[⭐]La visita de Yoshimi.
Awase estiró sus brazos mientras salía del ascensor en dirección a la sala común, arrastraba los pies con cansancio debido a que no había podido dormir muy bien, en la noche le había llegado un mensaje de su hermana un simple.
"Se avecina una sorpresa, Yose-chan✨"
Eso para él, significaba que debía tener miedo.
No lo malentiendan pero las "sorpresas" de Yoshi siempre eran demasiado grandes y dramáticas.
Como la vez que llegó a su secundaria con un gran pastel el día de su cumpleaños, mientras lanzaba confeti, cantando una súper cursi canción de cumpleaños sobre lo mucho que lo quería.
O la vez que lo llevó al acuario y los terminaron echando, ya que la mayor le tropezó y terminó cayendo dentro de la piscina de exhibición para niños.
Ambos hermanos juntos tenían una extraña inclinación a meterse en problemas, o terminar en situaciones divertidas a largo plazo.
Escuchó la puerta ser tocada con un ritmo bastante particular, su cuerpo se tensó por completo intentando convencerse a si mismo que era su mente predisponiendolo a pensar en ella. Se acercó negando con la cabeza con un bufido divertido, debía ser su imaginación, así que abrió la puerta.
-¡Sorpresa, Yose-chan! -Con la misma fuerza volvió a cerrarla al segundo, pensando que su miedo estaba totalmente justificado. -¡Oye! ¡¿Qué clase de puta bienvenida es esa?! ¡Abre ya!
Suspiró rendido antes de abrirla de nuevo, sin saber que emoción debía predominar la alegría de verla, o miedo por el hecho de que está aquí y ella es totalmente impredecible.
-¿Sabes? Esperaba un "Te extrañé, Yoshi" o "Te quiero, Yoshi", me conformaría con un abrazo, no que me cierres la puerta en la cara. -reclamó con un puchero enfurruñado y el ceño fruncido.
-Sí, lo sé. Lo siento, Yoshi. Pero me sorprendiste. -contestó, extendiendo los brazos ofreciendo un abrazo, la mayor aceptó colgandose del cuello del menor.
-Pues ese era el chiste. ¡Sorpresa, hermanito! -respondió entre risas.
-¿Qué está pasando aquí? -La pregunta les asusta, ya que ninguno se la espera. Kendo los mira confundida, esa mañana no esperaba encontrarse a su amigo con una chica colgada de su cuello. -¿Quién es ella?
-¡O no! Yose-chan nos han descubierto. -contesta dramática con una mano en su pecho. -Esto es difícil de admitir pero yo soy su amante.
La de cabellos naranjas los mira totalmente sorprendida, las voces que escapaban de la sala común se callaron. Yoshimi seguía manteniendo una expresión afligida y Yosetsu solo pudo golpear su cabeza contra su mano preguntándose si su hermana al fin había terminado de enloquecer.
-¡No seas ridícula! -bufó entre risas empujándola para que le soltara.
-Tienes razón. Soy demasiado buena para tí. -comentó, pellizcando las mejillas del más alto.
-Fíjate casi podría llorar por eso. -respondió sarcástico mientras rodaba los ojos. -Ella es...
-Soy Awase Yoshimi, hermana mayor de este amargado. ¡Un gusto! -Se presentó junto a una inclinación, empujando al menor con su cuerpo para entrar un poco más en la sala para quedar frente a la mayoría de los chicos que se encontraban en la sala común.
-¡Oh sí! Awase nos comentó sobre tí. ¡Es un gusto! Yo soy...
-¡Eres Kendo-chan! ¿cierto? Mi hermanito me a hablado de tí. De la mayoría podría decir. -Interrumpe, mirando con una sonrisa de la chica a los demás. -¡Tus ojos son muy bonitos!
Itsuka le sonrió agradeciendo, y la azabache mira por los alrededores paseando sus ojos por los rostros de cada estudiante, reconocía a la mayoría su hermano le habló de ellos varias veces reconociendo sus caras gracias al vídeo del festival deportivo.
-Pareces muy distinta a tu hermano. -comentó Monoma, este le miraba con una ceja alzada y ella solo pudo sonreír. Este era uno de los chicos que más le causaba curiosidad por lo que su hermano le contaba.
-Eres Monoma-chan ¿cierto? -Este asintió, y Yoshimi sólo se acercó en demasía a su cuerpo, planeaba jugar un poco. -No lo sé, ese es tu punto de vista. Pero aún no nos conocemos lo suficiente, podría sorprenderte.
Ella se acercaba a cada palabra, hasta el punto de terminar susurrando cerca del oído del rubio la última parte.
-¿Te gustaría conocerme, Neito-chan? -Alarga cada sílaba del nombre, y el rubio se aleja sonrojado sin saber qué responder.
-Ya deja de jugar. -Yosetsu jaló del brazo de Yoshimi, arrastrandola en dirección a la cocina, ella se dejó guiar mirando a todos lados. Era un lugar bastante lindo según su opinión. Su hermano vivía en un lugar cómodo y acogedor, ella no podía estar más feliz. -Toma esto.
El menor terminó extendiéndole un plato con un par de galletas y ella solo empezó a comer.
--Cómo lo supiste? -preguntó con las mejillas llenas, girando su silla para ver hacia los compañeros que la miraban desde donde estuvieran, la atención no solía molestarle después de tantos eventos donde debía presentar sus inventos, así que levantó la mano saludando a todos.
-Son las siete de la mañana, si estás aquí significa que te levantaste súper temprano para subir al tren. -responde indiferente mientras comía de su propio plato, detrás de su hermana se podían ver las cabezas de sus compañeros mirando en su dirección aunque ninguno se atrevía a acercarse luego de ver a Monoma alejarse de ella. Suspiró, Yoshi acostumbraba ser llamativa en actitud y apariencia, así que no le sorprendía las reacciones. -¿Qué haces aquí?
-¿Te molesta?
-Me causa curiosidad.
-Vine a hacer una presentación de mi último invento. ¿No lo sabías? Vienen como tres academias hoy.
-Si sabía que habría un evento, pero no sabía que tu academia, o para ser más específicos, no sabía que tú vendrías.
-¡Sorpresa, hermano! -repitió por tercera vez esa mañana, y él solo pudo rodar los ojos. -¿Podemos ir a ver a Momo-chan? Tengo que decirles algo a ambos.
-Ya estoy aquí, ¿por qué no me lo dices?
-No quiero explicarlo dos veces. Además, quiero ver a Momo-chan.
Yosetsu suspiró mirando el reloj, aún era temprano así que tenía tiempo de ir a verla antes de que la clase comenzará.
-¿Qué harás mientras esté en clase?
-Estaré preparando el lugar de mi presentación, es dinámica. ¿Sabes? No sólo debo decir lo que mi invento hace, sino mostrarlo. Y ahí es donde entran ambos. Cuando estemos con ella les explicaré.
-Estas suponiendo que diré que sí quiero ayudarte.
-¿Acaso planeas decir que no?
El de irises grises le dió la razón, antes de seguir comiendo, la mayoría de su clase ya se encontraba abajo así que algunos se acercaban a saludarlo mientras el les regresaba el saludo cortes presentandoles a su invitada.
-TetsuTetsu ella es mi hermana, Yoshimi. -El de dientes filosos le miraba sonriente y ella también, al parecer sus personalidades congeniaban al ser ambos tan animados. Ella jugaba entretenida con el brazo de hierro del más alto mientras probaba su quirk en él.
-¿Qué se supone que haces? -Le preguntó, viendo como ella intentaba unir el brazo contra la barra haciendo reír a TetsuTetsu en el proceso.
-Estoy comprobando una hipótesis. -Suspiró, obsequiandole una galleta a su nuevo amigo. -Mi hipótesis estaba errada, aunque su brazo sea de metal sigue teniendo una estructura atómica parecida a la de la piel humana así que mi quirk no funciona. Gracias, Tetsu-chan.
-No hay de qué. -respondió, sonriendo con sus dientes afilados antes de alejarse para ir con Kendo.
-¿Ya podemos irnos? -pregunta ella, mirando sus uñas distraída.
-Ya casi. Sólo pondré ésto en su lugar. -Le responde, antes de alejarse.
Yoshimi acomoda sus guantes, girando su silla, a lo lejos ve una cabellera castaña que buscaba desde que llegó, otro Quirk necesario para su presentación, así que enseguida se levanta caminando en su dirección con una sonrisa.
-Buenos días, Kaibara-chan. -Éste levanta la vista regresando el saludo con seriedad, ella frunció los labios intentando recordar que le había comentado su hermano sobre él para poder acercarse mejor.
Chasqueó los dedos y una sonrisa se extendió en su cara.
-Kaibara-chan, espero no sonar descarada pero...-Comenzó, tomando asiento junto a él, acercando su rostro un poco. -Debo decir que usted es bastante guapo, ¿podríamos tomarnos una foto?
Ella bate sus pestañas y sonríe, acostumbra a ser más delicada y no tan imponente al momento de coquetear, es un arte que ha ido perfeccionando junto a su capacidad para desenvolverse con las personas, pero el tiempo apremia y necesita conseguir ese favor. Aunque ciertamente el chico es lindo, así que no le molesta en lo absoluto el estar con él.
Las mejillas del menor se tiñen de rosado, pero no parece tan avergonzado, ni tan alterado como Monoma más temprano. En cambio sonríe, y acepta, siendo ella muy feliz de sacar su teléfono para cumplir el pedido.
La conversación fluye sin mayor problema desde ahí, comentando acerca de las distintas cámaras que conocen modelos y enfoques, él parece un total experto en el tema, y la azabache apenas puede seguirle el ritmo con algunas cosas que recuerda de sus clases.
-Entonces ¿podrías hacerme ese favor, Kaibara-chan? Sería de gran ayuda para mi presentación. -pide con las manos unidas, y mirándolo con los ojos brillantes.
-Claro, no hay problema. -acepta, sonriente. Terminó dejando de lado su seriedad desenvolviendose mejor con la mayor que es demasiado efusiva, viendo el plan en su cabeza cobrando forma para terminar abrazando al menor, que la acepta totalmente sonrojado al no esperar tal acercamiento.
-¡Yoshi! ¡Vamos con YaoMomo! ¡Nos está esperando! -Ve a la azabache abrazando a su compañero, y solo puede levantar una ceja dejando en claro su duda.
-Es parte de mi presentación. Ya mi plan está cobrando forma. -responde ella, saliendo del edificio entre brinquitos emocionados.
El más alto la miraba divertido, Yoshi revoloteaba de aquí para allá, dando brincos y saltos. Si su madre estuviera ahí, ya la habría reprendido por su comportamiento infantil, pero el sabía que ella estaba descargando energía por la presentación que se acercaba, estaba nerviosa, y los nervios siempre le hacían actuar de esa forma.
-¡Momo-chan! -gritó, corriendo hasta una YaoMomo que le esperaba sonriente, corrió detrás de su hermana al notar que casi derriba a su novia con un abrazo que parecía más una tacleada. -¡Te extrañé, Momo-chan!
-Yo también le extrañé, Yoshimi-san. -contestó, regresando el abrazo. -Buenos días, Yosetsu-san.
El nombrado se sonrojó un poco, su nombre le tomó por sorpresa, más por el hecho de que fue ella quien lo dijo que por otra razón, aunque ya debía esperarlo.
-Buenos días, YaoMomo.
-Hermanito, Momo-chan te llamó por tu nombre, mínimo debes hacer lo mismo. -comentó su hermana, él la miró con el ceño fruncido y ella solo le mostró la lengua. -Anda, quiero escucharte.
-No es necesario, Yoshimi-san.
-Buenos días, Momo. Estás muy linda esta mañana. -dice bajito, se acerca un poco hasta dejar un beso en la mejilla de la más alta, quien se sonroja agachando la vista.
-Buen toque. Eres todo un galán. -susurra Yoshi a su lado, este le golpea el hombro y ella solo ríe.
-Bien, de camino a sus salones les contaré todo acerca de la presentación. -La seriedad cubre su rostro ahora, mientras empieza a hablar a detalle acerca de porque necesita su ayuda.
[⭐]
-¡Yose-chan! -Escucha el grito a lo lejos, estaba en el comedor para el almuerzo esperando a YaoMomo para comer juntos y luego tendrían que ir a uno de los salones de entrenamiento demostración de sus quirks para los otros estudiantes de apoyo que también necesitaban ayuda.
Su hermana se adelantó a todos, aprovechando los conocimientos que él le había dado.
-¡Yose-chan, Yose-chan! ¡Mira! ¡Mira! -Sonaba demasiado animada incluso para ella.
-¿Qué pasa, Yoshi...? ¿Qué mierda estas comiendo? -Él la miraba con los ojos bien abiertos, esto era malo, muy malo. -¿De dónde sacaste todo eso?
-Me lo regaló un chico, le ayude con su invento, me ofreció recompensa, le dije que no, pero él insistió, así que le pedí un dulce, y me compró toda la puta máquina expendedora. -explicó increíblemente rápido, y Yosetsu apenas le entendió. -¡Mira mi mochila está llena!
Definitivamente esto era malo, ella tenía una pequeña adicción a los dulces, bastante pequeña, la verdad es que acostumbraba a guardarlos para tener por bastante tiempo. Incluso acostumbraba a compartir algunos con él, pero cuando tenía demasiados, se emocionaba comiendo varios, o al menos lo suficientes como para tener un subidón de azúcar.
El menor supone que el estrés de la presentación, hizo que comiera más de la cuenta, y ahí estaba ella riendo sola por una estupidez que dijo.
-Yoshimi, cálmate. No debiste comer tantos. ¡Tienes una presentación! -Lo último sonó más como un regaño, y la mayor le vió con los ojos bien abiertos.
-¡Lo sé! ¡Lo siento! Pero tengo estrés, estoy muy, muy, muy nerviosa. ¡Y había chocolate con caramelo! ¡Soy débil y comí de más! -hablaba acelerado, viéndose culpable.
-Yoshimi, respira. -Él respiraba a la par de ella, intentando ayudarla a recuperar la calma, era algo que le pasaba desde siempre.
Yoshimi se aceleraba demás en los momentos de estrés, actuando muy errática y descontrolada, ahora los dulces parecían haberlo empeorado y él era el único que podía ayudarle.
-Tengo miedo. -dijo de pronto, de forma calmada, aunque sus manos aún se movían erráticas golpeando sus uñas contra la mesa.
-¿Por qué? ¿Qué tiene esta presentación de importante? -preguntó preocupado al verla tan nerviosa.
-No es solo una presentación, es la presentación, hermano. -respondió ella, golpeando incluso más la mesa. -Una gran compañía va a verla, ¿Sabes lo que significa? Podría promocionar mis inventos, podría financiar mis investigaciones, podría conseguir un trabajo, no lo sé, podría ser un empujón en mi carrera, y tengo miedo de no impresionar. Tal vez lo que hice es demasiado sencillo.
Su voz sonaba cada vez más baja, y su miraba estaba en el suelo, ella era como una estrella, parecía brillar sin descanso, pero incluso las estrellas disminuyen su brillo algunas veces.
Yosetsu la miraba con fijeza, y es que era Yoshimi, la que le recordaba lo fuerte, lo inteligente y lo guapo que era cada vez que se sentía poca cosa, era ella la que le decía a gritos que Momo tendría suerte de tenerlo como novio, era Yoshi la que lo ayudó a diseñar con cariño su traje de héroe, era la loca que incluso tenía un suéter con su alias de héroe, diciendo que tendría por siempre el título de fan número uno, la primera con mercancía oficial del héroe Welder.
Era su hermana y ahí estaba, mostrándose débil como pocas veces sucede, y aunque Yosetsu sea el menor, no es la primera vez que la ve de esa forma, tampoco la primera vez que intentará animarla, y es que a veces le gustaría evitarlo, pero sabe que no cambiaría por nada, la oportunidad de ayudarla con todo lo que tenga a su alcance.
Así que empieza a pellizcarle con fuerza la mejilla a la mayor.
-¡Auch! ¡Ay, me duele! ¡Duele, duele, duele! ¡Yosetsu, para! -Así que él la suelta, y ella lo ve enojada sobando su mejilla. -¡¿Qué mierda contigo, imbécil?! ¡Eso dolió!
-Si ya terminaste de lloriquear, tonta. Ya deja de pensar estupideces, tu invento no es sencillo, es fabuloso. ¿Ya existen algunos como ese? ¡Por supuesto! Pero tú lo llevaste al límite, tu invento salvará miles de vidas de héroes, y si esos bastardos no le ven el potencial, entonces créeme no querrás estar con ellos. -Yosetsu lo dice con la voz firme y solemne, mirándole a los ojos intentando darle seguridad.
Yoshimi sigue sobando su mejilla intentando mitigar su dolor, pero lo observa con los ojos brillosos y una sonrisa pequeña, su estómago aún sigue girando por los nervios pero siente que esas palabras eran justamente lo que necesitaba.
-Gracias, Yose-chan. -responde agradecida antes de pellizcar las mejillas de su contrario. -¡La de los pellizcos soy yo! ¡¿Entiendes?! ¡No me quites mi lugar!
Y ambos empiezan una pelea de pellizcos, golpes sin fuerza y jalones de cabello, hasta que Momo llega bastante confundida como siempre que ve a los hermanos pelear, sin saber si debería intervenir o dejarlos ser como son.
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