Cinta #3 Lado A (Parte 1)
<<Todos mentimos en algún punto de nuestra vida -algunos más, algunos menos- y quien no lo sepa es demasiado inocente como para pasar de los cinco años... y ya ni siquiera hoy día creo que los niños sean tan crédulos, la verdad.
La realidad es que nos están mintiendo todo el tiempo, de una forma u otra. Si tengo que decir ejemplos de cuántas veces los medios han mentido a los estadounidenses para hacernos creer que algo era necesario... te apuesto que habrá por ahí alguna tesis universitaria sobre las mentiras políticas que se han dado en la historia de nuestro país.
¿Quieres un ejemplo más cercano y que no atente tanto contra el espíritu estadounidense? Generalizando más, cada hijo en una casa norteamericana decente va a ser el próximo presidente, el próximo Steve Jobs, la próxima Katy Perry o la próxima Scarlett Johansson -varía los nombres por otros del mismo ámbito según lo millenials que sean sus padres- pero el punto es que los padres les dicen a sus hijos que van a llevar una buena vida y hacer grandes cosas. Sin embargo, quizás el día de mañana no lleguen a más que a ser dependientes en una gasolinera o oficinistas frustrados. Apuesto a que ni tus padres ni los míos nos dijeron que íbamos a ser carne de abusador en el instituto pero sí, lo fuimos.
Sin embargo a veces mentir es necesario. Para algunos, a veces mentir no sólo es necesario sino que es lo que hay que hacer para proteger a otras personas. Para otros más mentir es una patología incontrolable.
Como ves, de la misma manera que nos han mentido, Tyler, nosotros tampoco somos la excepción: hemos mentido en cosas nimias y en cosas importantes en algún momento, a los demás... y también a nosotros mismos.
No creo que sea importante preguntarle a alguien cuántas veces miente al día. Más bien creo que la pregunta pertinente es: "¿Por qué razones elijes mentir?".>>
⏯
Ani hablaba con Jessica sobre algo a lo que Alizée no le prestaba demasiada atención. Hannah no se había ido, incluso si habían pasado varios días. Cuando Hannah intentaba hablarle Alizée no le respondía, esperando que eso ayudase a que "se fuera" con el tiempo. Inconscientemente pasaba todo el tiempo que podía lejos de casa y una manera de estar lejos de allí era ocupar su tiempo, así que finalmente se había unido al grupo que luchaba contra el machismo del instituto. Aún así, nunca podía olvidarse del todo de que Hannah la esperaba en casa y la mayoría del tiempo tenía la cabeza en otro lado.
—Alizée y yo somos buenas dibujando así que podemos encargarnos de las pancartas—decía Ani, que se giró hacia Alizée—¿No crees que quedarán estupendos si los diseñasemos juntas, Alizée?
—Eh, sí, por supuesto—respondió, fingiendo estar al corriente de lo que estaban hablando.
—Estoy segura de que serán geniales. Necesitaremos pancartas pero no quiero quedarme ahí—Jessica se acercó hacia Alizée y Ani con gesto lleno de emoción—El partido de bienvenida es el evento en el que todo el Liberty estará mirando, será el momento perfecto para hacer algo grande.
Alizée oyó que seguían hablando un poco más sobre ideas de ese "algo grande" y comenzaron a caminar por el pasillo para dirigirse a sus clases correspondientes. Alizée no las estaba escuchando, realmente y las seguía un paso más atrás, sumida en sus propias preocupaciones.
—Tendremos que seguir hablándolo después de clases, Jess—se despidió Ani, metiéndose en el aula de robótica.
—Nosotras deberíamos darnos prisa, se hará tarde-dijo Jessica a Alizée. Jessica, al ver que Alizée no parecía haber escuchado eso, se lo hizo notar—Alizée, estás muy distraída hoy. Si no estás segura de lo de unirte al grupo, no pasa nada. No tienes que hacerlo sólo porque seamos amigas si no estás cómoda.
—No es eso, Jess, para nada—no podía negar que todos los miembros del grupo la habían recibido cálidamente y con los brazos abiertos, de hecho, resultó mejor de lo que se esperaba en un principio—Simplemente, bueno... no he dormido mucho estos días, aún estoy organizando cosas de la mudanza-Alizée dijo aquello tratando de sonar despreocupada.
—Me alegra oírlo, estaba algo preocupada porque no te hubieras sentido a gusto. Entonces, procura no dormirte en clase-le aconsejó Jessica—Yo me voy también ya.
Alizée asintió y vio a Jessica alejarse por el pasillo. Alizée no tenía ganas de entrar en clase, en parte era cierto que no conseguía dormir del todo bien. No se sentía capaz de dormir en la cama de Hannah, así que había puesto el colchón en el suelo de la habitación. Y aún así, se seguía sintiendo una intrusa.
Con resignación, Alizée echó la cabeza hacia atrás y miró al techo por unos segundos antes de aclarar como podía su mente y ponerse a caminar por el pasillo hasta el aula al que debía ir.
Montgomery le pasó por al lado junto con otros más y le hizo lo que ya se había convertido en algo diario: mugidos de vaca y algún que otro insulto. Alizée sentía que se estaba insensibilizando y bromeó consigo misma, en un intento de animarse un poco: "Al menos podría tener la decencia de ir cambiando el repertorio de insultos. ¡Qué mal servicio!"
Al fondo del pasillo en dirección contraria, vio que se Montgomery pasaba al lado de Tyler y Alex Standall, el cual le dirigió una mirada recelosa a Montgomery mientras que Tyler, visiblemente nervioso, se agarraba a sus libros. Sorprendentemente, Montgomery los ignoró.
Aún así, cuando Montgomery pasó a su lado, Tyler dejó de caminar, lo cual provocó que alguien chocara contra su espalda por haberse parado repentinamente en mitad del ir y venir de los alumnos. A Tyler se le cayeron todos los libros al suelo. La persona que chocó dijo un escueto "disculpa" y prosiguió su camino.
—¿Tyler?—oyó Alizée decir a Alex.
Tyler le dijo algo, pero Alizée estaba demasiado lejos como para escucharlo. Alex se agachó a recoger los libros. Tyler hizo lo mismo pero tras moviéndose rígida y torpemente, como si tuviera los músculos paralizados. Alex le dijo algo: probablemente que debían apresurarse porque caminaron con rapidez libros en mano. Alizée reanudó el camino, porque a ese paso también iba a llegar tarde.
⏯
Alizée se encontró pensando en lo que había visto en el pasillo esa mañana: así que después de clases sacó un par de refrescos de la máquina expendedora y se dispuso a ir al cuarto de relevado. Tenía la esperanza de que, aunque no sería una gran diferencia ni solucionaría demasiado, podía darle una pequeña alegría a Tyler.
Según había oído de Clay, Tyler solía estar en el cuarto de revelado. Y efectivamente, Tyler estaba allí. Tyler se sobresaltó al oír la puerta a su espalda. Pensó que se trataría de Jessica, en una hora tenía que reunirse con ella. Al girarse le sorprendió ver que era Alizée.
—Soy fea pero no exageres—bromeó Alizée—¿Cómo vas, vecino?
En realidad aquel día estaba nervioso: siempre que Montgomery se le acercaba demasiado pasaba el resto del día asustado y con ganas de estar completamente solo.
—Bien—fue lo que dijo nerviosamente. Tyler miró la muñeca de Alizée: tras unos días, aunque seguía vendada no estaba tan hinchada. No consiguió sonreír pero su voz reflejó que se alegraba de ver que no había empeorado—Estás mejor, menos mal.
—Sí que estoy mejor, un poco de hielo, descanso y aquí me ves—le dijo ella, restándole importancia y rascándose la cabeza distraídamente—Por cierto, no tienes que decir que estás bien si es mentira.
Tyler se mordió el labio inferior, con expresión entre avergonzada y nerviosa por cómo Alizée le había leído como un libro abierto.
—¿Por qué estás aquí?
—¿Te molesto o qué?—Alizée puso un tono levemente enfadado pero luego, confirmando que tan sólo era parte de su carácter burlón, ella sonrió como un gato a punto de comerse a un ratón: no podía evitar tomarle el pelo de vez en cuando—Relájate, ¿quieres? Sólo me preguntaba si compartirías tu fortaleza de la soledad conmigo—Tyler no era el más entendido en cómics pero captó la referencia a Superman.
Tyler sintió algo parecido al vuelco de nerviosismo repentino que se sentía cuando te daban un susto, esa falsa sensación de peligro que era en cierto modo, algo adictiva y estimulante. Era un tipo de nerviosismo muy distinto al que llevaba experimentando todo el día que lo hacía sentir triste y agobiado.
—Si la comparto su nombre perdería el sentido...—se atrevió a bromear Tyler. No era muy buena broma, que digamos, como todas las que él solía hacer si se atrevía a ello. Alizée lo miró, levantó una ceja y le sonrió, como diciendo algo así como: "Uh, tenemos a un graciosillo aquí, ¿no?". Alizée no se cortaba en decir que eran malas bromas pero no solía mirarlo raro—Eso que dije... sólo era una broma. Puedes quedarte, si quieres...
—Pues claro que sé que es una broma, bobo—Tyler se enrojeció cuando Alizée lo llamó "bobo" y usó ese tono de voz tierno por un momento. Ella no lo usaba mucho. Luego, añadió irónicamente—No se me ha roto el detector de malas bromas.
Alizée comenzó a recorrer el aula. En su antiguo instituto no tenían instalaciones específicas para poder armar algo parecido a un taller de fotografía: eran mucho más clásicos —por no decir anticuados— en su oferta de actividades extraescolares.
—Así que este es el gabinete mágico de Tyler Down—Alizée preguntó—¿Dónde guardas las fotografías que haces?
Tyler señaló un pequeño mueble. Él no se esperaba que ella decidiera cogerlas. Trató de decir: "Espera, te enseñaré las...", pero Alizée no le dejó terminar y se alejó corriendo, rodeando la mesa metálica con las fotografías en la mano.
—Oh. Dios... eres mejor fotógrafo de lo que imaginé—dijo Alizée tras unos segundos de silencio meditabundo—Incluso si Clay dijo que eras bueno, pensé que sólo era cortesía pero esto es muy bueno. En verdad haces magia aquí, ¿eh?
—No es magia, ni de lejos. Ni siquiera soy tan bueno—respondió él con modestia y sonrojándose por el elogio.
A decir verdad últimamente no encontraba demasiada inspiración para fotografiar nada, quizás era porque se sentía muy triste.
Alizée apoyó la espalda en la mesa metálica: la mesa se movió un par de centímetros por el peso directo de la espalda de Alizée. Después de mirar la fotografía unos segundos más frunciendo el ceño, como tratando de encontrar algún detalle que no le gustase, le replicó:
—Vamos, déjate de captatio benevolentia... o falsa modestia, para que me entiendas—Alizée agitó la fotografía en el aire—Seguro tienes ganas de decir alguna vez: "Oh, sí, soy el puto amo en esto. Quizás no en socializar pero sí en esto, es totalmente lo mío".
Tyler no pudo evitar sonreír al oír cómo Alizée imitaba su tono de voz o lo intentaba, al menos: no era una imitación exacta, ni siquiera era demasiado buena pero aún así le parecía divertido.
—Es verdad que he ganado algunos concursos—reconoció él—Supongo que eso significa algo.
—¿Supones?—Alizée puso expresión escéptica—Mira, yo sólo sé de fotografía lo que dice en la entrada de la Wikipedia pero no me hace falta saber más para apreciar que está bien—le dijo Alizée. Sabía que quizás estaba tan impresionada porque no sabía de fotografía y que alguien que sí supiera pudiera señalar puntos a mejorar pero estaba segura de que incluso entendiendo de la materia esa fotografía podía considerarse como buena al menos.
—¿Por qué leerías una entrada de Wikipedia sobre fotografía?—preguntó Tyler.
—Simplemente si alguien que me interesa se dedica a algo, me gusta saber un poco de ello—le respondió Alizée, mirando a la izquierda para diluir su nerviosismo al reconocer aquello—Para tener tema de conversación con esa persona y no parecer una ignorante, principalmente.
Tyler se sintió halagado y querido. Era un pequeño detalle bonito que revelaba que le hizo pensar que Alizée era detallista y afectuosa a su modo. También le decía que Alizée odiaba sentirse como una completa ignorante, en general: eso le hizo pensar en por qué a veces cuando no comprendía álgebra se mostraba así de frustrada.
Tyler estaba pensando en eso cuando vio que Alizée ponía gesto preocupado al ver una fotografía y que sus labios articularon lentamente un "Oh...". Se dio cuenta de que Alizée miraba una fotografía donde Hannah hablaba casualmente en uno de los pasillos del Liberty High con Clay.
—Esa chica con la que hablaba Clay en la fotografía... era Hannah, ¿no?—susurró Alizée.
Tyler miró los ojos oscuros de Alizée, intentando leer qué sentía al mirar la fotografía pero lo único que el pudo encontrar era un sentimiento de sorpresa melancólica. Alizée añadió tras unos segundos:
—Era muy guapa.
—Sí, lo era...—confirmó Tyler.
Alizée entrecerró los ojos levemente como si algo no estuviera bien del todo:
—Viendo esta fotografía, nadie se hubiera imaginado que Hannah pensaba en el suicidio—comentó Alizée.
Tyler se esperaba la pregunta obvia: "¿Por qué le tomaste una foto?", sin embargo Alizée parecía lo suficientemente impresionada o afectada como para no pensar en ese detalle. Al verla así, Tyler le dijo:
—No era como si os conociérais, ¿no?
Alizée se quedó en silencio un momento, como si estuviera pensando en la respuesta.
—No. Claro que no, es sólo que... su historia sí que la había oído por encima. La historia de "esa chica que se mató y grabó cintas". También vi en un noticiero su foto una vez—probablemente se podía imaginar al "fantasma de Hannah" y ponerle una cara por tener esa referencia visual. Era más, de hecho Alizée se acordaba con milimétrica precisión de la fotografía que vio si la intentaba visualizar en su cabeza—Pensé en ella como un simple nombre aleatorio que jamás volvería a oír—Alizée agarró más fuerte la fotografía, doblándola ligeramente por las esquinas que sujetaba con los pulgares—y ahora... tengo en mis manos una fotografía de ella hablando con un compañero de clase, ahí de pie en uno de los pasillos por los que camino todos los días.
Se hizo un leve silencio que Tyler rompió con un: "¿Estás bien...?". Alizée asintió sin dejar de mirar la fotografía: viendo esa fotografía Alizée sentía que nadie estaba tan lejos de hacer lo mismo que Hannah. Cualquier persona que viera aquella fotografía sin conocer la historia sería incapaz de adivinar el dramático destino que había sufrido Hannah.
—Es simplemente extraño y un poco aterrador.
—Quizás estás pensando demasiado—Tyler se apoyó también en la mesa, justo al lado de Alizée, aunque él apoyó las manos en el borde para evitar que la mesa se moviera por el peso.
Alizée suspiró y dejó sobre la mesa las fotografías. Luego se quitó las gafas y estiró levemente la tela de su chaqueta para usarla como trapo y limpiarlas mientras que estaba sumida en unos pensamientos que Tyler no lograba adivinar.
—Como sea, Hannah está muerta—dijo Alizée—Quería preguntarte algo. ¿Cuánto tiempo?—era una pregunta muy repentina que Tyler no comprendía. Tyler no sabía si se refería a cuánto tiempo hacía que había muerto Hannah. Alizée especificó, al ver la clara confusión en la cara de Tyler—No hablo de Hannah. Me refiero a que cuánto tiempo lleva Montgomery molestándote.
—¿A qué viene eso?
—Soy observadora, eso es todo. Aprendí de ti—levantó la muñeca vendada, haciendo referencia a que de la misma manera que él se había fijado en un simple detalle para darse cuenta de que algo estaba mal, ella también era capaz de hacerlo.
—¿Por qué quieres saberlo?—volvió a preguntar Tyler.
—Quiero saberlo. Eres mi amigo, hazte a la maldita idea de que me agradas—respondió Alizée entre dientes.
Tyler no sabía si decirlo. No solía hablar de eso con nadie que no fuera un adulto, no al menos en detalle.
—Desde que llegué al Liberty—tibuteó él. Concretamente desde los doce—Aunque realmente no se trataba sólo de Montgomery, prácticamente todos me daban de lado—nunca había entendido del todo el por qué.
—Qué mierda—fue lo único que dijo Alizée, que al no saber qué podía decir para hacerlo sentir mejor le frotó el hombro con la mano. Tyler notó que inconscientemente juntaba los brazos pero se recordó a sí mismo que Alizée era una amiga y que no le iba a hacer daño—Soy mala con saber qué se debe decir pero, bueno, yo...
—Sí, eres mala con eso—afirmó Tyler. No la iba a culpar porque él a veces también decía las cosas equivocadas—pero sé lo que quieres decir.
Alizée agachó la cabeza mientras hacía una risita en burla a sí misma y se puso una mano en la frente, empezando a pensar que una idea estúpida. Para lidiar con tantos años de intimidaciones se necesitaba algo más que un buen día.
—Lo mejor que se me ocurrió fue traerte un refresco para que te sintieras mejor—Alizée comenzó a juguetear con las puntas de los dedos—Soy estúpida.
—No. No lo eres, yo... me siento mejor cuando estás cerca—le respondió.
Alizée sonrió girando los ojos hacia la izquierda y se tiró con suavidad de un mechón de pelo. Tyler se dijo que era una lástima que Alizée odiase salir en fotografías, le habría gustado tener una instantánea de ese gesto.
"Los sacaré", dijo ella, algo nerviosa, girándose y agarrando la mochila con una mano mientras rebuscada en ella con la otra. Debido al peso de todo lo que llevaba dentro, la mochila se resbaló de sus dedos y fue a parar al suelo. No era la primera vez que Tyler veía que a Alizée se le resbalaba algo de las manos, podía ser algo torpe. Ella cerró los ojos con fuerza y levantó un poco los hombros mientras oía los libros caer y las latas chocar contra el suelo y rodar por el suelo.
Tyler pudo ver entre los libros y las hojas del archivador de Alizée algo con forma rectángulo negro. Por un momento, creyó que los ojos le engañaban, pero no, aquello era una cinta:
—¿Por qué tienes una cinta...?—susurró en un hilo de voz tenso. Alizée preguntó extrañada: "¿Una cinta?", y por la cara que puso, genuinamente parecía que no sabía de qué hablaba Tyler.
—No es mía—Alizée recogió la cinta y la examinó, dejando que Tyler la viera. Por un momento el miedo le hizo preguntarse si era la misma pero simplemente no podía ser, al haberlas usado como pruebas en los juicios, estaban a recaudo de las autoridades. Sin embargo el audio sí había sido publicado en internet. ¿Si Alizée la colocaba en un casette, la voz acusadora de Hannah revelaría el vergonzoso secreto que le estaba guardando a Alizée?—¿Te suena de algo?
"Sí, claro que sí", pensó Tyler pero se limitó a negar con la cabeza. En una de las caras ponía un número muy conocido para Tyler. Un cuatro pintado con pintauñas azul. Tyler se fijó más atentamente y vio que aunque el pintauñas era del mismo color no era del mismo tono que el que usó Hannah y que además, la marca de la cinta era distinta: claramente, alguien la había imitado.
—¿Sabes quién pudo dejarla dentro de tu mochila?—preguntó Tyler. Debía ser alguien que hubiera visto fisicamente cómo eran las cintas porque aunque estuvieran publicadas en internet nadie podía saber el detalle del color de pintauñas si no había tenido las cintas originales entre las manos.
Tyler estaba seguro de que fuera el mismo número que la cinta en la que salía era una especie de mensaje, una advertencia para Alizée. Una pequeña "muestra" de todos los secretos que le guardaba.
—Algún imbécil con un humor muy negro, imagino—respondió Alizée preocupada. No era por el humor negro de compararla con Hannah sino porque aquello le parecía un mensaje para ella. Eso implicaba que alguien sabía que estaba relacionada con Hannah y la única relación que tenía con ella era que vivían en la misma casa. En otras palabras, alguien sabía dónde vivía y eso no le hacía ninguna gracia.
Alizée procuró tranquilizarse y para eso, dio un suspiro largo. "Sólo es una broma estúpida de Montgomery", pensó. Alizée agarró los extremos de la cinta de plastico, cada uno con una mano y comenzó a hacer fuerza hasta que se partió en dos pedazos. La cinta emitió una especie de "crack" y las tiras negras de su interior se salieron del plástico roto como si fueran lenguas venenosas de serpientes.
—Quizás si la hubieras escuchado habrías sabido quién lo hizo.
—Que el gracioso que haya hecho esto me diga lo que tenga que decirme a la cara—fue lo que se limitó a decir Alizée—No estoy para los acertijos de nadie.
Alizée se agachó y recogió las latas que se habían caído. Tyler, pensativo, la ayudó a recoger el resto de cosas y ponerla en la mochila. Se estaba planteando explicarle a Alizée qué había hecho. No podía decirle lo del baile de Primavera porque metería a Clay y los demás en un lío pero sí que podía ser sincero en cuanto a Hannah. Preferiría no contarlo pero lo que acababa de ocurrir le corroboraba que era posible que Alizée se enterase de boca de otra persona. La conocía lo suficiente con que no volvería a hablar nunca con él si se enteraba por alguien más.
—Alizée—dijo Tyler repentinamente—¿Podemos ir a otro lugar...? Llevo bastante tiempo aquí y necesito tomar un poco de aire. Recogeré en un momento—Alizée asintió. Tyler sabía que en unos minutos debía reunirse con Jessica pero aquello le parecía más urgente en esos momentos.
⏯
—Sólo a ti se te ocurre pedirme que pasee contigo para quedarte callado—le dijo Alizée, riéndose. Caminaban sin rumbo fijo por la acera mientras se bebían los refrescos. Tyler sintió que su iniciativa de contarlo se estaba diluyendo rápidamente—Oh, vamos, no estarás nervioso por estar a solas conmigo a estas alturas, ¿no?—Alizée le dio un codazo suave.
Tyler negó la cabeza, intentando ordenar la verdad dentro de su cabeza para poder decírsela a Alizée pero era más difícil de decir que de hacer.
—¿Entonces?—preguntó Alizée.
Tyler intentó ir poco a poco con eso. Era demasiado difícil soltarlo directamente.
—¿Alguna vez hiciste algo de lo que no te sintieras orgullosa?
—Pues como todos—Alizée miró a un lado, con gesto ceñudo—¿Por?
—Es...—Tyler terminó diciendo—No importa. No es importante—eso era una mentira bastante descarada.
Quería decirle la verdad pero Tyler no quería que Alizée pensase que era un pervertido, un raro o que le odiase como había hecho Hannah. Alizée le dio un sorbo al refresco mientras lo miraba con una expresión entre preocupada e interrogante.
Al otro lado de la calle vieron a Jessica y Alex, que parecían ir con algo de prisa e incluso parecían algo nerviosos y preocupados. Cuando los vio les hizo un gesto para que esperasen. Tyler pensó al verlos: "Debí haber avisado a Jessica".
—¡Tyler!—exclamó Alex. Tuvo cuidado de no decir nada comprometido al ver a Alizée allí. Jessica miró a Tyler con reprobación disimuladamente por haberle dado aquel susto. Había llamado a Alex para que le ayudase a dar con Tyler.
Alex ya conocía a Alizée por compartir clases. Le sorprendía que Tyler se llevase bien con una chica como ella pero Alex pensaba que era bueno que Tyler contase con más gente. Alizée les dirigió a todos una mirada interrogante.
—Jessica y yo te estábamos esperando—dijo Alex dándose cuenta de lo extraño que era aquel silencio—Acordamos vernos, ¿recuerdas?
Tyler les siguió la corriente:
—Oh, sí, yo... lo olvidé. Lo siento—no lo había olvidado en absoluto pero le había parecido más urgente decirle a Alizée lo de las cintas: se sintió estúpido porque al final no había podido hacerlo.
Alizée se quedó extrañada. Tyler no era muy de olvidar cosas. Definitivamente no se había olvidado. De todas formas, se separaron ahí porque no faltaba mucho para la hora de la cena. Alex se ofreció a acompañar a Tyler a casa.
Mientras caminaban juntos, Alex sacó su teléfono móvil y comenzó a teclear mientras decía:
—Avisaré a Clay de que te hemos encontrado antes de que empiece a hiperventilar.
—No quería preocupar a nadie—fue lo que respondió Tyler. Debían estar muy convencidos de que no podría cambiar si se ponían nerviosos cuando desaparecía por un rato.
—Tranquilo, no es tu culpa—probablemente Alex era quien más creía en Tyler—Está bien que os llevéis bien. Sólo... la próxima vez no te olvides de avisar, aún están nerviosos.
—¿Aún creen que... podría hacer algo?—preguntó Tyler desalentado.
—Pasará con el tiempo. Tú sólo... céntrate en recuperarte, ¿vale?—le respondió Alex.
⏯
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