XXXIX
- No lo hagamos. – Tragué con mucha fuerza. Tus ojos se veían lamentables; sólo intentaba protegerte, ChanYeol. – Déjame llevarte a casa. – Un escalofrío recorrió tu cuerpo.
Tus palabras salieron brillantes frente a mis ojos; pensabas que él era tu casa, tu hogar. Quería arreglar eso, quería arreglarte.
- No quiero ir. – Pensé entender porqué no querías ir, asentí de cualquier forma, aunque al parecer me equivocaba. – Él piensa que estoy ahí, entonces no ira; pero puede venir aquí, ¿no?
No lo hará, quería decirte, pero me quede en silencio.
- Le dije que dejaría de fumar. – Sonreíste y mi corazón lo hizo contigo.
- Eso es bueno. – Busque tu mano con lentitud, tenía miedo a tu rechazo. No te inmutaste, y me hizo sentir que todo estaba bien, cuando realmente se desmoronaba a más no poder.
Sostuve tu sudorosa y agitada mano; me miraste con una emotividad resplandeciente en tus ojos. Todo se vino abajo tan pronto como palabras salieron de tu boca.
- Creí que dejar de fumar arreglaría las cosas. – Suspiraste, yo también. – Creí que arreglaría lo nuestro, que nos arreglaría a ambos. Ni siquiera le importó. – Tu brazo se sentía flojo encima de mis hombros, tratabas de seguir despierto.
- Algunas veces, las pequeñas cosas de las cuales te quejas; no son el verdadero problema, o lo que más te molesta, ChanYeol. – Susurre la verdad. Me sonreíste, ¿aprecias mi honestidad?
- Casi nunca dices mi nombre, BaekHyun. – Hiciste un énfasis especial en mi nombre, y no pude verte a los ojos. La tentación de hacer algo más me gritaba fuerte y claro: ¡Hazlo!
- Yo...- No sabía qué decir, me sentía tan perdido, mi mente tambaleaba al igual que tú.
- No saques excusas. – Hipeaste. Mis rodillas se estaban volviendo débiles, intentaba ignorar la frustración; mientras reposabas tu cabeza en mi hombro.
- No estaba sacan...-
- Sí lo estabas. – Reíste por lo bajo, y la felicidad me inundo. – Me gusta cuando dices mi nombre, así que hazlo más seguido ¿Está bien?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro