🧡King Orange x Victim⚪
Pedido de: celestechanpwp
Personajes:
🧡: KO (King Orange)
🤍: Victim
Aclaraciones: ¡¡Miren lo que le hacen a este pobre animal, eso es bulling al animal >:v!! *Procediendo a mostrar a un perrito con cejas aesthetic B) *
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Me llamo King Orange, y esta es la historia de cómo me enamoré de Victim, el jefe de una empresa rival. Todo empezó cuando renuncié a ser rey y me fui a vivir una vida normal junto a mi hijo adoptivo Purple, un chico que había sufrido mucho en su infancia y que yo había rescatado de las garras de su padre abusivo, Navy. Purple me servía cuando era rey, pero se fue conmigo a vivir porque le tenía un gran cariño y lealtad. Él tenía unas elytras con las que podía volar cuando quisiera, y era amable, buen luchador y sabía defenderse. Pero también era tranquilo y pacífico, y no le gustaba la violencia ni las mentiras.
Yo tenía un bastón que poseía mucho poder, pero lo usaba con sabiduría. Era un buen luchador, serio e inteligente. Pero también estaba cansado de la política y las intrigas, y quería una vida más simple y feliz. Así que dejé el trono a mi hermano menor,Elías, y me mudé a una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Allí me dediqué a cultivar frutas y verduras, y a cuidar de Purple como si fuera mi propio hijo.
Un día, recibí una carta de Elías, pidiéndome que lo ayudara con un asunto urgente. Resulta que había una empresa que estaba causando problemas al reino, al competir deslealmente con los negocios locales y al intentar sobornar a los funcionarios. La empresa se llamaba V Corp, y su jefe era Victim, un hombre fuerte, serio e inteligente. Green me pedía que fuera a hablar con él y tratara de convencerlo de que dejara de hacer esas cosas, o de lo contrario tendría que tomar medidas drásticas.
Me sentí obligado a ayudar a mi hermano, así que le dije a Purple que me acompañara. Él no estaba muy contento con la idea, pero aceptó por respeto a mí. Tomamos un carruaje y nos dirigimos a la sede de V Corp, que era un edificio enorme y lujoso en el centro de la ciudad.
Al llegar, nos recibió una secretaria que nos hizo esperar en una sala de reuniones. Allí nos encontramos con Victim, que entró con paso firme y una mirada penetrante. Era un hombre alto y musculoso, con el cabello negro y los ojos azules. Vestía un traje elegante y llevaba un maletín en la mano.
Buenos días -nos saludó con voz grave-. Soy Victim, el jefe de V Corp. ¿Con quién tengo el placer?
Buenos días -respondí yo-. Soy King Orange, el ex rey del reino vecino. Y este es mi hijo adoptivo Purple.
Un placer conocerlos -dijo Victim-. ¿A qué se debe su visita?
Verá -comencé yo-, vengo en nombre de mi hermano Elías, el actual rey del reino vecino. Él está preocupado por las actividades de su empresa, que están afectando negativamente a su pueblo.
¿De qué actividades habla? -preguntó Victim frunciendo el ceño-.
De la competencia desleal, los sobornos, la evasión de impuestos... -enumeré yo-.
Eso son acusaciones infundadas -replicó Victim-. Mi empresa es legal y legítima. No tenemos nada que ocultar.
No es lo que dicen las pruebas -insistí yo-. Mi hermano tiene evidencias de sus malas prácticas. Y le pide que las cese inmediatamente, o tendrá que enfrentarse a las consecuencias.
¿Qué consecuencias? -preguntó Victim desafiante-.
Las legales, las económicas... o las bélicas -dije yo con firmeza-. No queremos llegar a ese extremo, pero lo haremos si es necesario.
Victim se quedó callado por unos segundos, mirándome fijamente. Yo sostuve su mirada sin pestañear. Sentí una extraña sensación al ver sus ojos azules tan intensos. Era como si hubiera una chispa entre nosotros, una conexión eléctrica. Pero también había tensión y hostilidad.
Muy bien -dijo Victim finalmente-. Veo que no va a ser fácil llegar a un acuerdo con usted. Así que le propongo algo. ¿Qué tal si nos enfrentamos en un duelo? El ganador se queda con todo, y el perdedor se retira sin protestar.
¿Un duelo? -repetí yo sorprendido-.
Sí, un duelo -confirmó Victim-. Usted y yo, solos, sin armas ni trucos. Solo nuestra fuerza y nuestra habilidad. ¿Qué le parece?
Me parece una locura -dije yo-. Eso no resolvería nada. Solo traería más violencia y sufrimiento.
No sea cobarde -dijo Victim-. Acepte el reto, o admita que tiene miedo.
Yo no tengo miedo de nada -dije yo-. Pero tampoco soy un necio. No voy a arriesgar mi vida por una tontería.
Entonces no hay nada más que hablar -dijo Victim-. Puede irse por donde ha venido. Y dígale a su hermano que se prepare para la guerra.
Eso es lo que quiere, ¿verdad? -dije yo-. Provocar una guerra para sacar provecho de ella.
No, eso es lo que quiere usted -dijo Victim-. Interferir en mis asuntos para sacar provecho de ellos.
Eso no es cierto -dije yo-.
Sí lo es -dijo Victim-.
¡No lo es! -dije yo-.
¡Sí lo es! -dijo Victim-.
Así seguimos discutiendo, cada vez más acalorados y más cerca el uno del otro. Hasta que sin darnos cuenta, estábamos tan cerca que nuestros labios se rozaron. Fue un contacto breve, pero intenso. Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, y vi que Victim también lo sintió. Nos quedamos mirando fijamente, sin saber qué hacer o qué decir.
Fue entonces cuando Purple intervino, rompiendo el silencio.
Perdón por interrumpir -dijo con voz suave-. Pero creo que deberíamos irnos ya. Esto no tiene sentido.
Purple tenía razón. Esto no tenía sentido. ¿Qué estaba haciendo yo besando a mi enemigo? ¿Qué sentía por él? ¿Qué sentía él por mí? ¿Qué pasaría ahora?
Me aparté de Victim rápidamente, y cogí a Purple de la mano.
Vámonos tesoro -dije con voz ronca-.no te juntes con este chusma 7n7
Salimos de la sala de reuniones y del edificio, sin mirar atrás. Subimos al carruaje y nos alejamos de allí lo más rápido posible. Pero no podía dejar de pensar en Victim, en su rostro, en su voz, en su beso...
¿Qué había sido eso? ¿Un impulso del momento? ¿Una atracción física? ¿O algo más?
No lo sabía. Solo sabía que estaba confundido. Y que tenía un problema.
Un problema llamado Victim.
Purple me miró con una sonrisa traviesa, mientras el carruaje se alejaba.
-¿Qué te pasa? -le pregunté yo, notando su expresión.
-Nada, nada -dijo él, fingiendo inocencia-. Solo que me parece que hay algo entre tú y Victim.
-¿Qué? -dije yo, sorprendido-. ¿De qué hablas? No hay nada entre nosotros. Es mi enemigo, nada más.
-Vamos, no seas tonto -dijo Purple-. No me digas que no sentiste nada cuando lo besaste.
-No lo besé -dije yo-. Fue un accidente. Un error.
-Un error muy bonito -dijo Purple-. Y muy apasionado.
-No seas ridículo -dije yo-. No siento nada por él. Es un arrogante, un egoísta, un manipulador.
-Y un guapo, un fuerte, un valiente -dijo Purple-. Y tú también lo eres. Hacéis una pareja perfecta.
-No digas tonterías -dije yo-. No somos una pareja. Ni lo seremos nunca.
-Ya veremos -dijo Purple-. Ya veremos 7w7 -riendo malvadamente por dentro-
Purple tenía un plan. Un plan para que yo y Victim nos enamoráramos. Un plan que pondría en marcha al día siguiente, sin que yo lo supiera.
Un plan que cambiaría nuestras vidas para siempre...
Al día siguiente, Purple me despertó temprano.
-Vamos, levántate -dijo purple-. Tenemos que ir a la ciudad.
-¿A la ciudad? -pregunté yo, bostezando-. ¿Para qué?
-Para comprar algunas cosas -dijo él-. Y para divertirnos un poco.
-No tengo ganas de divertirme -dije yo-. Tengo ganas de dormir.
-Pues no puedes -dijo él-. Tienes que venir conmigo. Es una orden.
-¿Una orden? -dije yo-. ¿Desde cuándo me das órdenes?
-Desde ahora -dijo él-. Soy tu amigo, y los amigos se ayudan entre sí.
-¿Ayudarme? -dije yo-. ¿A qué?
-A encontrar el amor -dijo él-. O mejor dicho, a reconocerlo.
-No sé de qué hablas -dije yo-. No necesito encontrar el amor. Ademas apuesto a que tu,purple, no tienes a alguien a quien ser tu pareja 7v7
-¿Ah, sí? -dijo él-. Pues fíjate que si tengo a alguien pa hacerlo mi pareja y es alguien del Palacio que conocí, es alguien muy apuesto, guapo y rico 7w7
-Que envidia te tengo 7n7 -dije yo-
-Bueno, cámbiate para irnos, sino te hare la vida imposible :3 -dijo el-
No tuve más remedio que obedecerlo. Me vestí y salí con él al carruaje. No sabía qué tenía en mente, pero no me gustaba nada su sonrisa maliciosa.
Lo que no sabía era que Purple había mandado una carta a Victim, invitándolo a la ciudad también. Una carta en la que le decía que tenía algo muy importante que decirle. Algo que tenía que ver conmigo.
Victim recibió la carta de Purple y se quedó intrigado. ¿Qué tendría que decirle sobre King Orange? ¿Sería algo bueno o algo malo? ¿Debería ir a la ciudad o ignorar la invitación?
Al final, decidió ir. Tenía curiosidad por saber qué quería Purple. Y también tenía ganas de ver a King Orange. Aunque no quisiera admitirlo, el beso que se habían dado había despertado algo en él. Algo que no sabía cómo definir.
Se vistió con sus mejores ropas y se dirigió al carruaje. No le dijo a nadie a dónde iba. Solo le dejó una nota a su padre, diciéndole que volvería pronto.
El viaje hasta la ciudad fue largo y aburrido. Victim se entretuvo mirando por la ventana, pensando en King Orange. Recordaba su rostro, su voz, su cuerpo. Recordaba cómo se había sentido al tenerlo entre sus brazos, al sentir sus labios sobre los suyos. Recordaba el calor, la pasión, el deseo.
¿Qué significaba todo eso? ¿Qué sentía por él? ¿Era amor o solo atracción? ¿Era posible amar a alguien que era tu enemigo? ¿Y él lo amaría a él?
Mientras tanto, King Orange y Purple llegaron a la ciudad. Purple tenía todo planeado. Había reservado una habitación en la mejor posada, había comprado unas flores y unos chocolates, y había contratado a unos músicos.
-¿Qué es todo esto? -preguntó King Orange, al ver el escenario.
-Es una sorpresa -dijo Purple-. Para ti.
-¿Para mí? -dijo King Orange-. ¿Por qué?
-Porque te quiero -dijo Purple-. Y quiero que seas feliz.
-¿Feliz? -dijo King Orange-. ¿Con qué?
-Con el amor -dijo Purple-. Con tu verdadero amor.
-¿Mi verdadero amor? -dijo King Orange-. ¿Y quién es?
-Ya lo sabes -dijo Purple-. Es Victim.
-¿Victim? -dijo King Orange-. ¿Estás loco?
-No, estoy cuerdo -dijo Purple-. Y tú también lo estarás cuando lo veas.
-¿Cuándo lo vea? -dijo King Orange-. ¿Qué quieres decir?
-Que está aquí -dijo Purple-. En la ciudad. Te está esperando.
-¿Me está esperando? -dijo King Orange-. ¿Para qué?
-Para declararte su amor -dijo Purple-. Y para que tú se lo declares a él.
-No digas tonterías -dijo King Orange-. No siento nada por él. Es mi enemigo, nada más.
-Vamos, no seas tonto -dijo Purple-. No me digas que no sentiste nada cuando lo besaste.
Luego de esto empezaron a pelear para ver quien tenia la razon, pero purple agarro a la fuerza a King orange y lo llevo a la plaza.
Al llegar, purple Le dijo que tenía que hacer unos recados y que luego volvería. Le dijo que lo esperara en un banco, junto a una fuente.
Lo que no le dijo fue que había mandado una nota a Victim, diciéndole que lo esperaba en el mismo lugar. Le dijo que tenía algo muy importante que decirle. Algo que tenía que ver con King Orange.
Victim llegó a la plaza y buscó a Purple con la mirada. No lo vio por ningún lado. Solo vio a un joven sentado en un banco, junto a una fuente. Un joven que le resultaba muy familiar.
Era King Orange.
Victim se quedó paralizado. No sabía qué hacer. ¿Debía acercarse a él o huir? ¿Debía hablarle o ignorarlo? ¿Debía besarlo o golpearlo?
Mientras tanto, King Orange también lo vio. También se quedó paralizado. No sabía qué hacer. ¿Debía acercarse a él o huir? ¿Debía hablarle o ignorarlo? ¿Debía besarlo o golpearlo?
Los dos se miraron a los ojos. Los dos sintieron un nudo en el estómago. Los dos sintieron un latido en el pecho. Los dos sintieron una chispa en el alma.
Los dos se levantaron al mismo tiempo. Los dos se acercaron el uno al otro. Los dos se detuvieron a medio camino.
Los dos se quedaron sin palabras.
Fue entonces cuando sonó la música.
Purple había contratado a unos músicos para que tocaran una canción romántica. Una canción que hablaba de amor, de pasión, de destino.
Una canción que era perfecta para ellos.
Los dos se sorprendieron al escucharla. Los dos se sonrojaron al entenderla. Los dos se sonrieron al sentirla.
Los dos se tomaron de la mano. Los dos se acercaron más. Los dos se inclinaron hacia el otro.
Los dos se besaron.
Fue un beso dulce, suave, tierno. Fue un beso intenso, profundo, ardiente. Fue un beso mágico, único, especial.
Fue un beso que selló su amor.
Purple los observó desde lejos. Se alegró de verlos tan felices. Se felicitó por su plan.
Un plan que había funcionado a la perfección.
Un plan que había cambiado sus vidas para siempre.
King Orange y Victim se separaron del beso. Se miraron a los ojos. Se dijeron te quiero. Se abrazaron.
Se dieron cuenta de que se habían enamorado. Se dieron cuenta de que eran el uno para el otro. Se dieron cuenta de que querían estar juntos.
Decidieron olvidar el pasado. Decidieron perdonar los errores. Decidieron superar las diferencias.
Decidieron escapar de la guerra. Decidieron huir de sus familias. Decidieron buscar su felicidad.
Se fueron de la ciudad. Se subieron a un carruaje. Se dirigieron a un lugar lejano.
Un lugar donde nadie los conociera. Un lugar donde nadie los juzgara. Un lugar donde nadie los separara.
Un lugar donde pudieran vivir su amor. Un lugar donde pudieran ser ellos mismos. Un lugar donde pudieran ser felices.
Purple los despidió con una sonrisa. Les deseó lo mejor. Les agradeció su confianza.
Adios pololos, los quiero mucho -llora en chino-
Les dijo que siempre sería su amigo. Les dijo que siempre los apoyaría. Les dijo que siempre los recordaría.
Les dijo adiós.
Libre soy, libreeeeeeeeeee soooooy >;D -cantando como un loco- ahora podre hacer mis mamadas, quemar bancos sin interrupciones uwu
De paso me ire a darle mimos a mi pololo 7w7 -desaparece épicamente-
King Orange y Victim se alejaron en el carruaje. Se besaron una vez más. Se dijeron te quiero otra vez.
Se miraron con amor. Se sonrieron con ilusión. Se abrazaron con pasión.
Se fueron al atardecer. Se perdieron en el horizonte. Se fundieron en el cielo.
Fin
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/Palabras:2377/
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