Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15° LA REAL ELIZABETH

“POR FIN LA DAMA OSCURA HA DESPERTADO”

  D A R K I E L

La real Elizabeth estuvo ante nosotros, lamentablemente en su peor estado tras su descanso de siglos.

Enseguida mi Señor, recurrió a usar hechizos para despertarla y nada funcionó. Aumentó su poder, usó su don y ella siguió sin despertar.

Le pedí no excederse más él no me escuchó. Mi Señor a toda costa quería despertarla cuando el tiempo estaba en nuestra contra. Cuando existía la posibilidad de perderla otra vez en un lapso de para siempre.

Ante cada intento fallido, llegué a una conclusión:

—Necesita ayuda —le dije— Vamos a encontrar a la bruja más poderosa mi Señor —me base en que una había otorgado el descanso eterno en su hija, más ya no existía si Victor la había eliminado. Después de muerto, seguía siendo un problema, cada acto, hubo consecuencias y todo afectó a Elizabeth Valentains.

Ante la desesperación, recordé y sonreí.

—De hecho conozco quien puede ayudar mi Señor. Existe una vampiresa que es como usted, puede hacer hechizos. Es su don y su sobrino la conoce. Se encuentra en el Castillo, la misma que usarían para crear la barrera, porque lo que hemos visto e investigado, es fuerte solo le falta el entrenamiento y los recursos necesarios.

En ningún momento dejó de ver a su creación con la esperanza de verla despertar hasta que me autorizó la idea.

—Ve por ella.

No dudé en irme en cuanto antes. Regresé al Castillo con el solo propósito de encontrar a dicha vampiresa.

—Lezy Black —aparecí frente a ella. No debía perder tiempo, debía convencerla o dado el caso obligarla. Más iba usar la información a mi favor.

Le comenté el plan de mi Señor con respecto a su hija Elizabeth y a su vez involucrando a una vampiresa de su aprecio, Nohemi Vladimir.

Por su afán de revivirla en la eternidad después de su muerte y pérdida desde hace siglos. Sería capaz de todo por lograrlo y necesitaba la ayuda de mi Señor tras conocer su poder y él, el suyo.

—Si les ayudo a despertar a esa vampiresa ¿tendré su palabra que me ayudará con el asunto de Nohemi? —asentí— De acuerdo, les ayudaré. Iré con usted pero antes se lo debo informar a mi alma y al rey. Además que será necesario la ayuda de otro vampiro.

—Así será señorita Lezy —dejé el libro que me había dado sobre la mesa— le doy mi palabra que obtendrá el mismo beneficio. Cuando menos se lo espere ambas vampiresas estarán de vuelta en la eternidad.

Tuve que mencionar el hechizo de Resurrección y Vinculación, ambos necesarios para un despertar.

Le aseguré que su creación no correría peligro, podría sentirlo y supuse que sería otro Williams.

Tras convencerla, Lezy Black apareció en el Castillo con su alma y con un difícilmente convencimiento de Esteban Williams, un vampiro más involucrado en su despertar. Seguía en desacuerdo tras involucrar a su alma inexistente más su vínculo aún persistia, fui conocedor de su vínculo con Nohemi Vladimir, la misma que iba a vincularse y despertar a la señorita Elizabeth.

Sería un riesgo, habría consecuencias más fue la única manera.

Como lo esperé, se negó tras ser conocedor de cada detalle más era prioridad la creación de mi Señor que escucharlo. De acuerdo o no, iba a cooperar y por supuesto, obtuvo el ataque de mi Señor. El resto, tuve que encargarme.

—No debió provocar a mí señor, si hubiera aceptado ayudar con voluntad, esto no le hubiera pasado o dejar que yo lo hubiera hecho, conmigo no hubiera sufrido demasiado —le comenté.

Apesar del dolor, debilidad y prácticamente desde el suelo, ese rubio vampiro sonrió mostrando sus dientes y colmillos llenos de sangre.

—Voy a seguir luchando, inténtalo y voy a cortarte cada pluma despreciable cuervo.

No me afectó su amenaza, no era el primer vampiro que me enfrentaba. No tenía la oportunidad de vencerme Sus palabras eran menos crueles que los castigos de mi Señor.

Tuve que actuar en cuanto antes.

Negué y estar lo suficientemente cerca, de mi bolsillo saqué una jeringa con un líquido verdoso y rápido se lo inyecté en el cuello. Enseguida Esteban Williams perdió la conciencia.

Regresé a la sala y le informé a mi Señor. Estaba listo para el despertar. Con ayuda de Lezy Black, ambos se colocaron cerca del ataúd de Elizabeth y con su poder, repitieron ambos hechizos. Un fallo más y volvieron a insistir.

Nohemi Vladimir regresaría de la muerte, de un posible infierno.

Elizabeth Valentains necesitaba un vínculo para despertar y permanecer en la existencia sin problema.

Ambas estarian vinculadas con Esteban Williams y aunque a mi Señor no le agradó la idea, él era el único que podía influir en recuperar a su creación.

Tras insistir, incrementar su poder, se obtuvo el resueltado esperado. Ante todos, la vampiresa dentro del ataúd, despertó. Ella abrió sus ojos lentamente, eran completamente oscuros.

—Bienvenida, Elizabeth —habló mi Señor, satisfecho de su logro y llevó su muñeca a su boca, ella entreabrió sus labios, sus colmillos crecieron más y con brusquedad bebió sin control hasta que su creador apartó su mano con fuerza y en un pastañeo, sus ojos cambiaron a ser carmesí con intensidad.

Desorientada ella observó a cada uno. La poca sangre le ayudó a recuperarse un poco más era necesario más sangre.

—Despertó señorita Elizabeth, soy Darkiel y estoy a sus órdenes —le sonreí luciendo mis colmillos.

Causé su confusión y mi Señor, le ayudó a salir del ataúd. Débilmente se sostuvo. Ignoró ser nombrada por la vampiresa que debía estar dentro de ella, un dilema y nuevo descubrimiento.

Su vista recayó en Blackniells y no dudó en atacarlo malgastando su bajo poder. Su creador intervino.

Sinceramente, cada integrante de la Corte, lo merecía.

Me mantuvo en todo momento en mi lugar, le pedí a Lezy Black irse. Con ella descontrolada siendo purasangre la atacaria tras su petición de sangre. Estaría en peligro como su creación.

A orden de mi Señor, fui a conseguirle sangre y una vez más, necesitaría al señor Williams. Tuve que impedir la intervención de su creador, crear una barrera y dejar a su hijo inconsciente.

Desconocía este lugar más fue útil una mesa tras arrastrarlo y dejarlo sobre ella. Aún sin despertar me dediqué a sustrarer su sangre, para eso, tuve que dañarlo con una daga, una herida profunda y esperar cada gota de sangre almacenada en un recipiente. Con un hechizo, él no sanó, más se debilitó hasta que despertó.

—Puede soportarlo señor Williams, solo necesitamos un poco más de su sangre.

Gruñó e intentó moverse pero falló. La debilidad no le ayudó como ser atado.

—Cuando sea libre —se quejó al sentir el filo nuevamente rasgando la piel de su brazo — cumpliré mi palabra despreciable... cuervo.

—Fue lo bastante claro —le respondí —me cortará las plumas pero no le conviene. En este momento se encuentra muy débil y necesita de mi. Tanto como para beber esta sangre.

Tal vez gané un enemigo, más ante todo era por la señorita Elizabeth.

Sin embargo, antes de terminar de sustrarer su sangre. Mi Señor le dio la libertad de entrar. Al verla, me seguía siendo irreal su presencia.

Ignore la súplica, la desesperación del señor William al querer mi ayuda cuando ella tenía la intención de usar sus colmillos, él un donante más y ante todos, se detuvo. Nombrarla como su alma la hizo detener, la Señorita Elizabeth se alejó y debió la sangre almacenada con desesperación.

Comparti una mirada con mi Señor que demostró molestia.

Fue efecto del vinculo, el señor Williams tendría el poder de controlarla por anclarla con su alma.

Rápidamente lo liberé y le permiti irse. Tras una última mirada que reemplazó el miedo por la curiosidad al verla, se fue con los suyos.

—Va a necesitar más de su sangre, mi Señor —le informé al verla beber desesperada. Su boca, barbilla, manos y su vestidos con rastro de sangre. El carmin de sus ojos era más intenso.

—La necesaria. En dado caso, el señor Williams le conviene su cooperación como donante.

Asentí, no tenía opción.

Dejé de verlo y la observé nuevamente. Cada vez se recuperaba más y más. Su cabello se torno negro, resaltó su palidez, sus colmillos manchados de sangre al levantarse por su cuenta.

Y en su estado, su apariencia me recordó a mi creadora. Lo poco que recordaba me hizo asegurar su parecido a Mellissa Wilbert.

—Padre —emitió y sonrió— ¿Eres... real?

—Estoy aquí hija mía.

No esperé su rápido atrevimiento al abrazarlo. Solo con ella, mi Señor desvaneció su frialdad.

—Creí... que no existía... —se alejó— La Corte — gruñó. Sus uñas eran más largas, filosas y en punta— Victor, me aseguró que ni tú, ni mi madre... existían.

—Hay mucho de que hablar Elizabeth. Ante todo, debes conocer que Victor ya no existe, ni Daimon. Las he vengado.

Lució sorprendida.

—¿Cómo? —se acercó y sostuvo sus manos —Dime padre ¿sufrió? ¿Su muerte fue torturosa? —era la misma maldad.

—Hija mía, sufrió de la peor forma. Sin corazón, sin cabeza.

—Padre, le agradezco —le sonrió y desvío la vista en mi— Ya te había visto.

—Soy Darkiel, señorita Elizabeth —le hice una reverencia.

—Fue creado por tu creadora, hija mía. Es mi leal informante, cambiante. Cualquier orden, debe obedecerla. Va a estar a tus ordenes.

Se acercó a mi, me pareció extraño sentir sus manos en mi rostro, sus uñas cerca de mis ojos.

—Tú poder —cerró los ojos.

—Mi Señor... —me alerté.

—Elizabeth, debes prepararte para el vampirismo conocerte — su creador intervino y la alejó de mi. No fue dolor cuando sane, más hubo una extraña conexión.

—Si padre —dejó de verme— ¿Cuánto tiempo estuve en descanso? Lo único que recuerdo fue que Victor me obligó a descansar a mis 90 años, no alcancé el siglo padre.

—No te atormentes más Elizabeth.

—Siglos señorita Elizabeth —le respondí su duda— es el siglo XXl.

Demostró confusión.

—Llévala a sus aposentos, que se cambie para ir al Castillo.

—¿Conoceré el Castillo?

—Eres mi hija Elizabeth. Vamos a obtener lo que desde siglos, merecemos y nos pertenece.

Tras despedirse de su creador, la guíe, guiados por Blackniells. Desde la puerta, respondí sus dudas al darle privacidad de cambiarse.

—No puedo creer todo el sufrimiento que le causaron a mi padre.

—Fueron siglos planeando una venganza señorita Elizabeth.

De pronto, la puerta se abrió y me di la vuelta. Ella sin una pizca de sangre luciendo un nuevo vestido del año 1500 mientras se colocaba unos guantes de seda cubriendo sus manos.

—Luce perfecta señorita Elizabeth.

—Gracias Darkiel —se observó a si misma. Nuevamente la tristeza en su rostro— por siglos me he perdido de muchas cosas. Desconozco todo.

—Tendrá la oportunidad de conocer señorita Elizabeth.

Ella asintió

—¿Recuerdas a mi madre? Siempre me hizo falta. Fui creada por la Corte, siempre fueron sus crueles castigos.

—No lo merecía —me acerqué— Una disculpa. Desde siglos debimos conocer su existencia más ellos, la ocultaron. Falle.

—No, no es tu culpa. Ya me contaste que mi padre creyó que dejé de existir como mi madre.

—Eso creímos. Perdí la conexión con mi creadora, ni en sus cinco meses de aún existencia, la sentí de otra forma, hubiera evitado ser destruida. Usted la salvó en aquella ocasión —hice una pausa— y a cambio de eso, le permitiré ver mis recuerdos. Conocer a su creadora a través de mi y si es necesario, le pediré lo mismo a mi Señor.

—Te agradezco —alisó su vestido— es doloroso su pérdida y falta de ausencia que deberé acostumbrarme pero es pasado y no se puede remediar. Lo importante ahora es recuperar el tiempo perdido con mi padre y contigo —me tomó desprevenido su rápido abrazo— te veo y siento una conexión familiar contigo.

—Fui creado por la sangre y por el don de su creadora.

Me sonrió luciendo sus colmillos.

—Eso te convierte en mi hermano.

Entre abrí los labios sin imitir palabra.

—Eres mi familia Darkiel —pasó por mi lado y avanzó a la salida— y ya quiero conocer a todo Valentains del Castillo.

Me di la vuelta desconcertado.

—¿Me considera... su familia?

—Si, eres el compañero de siglos de mi padre y ambos tenemos la misma creadora.

—Mellissa Wilbert —pronuncié— pero no somos iguales señorita Elizabeth. Le sugiero no nombrarme de esa forma ni considerame así. No quiero un problema con su creador.

Confusa me observó.

—Descuida Darkiel pero en privado te diré hermano. Vamos.

Desapareció de mi vista.

Fue extraño su presencia como la convivencia.

...

Tras contarle cada tema de su interés, nos fuimos de Rumanía al Castillo. La señorita Elizabeth se negó a confesarle a su creador su rechazo de su idea. No quería ser la nueva Reina.

Al llegar, mi Señor les comentó su plan tanto a su sobrino y alma. La señorita Elizabeth permaneció en silencio, observando sorprendida la construcción de la sala. Cada movimiento era alerta en ellos.

—¿Nueva Corte? —preguntó ella confundida. Lucía recuperada, idéntica a su hija.

—Es una clase de autoridad que siempre a permanecido desde hace muchos siglos. Por supuesto, seré su principal líder.

—Mi señor quiere que la Corte se mantenga, aunque esta vez con nuevos integrantes. Él merece ser el líder y el resto que ya estaba. Gabriel, Luckian y Blackniells sin embargo serán controlados y obligados a un vínculo con él. Es su castigo y a la vez el precio por su eternidad. Han sido ya informados y solo esperan el nombramiento oficial.

Un tema que me seguía preocupando más mi Señor, estaba decidido.

—Entonces ¿toda la Corte se vinculará a ti? —espetó el Rey.

—No espero otra traición de lo contrario será el mismo castigo. Es mi medida de protección permaneciendo por más siglos —le respondió mi Señor—pero la Corte será siendo formada por el mismo numero de vampiros. Si estoy aquí es para buscar y encontrar al último integrante. Tengo un vampiro posible candidato que será anunciado en la ceremonia cuando presente a mi creación. Como su rey, te exijo esa reunión hoy mismo, con todo el mundo vampírico. Además que otro cambio será la nueva coronación.

Se observaron mutuamente.

—Mi señor nombrará a la señorita Elizabeth como la nueva reina del Castillo, la única líder —les hice saber.

—Y tú serás sustituido. Tu tiempo culminó sobrino, tendrás que elegir. Tu muerte o eterno descanso pero ambos es un bajo castigo por ser una simple creación de Salvatore.

Su alma sorprendida, se alteró.

Darren Valentains se negó ante la existencia de mi Señor y su hija. Tuve que confesarles una mentira y real verdad.

—Los únicos vinculados con mi Señor es su propia hija, el señor Vlad, lo será el resto de la Corte y culmina con el señor Williams por la señorita Elizabeth. Tuve que mentir para evitar que interviniera en los planes de mi Señor. Su alma era lo único que lo detenía.

Causé su molestia especialmente en Darren Valentains que poco se controlaba.

Sin embargo, ante todo fue la decisión y valentía de la Señorita Elizabeth al hablar:

—Tengo demasiados dones que no quiero usar en tu contra padre. No me obligues —sonrió— Solo quiero una aceptación, disfrutar mi eternidad en este nuevo mundo para mi. Déjame gobernar contigo desde Rumania... Recuperar esos siglos, no quiero estar más aquí.

Recibió su eterno silencio y su desaprobación al negar.

—Mi Señor, su hija tiene razón. No está lista aún —abogué por ella. De alguna forma, la quería cerca tanto de su creador y sería un tarea constante ir de Rumania al Castillo para vigilarla.

—Por tu poder, por ser mi creación te pertenece el liderazgo, pero si te niegas...

Ella bajó la vista. Hubo complicidad cuando debió escuchar sus pensamientos.

—Gracias padre —alzó la vista y le hizo una rápida reverencia.

Fue oficial, mi Señor iba a crear una nueva Corte, sería el líder del vampirismo en compañía de su hija desde Rumania y el Castillo seguiría con su Rey, Darren Valentains más debía tener una Reina, por suerte, su alma.

Esa misma noche sería la presentación de Elizabeth Valentains y la Coronación de Aylin Valentains.

Ante todo el vampirismo, mi Señor presentó a su hija Elizabeth en cuanto entró como nombrar al último integrante de la Corte, Jonathan Williams como una invitación para el cargo.

Finalmente fue la Coronación, la misma señorita Elizabeth le colocó la corona al alma de Darren Valentains y el resto fue celebración por la ceremonia. Un improvisado y baile real.

Toda la presencia del vampirismo fue extraño, reunirse causar la atención de todos. Mi Señor les causó miedo como su hija. Cerca del trono la vigilamos, insistia en hablar con el Señor Williams.

—Le traeré una copa mi Señor —le informé, no dejó de ver a su hija tras acercarse a un grupo de vampiresas.

En una mesa, me detuve y vacíe mi sangre en una copa vacía. La mayoría era sangre mortal para el vampirismo y debia evitar que mi Señor, los atacara como su hija.

Con cuidado, me di la vuelta, mi vista puesta en la copa llena cuando un brusco golpe me hizo hacerla caer.

—Lo sentimos —resonó una voz.

Dos recientes creaciones frente a mi. Un Williams y una Valentains en su descuidado acción tras correr.

—Descuiden, voy a limpiarlo —observé la sangre en el suelo. Un simple movimiento los hizo retroceder, ella se ocultó detrás de Noah Williams más no dejó de observarme.

—Fue un accidente, le vamos a ayudar —volvió a hablar él— ¿verdad Alina? —ella asintió.

—No es necesario, yo puedo encargarme.

Mi respuesta fue suficiente para no insistir e irse corriendo entre la multitud. Los perdí de vista y me agaché a limpiar el desastre.

—Darkiel ¿necesitas ayuda? —alzé la vista.

—Lezy Black, descuide puedo...

Usó su don, los cristales de la copa desaparecieron como la sangre derramada.

—No olvides que somos sobrenaturales y nuestro don es muy útil —me levanté.

—Le agradezco la ayuda.

Ella asintió y sostuvo una copa llena.

—Vine por una copa, estoy sedienta por mi creación —dijo a lo bajo— Se lo conté a Jonathan pero faltan sus creaciones y estoy muy nerviosa.

—Va a aceptarlo —no le revelé el vampiro que mi Señor aseguró aún crecer en ella. Sin duda obtendría su don —dejé de verla al notar a la señorita Elizabeth en el centro— me debo retirar, permiso —me llevé una copa vacía.

Enseguida regresé con mi Señor.

—Su copa mi Señor —en mi lugar vacíe mi sangre.

—No me apetece —su vista seguía fija en su creación tras ser rechazada por esas vampiresas. En silencio, bebí mi propia sangre hasta vaciar la copa. Fue sorpresa al ver a la Señorita Elizabeth bailar, primero con Noah Williams, después con su creador hasta verla irse.

A petición de mi Señor, la seguí siendo un cuervo. Cuando la encontré en el pasillo, cambié y me acerqué.

—¿Qué le sucede?

—Estoy bien, solo necesitaba soledad. Me hacía mal seguir adentro, con tanto purasangres a mi alrededor —giró a verme. Su poder era diferente, era otra presencia —estoy bien.

—No le hizo bien hablar y estar cerca del señor Williams.

Ella asintió

Le entregué la copa que mi Señor me entregó tras vaciar una cantidad de su sangre.

—Es sangre de su creador, le ayudará para mantenerla dormida.

—No funciona mucho, desde que llegué aquí. Ella está despertando y él tiene mucho que ver Darkiel.

En ese momento, me sentí culpable. Después de todo, no debía sufrir más y para peor ambas estaban vinculadas.

—Buscaremos la forma de...

—Hola, siento interrumpir —su voz me hizo guardar silencio. La hija del Rey— pero necesito hablar contigo.

—Ve con ella, yo estaré bien. Estaré sola y cuando se vayan, vienen por mi —dicho esto y se fue por el pasillo.

—La escucho señorita Valentains —respeté su decisión de soledad.

—Me gustó como sonó eso pero prefiero solo Ana Liz o Lizbeth pero no importa, si lo buscaba es porque ocupo de su ayuda. Quiero que hable con su Señor y lo convenza de resucitar a Darki, mi cuervo.

—No es posible, solo existe una vez y una vez solo muere cuando le es permitido.

—Debe haber una manera de recuperarlo. Me lo quitaron cruelmente, él era más que un simple cuervo para mí. Tal vez pueda crear otro.

Debía extrañarlo.

—Mi señor solo ha creado un cuervo y él fue el primero. Fue su primer experimento no fallido. Puedo hablar con él pero debe saber que no funciona así. No podrá ser la cuidadora o ese nuevo cuervo su protector. Cada vampiro o vampiresa, solo puede tener a cargo solo uno en toda su existencia. Así creo Mellissa el hechizo. Y usted ya tuvo uno, además que es necesario su sangre y ya se utilizó para un solo hechizo.

—¿Mi sangre? ¿Usaron mi sangre?

>Si, fui yo quien la obtuvo al dañarla<

Evité responderle con la verdad y en su lugar fue una mentira.

—Cuando era humana, mi señor la mordió y su sangre la conservó en un frasco y esperó el momento adecuado para crear el cuervo. El resto lo sabe. Usted no puede tener otro vínculo con un cuervo nuevo.

Gruñó y lució pensativa.

—¿Y qué hay de mi hija? ¿Y sí ese cuervo es para ella?

—Es una opción pero se necesitará su sangre y la aprobación de los creadores y de mi Señor.

—Convencelo, me lo debe.

—Todo tiene un precio —le advertí.

—No me pida dañar a mis creadores o a los míos.

—No señorita Lizbeth, todo lo contrario. Quiero que ayude a la señorita Elizabeth a entender este Mundo. Solo sea su compañía. —pensé en ella, como ella un Mundo Vampirico fue desconocido y más sus comportamientos.

—Se da cuenta que somos muy diferentes. Creo que se entiende más con mi Madre.

—Entonces que ella ocupe su lugar. Si es un trato justo, tendrá lo que quiere.

—Está bien pero no nos vamos a involucrar cada vez que quiera beber la sangre de un Williams.

—Descuide, eso lo tenemos bajo control. Si es todo, debo regresar con mi Señor —me di la vuelta.

—Espera —me giré, ella se acercó— Tengo una duda, tú nombre es original y extraño y parecido a mi Darki.

Guardé silencio

Era en vano hacerla recordar.

—Influyó en mi nombre Señorita Lizbeth. En una ocasión, alguien me aconsejó pensar un nombre para mi cuando todo el Mundo tiene un nombre.

—Eso es muy cierto —sonrió.

—Lo hice, decidí ser Darkiel.

—Me gusta —volvió la confusión— Un momento ¿Desde cuándo nos vigilan? ¿Años? ¿Siglos?

—Más tiempo de lo creé.

—Eso quiere decir que estoy hablando con un antiguo —colocó sus manos en su cintura— ¿eres igual de poderoso que el antiguo vampiro?

—Mi Señor es más poderoso que yo.

—Pero tú nos agradas más apesar de como eres. Mi madre recuerda tu trato amable con ella. Tú no quisiste lastimarla.

—Ayudé a mi Señor a causarles daño. No se confunda conmigo señorita Valentains —dicho esto y me alejé de ella.

Sinceramente, no me gustó estar en su Castillo, rodeado del vampirismo.

Cuando regresamos a Rumania, fue la misma sensación más en menor número. Un nuevo escondite que debía acostumbrarme. A comparación de la Mansión, su escondite era más extenso.

...

Con el paso de los días, hubo nuevas novedades. Jonathan Williams aceptó ser parte de la Corte, más llegó con su alma y mi Señor lo permitió. Así mismo, creo un vínculo con Gabriel, Luckian, Blackniells hasta con su creación. Después de dejarlo en libertad, el Señor Vlad se fue. Rechazó la invitación de venir a Rumania y sobre todo, conocer a la señorita Elizabeth cuando lo venció el odio por su propio creador.

—Volvió a cazar —le informé a mi Señor. Apesar de la distancia, seguía su creación bajo vigilancia— está eliminando purasangres que salen del Castillo, los líderes ya tomaron precauciones y está conviertiendo humanos. El Señor Vlad, esta descontrolado.

Como lo esperado, era parte de su venganza. Quería afectar a mi Señor y destruir a todo vampiro purasangre.

—Vlad, que desastre haz causado.

—¿Quiere que lo traiga a la fuerza?

—No, debe ser poderoso y si en algún punto, es un problema, voy a detenerlo. No intervengas.

—Si mi Señor —hice una pausa— Fue un error convertirlo. Lo va a afectar y deberá destruir a su creación.

—¿Acaso no he sido claro? Vlad es mi responsabilidad y siempre un castigo de descanso lo va a detener. Soy su creador y lo voy a controlar.

—Entendido mi Señor —carraspee— Ha pensado la petición de la la hija del Rey.

—No crearé más cuervos y mucho menos para su bastarda.

—Se lo debe mi Señor. Destruyó a su cuervo —se levantó de su trono con esa frialdad— será un obsequio más.

—Mi última palabra es no.

Bajé la vista.

—Le informaré su negación pero si debería crear más cuervos y usar la sangre del vampirismo. Uno por ser y Alina Valentains, como su creadora merecen otro —era difícil convencerlo.

No obstante, la puerta fue abierta por su hija.

—¿Les vas a obsequiar un cuervo padre? Escuché todo.

—Se niega señorita Elizabeth —ignoré su mirada— fue su petición.

—Padre, se los debes —se acercó— quiero ver como lo creas. Tal vez aprenda mucho de ti y use mi propio poder es honor a mi madre— sostuvo sus manos, ella seguía usando sus guantes. Temía dejar en evidencia su real apariencia vampirica.

—Elizabeth, solo por ti lo haré —giró a verme— Consigue su sangre.

—Hace días me la entregaron mi Señor cuando fui al Castillo —busqué el frasco en mi bolsillo y se lo entregué.

—Tú pluma

Retrocedí

—Mi Señor, no es necesario....

Me hizo cambiar en contra de mi voluntad. Al ser un cuervo, me arrebató una pluma. Enseguida cambié y demostraré mi molestia.

—Es para buena causa Darkiel —espetó la señorita Elizabeth.

Atenta vio el hechizo, mi sangre, su sangre y el don de Derek Valentains para crear un cuervo de menor tamaño más su pico era más largo.

—Impresionante —ella lo sostuvo con cuidado. No evité acercarme.

—Se lo daré mi Señor —la señorita Elizabeth me lo entregó.

—No es necesario, mi hija se lo llevará. Debes ir a alimentarte Elizabeth.

—Si padre —ella me lo arrebató — les entrego el cuervo y solicito la sangre del señor Williams. —Demostró inquietud, su cercanía le afectaba.

—Puedo acompañarla mi Señor.

—Tú debes conseguirme un purasangre —asentí— Hija mía —se acercó a ella— procura que use el brazalete, debe existir una conexión con el cuervo —apareció uno y se lo entregó— No te demores en regresar y si te atacan, no tengas compasión. Daña, destruye Elizabeth.

—Si padre pero me temen por ser tú hija —observó a ambos y desapareció con el cuervo.

—Mi Señor, la anterior vampiresa no necesitó un brazalete.

Él regresó a su silla.

—Es diferente conectora como el poder. Debe crearse un vínculo con el cuervo otorgado. Son simples cambios.

Lo vi con confusión.

Ante todo, el cuervo sería para Alina Valentains, joven vampiresa con un alto poder en su corta eternidad.

(...)

Semanas después y las visitas al Castillo de la Señorita Elizabeth fueron más frecuentes y a mi Señor le molestó su ausencia en Rumania.

Sin embargo, noté cambios en ella tras convivir desde aquí. Varias veces parecía otra vampiresa cuando esas veces no controlaba a Nohemi Vladimir.

—¿Dónde está Elizabeth?

—Fue al Castillo, mi Señor.

—Se ha demorado en regresar —se mantuvo de pie cerca del trono.

—Derek, los donantes han llegado entre ellos purasangres —nos interrumpió Gabriel.

—Drenen su sangre —él se marchó y mi Señor pasó por mi lado— Ve al Castillo por mi hija.

Tanto como él, tenía un mal presentimiento.

Fui al Castillo por ella y pasó lo esperado. La otra vampiresa la controló. Enseguida la alejé del vampiro rubio inconsciente y nos fuimos.

En cuanto regresamos a Rumania, le pregunté:

—¿Qué le sucedió?

—Ella... Nohemi me controló —con mi ayuda la sostuve —solo quería despedirse de su alma y se lo permití.

—No debió señorita Elizabeth —la ayudé a sentarse en un escalón. En su cuello tenía marcas de colmillos al revisarla— su padre preguntó por usted— me alejé— ¿Qué hizo?

—Darkiel, fue mi reemplazo. Estuvo con el señor Williams, bebió de ella y...—bajó la vista— Hubo un deseo, un placer mutuo que...

—Lo comprendo —la interrumpi— ¿Sigue despierta?

—No, creo que si funcionó. Se fue Darkiel —me senté a su lado— pero han surgido más dudas, creo que el señor Williams está despertando mis sentimientos, no solo es su sangre.

Hace días que me había comentado que solía compararlo con un vampiro que conoció antes de su descanso y Victor lo mató frente a ella. Etan Venadetti causó la sensación en ella, una posible conexión como lo hacía Esteban Williams.

—No se confunda, debe ser por su alma.

—Lo sé pero tendré que comprobarlo Darkiel.

—¡Elizabeth! —apareció su creador.

—Te lo voy a explicar todo padre —se levantó y lo abrazó.

Desvíe la vista de mi Señor.

Ante todo era un tema que desconocía.

(...)

Más hubo un mayor problema con el Señor Vlad que mi Señor tuvo que capturar. Su hija intervino, quiso atacarla y fue suficiente para Derek Valentains elegir a su hija de nacimiento antes que su hijo convertido.

—¡Merece lo peor!

—Controlese Señorita Elizabeth.

—¿Por qué Darkiel? No debío convertir un humano. A Vlad nunca lo voy a considerar mi hermano —no dejaba de caminar de un lado a otro— Acabo con la eternidad de muchos, incluso la vida de humanos. No es su Rey, a sus creaciones las hace estar en nuestra contra.

—Ya no existen Señorita Elizabeth. Las han destruido y el Señor Vlad esta aquí y en cuanto despierte, su padre lo obligará a un descanso eterno.

Y así fue. En la sala, alrededor de su ataúd se necesitó la sangre de cada vampiro vinculado. Esta vez asistió el Rey cuando le importaba su eliminación más mi Señor, se negó por ser su creación.

En cuanto el señor Vlad despertó, Lezy Black creó el hechizo, la sangre de todos sería su descanso. El mismo Darren Valentains se ofreció tras una amenaza, una promesa, el señor Vlad obtuvo un descanso y no despertaría hasta obtener la sangre de uno de los vinculados.

En cuanto se cerró su ataúd, ellos se fueron. El vampiro en descanso, creación de mi Señor sería un secreto para el vampirismo. De ninguna manera debía despertar y nos íbamos asegurar de eso.

Su ataúd estuvo bajo nuestra vigilancia, oculto. Tal vez muchos olvidaron al Vlad Valentains.

+++

Apurado llegué a la sala tras mi Señor solicitar mi presencia.

—Mi Señor ¿qué necesita? —me detuve frente a su trono tras una reverencia.

—Elizabeth

—Sigue en el Castillo, hoy mismo va a regresar.

—Le permiti una semana —comenzó a hacer ruido con sus largas uñas en la silla.

—Regresará mi Señor, le gusta ir al Castillo y estar cerca del señor Williams.

Recordé cuando convenció a mi Señor de dejarla conocer el Mundo mortal más solicitó mi compañía y la de dos Williams. Tanto creador y creación fueron elegidos para llevarla a conocer cada lugar. Pese a que no estuve de acuerdo, cuando su idea fue a elegir ropa que la Señorita Elizabeth usó y se llevó hasta un lugar repleto de humanos. Más era una prueba más para ella y con esfuerzo la cumplió. Ante mi vista, él la ayudó tras su descontrol. Un beso fue suficiente más hubo miedo en ella, miedo a alejarlo por propia oscuridad.

—No debí permitirlo —por su voz, regresé a la realidad.

—Lo necesita por su sangre.

—¿Creés que no me doy cuenta? La ha marcado —evadir el tema no funcionó ni ayudarla a borrar cada marca.

—Debe entender y aceptar su vínculo mi Señor.

—Debo amenazar al hijo de Jonathan. Envía un recado, por ningún motivo voy a permitir que procreen. Sería un daño a mi hija.

—No creo que la Señorita Elizabeth quiera ser creadora y el señor Williams, ya tiene a su hijo Noah.

—Es una prohibición, he dicho. De lo contrario, lo drenare sin necesidad de matarlo.

Ahora se arrepentía del vínculo que el mismo había permitido.

—Lo escucho mi Señor —analicé cada palabra que en una hoja pronto le haría llegar— entendido. Me retiro a escribirla, permiso —avancé a la puerta.

—Y después vigila cuando Elizabeth regrese. Tiene hasta el amanecer.

—Si mi Señor —abrí la puerta. Me detuve y giré a verlo— ¿por qué no me nombra por mi nombre como todos? Darkiel —insistí.

—Porque no es tu real nombre. Cuando lo haga será con el verdadero y el que recuerdes.

Di un paso adelante.

—Me aseguró que mi creadora nunca me nombró ¿lo hizo? ¿Me mintió?

—No —respondió con frialdad— desconozco si lo hizo. Días antes de su muerte, me aseguró que te había nombrado más nunca me lo reveló. Mellissa se llevó tú nombre y el secreto a la tumba. Si lo hizo, tendrás que recordarlo.

Le creí una vez más.

Era difícil cuando ni su poder era de ayuda.

—Disculpe, mi Señor —salí cerrando la puerta.

Por el pasillo, me crucé con la señorita Elizabeth, cambió su ropa al adaptarse a la reciente época. Dejó de usar sus guantes más aquí los seguía usando al convivir con la Corte y su difícil perdón o olvido de sus actos en su contra.

—Regresó, su padre la espera molesto en la sala— le adverti tras ella negarse a volver.

—Iré a hablar con él pero hay algo que me preocupa Darkiel —anuló la distancia.

—¿Volvió a controlarla Nohemi Vladimir?

—No, es con respecto al Rey. Hace días noté a Darren Valentains muy extraño. Sus pensamientos son confusos. Creo que alucina. Incluso me atreví a darle la sangre de mi padre pero empeora—hubo una real preocupación en su rostro y en voz baja me confesó:

Creo que su oscuridad ha despertado.

.
.
.
.
.

N/A:
Falta poco para terminar la fase de VE y dar inicio a DMV ¿Recuerdan lo que sigue? Ya quiero que lean es aparte contada por Aziel.

Les dejo esta ilustración de Elizabeth cuando estuvo en su propio descanso.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro