3.
El atardecer caía por los pasillos de la gran universidad, anunciando que pronto la obscuridad de la noche reinaría en aquel lugar. Todo era silencioso excepto en uno: la enfermería.
Condones rotos, usados y paquetes de estos mismos destrozados eran los que se veían a primera vista en el piso blanco de la enfermería de la profesora Cho MiYeon. Los gemidos inundaban toda la sala blanca acompañados con el sonido del metal chocar contra una pared sólida.
¿Pero quien causaba tal ruido y desastre? La respuesta era clara.
Shuhua soltaba gemidos ruidosos acompañados de los gruñidos y jadeos de Yontararak y Cho, las feromonas de las tres chicas estaban mezcladas entre sí. La omega arqueada su espalda aferrándose a las sabanas mientras sentía las embestidas que MiYeon daba en su interior, se encontraba recostada encima de su pecho boca arriba mientras ésta, aparte de penetrar su húmedo coño, mordía y besaba su cuello húmedamente, sosteniendo sus muslos para así evitar que cerrará sus piernas, dejándola totalmente expuesta.
Mientras tanto, Minnie estaba encima suyo, acariciaba y apretando sus pechos, dando estimulación a sus pezones duros. Frotaba su gran hombría contra el coño de Shuhua al ritmo de las embestidas de Cho, lágrimas de placer se deslizaban por las suaves mejillas de la omega al mismo tiempo que sus esponjosos labios se entreabrían para dejar escapar gemidos.
Minnie bajo sus manos por el abdomen bajo de la omega para así tomar con su diestra el coño entre sus dedos, a la par que tomaba su propio miembro con la surda, masturbándolas a ambas y pellizcando los labios abiertos de la Taiwanesa en el momento adecuado, Shuhua sentía que era demasiado y sus sentidos se abrumaban, cegada por el placer y lujuria que viajaba por sus venas. MiYeon lamio desde su cuello hasta su mejilla y el óvulo de su oreja haciéndola temblar, sintiéndose perdida entre ambas mujeres.
El cuerpo de Shuhua se contrajo en estamos al sentir como la gran mano de MiYeon reemplazaba la de Minnie en acariciar sus pezones mientras era embestida, el orgasmo las acarició tortuosamente a las tres.
Minnie mordió ligeramente las clavículas de Shuhua mientras que MiYeon estaba cerca de la fuente de su aroma, un abrumador instinto le invadió a la alfa pelirroja al sentir la necesidad de enterrar sus colmillos en la lechosa piel de la omega, quien estaba mostrando su cuello a ambas alfas sin darse cuenta. Cho apretó sus dientes entre sí intentando controlarse con gruñidos roncos.
Finalmente el orgasmo llegó en MiYeon y Shuhua, causando que ambas se estremecieran, la omega sollozo de placer y Minnie sonrió ante sus lloriqueos mientras veía como MiYeon sacaba del interior de Shuhua su miembro que escurría tanto del lubricante como de su propio semen.
La castaña intentó regular su respiración ante su orgasmo, teniendo sus labios entreabiertos, pero de forma sorpresiva, MiYeon tomó su mentón para así girar su rostro y presionar sus labios contra los suyos, besándola húmedamente con necesitad y estremeciéndose cuando los largos dedos de Minnie entraron en su interior sensible.
—Aún tienes que hacerlo conmigo de nuevo, no me he venido aún —dijo Minnie con voz ronca y sonrisa ladina, notando que Shuhua aún estaba tan estrecha—. ¿Todavía sigues apretada después de todas las embestidas de la enferma Cho?
MiYeon miró de reojo a Minnie, sin dejar de besar a Shuhua, pudo ver el imponente cuerpo de Yontararak con detalle, era demasiado femenino, su perfilada mandíbula estaba tensa, su piel morena pero perlada estaba empapada de sudor y su abdomen marcado daban ganas de tocarlo, bajando un poco la mirada pudo notar de nuevo lo bien dotada que estaba Minnie. Un sonrojo apareció en las mejillas de la pelirroja, aun no le agradaba del todo Minnie, pero sin duda que empezaba a desearla tanto como deseaba a Shuhua.
—... Entonces te lo haré más duro. —continuo hablando Minnie para así mover sus dedos más rápido, penetrando el interior de Shuhua.
La omega jadeo ante las penetraciones, temblando vulnerable entre los fuertes brazos de MiYeon, rompiendo el beso para así gemir más ruidosamente.
—A-Ah... Dedos... No me gustan los dedos... —dijo con voz dulce y jadeos mientras temblaba.
—¿Por qué? Mis dedos han estado aquí antes —dicho esto, sus dedos se adentraron aún más, indignada en su interior como si quisiera encontrar algo entre la carne suave y húmeda—. Mira, todavía puedo meter mis dedos más adentro.
Shuhua hecho su cabeza nuevamente hacia atrás mientras sentía aquellos dedos empujar su interior. MiYeon se materia mirando hasta que su pene volvió a levantarse luego de haberse corrido primero, su mirada profunda se clavo en los suaves y redondos pechos de Yeh, por lo que acerco su mano hasta tomar el ceno derecho entre sus dedos, acariciando este y empezando a amasarlo con ligeras pellizcos en el pezón.
Shuhua al sentir esto se estremeció y se contrajo, dirigiendo su mirada a sus pechos, donde pudo ver los dedos de MiYeon y de Minnie estimular ambas zonas erógenas hasta sentir que estaba siendo sobreestimulada.
La lujuria y el placer era tan grande que Shuhua sentía que perdería la cordura en cualquier instante.
—Ah, n-no... Eso no, Miy... —rogó sintiendo su cuerpo cosquillar y trato de cerrar sus delgadas piernas, pero Minnie se lo impidió de inmediato.
Sin poder contenerlo más, Shuhua se corrió por segunda vez, pero esta vez soltando un fuerte squirt, llenando los dedos de la alfa Tailandesa de diferentes sustancias pegajosas. Tomo bocadas de aire, intentando recuperarse, hasta que escucho nuevamente la voz de Minnie:
—Esto es una locura... —murmuro ronca—. Voltéate y déjame ver ese lindo trasero, Shua.
Con ayuda de ambas Shuhua se giro encima de MiYeon, quedando boca abajo y al mismo tiempo enfrente de Cho, quien le dedicó una mirada profunda de ojos negros, se recostó sutilmente en el pecho de la pelirroja, sintiendo la suavidad y dureza de los pechos ajenos.
—Minnie, hazlo un poco lent-... ¡Oh!
Sin que pudiera terminar de hablar, Minnie la embistió rudamente a diferencia de MiYeon, que había sido más cuidadosa con ella, se estremeció arqueando su espalda, teniendo la mirada atenta de Cho todo el tiempo.
—Ah, te sientes tan bien... —gruño Minnie, empezando un va y viene de profundas embestidas contra el estrecho interior.
Yeh se aferró a las sabanas en los costados de MiYeon, sintiendo las lágrimas de placer bajar nuevamente por su rostro y haciendo brillar sus pupilas.
La alfa pelirroja aprovecho la acción de la alfa pelinegra y de la omega para así arrastrarse hacia atrás, sentándose en la camilla que se movía con brusquedad ante los movimientos, dejando el rostro de Shuhua entre sus piernas abiertas, la cara de excitación de esta no pudo hacer más que calentar a Cho, quien de inmediato bajo su mirada morbosa en los gordos labios de Shuhua.
Su polla palpito, aun erecta.
Tomo del mentón a Yeh, guiándola hacia su pene y la omega pudo ver el condón ya usado deslizarse por la palpitante carne frente a su rostro hasta dejarlo expuesto y sin protección alguna.
—ShuShu, ¿Puedes chupármela otra vez? —murmuro con voz grave Cho.
Shuhua notó lo grande que era el pene de MiYeon, por lo que no pudo evitar quedarse mirándolo fijamente.
—Ojala hubiese sido alfa —murmuro, con un lloriqueo asomándose por su garganta—. Así yo también tendria un pene así de grande.
MiYeon y Minnie parpadearon con desconcierto.
—¡Shua, no llores! —dijo alarmada MiYeon—. Lo siento.
Sin más, Shuhua la miro con "molestia" para así tomar el miembro con una de sus manos y guiarlo hacia su labios, adentro este en su boca y sintió la carne caliente en su cavidad bucal hasta deslizarse por su garganta. No había sentido esa calidez ni cuando la embistió, y era entendible pues habían estado usando condones todo el tiempo para evitar algún anudamiento que pudiera dejarla preñada.
Movió su cabeza de adelante hacia atrás, embistiendo su garganta y pudo oír los gemidos gruesos de MiYeon mientras ella ahogaba los suyos.
—Ah~ levanta un poco las caderas. —escuchó la voz profunda de Minnie mientras penetraba su interior cada vez más rudo y profundo.
Después de unos minutos, Shuhua se volvió a correr sobre la camilla mientras sacaba el miembro de su boca para asi gimotear temblando, lamio el largo lentamente, llenándolo de saliva. En aquella posición su espalda se arqueaba y ambas alfas no pudieron evitar sentir que la omega era totalmente suya.
Era increíble como las dos alfas pudieran compartir a una omega, siendo qué por naturaleza son territoriales, y sin embargo, estaba aquí, follandola sin que ninguna de las dos se matara entre sí.
Fue cuestión de segundos para que MiYeon se corriera en el interior de su boca y Minnie en su coño, llenándola completamente de ese espeso y caliente semen. Lágrimas bajaron por su rostro al igual que sudor, su cabello castaño se pegaba a su frente y su piel lechosa estaba repleta de rasguños, mordidas y marcas por ambas mayores.
Salieron de su interior y se recostó en la camilla, mirando la obra de arte ante sus ojos; ambas alfas, sudadas, con sus mejillas sonrojadas y sus pupilas amarillas resplandeciendo mientras sonreían levemente mostrando sus colmillos.
☆
Minnie se secaba el sudor con su antebrazo mientras MiYeon miraba como Shuhua dormía un poco en la camilla, cansada y con aún restos de semen por su delgado cuerpo. Habían decidió descansar y ducharse, pero la culpa golpeó a MiYeon cuando sus instintos alfas bajaron y su calentura cesó.
—Shua, ¿Te encuentras bien? —dijo acariciando la mejilla de Shuhua.
—Desde que las feromonas calmaron un poco fue un poco abrumador, seguro esta muy cansada. —sonrió levemente Minnie.
MiYeon se agarro su cabeza con ambas manos, histerica.
—Shua, ¿Qué te hice...? Dios mio.
—¿No es un poco tarde para decir eso, MiYeon? —rodó los ojos burlona ante el drama de la mayor—. En fin, ¿Quieres ducharte primero en el cuarto de servicio o nos duchamos juntas?
Minnie movió sus cejas coquetas y MiYeon frunció el ceño.
—¡Tú! —apunto con su dedo el pecho desnudo de Yontararak mientras se acercaba desafiante—. ¡Te has comportado tan descarada desde el inicio!
Minnie bufó.
—Sí, siempre me dicen eso pero... —tomo la muñeca de MiYeon y le sonrió, acercándose a su rostro—. Tu tampoco hiciste nada para detener esto, fácilmente pudiste irte a mi yugular y matarme por tus instintos territoriales cuando Shuhua entró en celo, sin embargo, no lo hiciste y la compartiste conmigo.
MiYeon apretó sus dientes y siseo molesta para así alejarse bruscamente de su agarre.
—¡Yo nunca pensé que esto pasaría! —se excuso la pelirroja—. Apuesto que Shuhua-...
Ninguna de las dos se había percatado de que Shuhua estaba despierta, escuchando la conversación de ambas aun recostada hasta que su voz dulce se interfirió en su pelea.
—¿Saben..? —sus feromonas se liberaron otra vez y sus pupilas brillaron en un azul-celeste—. Todavía quiero hacerlo más.
Shuhua relamió sus labios rojizos, donde aun había resto de semen de MiYeon por la comisura de su labio.
Ambas alfas la miraron asombradas y sonrojas hasta las orejas, las feromonas envolviéndolas al instante y sus pollas reaccionaron inmediato ante tal llamado sexual.
—Sin duda es una omega única, no hay manera... Woah. —sonrío emocionada Minnie.
—Las feromonas todavía están... —MiYeon estaba perpleja.
Shuhua les sonrió suavemente, pero de forma coqueta, era un claro paso de entrada para ambas mayores.
—Alfas... Mías.
¡Gracias por leer!
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