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Capítulo 10° FUTURA CREACIÓN

“HAY AUSENCIAS QUE REPRESENTAN UN VERDADERO TRIUNFO”

  A Z I E L

La humana fue su prioridad.

Mi Señor me envió constantemente a vigilar al alma de su sobrino. Era su punto débil, ella estaba expuesta. No estuvo del todo libre del vampirismo.

Mientras mi Señor fue a vigilar el Castillo —queria comprobar por el mismo los recientes hechos— a mi me ordenó vigilar a la humana, una vez más desde que Darren Collins se había ido.

Los primeros días no tuve información. Ella se refugiaba en su propio escondite en el Mundo mortal. Permanecí fuera de un edificio y los próximos días, ella no salió.

Hasta hoy, después de tanta espera la vi expuesta en la calle. Hoy le llevaría noticias gratas a mi Señor. Hoy no se molestaría conmigo.

Siendo una copia de un humano me infiltré con facilidad. Estuve lo suficientemente cerca sin ella darse cuenta de mi presencia.

Estaba acompañada por otra humana, noté la diferencia. Una sonreía, la otra no. El alma del sobrino de mi Señor lucia débil, no demostraba felicidad a como la última vez que la vi, al contrario conllevaba tristeza. Estaba más pálida y constantemente observaba alrededor.

¿Por miedo o esperanza?

—Vez, no fue tan malo salir.

—Me obligaste Sam.

Las escuché desde mi lugar. Oculto detrás de un auto de algún mortal.

—Lin, no puedes pasarte el resto de tú vida encerrada en tú departamento. Mucho menos ahora.

Se detuvieron.

—No puedo —volvió a ver alrededor— ¿Por qué me hizo esto?

—Lin, no vayas a llorar. Ese estúpido vampiro no vale la pena —la abrazó— Te dejó y no va a volver. Han sido semanas —se alejaron —Tienes que olvidarlo.

—¿Creés que no lo intento? Hubiera preferido a que Darren me hubiese borrado la memoria a que haya dejado una maldita carta de despedida ¡¿En qué carajos estaba pensando?! ¡No pensó en mi!

—Amiga, tranquilizate. Te puede hacer daño en tu estado.

Ella suspiro

—Solo quiero volver al departamento Sam —retomaron su camino y entre más cerca, más me di cuenta.

—¿Qué haz pensado? La decisión la tienes tú, no Sara.

—Siempre me equivoco en mis decisiones. Lo elegí y mira el resultado —se detuvieron en la entrada del edificio— pero creo que esta vez tiene razón. Es lo mejor para mi. Hoy pienso hablar con ella y pensar en mi futuro.

¿Era posible?

La observé con detenimiento.

—Sea lo que decidas, te voy apoyar. No te dejaré sola amiga ni a lo que hay dentro de ti.

—Gracias Sam. Debo enfrentar mi realidad.

Ambos entraron y estuve por seguirlas cuando el dolor punzante en mi cabeza me invadió.

Retrocedí, me apoyé del auto para evitar perder el equilibrio y mis memorias recordé o al menos, un momento conocido:

—Mi Señora —me alerté por ese nuevo poder en ella— ¿la presiente?

Mi creadora me observó.

Mi mirada fue puesta en su vientre.

—Con tus palabras me lo compruebas...

Su voz la percibí distorsionada.

El recuerdo se estaba esfumando por más que me esforzara en mantenerlo. Su imagen en mi cabeza se desvaneció poco a poco.

—Mi descendencia existe y crece dentro de mi, aquí— colocó sus manos en ese mismo lugar— mía y de Derek.

—Mis felicitaciones. 

Gruñi y de pronto el dolor se detuvo.

Bajé mis manos de mi cabeza, sin ser conocedor de en que momento conlleve esa acción más quería que se detuviera o al menos quería recordarlo todo.

Observé alrededor, me tomó segundos en recordar donde me encontraba. Cuando traté de recordar sus palabras, el dolor volvió más esta vez tuve la necesidad de expulsar sangre por mi boca. Mezclado un mal sabor y entre más sangre, más débilidad.

—¡Joven! ¿Qué tiene? —escuché voces a mi alrededor.

La acción inevitable ya había causado la atención.

—¡Ayuda! Dios mio santo ¿qué le esta pasando?

>Tienes que huir<

Escuché esa voz interna.

—Déjenme ayudarlo...

—No —con esfuerzo me enderecé. Cinco humanos a mi alrededor y uno de ellos intentaba sostenerme— alejense...olviden —no tuve la fuerza para borrar sus memorias.

Dejar de expulsar sangre me hizo recuperar un poco de mi fuerza y a toda costa debía irme. Ignorando sus peticiones, su ayuda me di la vuelta y avancé por la calle. En ese momento preferí la tranquilidad del bosque, ser un cuervo más había demasiados humanos a mi alrededor para cambiar.

—¡Fijate loco! —el auto se detuvo frente a mi. Tuve el tiempo de avanzar y salir de ese mero infierno.

Segui retrocediendo más y más y en un lugar menos visible, fui cuervo y me fui. Duré más tiempo en volver, mis alas constantemente se cerraban más seguí insistiendo, buscando fortaleza para llegar hasta mi Señor.

Cuando entré a su Mansión, aterricé en el suelo. Apenas cambié y me arrastré por el suelo, cerca de las escaleras.

—Te demoraste en volver.

Tosi y me incorporé en el suelo.

Su voz, su presencia la percataba cerca.

—Mi Señor —observé alrededor hasta encontrarlo en el balcón. —Una disculpa por mi tardanza.

—¿Qué descubriste de la humana?

Guardé silencio.

La humana estaba esperando una creación de un vampiro.

La humana estaba en riesgo si mi Señor se esteraba. Era capaz de cumplir su cruel acto. Destruirla como a su creación por afectar a su sobrino.

—La humana salió de su escondite —le informé— La vi mi Señor. Está débil, triste. Sigue esperando a que su alma regrese.

—Mortal ingenua —apoyó sus manos en el barandal, sus largas uñas se alargaron— ¿algo más?

Lo observé fijamente.

—No mi Señor —me levanté. Anhelaba una copa de sangre— es todo lo que descubrí, la seguiré vigilando —sonrío con malicia, sus colmillos crecieron— ¿Le apetece una copa, mi Señor?

Negó y fue la oportunidad para huir de su mirada.

—Permiso —me di la vuelta.

—¿Te atreves a mentirme? —a cinco pasos me detuve— Eres un mal informante.

—¿A qué se refiere, mi Señor? —seguí sin verlo.

Resonó su risa maliciosa.

—¿No me dirás de la creación de mi despreciable sobrino con una mortal?

Me alerté

¿Cómo lo sabía?

Me di la vuelta, esta vez él apareció frente a mi y si, estaba molesto.

—Mi Señor, no pretendía...

—Desconocer esa grata noticia. Eso pretendías. —el carmín de sus ojos se intensificó— Lo sé todo. Tuve una visión. La mortal de Darren, va a procrear una bastarda suya. Un híbrido, la peor especie y una vergüenza para el vampirismo —rodeó mi cuello con su mano— se atrevió a mezclarse con una vil mortal y son sus consecuencias —sonrió con malicia— Mi sobrino va a tener descendencia.

—Ni la humana, ni su creación tienen la culpa de sus errores —ejerció fuerza— no debe... eliminarlas. No causé... el mismo daño, mi.. Señor —me soltó. Caí de rodillas al suelo— Le arrebataron a su alma y a su creación... No debe hacer lo mismo con su sobrino.

Empeoró su molestia, desde mi lugar lo observé.

—Esa humana es igual a mi creadora y su creación es Elizabeth.

—No te atrevas a compararlas —gruñó— Mellissa, ni mi creación son iguales a ellas. Son débiles —levantó su mano— la humana va a morir y su creación no alcanzará a nacer. Ninguna va a existir más...

Con su don apareció el collar en su mano.

—¿Qué castigo mereces?

—Recordé —tan pronto lo interrumpi. No quería usarlo otra vez— Vi a la humana y recordé a mi creadora. El momento cuando descubrí sobre su creación. Por mi comprobó su existencia y estaba feliz por crear con usted a Elizabeth.

El collar desapareció y bajó su mano lentamente.

—¿Qué tanto recordaste? —espetó con frialdad.

—Fue todo... mi Señor. Mis memorias siguen bloqueadas —bajé la vista.

Reinó el silencio.

—En ese caso, te haré recordar —al escuchar sus palabras, alze la vista.

Sonreí, tanto lo había esperado. Recordar mi pasado. Descubrir mi origen.

Tendría su ayuda para resolver mis dudas.

Tan pronto usó su don en mi contra, usó mis recuerdos y lo comprendí. Mi Señor no me hizo recordar cuando aumentó el dolor, controló mis recuerdos y los usó a su favor.

No fue ayuda, fue un nuevo y torturante castigo para mi.

+++ Dos meses después...

—Su copa, mi Señor —la dejé sobre la mesa y se la acerqué. Cada vez se alimentaba de más purasangres y cada vez era más difícil de conseguir. Solían salir pocos a capturar humanos, esclavos y donantes para su Castillo.

Mi Señor la sostuvo y bebió hasta vaciarla.Permanecí en mi lugar con mis manos detrás de mi espalda.

—¿Quiere que vaya a vigilar a la humana? —en semanas no me autorizaba salir e ir ante mi falta de lealtad.

Más mi instinto me hizo proteger a esa humana y más a su creación. Aunque iba a interferir en sus planes en su contra por un acto erróneo.

Pese a que la desobediencia tuviera consecuencias graves para mi.

—No, esta vez iremos los dos.

—¿Irá al Mundo mortal?

Mi Señor se levantó y sonrió con malicia.

—Es hora de actuar en mi primera fase del plan. Destruir las debilidades de mi sobrino.

—Eso va a alterar la visión, mi Señor. El futuro es diferente.

Gruñó

Me había contado. Sin querer o evitarlo, una nueva creación nacería y seria controlada por mi Señor. Esa futura creación la usaría a su favor.

—Ellos alteraron mis planes de venganza. Es el castigo que deberá pagar mi despreciable sobrino.

Dicho esto y él desapareció.

Al instante cambié en cuero y salí del escondite rumbo al Mundo mortal con la idea de detenerlo.

Por supuesto, mi Señor tuvo ventaja y llegó mucho más rápido. En poco tiempo aterricé en su hombro y grazne.

Me sorprendió que esta vez no aparentara ser un vampiro cuando cambió y fingió ser un humano. En todos los siglos, fue la primera vez que lo vi recurrir a eso. De mi parte, cambié. Los dos nos infiltramos en su Mundo siendo dos humanos más.

Sin poder evitarlo, tuve que guiarlo.

—Aquí es mi Señor, su escondite —tras una revisión, avanzó y entró al edificio. En todo momento lo seguí. Para ambos era complicado mezclarnos más no causamos la atención y le favorecía a mi Señor ser un vampiro controlado cuando no solía alimentarse de humanos— Es arriba —señalé las escaleras. A este punto había llegado la última vez, apesar de que había descubierto su departamento.

Asintió y comenzó a subir cada escalón.

Por un hechizo aparentaba ser un humano, incluso su corazón latía más su comportamiento seguía siendo el mismo. Mi Señor subió las escaleras con sus manos detrás de su espalda.

Era de esperarse, siglos oculto en las sombras y el Mundo mortal cada año cambiaba más.

—¿Qué le va a hacer? ¿La va a capturar? —pasé saliva— ¿Matar a las dos?

—Silencio —me ordenó.

Subimos y subimos los escalones y para mala suerte de ella, se cruzó con nosotros. No hubo necesidad de avisarle, mi Señor reconoció a la humana frente a nosotros.

El alma de su sobrino.

Sin percatarse de nuestra presencia, se encontraba a varios escalones arriba, en el centro mientras se apoyaba del barandal. Era evidente su creación.

Permanecí detrás de mi Señor, atento a sus movimientos cuando ella se dio cuenta de nuestra mirada.

Fingió sonreír.

—Lo siento —se apoyó de la pared— No les prohíbo el paso— llevó su mano a su vientre abultado. Su creación crecía demasiado rápido en poco tiempo y era notorio que adsorbia su fuerza. No le respondimos, ninguno avanzó— ¿Buscan a alguien?

—Somos invitados de uno de sus ... vecinos —interveni— Departamento #120.

Ella asintió, me observó a mi al dejárme ver. Le incomodó la mirada de mi Señor.

—Escaleras más —señaló hacia arriba— Bueno, no les robó más su tiempo. Permiso —bajó los escalones restantes.

—¿Va a concebir? —la voz de mi Señor la detuvo al pasar por su lado.

—Si, eh... estoy embarazada —pasó saliva— ojalá no lo estuviera —susurró más los dos la escuchamos perfectamente. Tras una media sonrisa siguió bajando.

Mi Señor se dio la vuelta y bajó dos escalones más. Al instante lo imité y me alertó escucharlo pronunciar un bajó hechizo.

La humana se detuvo y volvió a colocar sus manos sobre su creación.

—Auch —se sostuvo del barandal con fuerza— Mi bebé —se quejó de dolor. Quise intervenir más mi Señor me lo impidió al levantar su mano— Ayuda —suplicó — ¡Ayúdenme! —se alertó ante el aumento de dolor y la sangre— ¡Mi bebé! ¡No, no! ¡Ayu.. da!

En contra de mi voluntad, mi Señor me hizo desaparecer con él. Tenía el control incluso de mi mismo.

—No debió —espeté en cuanto regresamos a su Mansión— Va a perder a su creación.

—Eso es justo lo planeado.

No estuve de acuerdo.

Celebró su triunfo con una siniestra sonrisa y se dirigió a los escalones.

—Debe ir a salvarla —avancé hasta detenerme en el primer escalón— le va a perjudicar —me ignoró— Mi Señor, no actúe de esa forma.

—No te atrevas...

—A interferir en sus planes —lo interrumpi al captar su atención— lo sé mi Señor y no lo haré —hice una corta pausa— ¿Necesita un purasangre?

—Sé eficiente y consigue uno.

—Si mi Señor, no voy a tardar —pensé en llevar acabo mi idea— le traeré su sangre.

Fui un cuervo y me marché con la idea de regresar al Mundo mortal. Buscar a la humana y evitar otra perdida.

(...)

Después de tanta búsqueda de información, la encontré. Llegó aquí de urgencia, esos humanos adecuados para tratar cualquier asunto de salud en su misma especie.

No fue fácil infiltrarme.

Tuve que fingir ser un humano, buscar y elegir al correcto. Preguntar, borrar memorias. Estuve perdido en un laberinto hasta encontrar el piso #13 donde la tenían.

—Doctor, Doctor —una humana de blanco corrió hasta alcanzar a otro humano de blanco, más la edad era la diferencia. Aquella humana lucia joven, él no— ¿Cual es la gravedad de la paciente?

—Es grave, propensa de aborto enfermera Amelia —los escuché al ocultarme— Vamos a revisar los estudios que le practicamos pero su bebé está en peligro. Será un milagro si sobrevive.

Recluté esa información y me alerté más.

—¿Tiene familiares aquí?

—Si, la misma joven que dio aviso y esta abajo, le ha informado a su madre.

—Denme su expediente —ambos se fueron por el pasillo— A ver, Ana Aylin Villanueva del Río, 19 años. Dos meses de embarazo...

Dejé de escucharlos cuando cada vez se alejaron más.

Entonces tuve la oportunidad de remediar el error de mi Señor.

Salí de mi escondite y avancé por el pasillo. Era un humano más, de blanco por completo, cabello castaño con tal de pasar desapercibido. Sin necesidad de saberlo, la presentí del otro lado de una puerta. Vi a ambos lados del pasillo y entré hasta cerrar la puerta con seguro.

La vi en esa camilla con cables conectados a ella con un invento que no dejaba de transmitir un punzante ruido.

Eso era tortura.

Eso no lo merecía.

No perdí más tiempo y me acerqué. La observé con detenimiento, sus ojos estaban cerrados más su corazón me indicaba que aún seguía con vida como su creación. Enseguida coloqué mi mano en su estómago abultado y detecté a su creación, estaba débil, estaba muriendo.

Recordé las palabras de mi Señor.

Tuve la duda de si obedecerlo.

¿Debía dejarla vivir o morir?

Lo pensé, analicé las consecuencias y al final actúe. Desvaneci la idea de permitirlo. Usé mi don, con magia oscura, con mi poder le di la fuerza a su creación para nacer. Alejé mi mano cuando su creación volvió a recuperarse.

—Doc... tor —estuvo consciente. La escuché pronunciar y abrió los ojos poco a poco— mi... bebé... —me observó— salvela.

En ese momento debía borrar su memoria. Debía creer que fue una intervención de esos humanos y no mía.

—Proteja a su creación —le dije y situe mi mano en su frente y alteré sus recuerdos.

Nunca estuve aquí. No tenía que recordarme.

Cuando volvió a estar inconsciente, aparté mi mano y tras una última mirada me fui. En otro piso esperé gratas noticias.

—¡Doctor! ¿Cómo está mi hija?

—Estable, acaba de despertar.

—¿Y su bebé? —preguntó la otra humana.

—Fue un milagro, está a salvo.

—Gracias Dios ¿podemos verla?

—Claro que si, le indicaré los cuidados que debe tener su hija. Se le dará de alta mañana por la tarde.

—Gracias por salvar su vida Doctor y la de su bebé.

No esperé más cuando me fui.

Por primera vez no quise regresar con mi Señor más la conexión fue más poderosa.

...

—¿Dónde estabas?

—Fui por su sangre, mi Señor —dejé las bolsas que almacene en su lugar— ¿Le sirvo una copa?

Evité verlo.

—¿Estuviste con la mortal? —no respondí— espero no la hayas salvado —sus uñas causaron ruido— ¿No vas a responderme o prefieres que lo averigüe en tus recuerdos?

—No es necesario —giré a verlo— Fui a reparar su error. La humana existe, su creación va a nacer —lo confesé. Causé su molestia. No me intimidó su apariencia de vampiro— Las salvé.

—Me desobedeciste otra vez.

—El futuro no puede cambiarlo, mi Señor.

Gruñó

—Haz dejado de ser leal a mi.

Bajé la vista.

—Aceptaré mi castigo pero hice lo correcto —resonó su risa burlona y acto seguido actuó en mi contra.

Me hizo volver a usar el collar.

En semanas no volví a ser un cuervo.

#

Tres meses y fue demasiado el tiempo del castigo. He hice de todo para ser liberado.

—Mi Señor —aparecí frente a él. Estaba sentado en su silla revisando cada grimorio de la mesa. Semanas atrás había salido por su cuenta y regresó con nuevos grimorios. Nueva informacion de sus enemigos— Le pido que me libere del collar. No volveré a desobedecerlo.

No había mucha diferencia si estaba encerredo y encadenado al mismo tiempo a ambular por la Mansión si en ambos casos era preso del collar.

—Ser mentiroso —me dijo.

Tal vez lo era. Últimamente recurría a las mentiras. Medias verdades y ocultarle información, la necesaria que él no debería saber.

—Me disculpo por mis actos —negó— Haré lo que me pida mi Señor.

Estuvo en silencio.

Traté de convencerlo.

—Una oportunidad —habló de pronto sin verme— la última y me podrás demostrar tú lealtad sin ocultarme información —me observó— Vigila a la humana. Espero nuevas noticias.

—Si, mi Señor.

Enseguida el collar cayó de mi cuello. Recuperé mi poder y volví a ser un cuervo. Con mayor facilidad salí de la Mansión y volé hasta encontrarla.

Esta vez no en su escondite. La encontré en plena calle acompañada de otra humana y un humano. Su creación seguía creciendo más y más. Era un hecho que pronto nacería.

Fui un humano más y estuve cerca. Los escuché hablar tratando de entender. El humano le dio afecto y ella volvió a sonreír. Ya no solía demostrar la tristeza o tal vez la ocultaba.

—Tiene que ser el mejor de todos los vestidos de bodas, Lin.

—No quiero algo llamativo Sam.

—Amiga, será tú boda ¡Su boda! —los señaló.

—Samantha, tú lo haz dicho. Quién se casara es Aylin, conmigo y no es necesario mucho lujo ¿verdad? —ella asintió.

—Como sea ¿Tú madre va a tardar en llegar? Se nos hará tarde.

—Ya le envié un mensaje a Sara. No va a tardar.

—Sam está más desesperada que tú —él la abrazó.

—Oye Carlos ¿Haz pensado en invitarme a vivir con ustedes en su nueva casa?

—¿Disculpa? Aylin será mi esposa, no tú Samantha.

—Seré su inquilina o hasta niñera de su bebé.

—No discutan —ella les pidió.

Dejé de escucharlos cuando él causó mi atención. Un vampiro a cierta distancia la vigilaba. Owen Rutwend y no era el único que se dio cuenta. La humana lo observó con pavor. Se inquietó, desvió la vista y fue el momento para él huir. Hubo confusión en su mirada al observar a su alrededor.

—¡Lin! Sara ya llegó —le prestó atención al escucharla.

Dejé de prestarles atención y busqué al vampiro convertido. No pensé en ir a detenerlo cuando fácil podía hacer que olvidara lo que vio, lo que descubrió de la humana más no lo hice. Esperé que él le contara sobre su creación a su nuevo Rey.

Con nuevas noticias, regresé con mi Señor.

...

—La creación de la humana sigue creciendo, mi Señor. Descubrí que mañana va a contraer compromiso con un humano y se ocultará en otro sitio. El humano será el nuevo creador para su creación —le informé.

Eso no lo entendía ¿por qué si no era el real creador? ¿Por qué si hubo un odio hacia el vampiro, el creador real?

—¿Es todo?

—No, mi Señor. Vi a un vampiro vigilarla. El convertido de Salvatore. Vio a la humana y debió darse cuenta de la nueva creación —hice una pausa— No interveni, mi Señor.

—Hiciste lo correcto —no lució molesto— Peor sufrimiento para Darren conocer la existencia de su creación y no estar cerca de su humana —rió siniestro— Cumpliste tú lealtad de lo contrario conoces el castigo.

—Si mi Señor, conozco las consecuencias —le respondí.

Sin duda habría peores.

Meses después...

Dudé en darle la noticia apenas lo descubrí más de otra forma se iba a enterar. Mi Señor era capaz de ir por su cuenta al Mundo mortal y buscar a la humana o verlo en mis recientes recuerdos.

Entonces lo hice, lo busqué y preferí contarle la verdad.

—Mi Señor —lo encontré frente a su ataúd. Aun no recurría a descansar otra vez— le tengo noticias. —me detuve a pocos pasos de él— La creación de la humana y de su sobrino, acaba de nacer. No pertenece al vampirismo, nació siendo mortal.

—Pero tiene su sangre. Es una híbrida y por desgracia una Valentains —gruñó.

—¿Qué piensa hacer? —le pregunté.

—Permitirle que crezca, no dejar de vigilarlas y cuando sea el momento, cumplir la visión —se dió la vuelta— serán controladas por mi en contra de Darren Valentains.

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Nota de escritora:
Hello, entramos a fase de VDS y aún hay mucho por descubrir. Sigan leyendo.

Les dejo un adelanto del próximo Capítulo 11° SIN NOMBRE:

—Hola —habló con una melodiosa voz. Frente a mi una pequeña humana. Su creación y no me temia —¿Quieres jugar conmigo?

—No, tengo pendientes por resolver —le respondí. Me había expuesto demasiado pero quise acercarme más a ella.

—¿Cual es tu nombre? El mío es Ana Lizbeth pero mi mami me dice Ana Liz y me gusta mucho —sonrió. No tenía colmillos. Era una humana normal.

—No tengo uno —le fui sincero.

Ella colocó sus manos en su cintura.

—Todo el mundo tiene un nombre. Mi mami eligió el mio ¿Tú mami no eligió el tuyo?

—No recuerdo si lo hizo. Mi creadora no existe más —bajó sus cortos brazos— y mi Señor lo cree innecesario.

Borró su sonrisa y lució pensativa. Incluso dejó su mano en su barbilla.

—Tú puedes pensar uno ¡Si! ¡Tengo ideas! —dio saltos y ni así superaba mi altura— ¿Qué nombre quieres?

Lo pensé: Un nombre para mi.

Por cierto, hice un Booktrailer del libro de ESTEBAN, pueden verlo en su propia historia y pronto haré uno para LPUV cuando llegue a sus primeras 100k, ayúdenme, recomienden la saga Vampire Darks 🖤✨

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