tres
El atardecer caía por los pasillos de la gran universidad, anunciando que pronto la obscuridad de la noche reinaria en aquel lugar. Todo era silencioso excepto en uno; La enfermería.
Condones rotos, usados y paquetes de estos mismos destrozados eran los que se veían a primera vista en el piso blanco de la enfermería de la Profesora Kim. Los gemidos inundaban toda la sala blanca acompañados con el sonido del metal chocar contra una pared sólida.
¿Pero quien causaba tal ruido y desasatre?, la respuesta era clara.
Rosé soltaba gemidos ruidosos acompañados de los gruñidos y jadeos de las dos Kim, las feromonas de las tres chicas estaban mezclados entre sí. La omega arqueaba su espalda aferrándose a las sabanas mientras sentía las embestidas que Jennie daba en su interior, se encontraba recostada encima de su pecho boca arriba mientras ésta aparte de penetrar su húmedo interior mordía y besaba su cuello humedamente, sosteniendo sus muslos.
Mientras tanto Lisa estaba encima suyo, acariciaba y apretando sus pectorales, dando estimulación a sus pezones duros. Frotaba su gran miembro contra Rosé al ritmo de las embestidas de Jennie, lágrimas de placer se deslizaban por las suaves mejillas de la omega al mismo tiempo que sus esponjosos labios se entre abrían para dejar escapar gemidos.
Lisa bajo su diestra por el abdomen bajo de la Omega para así volver a ir hacia sus senos, masturbandose y tocándola a la par, Rosé sentía que era demasiado y sus sentidos se abruman, cegada por el placer y lujuria que viajaba por sus venas. Jennie lamio desde su cuello hasta su mejilla y el lóvulo de su oreja haciéndola temblar, sintiéndose perdida entre ambas mujeres.
El cuerpo de Rosé se contrajo al sentir como la gran mano de Jennie acompañaba la de Lisa en acariciar el miembro de la alfa menor mientras era embestida, la Alfa pelinegra se estremeció ante la caricia por parte de Kim en su glande, el orgasmo les acarició torturosamente a las tres.
Lisa mordió ligeramente las clavículas de Rosé mientras que Jennie estaba cerca de la fuente de su aroma, un abrumador instinto le invadió a la Alfa pelinaranja al sentir la necesidad de enterrar sus colmillos en la lechosa piel de la omega quien estaba mostrando su cuello a ambas Alfas sin darse cuenta. Jennie apretó sus dientes entre sí intentando controlarse con gruñidos roncos.
Finalmente el orgasmo llegó en Jennie y Rosé causando que ambas se estremecieran, la omega sollozo de placer y Lisa sonrió ante sus lloriqueos mientras veía como Jennie sacaba de la vagina de Rosé su miembro que escurria tanto de lubricante como de su propio semen.
La rubia intentó regular su respiración ante su orgasmo, teniendo sus labios entre abiertos pero de forma sorpresiva Jennie tomó su mentón para así girar su rostro y presionar sus labios contra los suyos, besandola humedamente con necesitad y estremeciendose cuando los dedos de Lisa entraron en su interior sensible.
— Aún tienes que hacerlo conmigo de nuevo, no me he venido aún — dijo Lisa con voz ronca y sonrisa ladina, notando que Rosé aún estaba tan estrecha — ¿Todavía sigues apretado después de todas las embestidas de la enfermera Kim?
Jennie miró de reojo a Lalisa sin dejar de besar a Rosé, pudo ver el magnífico cuerpo de Lisa con detalle, era demasiado hermosa, su mandíbula estaba tensa, su piel blanquecina pero perlada estaba empapada de sudor y su abdomen marcado daban ganas de tocarla, bajando un poco la mirada pudo notar de nuevo lo bien dotada que estaba Lisa. Un sonrojo apareció en las mejillas de la pelinaranja, aun no le agradaba del todo Lisa pero sin duda que empezaba a desearla tanto como deseaba a Rosé.
— ...Entonces te lo haré más duro — continuo hablando Lisa para así mover sus dedos más rápido, penetrando el interior de Rosé.
La omega jadeo ante las penetraciones, temblando vulnerable entre los brazos de Jennie, rompiendo el beso para así gemir más ruidosamente.
— A-Ah.. Dedos.. no me gustan los dedos.. — dijo con voz dulce y jadeos mientras temblaba.
— ¿Por qué?, mis dedos han estado aquí antes — dicho esto sus dentros se adentraron aún más, indagando en su interior como si quisiera encontrar algo entre la carne suave y húmeda — Mira, todavía puedo meter mis dedos más adentro.
Rosé hecho su cabeza nuevamente hacia atrás mientras sentía aquellos dedos empujar su interior. Jennie se matenia mirando hasta que su pene volvió a erectarse luego de haberse corrido primero, su mirada profunda se clavo en los pechos de Rosé por lo que subio sus manos, apretando y masajeando a su gusto.
Rosé al sentir esto se estremeció y se contrajo, dirigiendo su mirada a sus senos donde pudo ver las manos de Jennie sobre ellos y los dedos de Lisa en su interior.
La lujuria y el placer era tan grande que Rosé sentía que perdería la cordura en cualquier instante.
— Ah, n-no.. eso no, Nini... — rogó sintiendo su cuerpo cosquillar y trato de cerrar sus delgadas piernas pero Lisa se lo impidió de inmediato.
Sin poder contenerlo más Rosé se corrió por segunda vez, llenando los dedos de la Alfa pelinegra con sus fluidos. Tomo bocadas de aire, intentando recuperarse hasta que escucho nuevamente la voz de Lisa.
— Esto es una locura.. — murmuro ronca — Volteate Rosie.
Con ayuda de ambas Rosé se giro encima de Jennie, quedando boca abajo y al mismo tiempo enfrente de Jennie quien le dedicó una mirada profunda de ojos negros, se recostó sutilmente en el pecho de la pelinaranja.
— Lili, hazlo un poco lent.. OHH!
Sin que pudiera terminar de hablar Lisa la embistió rudamente a diferencia de Jennie que había sido más cuidadosa con ella, se estremecio arqueando su espalda teniendo la mirada atenta de
Jennie todo el tiempo.
— Ah, te sientes tan bien.. — gruño Lisa, empezando un vaine de profundas embestidas contra el estrecho interior.
Park se aferró a las sabanas en los costados de Jennie, sintiendo las lágrimas de placer bajar nuevamente por su rostro y haciendo brillar sus pupilas marrones.
La Alfa pelinaranja aprovecho la acción de la Alfa pelinegra y de la omega para así arrastrarse hacia atrás, sentándose en la camilla que se movía con brusquedad ante los movimientos, dejando el rostro de Rosé entre sus piernas abiertas, la cara de excitacion de esta no pudo hacer más que calentar a Jennie quien de inmediato bajo su mirada morbosa en los labios de Rosé.
Su hombría se palpito erecta.
Tomo del mentón a Park guiándola hacia su pene y la omega pudo ver el condon ya usado deslizarse por palpitante carne larga frente a su rostro hasta dejar expuesto y sin protección alguna.
— Rosie, ¿puedes chuparmela otra vez? — murmuro con voz grave Jennie.
Rosé notó lo grande que era el pene de Jennie por lo que jadeo.
Sin más Rosé la miro con "molestia" para así tomar el miembro con una de sus manos y guiarlo hacia su labios carnosos, adentro el miembro en su boca y sintió la carne caliente en su cavidad bucal hasta deslizarse por su garganta. No había sentido esa calidez ni cuando la embistió y era entendible pues habían estado usando condones todo el tiempo para evitar algun anudimiento que pudiera dejarla preñada.
Movió su cabeza de adelante hacia atrás, embestiendo su garganta y pudo oír los gemidos gruesos de Jennie mientras ella ahogaba los suyos.
— Ah~ levanta un poco las caderas — escuchó la voz profunda de Lisa mientras penetraba su interior cada vez más rudo y profundo.
Después de unos minutos Rosé se volvió a correr sobre la camilla mientras sacaba el miembro de su boca para asi gimotear temblando, lamio el largo lentamente, llendolo de saliva. En aquella posición su espalda se arqueaba y ambas Alfas no pudieron evitar sentir que la omega era totalmente de ellas.
Era increíble como las dos Alfas pudieran compartir a una Omega siendo qué por naturaleza son territoriales y sin embargo estaba ahí, follando sin que ninguna de las dos se mataran entre sí.
Fue cuestion de segundos para que Jennie se corriera en el interior de su boca y Lisa en su interior, llenadola completamente de ese espeso y caliente semen. Lágrimas bajaron por su rostro al igual que sudor, su cabello rubio se pegaba a su frente y su piel lechosa estaba repleta de rasguños, mordidas y marcas por ambas Alfas.
Salieron de su interior y se recostó en la camilla, mirando la obra de arte ante sus ojos; Ambas Alfas, sudadas, con sus mejillas sonrojadas y sus pupilas amarillas respladenciendo mientras sonreian levemente mostrando sus colmillos.
***
Lisa se secaba el sudor con su ante brazo mientras Jennie miraba como Rosé dormía un poco en la camilla, cansada y con aún restos de semen por su delgado cuerpo. Habían decidió descansar y ducharse, pero la culpa golpeó a Jennie cuando sus instintos Alfas bajaron y su calentura cesó.
— Rosie, ¿te encuentras bien? — dijo acariciando la mejilla de Rosé.
— Desde que las feromonas calmaron un poco fue un poco abrumador, seguro esta muy cansada — sonrió levemente Lisa.
Jennie se agarro su cabeza con ambas manos, histerica.
— Rosie, ¿qué te hice?...dios mio...
— ¿No es un poco tarde para decir eso, Jennie? — Rodó los ojos burlón ante el drama de la mayor. — En fin, ¿Quieres ducharte primero en el cuarto de servicio o nos duchamos juntas?
Lisa movió sus cejas coquetas y Jennie frunció el ceño.
— ¡Tú! — apunto con su dedo los pechos desnudos de Lisa mientras se acercaba desafiante — Te has comportado tan descarada desde el inicio!
Lisa bufó.
— Sí, siempre me dicen eso pero... — Tomo la muñeca de Jennie y le sonrió acercándose a su rostro — Tu tampoco hiciste nada para detener esto, fácilmente pudiste irte a mi yugular y matarme por tus instintos territoriales cuando Rosé entró en celo, sin embargo no lo hiciste y la compartiste conmigo.
Jennie apretó sus dientes y siseo molesta para así alejarse bruscamente de su agarre.
— Yo nunca pensé que esto pasaría! — se excuso la pelinaranja — Apuesto que Rosé...-
Ninguno de las dos se había percatado de que Rosé estaba despierta, escuchando la conversación de ambas aun recostada hasta que su voz dulce se interfirio en su pelea.
— ¿Saben..? — Sus feromonas se liberaron otra vez y sus pupilas brillaron en un azul-celeste — Todavía quiero hacerlo más.
Rosé relamio sus labios rojizos, donde aun había resto de semen de Jennie por la comisura de su labio.
Ambas Alfas la miraron asombradas y sonrojos hasta las orejas, las feromonas envolviendolos al instante y sus miembros reaccionaron inmediato ante tal llamado sexual.
— Sin duda es una omega única, no hay manera... woah.. — Sonrío emocionada Lisa.
— Las feromonas todavia están.. — Jennie estaba perpleja.
Rosé les sonrió suavemente pero de forma coqueta, era un claro paso de entrada para ambas.
— Alfas.. mías.
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