AVO3O. Maratón (1/3)
Par de días más tarde.
Estaba volviéndome loca.
Era el segundo día de tour y yo estaba que me moría en todos los aspectos. La monotonía podía conmigo, no poder hablar con gente más allá de Hades o su copia más mayor ya me tenía la realidad bien alterada, me había convencido de que si jugaba a la enamorada el me soltaría, ahí tenía depositada toda mi confianza.
¿Alguien podía asegurarlo? No realmente.
Había perdido toda mi esencia, recuerdo cuando volvimos a la ciudad, estuve par de semanas en nuestra casa sintiéndome como una completa extraña, y cuando me dijo que debía viajar con él por tantos días, teniendo en cuenta que no lo soporto, termino de hundirme.
Para sorpresa de nadie, su trato hacia mí dependía bastante de su humor y siendo honesta, estando de tour, está bien difícil estar relajado así que me convertí en su saco de boxeo emocional.
Al principio me dolía pero después dejé de darle importancia porque Hades ya no era nada para mí, más allá del papá de mi bebé.
—¿Me escuchas?.—miré la pantalla.—¿No se tardó?
—No me importa, Miky.—confesé.
—¿Y ese humor que?
—Prueba a estar metida en una suite con el loco de tu hijo. Entenderás este humor y cualquier decisión que tome más adelante.—observe su torso tatuado, jamás lo diría en alto pero el tipo era demasiado atractivo, y a pesar de las amenazas de su hijo , mantenía que sigue sintiendo lo mismo por mi, quería usar bien mis cartas y usarlo de marioneta pero el tipo no era fácil de engañar.
—Perse.
—¿Sigues teniendo relaciones con mi hijo?.—fruncí en ceño, lo cierto era que últimamente siempre que intenta tocarme, lo evito.
—No, intento evitarlo.
—¿No te sientes atraída por él?
—Hades solo provoca miedo y rechazo hacia mi persona.—bajó la mirada.—¿Por qué?
—Solo quería saber, independientemente de toda la situación que estás viviendo, pareces demasiado...Insatisfecha.
—Y arrepentida.—suspiré.—No es el papá que soñé para mi primogénito o primogénita, jamás lo habría elegido.
—Será buen papá.—rodé los ojos.—Aunque te cueste creerlo.—me acomodé en la cama.—Dita' sea Perse.
—¿Qué hice?
—No llevas bra.—bajé la mirada y pude ver que la pijama de seda se había desabrochado y mis pechos estaban más a la vista ahora.
—¿Te molesta?
—¿No te molesta a ti?
—Mírame , Miguel Ángel.—obedeció. Me mordí ligeramente el labio inferior al verlo mirándome tan fijo.—Crecieron.
—También me gustaban antes.
—¿Y ahora?
—Me encantan.
—Pero me siento tan solita haciéndole un reveal de mi cuerpo...—sus pupilas de dilataron.—Muéstreme alguito.—vi que colocaba el cel, me mordí el labio cuando se deshizo de su bóxer, ladeé la cabeza cuando comenzó a acariciarlo.—Tan malo, yo también quiero jugar.
—Pon el cel en ese mueble que tienes allá.—cegada por la excitación le obedecí.—Túmbate y ábrete.—ordenó. Dude en sí debía hacerlo pero su penetrante mirada me hizo caer ante mis impulsos.
Me coloqué como me indicó y abrí las piernas para dejarle ver mi intimidad, una sonrisa de dibujó en su rostro y no me sorprendía, era lo que llevaba esperando mucho tiempo.
—Mete un dedo a ver .—obedecí, parecía un amo enseñándole trucos nuevos a su cachorro y yo estaba encantada de aprenderlos.—¿No gime, no le gusta?
—No quiero que escuchen los vigilantes que me puso tu hijo.—susurré.
—Meta otro.
—¿Qué?
—Lo mismo que dije.—suspiré.—Más rápido.—susurró acelerando él también sus movimientos. Gemí cuando comencé a sentir que estaba llegando a mi punto más alto de placer.—Así, baby.—susurró.—Si te viniste así de rico y no me tiene cerca nada más imaginé lo que pasará si nos juntamos.—cerré los ojos imaginándome su presencia.—Tan suavecito que te estás maltratando, yo no seré bueno , Perséfone.
—¿No?
—Baby, voy a hacerte arder en el infierno.—se mordió el labio.—Te voy a abrir esas patas y me las voy a poner aquí.—señaló sus hombros.—Después de eso te voy a meter el bicho bien rico, ese totito va a llorar.—aseguró .
—¿Cuando lo harás?.—quise saber,
—¿Ahora si quiere? La última vez andaba como loca con mi hijo.
—Quiero sentirte, Miky.—confesé.—Quiero ver que Rivera me chinga más rico.—soltó una carcajada.
—Tengo tantas cositas que quiero hacerte.—su bicho seguía parado, sus caricias eran le tas e hipnóticas, cuánto daría por poder envolver su longitud con mi boca, solo de pensarlo se me acumulaba la baba.—¿Qué piensas?
—Que necesito que me chingues como a una maldita cuero, Woodz, hasta que los vecinos se aprendan el nombre tuyo.
—¿Y Hades?
—Sabes que no me va a soltar.
—Después de meterte el que no va a soltarte seré yo.—sonreí.
—¿Vas a enfrentarte a tu hijo?
—Tu deja que el OG se encargue y déjate llevar por él.
—Lo har...—escuché la puerta principal abriéndose.—Tengo que dejarte.—me vestí torpemente.
Vi a Hades sujetando un ramo de flores bien grande, mordí el interior de mi mejilla tratando de callar a la voz del arrepentimiento, acababa de tener sexo telefónico con su papá , ¿qué iba a hacer?
—Estoy claro que no la estoy poniendo fácil pero quiero recordarte que te amo más que el primer día pero menos que mañana, eres lo único bueno que ha llegado a mi vida y me hundiría perderte, la simple idea me aterra.
—No vas a perderme si sabes cómo cuidarme.
—Yo te cuido.
—Cuidar no es sinónimo de secuestrar.—rodó los ojos.—Si tanto dice que quiere hacerlo entonces déjeme salir sola.
—¿Pa que se marche y yo no vuelva a saber de usted?
—Eso no pasará, te amo , Hades.—besé sus labios.—Solo a ti.
—¿Me darás otro heredero?
—No nació ni el primero o primera.
—Quiero saber si estarás dispuesta a darme otro hijo.
—Te daría los que me pidieras.
—Por eso me encantas.—besó rápidamente mis labios.—Mi Perséfone, mi mito hecho realidad.
—Mi Hades... mi gusto más culposo.
Ah no perate', ese es Miky.
••••
Comentennn, no dejen morir la historia.
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