[⭐] Los hermanos Awase.
Segunda parte.
Género: Fluff & Comedia.
Temática: Universo Canon.
Advertencia: Uso de Oc's.
[⭐]
—¡Ajá! Así te quería agarrar, hermano.
Yoshimi había entrado a la habitación en silencio, el sigilo era una habilidad que ambos hermanos habían desarrollado, aunque la mayor aún tenía problemas para controlar las emociones fuertes.
La pareja se levantó exaltada por el grito, la cama era pequeña así que Yosetsu terminó cayendo al suelo sobre el futón a causa de la sorpresa.
—¡¿Qué demonios contigo, Yoshimi?! —La mayor sostenía el celular entre sus manos con el flash encendido, y Momo no sabía que pensar.
Ambos estaban acostados en la cama del chico, eso era cierto, pero se encontraban vestidos excepto Awase que no había vuelto a ponerse la camisa.
—No es lo que cree, Yoshimi-san. —Intentó intervenir la morena, la mayor le miro con una sonrisa guiñandole un ojo. YaoMomo entendió enseguida que la broma no era con ella.
—¡Claro que lo entiendo! ¡Mi hermanito se acostó en una cama con una chica! —Y después lanzó un chillido, enfocando la cámara en el rostro avergonzado del azabache.
—¡Ya! ¡Dejame, tonta! —Se levantó intentando alcanzar el celular. —¡Dame eso!
—¡No!
—¡Dame!
—¡Nop!
—¡Dámelo de una puta vez o...!
—Está bien, aquí tienes. —contestó entregándole el celular.
YaoMomo apenas se levantaba estirando su cuerpo, mirando como el menor miraba furioso a su hermana.
—¿Olvide mencionar que ya lo respalde y además se lo envié a mamá? —mencionó con una risa.
—¡Eres una...!
—¡Yosetsu, ven aquí! —Se escuchó la voz de la señora Sadashi, este se levantó refunfuñando mientras salía de la habitación viendo mal a la mayor, que se despedía con un ademán de su mano.
—Perdóname si llegué a incomodarte, Momo-chan. No era mi intención. —La morena desvío la vista a los ojos celestes de la mayor, ella le miraba con algo de arrepentimiento. —Sé que a él se le pasará en un rato, pero lo que menos quiero es ser una cuñada molesta o algo. No lo sé. Esto es nuevo para mí, siempre soy así con él, aunque no me gustaría molestarte en el proceso.
—No se preocupe, Yoshimi-san. Entiendo que su relación con su hermano es muy especial e importante para ambos, no me gustaría que lo cambie sólo por mí. —respondió levantándose para ir en dirección al baño.
—¿Siempre eres tan formal?
—Es una costumbre, no la conozco tan bien como para tratarla de otra manera.
—¿Qué te parece una “mañana de chicas”? Será una excelente forma de conocernos, Yose-chan habla maravillas sobre tí. —La mayor le toma de las manos bastante emocionada.
—¡Suena muy bien! —le responde contagiandose de la emoción.
La de irises celestes sale de la habitación gritando que de encontrarían en la sala.
[⭐]
—Estoy aburrido.
—Yo no te invite, imbécil. Esto era entre Momo-chan y yo.
—Pero ella es mi novia, y quiero pasar tiempo con ella, tonta.
—Pero ella es mi cuñada, y quiero conocerla, tu la vez todos los putos días, estúpido.
—Eso no es cierto. ¿Sabes lo que significa clases separadas?
—¿Sabes lo que significa la primera vez que la veo en mi vida?
Momo sentía que estaba en uno de esos encuentros de tenis que a su padre le gustaba ver, moviendo su cabeza de un lado a otro. Sólo que esto le parecía más interesante y en vez de una pelota ambos hermanos se lanzaban frases ingeniosas en conjunto de miradas y gestos burlones.
No sabía si debía sentirse mal por ser la razón de su pelea o halagada de que ambos desearan tanto pasar tiempo con ella, justo ahora sólo trataba de no reírse al verlos.
Yoshimi estaba muy ocupada pintando las uñas de Momo con un esmalte claro, y alguna figura pequeña que pasaría inadvertida en sus manos, diciendo que sería una buena forma de compartir tiempo juntas, aunque la señora Sadashi había tenido que salir de imprevisto logrando que el menor terminara junto a ellas sin hacer nada.
—Y ¿Cuándo aprendiste a arreglar uñas, Yoshimi-san? —preguntó, al ver como la mayor empezaba a pellizcar a su hermano.
—Desde hace algún tiempo, el quirk de ambos tiene mucho que ver con las manos así que trato de mantener el mejor cuidado posible. —respondió. Le mostró sus manos que estaban pintadas de un color verde con algunas flores. —Mi quirk es básicamente igual al de Yose-chan, con dos diferencias, la primera es que yo no puedo unir la piel humana y la segunda es que debilita mis manos, haciendo mis uñas más propensas a romperse, por eso las mantengo con esmalte.
—Es muy interesante. —continuó, sonriendo un poco la menor. —Usted estudia en el departamento de apoyo en su academia ¿cierto?
—Correcto. Y soy de las mejores en mi área, mi quirk facilita las cosas. —contestó. Terminando los últimos arreglos. —¡Y listo! Espero te guste.
Yaoyorozu observó sus uñas de un color rosa claro con un pequeño corazón blanco, y algunos puntos alrededor.
—¡Muchas gracias, Yoshimi-san! ¡Le quedaron preciosas!
—Es un placer. —La azabache observó a su hermano con una ceja alzada y los brazos cruzados. —¿Quieres que te las arregle también? O ¿Te quedarás escuchando ahí sin hacer nada?
Yosetsu se quedó mirándola con el ceño fruncido, y la boca en un puchero enfurruñado.
—¿Tengo otra opción?
—No.
Así que le extendió su mano, y su hermana la tomó con una expresión victoriosa empezando a limar con cuidado.
—Yose-chan era mi modelo cuando empezaba a aprender. —contó mirando a YaoMomo. —Debía perseguirlo por toda la casa para atraparlo, hasta que lo aceptó como algo inevitable.
—Era aceptarlo, o que saltaras sobre mi espalda haciéndome una llave. —Suspiró, pasando su mirada entre ambas.
—Oye, era entrenamiento de combate. Te ayudaba a preparar tu futuro.
—Eras como diez centímetros más grande que yo, no me parecía muy justo.
—A mí sí me parecía justo. —respondió para luego dirigir su mirada a Momo. —Si me distraía un segundo, el me soldaba a cualquier superficie que estuviera cerca.
—¿No pueden separar aquello que el otro haya unido?
Ambos negaron, riendo por lo bajo diciendo que eso hacía que sus bromas fueran más efectivas.
—¿Recuerdas la vez que te soldé a la baranda del parque? —preguntó burlón el de irises grises.
—Como olvidarlo. Me dieron una multa porque al parecer había asustado a los niños. —respondió Yoshimi riendo. —¿La vez que uní tus zapatos contra el suelo la escuela?
—Eres una idiota, tuve que caminar todo el camino de regreso en calcetines, en medio del puto verano. —dijo, golpeando de forma suave su puño contra el hombro de la mayor.
—¡Momo-chan! ¿te gustaría escuchar la historia de como Yosetsu descubrió su quirk?
—¡No te atrevas!
—¡Sí me atrevo! —gritó, tapando la boca de su hermano con su mano. —Yo había salido con mamá a hacer las compras, cuando de pronto papá nos llama diciendo que necesitaba que volviéramos enseguida, escuchando a Yosetsu gritar el nombre del Sr. Virú, nuestro gato, de fondo...
—¡Ya para! —Yoshimi lo sujeto mejor, intentando no reírse mientras contaba la historia.
—Cuando volvimos, Yose-chan estaba en el suelo enojado y cuando le preguntamos por qué, dijo que el Sr. Virú no quería devolverle su juguete. —Para entonces el azabache estaba con los brazos cruzados, mirando fijo a su hermana. —Al parecer unió la cola del Sr. Virú a su camión de juguete y el pobre gato estaba corriendo por todas partes huyendo de él.
Momo no quiso burlarse, pero se rió bajito siendo opacada por la carcajada de Yoshimi.
—Pasamos más de media hora persiguiendo al Sr. Virú, y cuando notamos que yo no podía liberarlo, pues bueno, el gato pasó al menos dos días con el camión pegado hasta que Yose-chan aprendió a separar las cosas.
—¿Terminaste? —preguntó con los brazos cruzados.
—Sí ya terminé.
—Como sea si podríamos pasar a otra...—Una alarma se empezó a escuchar, era un recordatorio de que el tren saldría en menos de media hora. —Creo que ya es momento de irnos.
Momo sintió como la alegría de Yoshimi bajaba de nivel, y un gesto apagado abarcaba su rostro.
—Oh, es cierto. Ya es hora de que se vayan. —susurró, alejándose un poco para darles paso a la salida. Las mochilas ya se encontraban junto a la puerta, y la señora Sadashi se había despedido en caso de no llegar a tiempo.
—¿No quieres acompañarnos a la estación, Yoshimi-san? —preguntó, intentando alargar el tiempo de los hermanos juntos.
—No te preocupes, Momo-chan. Yo me quedaré aquí. —Se acercó a Yosetsu con los brazos abiertos y una sonrisa triste enmarcando sus labios. —Supongo que nos vemos luego.
—Nos vemos, Yoshi. —dijo, abrazando a la mayor. —Te quiero, tonta.
—¡Eres tan lindo! ¡Momo-chan también tiene suerte de estar contigo! —contestó, pellizcandole las mejillas sonrosadas. —También te quiero, Yose-chan.
—Nos vemos, Yoshimi-san. —Se despidió inclinándose de forma ligera.
—¿Puedo abrazarte, Momo-chan? ¿Ya nos conocemos lo suficiente? —preguntó con los brazos abiertos, la morena aceptó dejándose abrazar riendo por lo bajo. —Espero que nos veamos pronto.
—Eso espero.
Y se despidieron de nuevo frente al ascensor viendo a Yoshimi hasta que las puertas se cerraron.
—Tu familia es increíble.
—Lo sé.
[⭐]
Pregunta importante. ¿Fuí la única que le gustó mucho la aparición de Yoshimi?
Estaba pensando en un OS donde ella vaya a la U.A de visita, pero me gustaría saber qué opinan.
Tarde más de lo que me gustaría en escribirlo pero es porque no quería dejar ninguna cabo suelto al formar la historia de Awase, y espero haberlo logrado.
¿Qué les pareció?
¡Espero que les gustara!
¡Gracias por leer!
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