Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🖤​TCO x Green💚

Pedido de: @Max_ZXZ

Personajes:

🖤: TCO (The Chosen One)

​💚: Green

Aclaraciones: Amen padre nuestro que estas en el cielo ú-u

╔══════ ❀•°❀°•❀ ═════╗🖤​💚​​ ╔═════ ❀•°❀°•❀ ═════╗

Capítulo 1: El encuentro

Yo soy Green, un chico de 17 años que vive en una ciudad llamada New Hope. Me gusta la música, el arte y la literatura, pero no soy muy bueno en los estudios. Tampoco soy muy popular en el colegio, ya que soy bastante reservado y no me llevo bien con la mayoría de mis compañeros. Lo único que me hace feliz es tocar la guitarra y cantar en mi banda, los Rebels.

Un día, mientras ensayábamos en el garaje de mi casa, vi llegar a un auto negro que se estacionó frente a la casa de al lado. Era la primera vez que veía ese auto, así que supuse que eran los nuevos vecinos. Me asomé por la ventana y vi salir a un hombre de unos 40 años, con el pelo castaño y una sonrisa amable. Llevaba una maleta y una caja en las manos. Detrás de él salió un chico de mi edad, con el pelo negro y los ojos bonitos... Era alto y delgado, y vestía una camisa blanca y unos jeans negros. Tenía una expresión seria y fría, y no parecía muy contento de estar ahí.

El hombre le dijo algo al chico, pero este no le respondió. Solo asintió con la cabeza y cogió otra maleta del maletero. Luego entraron a la casa sin mirar a nadie.

- ¿Quiénes son esos? - preguntó mi amigo Leo, el baterista de la banda.

- No lo sé, deben ser los nuevos vecinos - respondí yo.

-El chico está bueno - dijo mi amiga Luna, la bajista.

-Sí, pero tiene pinta de ser un aburrido - opinó mi otro amigo Max, el tecladista.

- ¿Por qué no vamos a saludarlos? - propuso Leo.

- ¿Para qué? - pregunté yo.

-Para ser amables, ¿no? Además, tal vez el chico quiera unirse a la banda - dijo Leo.

-No creo que le interese la música - dije yo.

-Bueno, solo hay una forma de averiguarlo - dijo Leo.

Y sin esperar más, salió del garaje y cruzó la calle hacia la casa de al lado. Los demás lo seguimos a regañadientes.

Llamamos a la puerta y esperamos unos segundos. La abrió el hombre que había visto antes.

-Hola, somos los vecinos de enfrente - dijo Leo con una sonrisa.

-Hola, mucho gusto - dijo el hombre devolviéndole la sonrisa. - Soy Alan, el padre de Chosen.

- ¿Chosen? - repetí yo.

-Sí, ese es el nombre de mi hijo - dijo Alan.

-Es un nombre raro - comentó Luna.

-Bueno, es una larga historia - dijo Alan. - ¿Y ustedes cómo se llaman?

-Yo soy Leo, él es Green, ella es Luna y él es Max - dijo Leo señalándonos a cada uno.

-Encantado de conocerlos - dijo Alan. - ¿Qué hacen?

-Somos una banda de música - dijo Leo.

- ¿Ah sí? ¿Qué tipo de música tocan? - preguntó Alan.

-Rock alternativo - respondió Leo.

-Qué interesante - dijo Alan. - ¿Y dónde ensayan?

-En el garaje de Green - dijo Leo.

- ¿En serio? No los he escuchado - dijo Alan.

-Es que tenemos un buen aislamiento acústico - mintió Leo.

-Ya veo - dijo Alan. - Bueno, pues si quieren pasar a tomar algo...

En ese momento apareció el chico de pelo negro detrás de Alan. Nos miró con curiosidad y desconfianza.

-Hijo, estos son nuestros vecinos - dijo Alan presentándonos. - Ellos son Leo, Green, Luna y Max. Ellos son Chosen, mi hijo.

Nos saludamos con un gesto de cabeza. El chico no dijo nada.

-Bueno, pues si quieren pasar a tomar algo... - repitió Alan invitándonos a entrar.

-No gracias, solo veníamos a saludar - dijo Leo cortésmente.

-Bueno, pues muchas gracias por su visita - dijo Alan sonriendo. - Espero que nos llevemos bien.

- Igualmente - dijimos nosotros

-Adiós - dijo Alan.

Adiós - dijimos nosotros.

Y nos fuimos de vuelta a mi casa.

- ¿Qué te pareció el chico? - me preguntó Leo.

-No sé, no habló mucho - respondí yo.

-Parece que no le caímos bien - dijo Luna.

-Tal vez sea tímido - dijo Max.

-O tal vez sea un idiota - dije yo.

-No seas malo, Green - me regañó Leo. - Tal vez solo necesita tiempo para adaptarse.

-O tal vez no le interese nada de lo que hacemos - dije yo.

-Bueno, ya veremos - dijo Leo. - Quizás algún día se anime a tocar con nosotros.

-Lo dudo - dije yo.






Capítulo 2: La amistad

Los días pasaron y yo seguía viendo a Chosen de vez en cuando. A veces lo veía salir o entrar a su casa, a veces lo veía caminar por la calle, a veces lo veía en el colegio. Pero nunca hablábamos. Él siempre iba solo, sin amigos ni novia. No se juntaba con nadie, ni siquiera con los chicos de su clase. Parecía que no le interesaba nada ni nadie.

Yo tampoco tenía muchos amigos, pero al menos tenía a Leo, Luna y Max. Ellos eran mi familia, mi apoyo, mi diversión. Con ellos compartía mi pasión por la música, y juntos formábamos los Rebels, la mejor banda de rock de la ciudad. O al menos eso creíamos nosotros.

Un día, después de clase, decidimos ir a un parque cercano a ensayar. Llevamos nuestros instrumentos y nos instalamos en una zona apartada, donde no molestáramos a nadie. Empezamos a tocar una de nuestras canciones favoritas, "Rebel Heart", que habíamos compuesto nosotros mismos.

La canción hablaba de ser diferente, de seguir tu propio camino, de no dejarte influenciar por los demás. Era una canción que nos definía, que expresaba nuestra forma de ser y de sentir.

Mientras tocábamos, yo cantaba con toda mi alma, sintiendo cada palabra, cada nota, cada acorde. Me sentía libre, feliz, vivo.

De repente, noté que alguien nos estaba mirando. Era Chosen. Estaba sentado en un banco cerca de nosotros, con un libro en las manos. Pero no estaba leyendo. Estaba observándonos con atención.

Me quedé sorprendido al verlo ahí. ¿Qué hacía él en el parque? ¿Qué le interesaba nuestra música? ¿Qué pensaría de nosotros?

Seguí cantando, pero no podía dejar de mirarlo. Él también me miraba fijamente, con una expresión que no podía descifrar. ¿Era curiosidad? ¿Admiración? ¿Desprecio?

Terminamos la canción y nos quedamos en silencio unos segundos. Luego Leo rompió el hielo.

- ¿Qué tal? - preguntó dirigiéndose a Chosen.

-Bien - respondió él con voz neutra.

- ¿Te gusta nuestra música? - preguntó Leo.

-Sí - dijo él.

- ¿En serio? - preguntó Leo sorprendido.

-Sí - repitió él.

-Pues gracias - dijo Leo sonriendo.

-De nada - dijo él.

- ¿Y tú qué haces aquí? - preguntó Leo.

- Leo... - le advertí yo con una mirada.

-Qué pasa, solo quiero conocerlo mejor - dijo Leo.

--Nada, solo leo - dijo Chosen mostrando el libro que tenía en las manos.

- ¿Qué libro es? - preguntó Leo.

-"El retrato de Dorian Gray" - respondió Chosen.

-Ah, ese es un clásico - dijo Leo.

-Sí - dijo Chosen.

-¿Te gusta? - preguntó Leo.

-Sí - dijo Chosen.

-¿Y qué más te gusta? - preguntó Leo insistiendo.

-Leo... - volví a advertirle yo.

-Qué pasa, solo quiero saber sus gustos - dijo Leo.

-Me gusta la música - dijo Chosen cortando la conversación.

-Ah, pues eso está bien - dijo Leo satisfecho. - ¿Qué tipo de música te gusta?

-De todo un poco - dijo Chosen evasivo.

- ¿Y tocas algún instrumento? - preguntó Leo esperanzado.

-No - dijo Chosen negando con la cabeza.

-Bueno, pues si quieres aprender, nosotros podemos enseñarte - ofreció Leo generoso.

-No hace falta - dijo Chosen rechazando la oferta.

-Vamos, hombre, no seas tímido - insistió Leo. - Tocar en una banda es muy divertido. Además, así podrías hacer más amigos.

-No necesito más amigos - dijo Chosen fríamente.

Esa respuesta me dolió. No sé por qué, pero me sentí ofendido por su actitud. ¿Qué tenía él contra nosotros? ¿Por qué era tan antisocial? ¿Por qué no quería ser nuestro amigo?

Me enfadé y le dije:

-Pues si no quieres ser nuestro amigo, ¿qué haces aquí? ¿No ves que nos molestas?

-No te pongas así, Green - me reprendió Leo.

-No, déjalo - dijo Chosen levantándose del banco. - Tienes razón, no tengo nada que hacer aquí. Adiós.

Y se fue sin más, dejándonos con la boca abierta.

- ¿Qué le pasa a ese chico? - preguntó Luna.

-No lo sé, pero es un borde - dije yo.

-No seas duro, Green - dijo Leo. - Tal vez tenga algún problema.

-Pues que lo resuelva él solo - dije yo.

-Vamos, no seas así - dijo Leo. - Tal vez solo necesita un poco de ayuda.

-Pues que se la pida a otro - dije yo.

-Green, no seas cabezota - dijo Leo. - Tal vez podamos ser sus amigos.

-Yo no quiero ser su amigo - dije yo.

-Pues yo sí - dijo Leo.






Capítulo 3: El acercamiento

Los días pasaron y yo seguía viendo a Chosen de vez en cuando. A veces lo veía con Leo, que se había empeñado en ser su amigo. Leo le hablaba sin parar, le contaba chistes, le invitaba a salir, le prestaba libros, le enseñaba música. Chosen le escuchaba con paciencia, le sonreía a veces, le seguía el rollo, le devolvía los libros, le agradecía la música. Pero no parecía muy entusiasmado. Era como si solo tolerara a Leo por educación.

Yo no entendía qué le veía Leo a Chosen. Para mí era un chico raro, frío, distante. No me caía bien, y tampoco me gustaba que se llevara tan bien con Leo. Sentía celos de su amistad, aunque no lo admitiera. Leo era mi mejor amigo, y no quería compartirlo con nadie.

Pero tampoco podía evitar sentir curiosidad por Chosen. Quería saber más de él, de su vida, de sus gustos, de sus sentimientos. Quería saber qué pensaba de mí, si me odiaba o me ignoraba. Quería saber si tenía algún secreto, algún sueño, algún amor.

Un día, después de clase, Leo me dijo que iba a ir al cine con Chosen. Me invitó a ir con ellos, pero yo rechacé la invitación.

-No gracias, prefiero quedarme en casa - dije yo.

-Vamos, Green, no seas aguafiestas - dijo Leo.

-No me apetece ver una película aburrida - dije yo.

- ¿Qué película aburrida? - preguntó Leo.

-La que quiera ver Chosen - dije yo.

- ¿Y cómo sabes qué película quiere ver Chosen? - preguntó Leo.

-Porque seguro que es una de esas películas raras que le gustan - dije yo.

- ¿Qué películas raras? - preguntó Leo.

-No sé, películas de arte y ensayo, de culto, de autor - dije yo.

- ¿Y qué tienen de malo esas películas? - preguntó Leo.

-Que son un rollo - dije yo.

-No seas tan cerrado de mente, Green - dijo Leo. - Tal vez te sorprendan.

-Lo dudo - dije yo.

-Bueno, pues tú te lo pierdes - dijo Leo. - Yo voy a pasar un buen rato con Chosen.

-Pues que te diviertas - dije yo con sarcasmo.

-Gracias - dijo Leo con ironía.

Y se fue sin más, dejándome solo.

Me quedé en casa aburrido y molesto. Me puse a tocar la guitarra para desahogarme, pero no me salía nada bueno. Me puse a ver la tele para distraerme, pero no había nada interesante. Me puse a leer un libro para relajarme, pero no podía concentrarme.

No podía dejar de pensar en Leo y Chosen. Me imaginaba cómo estarían en el cine, riendo y comentando la película. Me imaginaba cómo saldrían del cine, abrazados y felices. Me imaginaba cómo se despedirían en la puerta de la casa de Chosen, con un beso y una promesa.

Me sentí mal al imaginar eso. Me sentí traicionado por Leo y rechazado por Chosen. Me sentí solo y vacío.

Decidí salir de casa y dar una vuelta por el barrio. Necesitaba aire fresco y algo de movimiento. Caminé sin rumbo fijo, mirando las calles y las casas. No había mucha gente por ahí, solo algunos vecinos que paseaban a sus perros o regaban sus plantas.

Llegué a la casa de Chosen y me quedé parado frente a ella. Era una casa normal y corriente, de dos pisos y color beige. Tenía un pequeño jardín delantero con algunas flores y un árbol. No había ningún coche aparcado en la entrada ni ninguna luz encendida en las ventanas.

Me pregunté si Chosen estaría ya en casa o si seguiría con Leo en el cine. Me pregunté si se habrían besado o no. Me pregunté si les gustaría la película o no.

De repente, vi salir a Chosen de la casa. Llevaba una mochila al hombro y una chaqueta negra. Caminaba con paso firme y decidido, sin mirar a nadie.

Me escondí detrás de un arbusto y lo seguí con la mirada. Lo vi cruzar la calle y dirigirse hacia el parque. Me pregunté qué haría allí.

Decidí seguirlo y averiguarlo. Cogí mi mochila y mi chaqueta y salí corriendo tras él. Mantuve una distancia prudente, para que no me viera ni me oyera. Lo vi entrar al parque y perderse entre los árboles.

Entré al parque y lo busqué con la vista. Lo encontré sentado en el mismo banco donde lo había visto la primera vez que tocamos con la banda. Tenía el libro de "El retrato de Dorian Gray" en las manos, pero no estaba leyendo. Estaba mirando al cielo, con una expresión pensativa.

Me acerqué sigilosamente y me senté a su lado, sin decir nada. Él se sobresaltó y me miró sorprendido.

-¿Qué haces aquí? - me preguntó.

-Nada, solo paseaba - respondí yo.

- ¿Y por qué te sientas a mi lado? - me preguntó.

-No sé, porque sí - respondí yo.

- ¿No tienes nada mejor que hacer? - me preguntó.

-No, ¿y tú? - respondí yo.

-Sí, leer - dijo él señalando el libro.

- ¿Otra vez ese libro? - dije yo.

- Sí, ¿qué pasa? - dijo él.

-Nada, solo que ya te lo has leído varias veces - dije yo.

-Y qué, ¿acaso no puedo releerlo? - dijo él.

-Claro que puedes, pero no sé, me parece aburrido - dije yo.

-Pues a mí me parece interesante - dijo él.

- ¿Qué tiene de interesante? - pregunté yo.

-Todo, la historia, los personajes, el estilo, el mensaje - dijo él.

- ¿Qué mensaje? - pregunté yo.

-El mensaje de que la belleza no lo es todo, de que hay que cuidar el alma, de que hay que ser fiel a uno mismo - dijo él.

-Vaya, qué profundo - dije yo con sarcasmo.

-No te burles - dijo él molesto.

-No me burlo, solo digo - dije yo.

-Pues no digas nada - dijo él.

-Está bien, no digo nada - dije yo.

Y nos quedamos en silencio unos minutos. Él volvió a abrir el libro y yo volví a mirar al cielo. No sé por qué seguía ahí con él. No tenía nada que ver conmigo. No me gustaba su libro ni su forma de ser. Pero tampoco podía irme. Sentía algo por él. Algo que no podía explicar ni entender. Algo que me atraía y me repelía al mismo tiempo. Algo que me hacía sentir vivo y muerto al mismo tiempo.

De repente, él cerró el libro y se levantó del banco. Me miró con indiferencia y me dijo:

-Bueno, pues ya me voy.

- ¿A dónde? - pregunté yo.

-A casa - respondió él.

- ¿Y eso? - pregunté yo.

- ¿Y eso qué? - respondió él.

- No sé, pensé que te quedarías más tiempo aquí - dije yo.

- Pues no, ya he estado bastante tiempo aquí - dijo él.

- Ah, bueno - dije yo sin saber qué más decir.

Él se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida del parque. Yo lo seguí con la mirada hasta que desapareció entre la gente. Me quedé solo en el banco, sintiendo un vacío en el pecho. No sabía qué hacer ni qué pensar. Solo sabía que quería volver a verlo. Quería hablar con él, reír con él, abrazarlo, besarlo...

Me levanté del banco y salí del parque. Caminé sin rumbo fijo por las calles, buscando su rastro. Pero no lo encontré por ningún lado. Era como si se hubiera esfumado. Como si nunca hubiera existido.






Capítulo 4: El beso

Los días pasaron y yo seguía viendo a Chosen de vez en cuando. A veces lo veía con Leo, que se había convertido en su mejor amigo. A veces lo veía solo, leyendo o paseando. A veces lo veía conmigo, hablando o callando.

Sí, conmigo. Porque desde aquel día en el parque, algo cambió entre nosotros. Empezamos a acercarnos más, a conocernos mejor, a confiarnos cosas. Empezamos a ser amigos, o algo más que amigos.

No sé cómo pasó, pero pasó. Un día me invitó a su casa y me enseñó su habitación. Estaba llena de libros, discos, pósters y fotos. Me contó sobre su familia, su pasado, sus sueños. Me dijo que su madre había muerto cuando él tenía 10 años, y que desde entonces vivía solo con su padre. Me dijo que su padre era animador y que viajaba mucho por trabajo. Me dijo que le gustaba leer, escribir, dibujar y tocar el piano. Me dijo que quería ser escritor o artista.

Otro día lo invité a mi casa y le enseñé mi habitación. Estaba llena de guitarras, amplificadores, micrófonos y auriculares. Le conté sobre mi banda, mi música, mis planes. Le dije que mis padres se habían divorciado cuando yo tenía 12 años, y que desde entonces vivía con mi madre. Le dije que mi madre era enfermera y que trabajaba mucho por turnos. Le dije que me gustaba cantar, componer, grabar y tocar la guitarra. Le dije que quería ser músico o cantante.

Un día fuimos al cine y vimos una película de terror. Él se asustó con algunas escenas y yo lo abracé para consolarlo. Él se dejó abrazar y me sonrió agradecido. Yo sentí su calor y su olor y me gustó.

Otro día fuimos al parque y nos sentamos en el mismo banco de siempre. Él me leyó un fragmento de su libro favorito y yo le canté una canción que había compuesto para él. Él me miró con admiración y yo le miré con cariño. Nos acercamos lentamente y nos besamos.

Sí, nos besamos. Fue nuestro primer beso, y fue el mejor beso de mi vida. Fue un beso dulce, suave, tierno. Fue un beso lleno de amor, de pasión, de deseo.

Nos besamos durante unos minutos, sin decir nada, solo sintiendo. Luego nos separamos y nos miramos a los ojos. Nos sonreímos y nos abrazamos.

-Te quiero - le dije yo.

-Yo también te quiero - me dijo él.

Y así fue como nos besamos por primera vez. Y así fue como empezó nuestro amor.






Capítulo 5: El conflicto

Los días pasaron y yo seguía viendo a Chosen cada vez que podía. A veces lo veía en el colegio, a veces en su casa, a veces en la mía. A veces lo veía con Leo, que se había convertido en nuestro cómplice. A veces lo veía solo, solo para mí.

Sí, solo para mí. Porque desde aquel día en el parque, éramos novios. Éramos felices, éramos libres, éramos nosotros. Nos queríamos, nos besábamos, nos abrazábamos.

Pero había un problema. Un problema que se llamaba Alan. El padre de Chosen.

Alan no sabía nada de nuestra relación. No sabía que su hijo era gay. No sabía que su hijo estaba enamorado de mí. No sabía que su hijo era feliz conmigo.

Y no queríamos que lo supiera. Porque teníamos miedo de su reacción. Porque no sabíamos cómo lo tomaría. Porque no queríamos perderlo.

Alan era un buen padre. Se preocupaba por Chosen, lo cuidaba, lo apoyaba. Le daba todo lo que podía, dentro de sus posibilidades. Le quería mucho, y Chosen también le quería.

Pero Alan también era un padre sobreprotector. Se entrometía en la vida de Chosen, le controlaba, le limitaba. Le imponía sus normas, sus horarios, sus expectativas. Le exigía mucho, y Chosen también se exigía.

Alan quería que Chosen fuera perfecto. Que fuera el mejor alumno, el mejor deportista, el mejor hijo. Que fuera feliz, pero a su manera. Que fuera como él.

Pero Chosen no era como él. Chosen era diferente. Chosen era único. Chosen era él mismo.

Y yo lo amaba por eso.

Un día, todo cambió. Un día, Alan nos descubrió.

Fue un sábado por la tarde. Yo había ido a la casa de Chosen a pasar un rato con él. Leo estaba con nosotros, pero se había ido al baño. Chosen y yo estábamos en su habitación, abrazados en la cama. Nos besábamos con ternura y pasión.

De repente, oímos un ruido en la puerta. Era Alan que entraba sin avisar.

-Hijo, ¿puedo hablar contigo un momento? - dijo Alan sin ver lo que pasaba.

Nos separamos asustados y nos tapamos con la sábana. Alan nos miró con incredulidad y horror.

- ¿Qué estáis haciendo? - preguntó Alan con voz temblorosa.

-Papá... - dijo Chosen intentando explicar.

- ¿Qué estáis haciendo? - repitió Alan con voz furiosa.

- Papá... - dijo Chosen intentando calmarlo.

- ¿Qué estáis haciendo? - gritó Alan con voz desesperada.

-Papá... - dijo Chosen intentando abrazarlo.

Alan lo apartó de un empujón y se dirigió a mí.

- ¿Y tú quién eres? - me preguntó Alan con desprecio.

-Yo soy Green - respondí yo con miedo.

- ¿Green? ¿El vecino? ¿El amigo? ¿El novio? - me preguntó Alan con sarcasmo.

-Yo soy... - respondí yo sin saber qué decir.

-Tú eres un degenerado - me dijo Alan con odio.

-No diga eso - le dije yo con rabia.

-Sí lo digo - me dijo Alan con asco. - Eres un degenerado que ha corrompido a mi hijo.

-No he corrompido a nadie - le dije yo con orgullo. - Yo amo a su hijo.

-No lo amas - me dijo Alan con rencor. - Lo engañas, lo manipulas, lo perviertes.

-No es verdad - le dije yo con lágrimas. - Lo respeto, lo apoyo, lo acepto.

-No me mientas - me dijo Alan con violencia. - Eres un mentiroso, un traidor, un enfermo.

-Basta ya - dijo Chosen interponiéndose entre nosotros. - Basta ya de insultar a Green.

- ¿Qué dices? - dijo Alan sorprendido.

-Digo que basta ya - dijo Chosen firme. - Basta ya de ofender a Green. Basta ya de juzgar a Green. Basta ya de rechazar a Green.

- ¿Qué estás diciendo? - dijo Alan confundido.

-Estoy diciendo que Green es mi novio - dijo Chosen claro. - Estoy diciendo que Green es mi amor. Estoy diciendo que Green es mi vida.

- ¿Qué estás diciendo? - dijo Alan atónito.

-Estoy diciendo que soy gay - dijo Chosen valiente. - Estoy diciendo que soy feliz. Estoy diciendo que soy yo.

- ¿Qué estás diciendo? - dijo Alan incrédulo.

-Estoy diciendo la verdad - dijo Chosen sincero. - Estoy diciendo lo que siento. Estoy diciendo lo que soy.

Alan se quedó sin palabras. No podía creer lo que oía. No podía aceptar lo que veía. No podía entender lo que pasaba.

Se llevó las manos a la cabeza y salió corriendo de la habitación. Chosen y yo nos quedamos solos, abrazados y asustados.

Después de eso, los días...las semanas pasaron, hasta que un día el entro a la habitación de Chosen, en ese momento estaba pasando el rato con Chosen y consolándolo, pero ver aquella entrada arrepentína de Alan nos hizo fijar nuestra vista en él.

-Chosen...hijo, ¿puedo hablar contigo a solas un momento? - dijo Alan viéndolo-

Yo seguía ahi, parecía no haber escuchado la indirecta de Alan, por lo que Alan se me acerco y me lo explico mas fácil

- ¡¡Cuando digo momento a sola!! ¡¡es a solas >:/!! -dijo Alan lanzándome afuera de la habitación a la fuerza-

Chosen al ver esto siguio callado, aunque se quería reír ante aquel momento gracioso, pero sin saber que palabra a dar a continuación, pero al parecer Alan la dio. -

-Lo siento - dijo Alan con voz suave.

-Papá... - dijo Chosen intentando hablar pero sin aun saber que decir-

-No hace falta que digas nada - dijo Alan interrumpiéndolo.

-Pero... - dijo Chosen-

-Tranquilo - dijo Alan tranquilizándolo-

-Papá... - dijo Chosen intentando abrazarlo.

Alan lo aceptó y lo abrazó con fuerza.

-Te quiero - le dijo Alan con voz emocionada.

-Yo también te quiero - le dijo Chosen con voz aliviada.

-¡¡Oye tu con cara de vomito verde, ven aca!! -dijo Alan llamándome atravez de la puerta por donde me habia lanzado-

Al escucharlo entre

- ¿Qué pasa? -pregunté-

Alan solo se acerco a mi

-Solo quiero decirte que bienvenido a la familia - me dijo Alan con una sonrisa.

- ...Gracias- dije yo con una sonrisa.

Alan me abrazó y me besó en la mejilla.

-Te quiero - me dijo Alan con sinceridad.

-Yo también le quiero - le dije yo con sinceridad.

Alan nos miró a los dos y nos dijo:

-Lo siento por haber sido tan duro con vosotros. Lo siento por haber sido tan ciego y tan tonto. Lo siento por haber sido tan injusto y tan cruel.

-No se preocupe - le dijimos nosotros.

-Sí, me preocupo - dijo Alan. - Me preocupo por vosotros, por vuestra felicidad, por vuestro futuro. Me preocupo por ser un buen padre, un buen amigo, un buen sue-

-Claro que ya sera muy pronto suegro usted - le dije en forma de broma-

Ante eso que dije Alan me miro con ganas de decapitarme mientras me miraba con cara asesina

- T-tranquilo es broma o de chill u-u🤙​-Dije yo-

-Aaaa de chill de chill, ta bien u-u🤙​

- Bueno.... - dijo Alan. - Gracias por querer a mi hijo Chosen. Gracias por hacerlo feliz. Gracias por ser vosotros mismos.

-Gracias a usted - le dijimos nosotros.

- No me deis las gracias - dijo Alan. - Solo os pido una cosa.

- ¿Qué cosa? - le preguntamos nosotros.

- Que seáis felices - dijo Alan. - Que seáis libres. Que seáis vosotros.

-Lo seremos - le dijimos nosotros.

Y nos abrazamos los tres, sintiendo el amor que nos unía.

Y así fue como Alan nos aceptó. Y así fue como terminó nuestro conflicto.

Y así fue como vivimos nuestro final feliz.

~Fin~

╚══════ ❀•°❀°•❀ ═════╝🖤​💚​╚═════ ❀•°❀°•❀ ═════╝

/Palabras:4192/

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro