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Dulce sensualidad.


Hola Hola aquí MiYuncchan haciendo acto de presencia después de estarme dandome de topes con este capitulo.
Me ganó la risa la mayor parte del rato mientras trataba de escribir esto.

Y no se si me quedo bien.
Neta que ni todo el porno del mundo pudo ayudar.

Asi que corazones no esperen nada emmmh, explicito...supongo, ya veremos, cuando escribo esto la neta no tengo nada planeado.

(Primer lemon niñas y niños que leen esto, ya ni rolear fue tan complicado para mi xD)

Jajajajajaja ( ´ ▽ ' )ノ Ay Virgen santisimo del pepino, santo patrono de las escritoras en wattpad aiudame, please.

Digo, mi basta y extenuante investigación con fines de estudio fue buena pero le falto aún más.

_Ay deos no se que hago con mi vida aveces._ಥ⌣ಥ

(¬_¬)ノMi estar medio mensa.

♡´・ᴗ・'♡ Pero los quiero mucho.

Así que cualquier duda, queja, critica constructiva tipo de compas en equipo de exposición o sugerencia favor de dejarla en este espacio de aquí...
Ahora disfruten de..emmh, su lectura.

Con amor.
Yo merengues(#^.^#)( ˘ ³˘)♥

🍑

Squalo había ingresado por la puerta principal de la mansión hacía ya un buen rato, con una maliciosa sonrisa dibujada en su rostro, dejandose ver en todo su esplendedor para quien se topara con el embarazado doncel camino a su recámara.

El albino tenía como meta personal obtener cierta cajita que entre una estupida piña podrida y  un mini ejercito de gente enferma perteneciente a Vongola que hizo hasta lo imposible para embriagarlo y hacerlo meterse con su estúpido actual jefe esposo Xanxus, le habían regalado hacia ya un buen tiempo.

-Bebé...Tu cierra los ojos cuando yo te diga...¿Entiendes?-

Murmuró quedito, mientras seguía con su andar tranquilo, al tiempo que frotaba muy ligeramente su pequeño pero dulce y abultado vientre.

Porque para bien o mal, cobraría el favorcito, además prefería enseñarle a Yamamoto técnicas prohibidas de espada o Bailar Zumba con Lussuria que admitir...que...que el...

No, tampoco se lo diría a sus propios pensamientos.

Prefería cobrarlo de primera mano.

Oh, como ansiaba probar...

Más le valía al estúpido de mamma Luss tenerle listo su regalito o se encargaría de sabotearle todas las mañas raras que planeadas tenía contempladas para ciertos amigos del castañito que tal vez en esos mismos momentos estaría ocupaso con un peculiar pelinegro con aire de kamikorosu perpetuo.

Oh si, eso.

Una socarrona risita resonó de entre los delgados labios color durazno del embarazado doncel que al fin estaba por obtener su pequeño gran banquete de recompensa por lograr que la parejita mas querida de toda Italia en esos momentos estuviera entrando en un buen calor.

Ya podía imaginar las rabietas de los expectadores o viejas chismosas de etiqueta que seguro estaban al tanto de las Cámaras del restaurant.

Tal vez estaba en proceso la próxima creación de un pequeño atún o una malhumorada alondra.

Quien sabe.
Realmente con esos críos no se sabía.

Pero eso era otro asunto, si el idiota de Yoshi y su futuro esposo no usaban condón y le daban pronto un heredero a Vongola eso era asunto suyo.

Ahora mismo el solo quería una cosa...

Una sola...

Una caja.

Tan simple como ello...

Una caja, solo eso.

Su claro objetivo.

De entre sus ropas sacó un teléfono móvil plateado con una borlita de adorno con forma de delfín que el bastardo le había regalado cuando supieron de su embarazo.

El hijo de puta aveces podía ser un detallista delicado...y por lo mismo no lo había tocado esas largas semanas, recomendaciones estúpidas del doctor de pacotilla que gustaba de acosar señoritas.

Que horror.

Obviamente no le iba a rogar, era cosa de pedirle a Lussuria que atara a su Idiota a la cama y asunto arreglado.

Claro que si.

Al fin pudo leer ese mensaje ansiado.

[[Mamma Luss]]

-Objetivo capturado cariño~😘✔✔-

Solo eso bastó y sobró para que apresurara sus pasos, y completará su pequeña búsqueda.
Un uso decente al set que tanto tiempo había guardado,a los pocos dias de darle variados usos con su pareja.

-Voooi, Juntarse con los estúpidos amigos de Yoshi no es bueno-.

Squalo teniendo después de un largo momento de localizar el pequeño objeto para luego sostenerlo contra su pecho en lo que se andaba hacia donde Xanxus estaba atado, no pudo evitar sonrojarse.

Malditas jodidas hormonas del embarazo.

Pero conocía y reconocía que ese maldito juguetito, al igual que el resto del equipo, hacía milagros.
Hasta el bastardo lo disfrutaba en varias ocasiones.

Y eso no era lo único que podía usarse en cuestión de contenido para diversas actividades entre parejas curiosas.

Tal cual las palabras de la piña loca, el sonriente mini hibari pareja de Viper y el Idiota de Lussuria.

Malditos pervertidos de mierda.

Lussira hacía un rato que se había dado a la fuga de la oficina del Lider de Varia, primero por que el  de mirada carmesí quería cometer un crudo asesinato digno de salir en uno de esos programas que cierto Hitman adoraba ver durante la cena.
Y segunda, parecía gallina de corral asustada, estaba hecho un autentico desastre, antes muerto a que uno de sus queridos protegidos de su corazón lo viera en fachas.

Eso si que no, además con las esposas, las sogas y lazos de seda dudaba que su queridisimo jefe se soltara hasta cumplir con sus deberes maritales.

Ah~ Su pequeño y dulce tiburón.

-Ho ho~ Squa-Chan diviertete cariño-

Canturreo desde la sala, donde tomaba un Té de tila para serenarse.

Mientras tanto, Un muy molesto azabache de mirada rojiza observaba con detenimiento el abrir de la puerta de su oficina.

Mataría a tiros al imbécil que se atreviera a entrar en su espacio personal y que lo viera en esas condiciones, a él sobre su sofá cama, firmemente sujeto contra la pared, brazos adornados por cuerdas negras y rojas haciendo constraste con su piel ligeramente morena.

Inmovilizado...

Expuesto...

Con esas ataduras haciendo de arnés en su pecho semidesnudo, con un pie esposado para impedirle escapar.

Las luces estaban apagadas, solo había una tenue iluminación por unas velas que el estúpido que tenía por guardián del sol había encendido antes de abandonarle ahí.

Sombras ligeras, atrayentes jugando con el suave aroma a canela y manzana en la amplia oficina.

Entre esos ligeros toques de luz pudo obsevar al recién llegado, una figura estilizada, de largo cabello blanco.

Silencio...

Solo el suave respirar de ambos se podía escuchar.

La puerta rompió aquella paz, una vez cerrada ya no había marcha atrás.

El suave resonar de los pasos del intruso eran ritmicos y elegantes, aquel largo cabello ondeo al avanzar, cruzó por la suave alfombra con la elegancia y sensualidad impregnada en cada fibra de su ser, presente en cada movimiento  bajo la atenta mirada de Xanxus.

-Oe...Tiburón-

Su voz clara, firme y ligeramente rasposa llamó al doncel que ahora estaba frente a su escritorio abriendo una cajita con sumo cuidado.

El tranquilo doncel solo le ignoro unos momentos, pero aun así fue llamado de nuevo.

-Squalo...-

Sabía lo que existía dentro de aquella cajita.

Estaba curioso del uso que SU tiburón había pensado en aplicar.

Con calma saco unos cuantos utiles juguetes, un dildo de bonito color y de curiosa forma, un tubito de lubricante del sabor favorito de ambos, un pequeño vibrador.

Oh~

Xanxus ladeo curioso su cabeza, sonriendo al captar un aroma ligeramente diferente.
A rosas, rosas com chocolate...una de las velas consentidas de Squalo había sido encendida.

Con lentos movimientos el albino suspiró, mientras el sonido de una bragueta que desciende interrumpio la línea de pensamientos del azabache.

Apreció el como su pareja embarazada retiraba lo primero de esas prendas que se encargaban de cubrir aquella piel blanca que le fascinaba y así mismo ansiaba por probar.

Malditos nudos que no lo dejaban ir y acortar esos escasos metros de distancia.

-Xanxus...Hoy...-

La voz de Squalo se escucho por lo bajo, como un tenue susurro que moría por no ser escuchado.

Pero aún así no había pasado por desapercibido para la única otra persona existente dentro de ese cuarto.

La chaqueta de Squalo cayó con gracia al suelo, haciendo uso de ambas manos quitó la camisa blanca que cubría su dorso con cuidado.

Un largo cuello de piel integra, fuertes pero delgados hombros, delicada espalda ,preciosa cintura, caderas con curvas tenues pero atractivas aun existente pese al embarazo, quedaron expuestas a la vista del  de mirada carmesí, el cual relamió ligeramente sus labios con ansias.

-¿Te gusta lo que vez,Jefe bastardo?-

El albino observó apenas por encima de su hombro a aquel hombre que seguramente de no estar atado ya estaría sometiendole contra el escritorio o haciendolo jadear con mordidas contra su piel.

Adoraba ver a ese maldito así...Atado y a su merced.
Esa maldita sonrisa ladina que le hacia querer borrarla a base de besos o tal vez un puñetazo era lo que obtuvo por respuesta.

Y un : "¿Tu que crees, basura?".

Con leve movimiento el doncel se dio la vuelta, para luego llevar sus manos a los costados de su pantalón, por debajo del abultado vientre donde gestaba al pequeño o pequeña de ambos.

Xanxus estaba mas que fascinado, aun si su expresión no lo gritaba o que el reaccionara de manera convencional.

Pero la Visión de su esposo semidesnudo era hermoso...Simplemente hermoso, aquel pecho que adoraba acariciar ahora estaba un poco mas hinchadito.
Aquel par de pezones estaban tan apetecibles como siempre.

Y esa piel blanca que pedía ser marcada cuando se entregaran el uno al otro a la pasión de su amor.

Su devoción salvaje y pura, más que lujuria, dulce sensualidad cargada de amor.

Listo para derrocharse, hasta marcar lo más profundo de su ser.

Squalo despojó su cuerpo de toda prenda, con galanura y deseo se acerco a su esposo para entre besos fogosos aflojar algunos amarres que apresaban a la fiera que esperaba lo hiceran probar más de una vez esa noche lo dulce de la miel, de éxtasis hasta saciarlo.

-Dejame sentir tu calor...Xanxus.-

Susurro el albino antes de finalizar con un largo beso, con sus brazos rodeo el cuello de su pareja, su vientre quedo entre ellos pero no corría riesgo alguno, entre ambos la dulce danza húmeda de aquel par de lenguas traviesas y demandantes solo hizo que se perdieran entre ellos.

Tantos días lejos sin tocarse, sin verse, sin amarse.

Era solo tortura que no admitirían en voz alta.

Pero en esos momentos no había por que ser silenciosos.

Libres de entregarse como quisieran, de satisfacción sana y placentera entre caricias cargadas de la pasión amante.

El azabache se dejó dominar por breves instantes  pero mas tarde se las cobraría por el doble.

Cuando su doncel estuviere completamente satisfecho.
¿Quien le negaría algo a ese albino embarazado que con tanto ahínco untaba lubricante de dulce esencia entre sus manos?.

Aun con algunos nudos no tan firmes aun así no se movería, podía apreciar como esos largos dedos capaces de desenfundar una espada, terminaban brillantes y empapados.

Como su amado y ansioso tiburón se preparaba para el, después de haberle metido un jodido vibrador en el culo, haciéndolo que mordiera mas de una vez sus labios, torturandole con no poder tocarse ante la complaciente escena de un albino profanando su entrada con sus propios dedos.

Juegos y mas juegos, dildos y vibradores, Jadeos, gemidos.

Aromas y sabores.

Un lascivo embarazado que parecía insaciable ante la cuarta ronda
Subiendo y bajando al montar a su estúpida pareja sobre el alfombrado piso.

Calor...

Amor...

pasión y entrega.

-Mnhg~ M...mas...aah~ Xanxus...ahí-.

La antes intacta piel del albino ahora estaba cubierta de varias mordeduras, algunos rasguños y chupetones, al igual que el pecho canela de Xanxus estaba más que marcado por su esposo quien llegaba nuevamente al orgasmo por tercera o cuarta vez esa noche.

El de mirar carmesí estaba mas que dispuesto a complacer al caprichoso doncel que al parecer aún no tenía suficiente.

Tembloroso y jadeante, con el perlado sudor sobre su piel pintada de la acalorada entrega de ambos.

Ruidosos y salvajes...

Y aun, no pararían.

No aún, tal vez mañana un agotado Squalo no podría moverse, pero que mas daba, solo no se excederían tanto por el fruto de su raro y poco convencional amor que crecía dentro del chico que en esos momentos buscaba cambiar de posiciones para seguir otra ronda más.

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