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Epílogo xd.

—Alondra...

El aludido no hizo caso, y se tapó más con las mantas.

—Venga, alondra...

—No, no pienso volver a pasar por lo mismo otra vez.

—No va a...

Kyoya le dedicó una mirada por encima del hombro, escéptica.

—Vale, quizá pase pero...

—No, volverá a pasar y me niego.

Mukuro bufó.

—No podemos dejar de intentarlo sólo por un atún oportuno.

—No dirías eso si fuera tu trasero el que siempre está expuesto.

—Bueno...

—Mukuro, he dicho que no.

—¡P...!

—No.

El italiano hizo pucheros inconforme con eso.

Después de vestirse habían regresado a la habitación a buscar sus cosas para darse un baño, desde entonces Hibari le había estado evitando.

Y ahora estando solos sus oportunidades de saciarse de él morían.

—Alondra, venga...

—Dije no, y mis órdenes son absolutas.

Mukuro suspiró. Ya se estaba comportando como un personaje de anime.

¿Quién le mandó a él a recomendarle ese anime? Se acabó las tres malditas temporadas en seis días, con película y todo.

—Venga...

—Cállate.

—Kyoya... Prometo comprarte Taiyaki.

Se lo pensó un poco, Mukuro sonrió ante la duda de su pareja pero finalmente el chico negó.

—Me niego. Ni el Taiyaki lo vale tanto.

—¡Kyoooyaaaaa!

—Nada, he dicho.

—¡Te lo ruego!

—Mukuro, he dicho que...

—¡Cállense, maldición!

Ambos miraron mal hacia la puerta, el grito provenía de un extraño ser llamado Daemon.

—¿Que nos...? —Mukuro quiso empezar a gritar sus verdades, pero el azabache se le adelantó.

Abrió la puerta, tiró al melón al suelo y le puso una de sus tonfas al cuello.

—Mira, cabrón, si estamos así es por tu culpa y la de tu maldito acosado, así que deja de joderme la vida si quieres mantener la tuya.

Mukuro sonrió. Su alondra, tan amable como siempre.

Pero Daemon ni se inmutó y le miró aburrido, poniéndose cómodo y todo con una sonrisa altanera.

—¿En serio? —cuestionó fingiendo sorpresa—. Vaya, pues de nada. He salvado tu culo virgen.

—¡Serás...!

La puerta de la habitación de enfrente se abrió y un adormilado Tsunayoshi les miró mientras se frotaba un ojo con cansancio.

—Hablando en serio, cierren la maldita boca —pidió con un bostezo—. Y Daemon, te dije que fueras a dormir a la azotea. ¿Qué haces molestando a Hibari-san y a Mukuro?

La piña se sintió extrañamente ofendido.

—¿Sin honorífico?

—Sin honorífico.

—¿Por qué?

—Porque me da la gana.

—Bonita respuesta.

—Gracias.

A Kyoya le empezaba a celar tanta complicidad entre esos dos.

—Mejor que le digas con algún honorífico —objetó el azabache.

El castaño arqueó una ceja.

—¿Por?

—Porque sí.

Kyoya sabía que Tsuna era alguien más... pasivo. Y más... adorable. Lo que le hacía un herbívoro.

Y Mukuro fácilmente...

Frunció el ceño. Las cosas suyas eran suyas.

Tsuna, adormilado, se encogió de hombros sin darle importancia al asunto.

Ya lo haría mañana.

—Bien, Hibari-san, Mukuro-kun —torció el gesto antes de mirar a Daemon—. Mátenlo en silencio, por favor.

—Vale, como quieras.

—Tsunayoshi, tu amor por mí es...

—Buenas noches.

Y cerró la puerta, importándole poco el destino del melón.

La piña le palmeó el rostro, teniendo en cuenta que seguía en el piso, y le dedicó una sonrisa comprensivo.

—Al menos es bonito.

Kyoya le miró mal.

—¿Te parece bonito?

Mukuro parpadeó sorprendido.

—¿Qué?

—Que si Sawada te parece bonito.

—Am... ¿No?

—¡No mientas!

Tonfa voladora esquivada por Mukuro.

—¡Tranquilo!

Daemon escapó magistralmente entonces, aprovechándose de la distracción.

Nadie le prestó atención a ese hecho.

Mukuro esquivaba confuso los ataques de Hibari, no entendía el por qué de esa reacción.

—¡Eres un mentiroso, herbívoro!

—Vale, eso lo sabías —obvió sin entender—. Ahora, por qué...

—¡Se supone que no te tienes que fijar en otros, imbécil!

Se tiró sobre él para ahorcarlo.

—Alondra...

—Muere.

Y apretó más.

Mukuro suspiró y con una mano abrió la cerradura del pantalón del azabache.

Kyoya no esperó aquel contacto y aflojó su agarre.

Mukuro no dudó en invertir posiciones.

Agradeció mentalmente el detalle que había tenido el melón con ellos al cerrar la puerta al salir.

Su mano acarició la virilidad de Hibari por encima de la ropa interior y le miró seriamente.

—¿De qué hablas cuando dices que me fijo en otros? ¿Estás loco?

La alondra gimió y seguidamente le dedicó una mirada de muerte.

—Tú...

—¿Yo?

—Deja de mirar a Tsunayoshi.

—¿Cuándo he mirado yo a...?

—Has dicho que es lindo.

—Era un decir...

—Pero lo dijiste.

Suspiró y con su mano libre le acercó el rostro, besándole suavemente.

—Idiota, sólo te quiero a ti.

El codo del azabache se posó sobre el abdomen del italiano con brusquedad gracias a sus palabras.

—N... No digas tonterías, imbécil —refunfuñó irritado—. Y no cambies el tema. Si me quieres a mí, ¿para qué andas viendo a otro?

—Ya te dije que sólo es un...

—Ah, y no es todo —siguió—. ¿Crees que no te escuché cuando hablabas con tu hermana antes de que se fuera?

Mukuro hizo memoria, no recordó haber hecho ni dicho nada.

—¿Lo siento?

—Aparentemente no. ¿Quién es Kenma y por qué dices que no lo compartirás con ella?

—Am... Es largo de explicar...

—Vele con ese cuento al que te crea.

Kyoya amenazó con la mirada de irse de ahí y dejarle tan necesitado, así que Mukuro supo que no tenía más remedio.

—A ver, Kenma es un chico...

—No me digas.

—Es un chico —repitió—. Qué es de un anime...

—Ya.

—¡Es verdad!

—Ajá, ¿y?

—Pues que es mi personaje favorito y...

—No me jodas. ¿Qué eres, una fangirl?

El italiano se ruborizó y le miró ofendido.

—Sí.

Kyoya suspiró dejándole ir, sin creerse que lo hubiera aceptado tan tranquilo.

Y es que no lo diría, pero sabía de quien hablaba.

«Bueno, mientras no me mire a Oikawa, todo bien»

Haikyuu es amor para ellos.

Haikyuu es paz.

Menos cuando miran a sus personajes.

Ahí es... catástrofe.

Sinceramente, no entendía cómo demonios sus gustos habían pasado de una belleza del volley a una fruta.

La vida da vueltas.

Pero prefería a su almohada de Oikawa tamaño humano.

Claro, eso estaba en su casa, resguardado de todo polvo o ser viviente que habitase su hogar... Y era un secreto.

Igualmente, Hibari jamás se enteraría de la enorme colección de Kenma's que tenía Mukuro.

«Mientras no exista no es infidelidad... Una lástima»

Y fin, oficialmente aquí acaba todo :)

A veh, los pongo al día. Soy barbiebush26 y he venido a contarles mi vida again :) hoy me he enterado de que me gusta este chico al que shippeo con otro porque le ha dado por hablarme justo hoy cuando me he maquillado por cuarta vez en mi vida :)

Aunque sólo me dijo que recordaba mi nombre porque Diana era su campeón fav en el LOL y me he quedado a cuadros :v maldito Mukuro suertudo que puede tener a su alondra y yo no podré tener a mi recién descubierto crush gamer porque #TsunaSuerte ¡Oh! Y publiqué una story 6927 se llama Finding Reality, se las recomiendo xd

Notas de Alecchi: Salut, lectores~.

TOY FELIZ. Hoy he salido con mi crush y es lindísima y perfecta y todo Dios.

Am... Bueno, el asunto, ¡espero que os haya gustado! Estamos locas, así que es normal que no os gustase XDDD.

¡Y Bacchi me habla de nuevo! =D

Yo tengo #TsunaSuerte, en serio...

¡Los amamos!

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