experimenté la frustración ni por mi don y conocimiento podía ayudarlo.
No dejé de revisar cada grimorio, todos había revisado y ninguno sirvió. En la biblioteca con mi vista fija en cada estante con cada grimorio.
El señor Vlad se ganó esa nueva sensación de odio. De ninguna manera le iba permitir un mayor daño a mi Señor. Debía evitar el mismo destino que mi creadora.
Pensé el riesgo de su eternidad y cegado por la molestia, sin permiso me fui de Rumania. Tras un ataque, él cambió de escondite y se atrevió a recurrir a la Mansión. Nuestro escondite antiguo.
Ni por su barrera, ni por sus cientos de creación me fue difícil entrar cuando me detuve en el centro imitando a mi Señor y logré lo esperado, miedo en su creación al verme.
—Padre ¡Vlad!
—¿Qué quieres Adelina? —su creador salió de mismo lugar que mi Señor permaneció por siglos. No llegué a comprenderlo si él juró odiar este lugar que permaneció cerca de un año con nosotros y habia recurrido al mismo lugar.
—El antiguo vampiro
Él se acercó, tenso, con una pizca de miedo hasta que me descubrió.
—Ese no es el real Derek, buen intento Darkiel. Lo percibo, él aún no despierta y espero que no lo haga por mucho tiempo —se cruzó de brazos— ¿A qué se debe tú visita? ¿Vienes a atacarme?
—Lo haría si no estuviera vinculado con mi Señor —observé a su creación, quién le ayudó en todo —y a causar temor a todo aquel que está en su contra.
Enseguida cambié en mi real apariencia.
—Darkiel, no puedes hacer nada. Tú Señor me vínculo con él, en el pasado me molestó eso pero a estas alturas, le agradezco demasiado. Soy lo que soy, por él.
—Mi Señor nunca debió convertirlo y sobre todo, concederle la eternidad, no la merece señor Vlad. Detenga la Guerra y deje de perjudicar a su creador.
Él bajó sus brazos
—Nadie puede detenerme, ni tú. No eras capaz de matarme como al mismo tiempo a tú preciado Señor.
—No vine a matarlo señor Vlad, si existe otra manera. No me lo complique, por la existencia de mi Señor, soy capaz de enviarlo de regreso a su ataúd.
Tuve la oportunidad y lo ataque al sostenerlo de cuello.
—Hazlo y será el mismo daño... a Derek.
Odie que tuviera razón, disminui mi fuerza.
—Eso te hace débil, eres un esclavo, dependes demasiado de tu Señor. Si no te proteges a ti mismo, no podrás hacerlo con él.
Nuevamente anhele dañarlo.
Di un paso adelante cuando noté un círculo a mi alrededor con neblina oscura.
—Das un paso y estarás muerto —escuché a su creación decir. Era imposible si era considerado eterno— Tengo entendido que fuiste creado por la magia oscura y la misma te puede destruir.
—No tiene el poder suficiente —le respondí atento de su don. La misma magia oscura podía afectarme.
—Tal vez no —sonrío maliciosa— pero si puedo absorber tú poder, muéstrame toda esa valiosa información que ocultas— trató de controlarme.
—Tienes que controlarlo, Adelina.
Le fue difícil, solo ganó su dolor al entrar en mi memoria.
—Eso intento... pero no me deja... me bloquea.
Sonreí con malicia cuando la percibí como invasora en mis recuerdos. Hasta aquellos que había olvidado. Me inquiete, traté de afectarla cuando logró su intención al revivir un recuerdo con mi creadora.
Fui atrapado por su causada oscuridad.
—Lo tengo —pronunció el hechizo.
La oscuridad se desvaneció y extrañamente fui un cuervo sin mi autorización. Quise cambiar cuando algo evitó el cambió en mi normal apariencia.
Quise atacarla nuevamente cuando ella estaba débil más preferí irme y regresar a Rumania.
Fue desesperante, preso de la debilidad logré llegar y encontrar a la señorita Elizabeth.
—Hola Darkiel —en su hombro aterricé y grazne sin control— espera, no te entiendo. Cambia por favor.
Creció la preocupación.
Me gustaba ser un cuervo más no serlo siempre sin poder cambiar.
Volé y aterricé en el suelo. Al frente de ella.
—¿Por qué no cambias? —volví a graznar— Espera un momento —lucio confundida. Fue difícil explicarle— grazna si es correcto —hice silencio— Fuiste a enfrentar a Vlad, eso fue algo impulsiva viniendo de ti. Querías atacarlo y su hija intervino. Creo que te atacó y uso su don contigo —extendió su mano, al instante volé y me detuve en su palma— y no puedes cambiar —grazne en respuesta— Darkiel, eso es grave —hizo una pausa—Te voy a ayudar, fuzul —volvió a intentarlo y no logré cambiar— no puede ser.
Conmigo en su mano se dirigió a la biblioteca. Comenzó a revisar varios grimorios cuando volé y con mi pico le señalé de de Mellissa Wilbert. Al instante ella lo sostuvo entre sus manos al aterrizar en su hombro.
Uso varios hechizos y todo fue un resultado fallido.
—No puedo, todo sería más fácil si mi padre estuviera despierto. Él si lograría ayudarte. Ni siquiera mi don funciona, apesar de ser hija de nuestra misma creadora —lució preocupada. Grazne, podía esperar hasta que mi Señor despertara —No Darkiel, te necesito y no solo como un cuervo.
No se rindió, la Señorita Elizabeth siguió buscando, intentando con un mismo resultado.
Solo un poder como el de mi creadora iba a funcionar.
CONTINUARÁ...
++Próximo capítulo 19.5° SOY AZIEL++
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro