—¡Buen inicio de verano! —Dijeron todos los estudiantes al unísono, excepto Takeru, este lo dijo en lengua de señas.

Los aplausos se hicieron escuchar en todo el salón de clases, todos estaban felices por terminar bien el primer semestre a excepción de Umeko, está tuvo muchas dificultades para pasar.

—Aww, sobreviví el primer semestre. —Suspiró aliviada luego de lanzarse agotada en su silla.

—Ve el lado positivo Ume-chan, no tendrás que quedarte este verano a tomar clases de recuperación. —Le recordó Akemi a su lado.

—Eww, tienes toda la razón, y todo gracias a ti Akemi. —Le dedicó una sonrisa a su amiga.

—No fue nada Ume-chan, sabes que me apasiona la enseñanza. —Dijo algo avergonzada acariciando su cabeza.

—¡Ya es hora de irse muchachos, tengan un buen verano y no hagan cosas peligrosas! —Exclamó el profesor de matemáticas, recogió sus cosas y salió por la puerta seguido por varios alumnos.

—Bien vámonos Ake-chan. —Umeko tomó la mano de su amiga para irse juntas, pero está no se movió. —¿Que pasa Akemi? —Preguntó Umeko volteando a ver a su amiga.

—Es que... —La chica estaba algo incómoda de decirle eso a su amiga. Lo usual era que ellas siempre volvía a casa juntas, pero ese día Takeru le pidió que le dejara llevarla a casa. ¡Seguro es para confesarse! Ella no podía perder esa oportunidad. Y es que desde el día de la caja de arena el chico se estaba comportado muy extraño. —Es que le prometí a Takeru-kun que nos iríamos juntos.

—¡¿Eh?! Pero si siempre nos vamos juntas a casa —Protestó—. ¿Y desde cuándo llamas por su nombre a Yoshi?

—Vamos Umeko, te contaremos por el camino. —Tomoko apareció de la nada tomando a Ume-chan por el cuello, para llevársela. 

—No te preocupes por Ume-chan Akemi, ve con calma, luego te llamó para que me cuentes todo.  —Miu se despidió de Akemi guiñándole un ojo.

Tomo-chan se había llevado a Umeko arrastrada mientras está protestaba y gritaba que la soltará, pero Tomoko era una chica fuerte a comparación con Umeko que era muy delgada.

—¿Ya estás lista Hoshi? —Takeru se acercó a Akemi con una sonrisa.

—Cuantas veces tengo que decirte que me llames Akemi. —Gesticuló algo molesta.

—Es que no me acostumbro. —Se disculpo.

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En el camino a su casa Akemi miraba de reojo a Takeru sin que este se diera cuenta. Ya solo faltaban algunas cuadras para llegar a su casa y el chico aún no decía nada.

¿Qué le estará pasando? ¿No puede hablar? ¿Estará nervioso? ¿O solo me invitó para caminar callados a mi casa? No, no puede ser eso, cuando me lo preguntó se veía muy avergonzado, no puede ser que solo sea para esto.

Takeru notó la cara de angustia de la joven, sabía lo dramática y desesperada que era. El joven se detuvo buscando algo en su bolsillo, sacó los dos objetos y se los mostró a la chica.

—¿Correas para celulares? —Inquirió Akemi desconsertada.

—Si, y son iguales, solo que el tuyo es rosa y el mío azul. —Indicó Takeru sacando su celular del bolsillo.

Las correas tenían un pequeño gatito peludo colgando, a la chica luego de unos segundos le pareció tan lindas que se sonrojo al darse cuenta que las correas eran para parejas.

—¿No te gusta? —Preguntó el chico al ver que ella no tomaba la correa.

—¡Claro! —Respondió está sobresaltada, tomo rápido la correa y la coloco en su celular. —Es muy bonita.

—A sí, también tengo otra cosa que darte. —El chico buscó algo en su mochila y se lo entregó.

—¿Qué es? —Quiso saber Akemi al ver la pequeña hoja de papel satinado(1) en sus manos.

—Es una invitación para ir a la casa de playa de mis padres, tú y tus padres están invitados. También pueden venir Tomoko, Umeko y Miu.

Akemi se sintió tan feliz que abrazó al chico sin previo aviso. Él estaba tan sorprendido por el repentino impulso de la chica que no correspondió a su abrazo.

—Muchas gracias, Takeru.

Akemi se despegó de él al sentir la tensión del cuerpo del muchacho, ella se sintió un poco triste por haber abrazado al chico y que él no le devolviera el gesto. Tal vez se precipitó al pensar que a Takeru podría gustarle ella, tal vez el chico solo quería ser su amigo y él quería una persona igual a él, alguien que no pudiera hablar.

—Bien, nos vemos ese día. —Gesticuló con mucha dificultad para luego salir corriendo.

La chica no entendía el comportamiento del joven, tenía mucho tiempo comportándose raro y Akemi deseaba saber por qué.

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Ese día tan ansiado por Akemi había llegado al fin. El sol resplandecía como nunca, la arena brillaba y unos pequeños cangrejos jugaban en ella.

Las chicas estaban muy emocionadas por entrar al agua, hacía mucho calor y era perfecto para jugar en el agua.

—¡Yay! Esto es lo mejor. —Dijo Umeko viendo el mar.

—¡Chicas, antes de todo vamos a comer! —Gritó la madre de Akemi—. Y debemos esperar a los padre de Takeru-kun.

—Pero si ya estamos aquí. —Una pareja de esposos salieron de una camioneta, aún estaban cerca del estacionamiento de la playa. —Un gusto, somos los padres de Takeru.

—El gustó es nuestro, gracias por invitarnos a su casa en la playa. —Las dos mujeres se dieron la mano, al igual que sus esposos.

—¿Por qué no vamos a la casa y comemos primero?—Sugirió el padre del muchacho.

—Eso mismo estaba sugiriendo. —Espeto la madre de la chica.—¡Chicas, Takeru, vamos a dentro!

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Luego de comer y reposar, lo que les pareció una eternidad a los jóvenes, fueron a cambiarse para luego correr hacia la playa.

—¡Nunca había visitado una playa privada! —Miu saltó de alegría.

—Es la playa vacacional de mis padres, teníamos mucho sin venir. —Informó Takeru y Akemi le tradujo a sus amigas.

—¡Vamos a nadar, Ake-chan! —Umeko tomó la mano de su amiga y la llevó hasta la orriya para mojar sus pies.

—¿No vienes Yoshi-kun? —Inquirió Tomoko al ver a chico sentarse bajo una sombrilla de playa.

—Iré más tarde. —Escribió la respuesta en una pequeña libreta que tenía en su bolsillo, ya que Akemi no se encontraba cerca.

La verdad era que no se sentía muy bien luego de la comida, su vista estaba nublada pero no le dió mucha importancia, pensó que era por el calor.

—Bien, ven cuando quieras. —El chico asintió y ella se fue junto a sus amigas.

Las chicas jugaron a las peleas por un buen rato, Tomoko con su fuerza lanzó a Umeko tan lejos que la pobre quedó estupefacta flotando en el agua.

—Lo siento Ume-Shin(2) —Se disculpó Tomoko con su amiga, la levantó del agua y la cargó en su hombro como si de una pluma se tratase. —Oye Akemi, Miu, hice Tenpura(3) ¿Quieren? —Preguntó la chica antes de irse con una moribunda Umeko en sus hombros.

—¡Yo iré contigo, me encanta el Tenpura! —Dijo Miu llendo al lado de su amiga.

—¿Y tú Ake-chan?

—Yo las esperó aquí, el agua está muy agradable. —Respondió, hundió su cabeza más en el agua y solo quedó la mitad de su cabeza visible.

—Bien, te traeré una fritura cuando vuelva.

La chicas salieron del agua directo a la casa donde se encontraban los adultos compartiendo el tiempo juntos. Akemi miró con ojos de gato a Takeru, no podio creer que el chico no la estaba acompañando en estos momentos, quería jugar con él a lanzarse agua en la cara.

De pronto vio algo que brillaba bajo de ella, le dió curiosidad saber lo que era y bajo a ver. No podía abrir los ojos porque sabía que la sal del agua no la dejaría, por lo que busco a ciegas con sus manos hasta encontrarse con algo redondo. Abrió los ojos un momento y se encontró con una perla en sus manos, la misma brillaba con intensidad, lo que hizo que Akemi sonriera por su belleza.

Decidió subir a la superficie, pero algo se lo impidió, unas algas se habían enredado en su tobillo. La chica lucho para zafarse de las algas pero todo intento fue en vano, ya estaba a punto de perder el conocimiento.

Takeru, que buscaba a su amiga con la mirada se estaba preocupando cada vez más. Al no ver a ninguno de los adultos afuera, decidió él mismo lanzarse al agua para buscar a la chica. Se sintió desesperado al no tener la capacidad de llamarla, de gritar su nombre. Cuando por fin vio la larga cabellera de la chica flotando, nado hasta ella y la sostuvo con tal fuerza que las algas en su tobillo se rompieron al instante.

Todavía no aparecía nadie, la chica estaba inconsciente en la arena y el chico presionaba sus pulmones para que saliera el agua de ellos, pero no cedían. Ya no quedaba más tiempo, con sus dedos presionó la nariz de la chica y sin pensarlo dos veces comenzó a darle respiración boca a boca.

Luego de un horrible y a la vez delicioso minuto para el chico, horrible porque sentía miedo que la chica muriera en sus brazos, delicioso porque podía sentir lo dulce que eran sus labios, la chica soltó a toser toda el agua de sus pulmones.

Takeru no dudo un segundo para tirarse encima de la chica, estaba exhausto y como a la vez no podía expresarle la agradecido que estaba con Dios por haberla podido salva, abrazarla era su única salida.

—Gracias por salvarme. —susurró la chica antes de caer profundamente dormida.

Anotaciones finales:

1-Papel satinado:

Un papel es aquel material confeccionado con pasta vegetal molida y blanqueada, que se dispone en finas láminas y generalmente se lo usa para escribir, dibujar, entre otros usos. En tanto, satinado es el tratamiento que se le realiza, ya sea a una tela o a un papel, con la misión de dejarlos lisos y super brillantes.
Por tanto, el papel satinado será aquel de marca mayor, con brillo mate.