Género: Fluff.
Temática: AU! Canon.
Cantidad: 890 palabras.
Idea suelta.

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¿Té de jengibre o té de limón? —YaoMomo miraba indecisa entre ambas infusiones, preguntándose cual sería la mejor. Terminó escogiendo el de limón antes de comenzar a prepararlo. —¿Debería agregarle azúcar?

La morena nunca se había sentido tan confundida al momento de preparar un té, es decir, ni siquiera cuando aprendía a prepararlo tuvo tantas trabas y dudas. Pero este no era sólo un té, era el té, el primero que preparaba con la intención de dársela a alguien enfermo.

Ciertamente nunca había estado a cargo de alguien resfriado, pero en cuanto oyó que Awase estaba enfermo, y que nadie se había quedado para cuidarlo, pidió permiso enseguida para ser ella quien lo hiciera.

Se sentía un poco culpable, el día anterior había llovido y su cuerpo se encontraba muy cansado luego del entrenamiento, no tenía fuerzas ni siquiera para crear un pequeño paraguas, y antes de dar un paso dentro de la lluvia ya tenía una chaqueta gris cubriendo su cabeza.

Al parecer el de irises grises había notado sus intenciones, evitando a toda costa que la más alta se moje.

—No te preocupes, YaoMomo. Estaré bien. —Le sonrío mostrando sus dientes, y la camisa blanca pegándose a su piel a causa de la lluvia. —Mírame ya estoy mojado, no quiero que tú lo estés.

Momo sintió las mejillas sonrosadas, y una pequeña sonrisa se posó en sus labios, aún estaba acostumbradose a lo que ser “novios” significaba, pequeños gestos como estos no debían ser algo tan importante, pero aún así lograban acelerar su corazón enamorado.

Aceptó su mano cuando se la ofreció, la chaqueta no la dejaba ver al frente así que confío que el fuera sus ojos dejándola a la puerta de los dormitorios de la clase A. No estaba tan seca como el menor hubiera querido, pero era todo lo que había podido hacer, se despidió con un beso en la mejilla para no empaparla con su ropa o su cabello que ya se encontraban goteando.

Al día siguiente Yaoyorozu se dirigía con una sonrisa a devolver la chaqueta, se había encargado de lavarla en cuanto entró a los dormitorios, y tal vez sorprender a Awase al recogerlo para que ambos fueran juntos a sus aulas, bueno eso no sucedió, ahora estaba ahí en medio de un dilema a base del té; decidió usar unas cucharadas de miel para endulzar, si mal no recordaba aquello servía para calmar el dolor de garganta.

Lo colocó en un pequeña bandeja, para dirigirse a paso firme a la habitación de su novio, abriendo con cuidado la puerta para no despertarlo o derramar la bebida.

YaoMomo se sintió un poco enternecida, Yosetsu estaba acostado en su cama con las sábanas azules cubriendo desde sus pies hasta su cuello, un pequeño paño que ya debía estar seco sobre su frente, con la nariz rosa y los ojos entrecerrados y soñolientos.

—Traje un poco de té, Awase-kun. —comentó, se sentó junto a él, retirando el paño, sintiéndose aliviada al notar que ya no tenía fiebre. Lo ayudó a sentarse, y este tosió un par de veces antes de tomar un sorbo agradeciendo por lo bajo.

Momo humedeció el paño una vez más, pasándolo con cariño por la frente, el cuello y las mejillas del menor evitando así que la temperatura volviera a subirle.

—Mírate, Awase-kun. Terminaste enfermo por mí culpa, no debiste molestarte. —dijo, su voz sonaba suave y algo culpable, el moreno apenas levantó la vista con sus ojos entrecerrados y las mejillas algo sonrosadas. —¡¿Te subió la fiebre?!

La morena acercó las manos a su rostro para asegurarse, pero fue detenida por las manos del menor que la sostenía por las muñecas, era un agarre débil pero daba a entender que debía quedarse quieta.

—T-tú te hubieras enfermado, YaoMomo. N-no podía permitirlo. —La voz del moreno sonaba áspera, y forzada, como si le doliera el simple hecho de hablar, con un par de toces entre las palabras. —Estaré bi-bien, sobretodo si t-tú me cuidas.

Una sonrisa cansada acompañó lo último, antes de tomarse lo que quedaba del té. YaoMomo sentía las mejillas calientes pero no se quejaría, Awase no dejaría de insistir y no quería hacer que siguiera hablando.

—Está bien, pero acuéstate ya, está empezando a hacer frío, y ya no hables debes cuidar tu voz.  —Lo empujó con ligereza para que se recueste, y Yosetsu la miró con los ojos brillantes y un pequeño puchero en sus labios. —¿Qué sucede?

—¿M-me das un be-beso? —preguntó apenado, señalando su mejilla. YaoMomo juró escuchar su corazón retumbar en sus oídos, y sentir las mejillas ardiendo, al igual que su paciente que no parecía estar muy distinto.

Se acercó de a poco dejando un pequeño beso en cada mejilla y por último uno en su frente, para después colocar el paño húmedo de nueva cuenta. Y se quedó ahí, acariciando el cabello azabache con cariño a la espera de que se durmiera.

—Te quiero, Awase-kun. —susurró a su oído al notar que el azabache había sucumbido ante el sueño, acomodando un poco las sábanas y tomando la bandeja para retirarse.

Tal vez no era la mejor, y aún le faltaban cosas para aprender en cuanto a cuidar a alguien más, no era lo más divertido del mundo, pero estaba dispuesta a hacerlo para entregarle su cariño a alguien tan importante como Yosetsu lo era.

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¿Alguna idea con Momo como narradora?

Tengo varias ideas para escritos, pero la mayoría (por no decir todas) son desde el punto de vista de Awase.