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Capítulo 6.

- No llegará lejos déjenosla pensar que escapó - corría por un bosque y sentía perros correr tras ella.

- Es mejor regresar, esto no me está gustando ella parece aterrada.

- Sierra el hocico Michael...

Miraba hacia atrás mientras corría y no vio el árbol caído a sus pies. Cayó de bruces al piso y unas manos sostuvo uno de sus tobillos. No sabía porque, no podía hablar ni mover sus manos, pateó con toda la fuerza esa mano, pero esta, las sostenía con fuerza. La jalaron hacia adelante y la hicieron girar, pudo ver los perros detrás del hombre y las voces. El hombre a sus pies era un mayor, de cabello blanco, lentes y ojos azules la miraba fijamente.

- ¡Hola Lay! - murmuró con una sonrisa.

- Hay que llevarla de vuelta al castillo...

- No. Lay se ha portado mal y ella sabe que es mía...

- Esto no fue lo que planeamos Amabel, se supone que era algo diferente...

- A Nixon le gustan los Film de misterios y yo le di una ¿No se están divirtiendo?

- Sí, lo aceptamos, pero ¿Por qué la drogas?

- ¿Otra vez?

- Sí, otra vez Owen... Mejor voy a buscarla a ella ...

- Dile Lay... ¿Verdad que tú sabes que esto es un juego?

El hombre de lentes se alejó de ella, antes le quitó las sogas de las manos, Layla vio con tristeza que el cachorro que le ayudaba, se alejaba de los demás enojado.

- Ya haces parte de eso, cuando encuentren el cadáver de Clive sabrán que tú lo mataste, así que más te vale callar o todos morirán ...

Solo escuchaba las voces, la única persona que se mostraba era el hombre que estaba arrodillado a sus pies. Le habían quitado la mordaza, pero ella seguía sin pronunciar palabra, estaba aterrada, en medio de lo que parecía era un campo de golf. Clive la violó y ella tuvo que matarlo, él estaba encima de ella y ella le golpeó con una lámpara.

- El me violó - dijo cubriendo con las manos su rostro.

- Así es... Y por eso lo mataste, Vamos a bautizar a Lay, olvidó las reglas y debemos recordarla...

Dos manos la tomaron por ambos brazos y la alzaron, los sintió de lado y lado, pero no les veía el rostro, los enormes perros grandes frente a ella seguían allí, gruñéndole. Eran como ocho o diez, uno de ellos era una hembra, esa se veía más furiosa que las demás. Había perdió la voluntad de luchar, no sabía si era por la droga o por el terror. Se detuvieron y vio el mar a unos pasos, en circunstancias la vista le hubiera gustado.

- Tráiganla, ella debe saber que no puede hablar si no se le ordena...

- Acá nadie podrá ayudarte...

Tiró de su cuerpo hacia atrás, al darse cuenta que la llevaban al mar. Pero fue tomada por los cabellos y arrastrada. Sintió el dolor en su cuero cabelludo y las manos de alguien cernirse en su cabello, luego tiraron de su cabeza hacia delante y metieron su cabeza en el mar...

Se sentó de golpe en la cama asustada, era un sueño, un sueño, se repitió mentalmente. Otro recuerdo, este era más perturbador, había recordado diez perros y uno era hembra, eso era distinto, jamás la había visto.

Miró a un costado de la cama y vio el block, se había quedado dormida dibujando. Lo tomó en las manos y observó algo que no había hecho ella. Era unos ojos, y una frase "Te estoy vigilando". Asustada arrancó la hoja y lo tiró a la basura. Justo un momento después, entraron tres hombres, la habían encontrado, venían por ella.

- Vengo por ti Lay - dijo uno de ellos, se levantó asustada y se fue a un rincón.

- ¡Calma! - Dijo una voz - somos ... De los buenos. - negó, mientras apretó contra ella el block y sostuvo con fuerza el lápiz a manera de defensa. - soy James, mire no estoy armado ¡Míreme! - Layla lo observó y vio a un hombre de ojos y cabello oscuro como ella. - eso es, suelte ese lápiz, no le haré daño.

- Agua - dijo recordado su sueño y uno de los hombres que estaban en la puerta camino hacia la mesa de noche.

- Espera Sean - habló el que estaba de civil - ¿Qué tipo de agua Señorita Taylor?

- Mar, me bautizaron... metieron mi cabeza, no podía respirar, el vendrá por mí - la voz calmada del hombre la hizo hablar un poco le transmitía cierta paz.

- ¿Recuerdas su rostro o su nombre? - le preguntó mientras tomaba una silla y se la entregaba.

Layla se sentó y el volvió a retroceder a su puesto, recordó la nota que le habían puesto en su block. Era alguien de aquí, quizás uno de esos tres, tenía que tener cuidado. Ella no sabía porque perros, porque unas veces eran amigos y otras veces enemigos.

- Eran diez perros, sólo veo sombras, me metieron de cabeza al agua, perdía la consciencia, al despertar estaba en una habitación distinta, cada vez, jamás repetí una. - el hombre se negro asintió, Layla lo vio tender una foto hacia ella y mostrársela de lejos.

- ¿Es usted? - detalló la foto y vio a la mujer de espaldas encima de un hombre, era el otro rostro que recordaba.

- No, es ella la dama de la noche y él es Clive... - recordó su nombre - él estaba encima mio y yo... Lo maté. - el hombre frente a ella la miraba con pesar.

- ¿Cómo lo mataste Layla? ¿Lo recuerdas? - en una lo golpeaba y en otra él le ayudaba ¿Cómo explicarlo?

- Lo golpee, pero porque él, estaba encima mío y yo quería que él se quitara, desperté con él dentro de mí y lo golpee, él se quedó quieto en un lado, yo lo maté luego corrí los perros... Ellos venían por mi... - se levantó de la silla y la empujó con fuerza, mientras se golpeaba la cabeza una y otra vez.

- Mi hermano murió de un disparo - dijo una voz profunda, Layla dejó de golpearse y miró al frente suyo.

- ¡Usted! - Recordaba ese rostro, era el hombre malo.

Este es el hombre culpable de lo que te está pasando, gracias a él estas aquí, él es malo Lay debes matarlo, te haces su amiga y lo matas o él te matara a ti.

- Keane Nixon a su servicio, vengo en nombre de mi familia a pedir perdón. Por todo el daño ocasionado...

- ¡Aléjese! ¡Usted tiene la culpa! Él lo dijo... ¡Todo fue por usted!... Tiene que alejarse de mí...Amabel él me dijo que usted me matará ... - giró su cuerpo y golpeó su cabeza con la pared, una y otra vez. Hasta que alguien la detuvo, sintió unos brazos alrededor de ella que la detuvieron.

- Está a salvo, aquí no corre peligro y le aseguro que nadie la dañara. No existe nadie con ese nombre, le mintieron Layla. - negó mientras una enfermera la inyectaba y todo se tornaba oscuro.

****

Keane se mantuvo al lado de ella hasta que se durmió, aún le parecía difícil de creer que Clive hubiera hecho algo así. Pero el comportamiento de ella, era genuino y su reacción al verlo también. Ella estaba aterrada y nombró al supuesto psiquiatra, un hombre que no existía. Quizás sólo estuviera delirando, cuando habló que la matarían, todo era demasiado confuso.

Había hecho un retrato hablado del hombre misterioso, en base a lo que le dijo el dueño del local que arrendó, pero no había tenido éxito, dentro de los más prestigiosos miembros de la psiquiatría. Había enviado una copia del retrato hablado, junto con una carta solicitando ayuda, por si alguien lo conocía y nada.

- ¿Papi nos la podemos llevar a la nueva casa? - su hija Alice, estaba al pie de la cama de la mujer. Se negaba a separarse de ella, porque decía que tenía que curarla.

- No creo princesa, ella no quiere a tu padre cerca - le dije.

- ¿Si la convenzo me la puedo quedar? - alzó la vista y sonrió ante ese comentario inocente.

- La señorita Taylor, no es un objeto o una de tus muñecas, pese a que lo parezca. Ella debe permanecer aquí, porque debe sanar - habló con calma, mientras su hija acariciaba el rostro de la mujer.

- Briget se fue también, todas se van ¿Tú te quieres venir conmigo? - Keane no supo desde que momento ella estaba oyendolos. Supo que estaba despierta porque acariciaba el rostro de su hija.

- ¿Eres un ángel? ¿Esto es morir? - su hija soltó una risita y le tomó de las manos.

- ¡Estas vivas! Soy Alice Nixon, papá dice que no gustas de él ¿Te hizo algo malo? - la pregunta era inocente y era muy importante para Keane la respuesta.

- Mi presencia puede dañar a tu padre, es mejor si están lejos - la niña negó mientras miró en dirección a su padre.

- Papi te ayudará y yo te cuidaré, podemos jugar - la niña habló con seguridad.

Keane, estaba sentado detrás de ella, estaba atento a los movimientos de su hija y de la mujer. La niña dio media vuelta y pensó que iría hacia él, pero contrario a eso tomó el Block, los pulmones y se los llevó a la mujer.

- ¿Quieres un dibujo? - la escuchó decir y su hija asintió.

La vio sentarse en la cama y darle la mano a su hija para que se subiera y se sentará a su lado. Decidió aprovechar el momento y buscar al médico de la mujer. Sabía que tenía una cirugía pendiente y desconocía por qué no se la habían realizado.

- Nadie entra, mientras Alice este allí. - ordenó al escolta de su hija.

- Cómo ordene señor - era extraño que hiciera vínculo con su hija, cuando le habían dicho que no lograba mantener una conversación de diez minutos con nadie.

Caminó por el pasillo del pequeño hospital, se dirigió a recepción y pidió información de Layla Taylor. Allí le dieron que no había recibido la visita de nadie, ni aun de su padre o amigos. Keane imaginó que quizás, era la época del año. Que la cirugía era costosa y por eso no habían logrado operar. Que estaban pendientes unas tomografías para ver el alcance del daño cerebral.

El aún no había hablado con sus padres, pero sabía que se negarían como él a ver Clive de esa manera. Entregó la tarjeta y pidió que todo fuera a sus costas, cuando le preguntaron, la relación con Layla Taylor, no lo pensó dos veces.

- Una amiga... - la enfermera asintió y lo miró con curiosidad.

- Es un honor tenerlo acá, a usted y a su novia - Estaba por negar cuando alguien se acercó - él es el doctor York está a cargo de la salud de su novia. - Keane giró el cuerpo y se encontró de frente con un hombre alto y afroamericano, sonreía teniéndole una mano, que el estrechó rápidamente.

- Venga conmigo, para hablar con tranquilidad - le dijo conduciéndole a un consultorio - siéntese por favor.

- Gracias, me gustaría saber ¿Qué tan delicada es su salud? - dijo directamente - Sé que uno de sus pulmones está comprometido.

- Así es, lo curioso señor Nixon...

- Keane, llámeme Keane, si usted tiene en sus manos la salud de Layla, es para mí un amigo desde ya. - el doctor sonrió, al parecer por la muestra de familiaridad.

A Keane, solo le importaba la salud de la chica, era porque eso perjudicaba aún más su candidatura y él no podía permitir que eso ocurriera. Así que escuchó atento lo que el hombre le tenía que decir.

- Ella ingresó, inconsciente tenia laceraciones en sus muñecas, tobillos y entrepierna, en esta última parte eran golpes en la zona de muslo. - el médico le mostró el croquis echo de su cuerpo y le fue señalando, e indicando lo que había encontrado.

- ¿Hay manera de asegurar que fue violentada o no?... Sexualmente hablando quiero decir. - corrigió intento parecer lo más preocupado posible, el hombre quien sostenía en sus manos un bolígrafo negó mientras señalaba la parte de sus brazos.

- Lo lamento, pero según lo que le dijo al oficial, el que enviaron de D. C.... Si lo hubo. - apretó con fuerza la mano que estaba en la silla, él había escuchado ese recuerdo de ella - Verá en su estado, pienso que no hubo violencia porque no se podía defender. Solo había una muestra de semen dentro de ella y era, de su hermano.

- Esto me parece increíble ¿Puedo ser sincero con usted? - preguntó.

- ¡Por favor! - le dijo alzando las manos a lado y lado.

- Se, que se pensará que al ser mi hermano hablaré solo de sus virtudes y negaré sus defectos. - inició diciendo - Clive, práctico la natación a nivel profesional, se retiró por una lección en una de esas fiestas con esos tipos. Eso fue hace un año, era economista y en la empresa que trabaja son rígidos. Les hacen examen cada cierto tiempo, el último fue un día antes de desaparecer.

- Entiendo... ¿Cuándo sería el siguiente? Porque pueda que aprovechara entre tiempo y tiempo. - negó mientras se cruzó de piernas.

- Era una semana, máximo diez días, porque el once de diciembre, tenía el siguiente. Él decía que no necesitaba drogas para divertirse y jamás, lo vi en algo extraño. Era ante todo deportista, a pesar de haberlo dejado, Mantenía ciertas costumbres. Ahora me dicen, que se drogó, secuestro y violó a Layla ...

- Espere que ella recuerde todo, es posible que su mente esté alterando los hechos. -ante eso Keane, miró al doctor y este se inclinó hacia él.

- ¿Está mintiendo? - preguntó enojado y el hombre negó.

- No. Es decir, si, pero no es por voluntad. - el Dr. York soltó el aire, miró hacia una ventana y de nuevo a él. - a su novia la empezará a tratar otro Psicólogo, si usted conoce alguien de su confianza, es mejor. Verá la Doctora Alhana, tiene bastante sospecha que ella repite aquello que se le dijo en estado de inconsciencia que dijera. - lo miró sin entender, y él médico parecía que estuviera escogiendo las palabras.

- ¿Habla de hipnosis? - preguntó incrédulo.

- Habló del anuncio a que ella acudió, se le dijo que era una droga psiquiátrica. - Keane, lo observó buscar en los cajones y de allí sacó varios papeles - Alhana piensa que era algo más que una droga. Le dijeron lo que tenía que decir, y es lo que repite, su cerebro tiene dos imágenes, la real y la que se le dijo que dijera.

- Mezcla realidad y fantasía...

- Si. Es lo que de momento creemos. Pero nada de lo que ella le dice en estos momentos o los recuerdos que tengan tienen sentido. Habla de perros, que la bautizaron en el mar, hay un recuerdo en particular que llama la atención....

- ¿Cuál?

- Dice que corría por los pasillos, que seis hombres las perseguían la atraparon y luego no eran hombres sino perros, golpea con lo que cree es un extintor a uno y luego corre. Un perro pequeño y blanco lo sigue y que este es asesinado por el perro más grande. Incluso hizo un dibujo, mire usted mismo. -Keane tomó en sus manos una hoja.

En él se veía en la primera una niña corriendo por un parque, detrás de ella un cachorro, la niña parecía feliz. Empuñaba en sus manos un cuchillo, en la otra toma la misma niña, matando al cachorro. En el otro dibujo un perro grande devoraba al mismo cachorro, mientras que la niña lloraba a un lado en posición fetal.

- Es la misma situación, con diferentes asesinos y maneras en que murió el cachorro. Las pocas veces que habla dice algo totalmente distinto a lo que dibuja, mire este otro - le mostró otro, eran los mismos seis cuadros de secuencia de dibujo, a manera de caricatura.

Esta vez era una mujer que iba de la mano con un hombre. Era ella y Clive, parecían huir de algo y él se queda, ella sigue. En una de las tomas ella está de espaldas corriendo y en la otra Clive peleando con otro. La otra hoja era ellos dos, solo que esta vez Clive le impedía seguir y era la supuesta violación. En una Clive era bueno y en la otra era totalmente distinto.

- Puede que sea cuestión cerebral, particularmente no lo creo, pero hay que ir descartando - Keane asintió al sentir su móvil sonar se levantó y le señaló los dibujos.

- Haga lo que tenga que hacer ¿Me puedo quedar con esto? - el doctor asintió y tras tender la mano, despedirse dio media vuelta y salió de allí. - Nixon - habló al que sabía era Parker.

- Encontraron malherido a uno de los amigos de tu hermano - dijo y guardó silencio - es Michael Wang y no creen que se salve.

- Acá hablaremos - dijo antes de colgar.

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