también tú sabías que el deseo era una costra frágil
también tú sabías que el deseo era una costra frágil
un sueño cóncavo sin esperanza
asediando
detrás de la arena
mirabas los ángulos escurrirse al paso del día
al arrastre del miedo
ruido de cristales bajo la luz culpable
el cielo suda y suda tu cuerpo
y calla tu boca adhesiva
que viene el deshielo y a este sueño apenas le quedan
trozos de corporesencia
tuviste que salir
a la ribera meridional de la noche
para cantar con palabras ralas
ecos traidores de un orden nuevo
el lenguaje es así
digamos
lisuriento
real
como la constante universal de lo mínimo
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