Jimin

Un viernes por la noche salgo corriendo de casa para ir al hospital.

Se llevaron a Yoongi.

Se desmayó.

Los médicos dijeron que fue por anemia y mala alimentación, pero cuando entro a la sala en donde él está hospitalizado veo los nuevos cortes que trae en su muñeca.

---Odio ser gay --- es lo primero que me dice cuando me ve--- Me odio. Me odio, Jimin, me odio.

Niego con la cabeza y me siento a su lado.

---Fui a casa otra vez ---cuenta.

--- Sí, ayer vi que te fuiste de mi casa con tus cosas.

---Pensaba que podría volver--- confiesa apenado y con una sonrisa burlesca en la cara--- Que ingenuo.

---Yoongi...

---No. Se supone que mis padres no me educaron así. La iglesia tampoco.

---Tú sabes perfectamente lo que opino de la iglesia.

---Pues me da igual. Empiezo a creer que necesito terapia en serio.

---Necesitas terapia, pero no por ser gay, sino por tu problema de autolesiones.

Yoongi aparta su oscura mirada de la mía.

---Mira, Yoon. Yo estoy dispuesto a aceptar que soy gay contra todo pronóstico y a pesar lo que me sucedió cuando era niño, si tu dejas de intentar matarte.

Yoongi se ríe.

---Tú nunca vas a aceptar lo que eres. ¿Sabes qué Park? Mejor quédate con tu lado hetero, aceptar que eres el monstruo que alguna vez juraste destruir no te hará ningún bien.

. . .

El resto del día me quedo mirando la pared como un idiota.

Y entonces empiezo a recordar.

Yo tenia once años.

Abusaron de mi en la escuela.

Yo tenia solo once años...

Once jodidos años.

Intento decirme a mi mismo que no todos los gays son iguales. No todos los gays son monstruos que abusan de ti a la primera que te ven.

Intento convencerme de que yo tampoco abusaré de nadie aún siendo gay.

Pero al final, es algo que no puedo terminar de aceptar.

Yo quiero a Yoongi, incluso me atreverían decir que lo amo, que lo amo con locura.

Pero tengo miedo de ser un monstruo, tal como lo fueron conmigo.