Taehyung

Todo lo que me ha contado Jungkook me deja en shock la mayor parte del día. Él se la pasa desahogandose y sintiéndose mal por todo lo que le sucede y yo aquí parezco un idiota que no sabe cómo consolarlo.

Pero sí se me ocurre una cosa.

---La próxima semana se estrena Animales Fantasticos 3.

Jungkook se alza de hombros.

---¿Y?

---Vaya, yo qué estaba convencido de que eras super fan de Harry Potter, porque, claramente la decoración de tu habitación me dice eso.

---Ya sé que soy fan del mundo mágico, pero no voy a ir al cine estando así. No quiero entrar con muletas y mucho menos con una silla de ruedas.

---Mucha gente va al cine con muletas.

---Si, pero yo tengo ambos pies mal. A veces me duele cuando camino de más.

---¡Lo sabía! Sabía que te dolía y te estabas haciendo el testarudo.

Jungkook me saca la lengua y yo se lo devuelvo.

---No tengo con quien ir, Tae. No me gusta ir solo al cine, es horrible.

---¿Acaso yo soy invisible? Te estoy diciendo que vayamos juntos.

---Creía que no te gustaba Harry Potter y lo demás.

---Me gusta. No soy super fan pero sí me gusta todo ese rollo. He visto todas las películas y las de Animales Fantasticos también.

Jungkook mira hacia otro lado y se le forma un pucherito en la cara.

---¿Irías conmigo de verdad?

---Claro. Será divertido.

Jungkook me sonríe con pena.

---Gracias ---dice el final.

. . .

El resto del día Jungkook se la pasa mirando la tele con expresión ausente. Yo no sé qué hacer aparte de verlo entrar en crisis existenciales cada dos por tres.

---¿Tus padres lo saben?

---¿Qué cosa, Tae?

---Tu intento de suicidio.

Él niega con la cabeza.

---Yo les dije que fue un accidente. Pero de todas formas ellos saben que yo he tenido malas rachas.

Me lo quedo mirando durante un momento:

---¿A qué te refieres con malas rachas?

El aparta la mirada.

---A veces me corto.

Me quedo congelado en la silla, incapaz de decir nada.

Y como guardamos silencio, justo entran sus padres cargando con una pizza.

---Ah, hola Tae ---me saluda su padre---¿Quieres quedarte a comer?

Jungkook me mira de reojo, triste.

---Yo... bueno, me gustaría, pero creo que tengo que ir a casa.

Sus padres hacen un puchero pero finalmente me dejan ir.

---Nos vemos mañana --- digo cuando ellos se van para la cocina a calentar la pizza en el horno.

Me acerco a Jungkook y le beso la frente, con gesto protector.

---Cuando te sientas así, llámame. No importa la hora, tu llámame.

---No tengo tu número.

---Pero tus padres si lo tienen. Pídelo.

Cuando estoy por irme, Jungkook me agarra del brazo y susurra:

---Dame otro beso --- demanda.

Le doy otro, esta vez en su mejilla.

Sus ojos de bambi brillantes me mira tristes cuando desaparezco tras la puerta.

. . .

Cuando llego a casa, creo que la peor decisión de mi vida fue haber rechazado la oferta de cenar con los Jeon.

Papá está en la mesa con sus amigos más cercanos. Todos fuman tabaco y juegan cartas en la mesa mientras se ríen a carcajadas insoportables.

---Ah, ahí esta la florcita --- se burla papá de mí.

Aprieto los puños mientras sus amigos se ríen de mi.

---Ve a comprar unas cervezas ---ordena papá lanzandome su billetera de sopetón.

---Acabo de volver de trabajar. Estoy cansado, ve tú.

La mirada de papá se pone roja.

---Puto, pero con huevos --- dice uno de sus amigos y papá se ríe.

A Nam, mi padre, no le hace nada de gracia. Está enojado conmigo.

---Ve a comprar una jodida cerveza, maricon de mierda.

Se me hace un nudo en la garganta.

Finalmente tomo la billetera y voy al quiosco de enfrente y compro cinco cervezas. Repitiendole cincuenta veces que no es para mí.

Entro a casa y dejo las cervezas en la mesa.

---¿Y de qué trabajas? --- me pregunta uno de sus amigos dejando el cigarrillo a un lado --- ¿Te revuelcas con tus amiguitos y te pagan?

Los demás se ríen mientras papá guarda su billetera.

---Cuido a un adolescente.

Vuelven a reírse.

---¿Y qué haces, le chupas la polla? --- dice otro.

---Lo cuido --- vuelvo a repetir, indignado. En parte porque no sé cómo defenderme.

---Es un trabajo de niñera --- explica mi padre---Va perfectamente contigo, hijo. No eres más que una niña que le encanta que le den por culo.

Me entran ganas de llorar, pero no quiero hacerlo.

Me acuerdo del día que papá me encontró en la cama con otro chico. Aquella vez yo estaba siendo el pasivo y todo porque quería saber cómo era.

Aquel día yo estaba disfrutando y todo terminó en la mierda.

Todos se están riendo de mi.

---¿Saben? ---espeto---Amar a un hombre es lo mismo que amar a una mujer...

---Te falta un tornillo muchacho ---dice uno de ellos ---. No puedes preferir una polla ante un buen trasero y unos buenos pechos. Eres muy poco hombre.

---¿Por qué? No estoy loco. Solo me gustan los chicos, sigo siendo yo.

---Ya, cierra la boca ---dice papá restandole importancia---. Estás mal de la cabeza y yo no pienso pagarte el psicólogo, te cagas tu solo. Vete a llorar como una nena, va, va.

Los demás se ríen y otros guardan silencio. Me voy al cuarto y cierro la puerta de sopetón.

Me tiro en la cama y empiezo a llorar.

No puedo creer que haya tanta gente mala.

El problema no es que sean homofobicos.

El problema es que son malos.