III
Sentí tu mano en mi hombro, fue igual de distante a como la imaginé.
No me volteé a mirarte, a pesar de eso; hablaste.
- Cada semana de nueve a una. – Fueron las mismas palabras que había escuchado antes, casi me hizo cuestionarme si estaba escuchando voces, como un hombre loco.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro