II
Era absurda la cantidad de amor que sentía en mi cabeza por ti; me pregunte si estaba locamente enamorado otra vez, si volvería a seguirte a ese asiento. Decidí no saber la respuesta.
Te di un ligero golpe en el hombro.
- Fue agradable hablar contigo. – Dije
Pude vislumbrar tu ceño fruncido; ese que casi me hace volver a ti, y restarle importancia al aplastante dolor en mi corazón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro