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Un poco más cerca

Raúl llega a la casa de Lea un día después de la fiesta, sintiéndose aún emocionado por el baile compartido con ella. Toca la puerta y Marta le abre la puerta con una sonrisa radiante.

Marta: ¡Tío Raúl! ¡Qué sorpresa verte por aquí! 

Raúl: Sonriendo ampliamente ¡Alola, Marta! ¿Puedo pasar?

Marta asiente entusiasmada y deja entrar a Raúl. Él observa la casa con una sensación de nostalgia y calidez. Cuando entra al comedor, ve a Aida, la Ralts de Marta, y a Coco, el Fuecoco, jugando mientras intentan alcanzar una manzana.

Raúl: Con una risa suave Parece que están teniendo mucha diversión, ¿verdad?

Marta: Asiente emocionada ¡Sí, están jugando como siempre! Coco quiere esa manzana, pero Aida no se la va a dar fácil.

Raúl observa a los Pokémon con cariño, recordando los días en que Marta era apenas una bebé y él pasaba tiempo con ella, sus padres y, sobre todo, Lea.

Raúl: Con ternura Me recuerda a cuando eras solo una pequeña bebé, Marta. Siempre tan llena de energía y curiosidad.

Marta: Riendo ¡Sí, pero ahora tengo mis propios Pokémon para cuidar y jugar!

Raúl se siente abrumado por la dulzura y la inocencia de Marta, recordando con cariño los momentos que compartieron juntos en el pasado.

Raúl: Con una sonrisa Me alegra verte tan feliz, Marta. Y estoy feliz de que tengas a Aida y a Coco para acompañarte.

Marta asiente con entusiasmo, y los dos comparten un momento de conexión y afecto. A través de los Pokémon y los recuerdos compartidos, Raúl siente que su vínculo con Marta se fortalece, recordándole la importancia de mantenerse presente en la vida de su familia, incluso después de todos estos años.

Lea entra en la cocina, su mirada se encuentra con la de Raúl, y un leve rubor tiñe sus mejillas mientras intercambian saludos.

Lea: Alola, Raúl. ¿Qué haces aquí?

Raúl: Sonriendo Solo pasaba a saludar. Además, pensé que esto podría interesarte.

Raúl saca un pequeño estuche y lo abre, revelando un collar con una piedra brillante incrustada en él. Lea se queda sin aliento al reconocerlo.

Lea: ¡Este es el collar que perdí! ¿Cómo...?

Raúl: Con una sonrisa Lo encontré hace un tiempo y pensé que te gustaría tenerlo de vuelta. Aquí, es tuyo.

Lea toma el collar con manos temblorosas, sintiendo una oleada de emociones al sostenerlo nuevamente en sus manos. Su mente se remonta a aquellos días felices cuando llevaba el collar puesto, antes de que las cosas se complicaran entre ella y Raúl.

Lea: Emocionada Gracias, Raúl. Significa mucho para mí.

Raúl se acerca a Lea, sus manos rozándose ligeramente mientras él le coloca el collar alrededor del cuello. Hay una electricidad en el aire, un ligero coqueteo entre ellos que evoca recuerdos del pasado.

Raúl: Con voz suave De nada, Lea. Siempre quise verte con este collar de nuevo.

Justo cuando están a punto de juntar sus manos en un gesto más íntimo, Marta tose desde la cocina, interrumpiendo el momento y atrayendo la atención de ambos adultos.

Marta: Inocentemente Hola, tío Raúl, tía Lea estoy aquí. ¿Saben?

Lea y Raúl se separan instantáneamente, ruborizándose y desviando la mirada.

Lea: Apresuradamente Oh, Marta, lo siento, no te vi entrar. ¿Cómo estás?

Marta: Inocentemente Estoy bien, tía Lea. ¿Qué vamos a hacer hoy?

Raúl interviene, tratando de disimular su nerviosismo.

Raúl: Sonriendo Marta, ¿No estás cansada de salir tanto? ¿Qué tal si nos quedamos en casa hoy?

Marta y Lea asienten con entusiasmo, comprendiendo la necesidad de un día de relax en casa.

Marta: Animada ¡Sí! Podemos pasar el día en la alberca, ¿Qué les parece?

Lea: Me parece bien

Raúl: A mi igual

En el área de la alberca de la casa de Lea, donde el sol brilla intensamente y el agua cristalina refleja el cielo azul. Raúl y Lea están sentados en el borde de la alberca, sus pies chapoteando en el agua mientras conversan animadamente, ocasionalmente intercambiando miradas juguetonas y sonrisas cómplices.

Raúl: Con una sonrisa traviesa Debo admitir que este día en la alberca es exactamente lo que necesitaba.

Lea: Riendo ¡Sí, definitivamente! Después de todo el ajetreo de la semana pasada, esto es perfecto.

A lo lejos, Coco persigue una manzana flotante, saltando de un lado a otro en los flotadores que están en el agua con determinación mientras trata de atraparla. Su entusiasmo es contagioso, y Raúl y Lea no pueden evitar reír ante su determinación.

Raúl: Señalando a Coco Parece que alguien está decidido a conseguir su premio.

Lea: Sonriendo Sí, Coco siempre ha sido así. No hay nada que lo detenga cuando se trata de comida.

Mientras tanto, en la parte menos profunda de la alberca, Marta y su Ralts disfrutan del agua juntas. Marta se divierte chapoteando y jugando con su Pokémon, mientras que Ralts emite destellos de luz, llenando el aire de magia y alegría.]

Marta: Riendo ¡Mira, tía Lea! ¡Aida puede hacer burbujas de agua con su poder psíquico!

Lea: Asombrada ¡Qué increíble! Aida es realmente talentosa.

Raúl y Lea se acercan más el uno al otro, sus conversaciones se vuelven más íntimas mientras disfrutan del sol y la calma de la alberca. La tensión romántica entre ellos es palpable, y sus corazones laten al unísono mientras se sumergen en la atmósfera relajada y amorosa del momento. A lo largo del día, Raúl, Lea, Marta y sus Pokémon continúan disfrutando de su tiempo juntos en la alberca, creando recuerdos preciosos y fortaleciendo los lazos que los unen.

Marta: Entusiasmada ¡Voy a darles de comer a Aida y Coco! ¡Vuelvo en un momento!

Marta se aleja hacia la casa, dejando a Raúl y Lea a solas en la alberca. La tensión entre ellos es palpable, como una corriente eléctrica que los envuelve mientras se miran intensamente

Raúl: Con voz suave Lea...

Lea siente su corazón latir con fuerza mientras Raúl se acerca lentamente, la distancia entre ellos se reduce hasta que están casi tocándose. El aire está cargado de anticipación, el deseo latente en cada mirada y cada gesto.

Lea: Respirando entrecortadamente Raúl...

Están a punto de unirse en un beso cuando Lea se detiene de repente, su expresión cambiando de deseo a incertidumbre.

Lea: Con voz temblorosa Lo siento, Raúl, pero... creo que necesito ir al baño. Perdóname, será solo un momento.

Antes de que Raúl pueda responder, Lea se aparta rápidamente y se dirige hacia la casa, dejando a Raúl solo en la alberca, confundido y frustrado por la interrupción inesperada. Raúl se queda en la alberca, sumergido en sus pensamientos y sentimientos encontrados. Se pregunta qué pasó para que Lea se alejara repentinamente, sintiendo una mezcla de decepción y preocupación por lo que eso podría significar para su relación.

Después de un día lleno de risas y diversión, Raúl se despide de Lea y Marta, prometiendo encontrarse de nuevo pronto. Mientras él se aleja, Marta vuelve a la casa y se sumerge en su serie favorita, Attack on Titan, desde el primer episodio de la primera temporada. A medida que la serie avanza, Marta comienza a notar detalles que antes pasaron desapercibidos, sumergiéndose aún más en el intrigante mundo de los titanes y la lucha por la supervivencia.

Marta: Absorta en la pantalla ¡Vaya, nunca noté ese detalle antes! Esta serie es aún más increíble de lo que recordaba.

Mientras tanto, en su habitación, Lea se encuentra perdida en sus pensamientos, reflexionando sobre el momento tenso que compartió con Raúl en la alberca. Se debate internamente, preguntándose si hizo lo correcto al detenerse antes de que las cosas fueran demasiado lejos.

Lea: Susurrando para sí misma ¿Debí haber seguido adelante? ¿O hice lo correcto al detenerme?

Lea se siente atrapada en un torbellino de emociones, su mente luchando por encontrar respuestas claras en medio de la confusión y la incertidumbre.

Marta: Golpeando suavemente la puerta ¿Tía Lea? ¿Estás bien?

Lea: Levanta la mirada y sonríe Sí, Marta, estoy bien. ¿Quieres entrar?

Marta asiente con entusiasmo y entra en la habitación de Lea.

Marta: ¿Qué estás haciendo, tía?

Lea: Señalando la pantalla de su TV Estaba pensando en ver algunos episodios de Attack on Titan. ¿Te gustaría unirte a mí?

Marta: Los ojos de Marta se iluminan de emoción ¡Sí, sí, sí! ¡Amo esa serie!

Se sienta junto a su tía en la cama y se acomodan con almohadas y mantas mientras comienzan a ver la serie juntas. El ambiente se llena de emoción y tensión mientras se sumergen en el mundo de los titanes y la lucha por la supervivencia.

Lea: Sonriendo ¿Ves algún detalle nuevo esta vez?

Marta: Asintiendo emocionada ¡Sí, tía! ¡Es increíble cómo nunca dejas de descubrir cosas nuevas incluso al ver la serie por segunda vez!

A lo largo de la noche, Lea y Marta disfrutan de su maratón de Attack on Titan, compartiendo risas, lágrimas y momentos de pura emoción. A medida que la serie avanza, su vínculo se fortalece, recordándoles la importancia de estar juntas y apoyarse mutuamente en todo momento.

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 (Les aseguro que Reiner está en mi TOP 3 de personajes de SNK)

Marta: Con los ojos fijos en la pantalla, asombrada ¡Recuerdo cuando vimos este episodio juntas por primera vez con Noa! Nunca olvidaré lo impactante que fue.

Lea: Asiente con comprensión Sí, fue un momento muy intenso. Pero ahora que lo ves nuevamente, ¿Notas algo diferente?

Marta: Pensativa Sí, ahora entiendo mejor las pistas que nos dieron sobre la verdadera identidad de Reiner, Annie y Bertolt. ¡Es tan sorprendente cómo todo encaja ahora!

Lea: Con interés Es cierto, Marta. Reiner especialmente es un personaje complejo. ¿Has notado cómo su comportamiento cambia dependiendo de la situación?

Marta: Asiente ¡Sí! A veces actúa como un soldado leal de la Legión, pero otras veces parece un guerrero despiadado de Marley. Es como si tuviera dos personalidades diferentes.

Lea: Reflexionando Exacto. Creo que Reiner podría estar sufriendo de lo que se llama trastorno de personalidad disociativa, también conocido como trastorno de identidad disociativa. Es posible que la presión y el conflicto interno entre sus lealtades a Marley y a Paradis hayan creado dos identidades separadas dentro de él.

Marta: Asiente ¡Es impresionante cómo los creadores de la serie exploran temas tan complejos y profundos!

Ambas continúan viendo la serie, sumergiéndose en los giros y vueltas del mundo de Attack on Titan, mientras exploran y discuten los complejos temas de identidad, lealtad y moralidad que presenta la historia.

Raúl camina por las calles, perdido en sus pensamientos, cuando escucha la voz de Kaudan, su figura paterna, quien se le acerca con una sonrisa traviesa en el rostro.

Kaudan: Con una risa burlona ¡Vaya, Raúl! Parece que estuviste a punto de ver un fantasma. ¿Qué te pasa?

Raúl: Suspira No es momento para bromas, Kaudan. Estoy un poco confundido.

Kaudan: Asintiendo comprensivamente ¿Qué sucede, hijo? Cuéntame, estoy aquí para escucharte.

Raúl se detiene por un momento, reuniendo sus pensamientos antes de comenzar a contarle a Kaudan sobre su día, desde el reencuentro con Lea hasta la tensa situación en la alberca.

Raúl: ... Y entonces, justo cuando sentí que estábamos a punto de besarnos, Lea se detuvo y dijo que tenía que ir al baño. No sé qué pensar, Kaudan. Me siento confundido y frustrado.

Kaudan: Colocando una mano en el hombro de Raúl con ternura Entiendo cómo te sientes, Raúl. Las relaciones pueden ser complicadas, especialmente cuando hay tanto historial entre las personas involucradas.

Raúl: Asiente Sí, eso es cierto. Pero siento que hay algo más, algo que no estoy entendiendo del todo.

Kaudan: Con una sonrisa sabia A veces, Raúl, las respuestas que buscamos no están claras de inmediato. Lo importante es tener paciencia y comunicarse abierta y honestamente con la persona que te importa. Estoy seguro de que Lea tiene sus propias razones, y juntos podrán encontrar una manera de entenderse.

Raúl asiente, sintiendo un peso levantarse de sus hombros con las palabras reconfortantes de Kaudan. Aunque las cosas pueden ser complicadas en este momento, sabe que tiene a alguien en quien confiar y a quien recurrir en momentos de duda.

Raúl: Con gratitud Gracias, Kaudan. Siempre puedo contar contigo.

Kaudan sonríe y abraza a Raúl con cariño, recordándole que siempre estará allí para él, pase lo que pase.

Casa de Lea

Marta: Tía, ¿todavía te gusta el Tío Raúl?

Lea: Se queda en silencio por un momento, sopesando sus palabras Sí, Marta, todavía siento algo por él.

Marta: ¿Entonces por qué terminaron?

Lea: Suspira, sintiendo un nudo en la garganta Fue... fue por una estupidez que cometimos, Marta. Una situación complicada que nos llevó a tomar decisiones precipitadas.

Marta: ¿Qué tipo de estupidez?

Lea: Bajando la mirada, sintiéndose incómoda Fue una combinación de malentendidos, falta de comunicación y miedo. Nos dejamos llevar por nuestras emociones sin pensar en las consecuencias, y eso nos lastimó a ambos.

Marta: Mira a su tía con compasión Lo siento, tía. No sabía que era algo tan difícil para ti.

Lea: Forzando una sonrisa Está bien, Marta. Son cosas que suceden en la vida. Lo importante es aprender de ellas y seguir adelante. Aunque... a veces desearía poder volver atrás y corregir nuestras acciones.

Marta: Poniendo una mano sobre la de su tía No te preocupes, tía. Todo estará bien. Si realmente se quieren, encontrarán la manera de resolver las cosas.

Ya cuando Marta se fue a dormir Lea fue a caminar por la playa, sintiendo la brisa marina acariciar su rostro mientras el sonido de las olas rompiendo en la orilla llena el aire. Está perdida en sus pensamientos, tratando de aclarar sus emociones tumultuosas cuando de repente se encuentra con Raúl, quien parece tan perdido en sus propios pensamientos como ella.

Lea: Con sorpresa Raúl... ¿Qué haces aquí?

Raúl: Con una sonrisa suave Solo necesitaba un poco de aire fresco. ¿Te importa si me uno a ti?

Lea asiente y los dos comienzan a caminar juntos por la playa, el sonido de sus pasos se mezcla con el susurro del mar.

Lea: Después de un momento de silencio ¿Qué piensas sobre lo que pasó en la alberca?

Raúl: Suspira Ha estado ocupando mis pensamientos desde entonces. No sé qué decir, Lea. Me siento confundido.

Lea: Asiente Yo también. Pero hay algo que debo decirte...

Raúl: La mira con atención ¿Qué pasa, Lea?

Lea: Lea: Con cautela Raúl, ¿Sabes lo que significa ser amigos con derechos?

Raúl: Frunciendo el ceño No estoy seguro. ¿Podrías explicármelo?

Lea respira profundamente antes de explicarle lo que significa, sus palabras salen con cierto nerviosismo.

Lea: Es cuando dos personas deciden tener una relación más allá de la amistad, pero sin comprometerse completamente como pareja. Suena... suena como si estuviéramos regresando a lo que solíamos ser.

Raúl: Pensativo Entiendo. Pero, Lea, sinceramente... me gustaría estar contigo, incluso si es solo en ese tipo de relación. No quiero perderte de nuevo.

Lea se queda sin palabras por un momento, sorprendida por la sinceridad de Raúl. Entonces, la suave luz de la luna ilumina sus rostros, y en ese momento, sin necesidad de palabras, comprenden lo que ambos desean.

Lea: Con una sonrisa temblorosa Raúl...

Raúl la mira con intensidad, leyendo sus ojos, y con un gesto suave, acerca sus brazos a ella, sellando su nuevo comienzo con un abrazo bajo el manto de estrellas y la luz de la luna.

Lea: Con una sonrisa temblorosa Raúl...

Raúl la mira con intensidad, leyendo sus ojos, y con un gesto suave, acerca sus brazos a ella, sellando su nuevo comienzo con un abrazo bajo el manto de estrellas y la luz de la luna.

Al día siguiente

En la acogedora atmósfera de una cafetería, Lea está sentada con Rea y Saturn, compartiendo los eventos de la noche anterior.

Lea: ...y luego nos encontramos en la playa, y finalmente hablamos sobre todo lo que había pasado en la alberca.

Rea: Riendo traviesamente ¡Vaya, vaya! Parece que la luna tiene poderes románticos después de todo.

Lea sonríe tímidamente, sintiéndose un poco avergonzada por la broma de Rea.

Lea: Entre risas Sí, algo así. Fue un momento... especial.

Saturn: Con una sonrisa cálida Me alegro mucho por ti, Lea. Después de todo lo que han pasado, mereces ser feliz.

Lea se siente reconfortada por las palabras amables de Saturn, su corazón lleno de gratitud y felicidad.

Lea: Gracias, Saturn. Significa mucho para mí tener su apoyo.

Los tres continúan disfrutando de su tiempo juntos en la cafetería, compartiendo risas, conversaciones y el cálido vínculo de la amistad.

Raúl se despierta en la casa de Lea, encontrándose con Marta absorta en la serie de Attack on Titan. Se acerca silenciosamente, observando la pantalla donde la escena de Levi enfrentando la difícil decisión entre Armin y Erwin está en curso.

Raúl: Curioso ¿Te gusta esta serie, Marta?

Marta: Sin apartar la vista de la pantalla ¡Es mi favorita! ¡Es tan emocionante!

Mientras observa la pantalla, Raúl ve la escena en la que Levi debe tomar una decisión crucial entre Armin y Erwin, y su expresión se vuelve sombría al recordar algo.

Raúl: Con un tono algo nervioso Marta, ¿quieres algo de desayunar?

Intenta desviar la conversación, tratando de ocultar su reacción a la escena que acaba de presenciar en el programa.

Marta se gira hacia él, dejando temporalmente de lado su serie favorita.

Marta: Sonriendo ¡Me encantaría! ¿Podemos hacer panqueques?

Raúl asiente con una sonrisa, agradecido por el cambio de tema y la oportunidad de pasar tiempo con Marta en la cocina.

Después de desayunar, Raúl y Marta se preparan para salir. Raúl se ofrece a llevar a Marta a la escuela de Melemele antes de seguir con su día.

Raúl: Abriendo la puerta ¿Lista para ir a la escuela, Marta?

Marta: Asintiendo con entusiasmo ¡Sí, tío Raúl! Vamos.

Raúl y Marta salen de la casa y se dirigen hacia la escuela. Cuando llegan, Raúl se asegura de que Marta esté segura antes de despedirse de ella.

Raúl: Sonriendo Que tengas un buen día en la escuela, Marta. Nos vemos luego.

Marta: Contenta ¡Gracias, tío Raúl! Nos vemos después.

Mientras Raúl se aleja, Lea llega en ese momento, agradecida por la ayuda que le brindó con Marta.

Lea: Sonriendo Buenos días, Raúl. Gracias por llevar a Marta a la escuela esta mañana. Significa mucho para mí.

Raúl: Devuelve la sonrisa No hay problema, Lea. Siempre estoy dispuesto a ayudar.

Lea: Agradecida Realmente aprecio tu apoyo, Raúl. Gracias de nuevo.

Raúl asiente y se despide de Lea antes de continuar con su día, sintiéndose satisfecho de poder ayudar a Lea y a su querida sobrina. Ya en un parque, Leay Raúl se encuentran en un momento de coqueteo juguetón, aprovechando la oportunidad para expresar sus sentimientos de una manera más íntima.

Lea: Con una sonrisa traviesa Parece que hoy estás especialmente guapo, Raúl. ¿Has estado trabajando en eso?

Raúl: Con una mirada de complicidad Solo estoy tratando de mantenerme al nivel de tu belleza, Lea. Es difícil competir contigo.

Un ligero rubor adorna las mejillas de Lea mientras Raúl le dedica un halago, pero ella no se queda atrás.

Lea: Con un brillo travieso en los ojos Buen intento, Raúl, pero no puedes engañarme con tus encantos. Aunque debo admitir que tu mirada me hace sentir... ciertas cosas.

Raúl se acerca un poco más, su voz suave y seductora.

Raúl: Con una sonrisa pícara Oh, ¿cómo podría olvidar el efecto que tienes en mí, Lea? Cada vez que te miro, mi corazón late más rápido y... otras partes de mí también reaccionan.

Lea se muerde el labio inferior, sintiéndose excitada por la sugerencia de Raúl.

Lea: Con voz baja y seductora Parece que nuestras conversaciones se están volviendo... un poco calientes, ¿no crees?

Raúl: Con una sonrisa traviesa ¿Quién dijo que eso es algo malo? Tal vez deberíamos continuar esta charla en privado.

Los dos comparten una mirada intensa, cargada de anticipación y deseo, sabiendo que el juego de seducción solo acaba de empezar. Ambos se fueron a un lugar más privado

Lea: Con una risa suave Parece que estamos desenterrando viejas habilidades de coqueteo, ¿no crees?

Raúl: Con una mirada llena de complicidad Bueno, siempre fuiste la maestra en eso, Lea. Solo estoy tratando de mantenerme al día.

Lea se acerca un poco más, jugando con un mechón de cabello de Raúl.

Lea: Con una sonrisa traviesa No te preocupes, Raúl, siempre serás mi alumno favorito.

Raúl le devuelve la mirada, su expresión llena de intensidad.

Raúl: Con voz suave Y tú siempre serás mi tentación favorita, Lea. No puedo evitar sentirme atraído hacia ti, incluso después de tanto tiempo.

Lea se muerde el labio inferior, sintiéndose cautivada por la presencia de Raúl.

Lea: Con un susurro seductor Tal vez deberíamos dejar de jugar y... explorar estas atracciones mutuas un poco más a fondo.

Raúl sonríe, su mirada ardiente.

Raúl: Con un tono sugerente Eso suena como una excelente idea, Lea. ¿Qué tal si dejamos de lado las formalidades y nos entregamos al momento?

La tensión entre ellos se vuelve palpable, con la promesa de un encuentro lleno de pasión y deseo.

Lea: Colocando un dedo suavemente sobre los labios de Raúl Espera, Raúl. Aunque la tentación sea fuerte, creo que es demasiado pronto para eso.

Raúl: Asintiendo con comprensión Tienes razón, Lea. No quiero apresurarte en nada.

Lea retira su dedo, pero la complicidad en su mirada sigue presente.

Lea: Con una sonrisa sugerente Pero no te preocupes, Raúl. Sé que habrá un momento adecuado para eso en el futuro. Y cuando llegue, no habrá límites para nosotros.

Raúl: Con una sonrisa traviesa Eso suena prometedor, Lea. No puedo esperar para ese día.

La atmósfera entre ellos se vuelve cómplice una vez más, con una energía cargada de anticipación y deseo.

Lea: Con una mirada intensa Hasta entonces, Raúl, seguiremos disfrutando de este juego de coqueteo entre nosotros.

Raúl: Con una sonrisa sugerente Por supuesto, Lea. ¿Quién sabe qué otros placeres nos deparan el futuro?

Los dos comparten una mirada llena de promesas, sabiendo que el fuego entre ellos seguirá ardiendo hasta que llegue el momento adecuado para dejarse llevar por completo. El coqueteo entre Lea y Raúl continúa, ahora con una sutil pero palpable sensación de complicidad entre ellos.

Lea: Con una sonrisa pícara ¿Crees que podremos contenernos hasta ese momento, Raúl?

Raúl: Con una mirada traviesa Será un desafío, Lea, pero creo que podemos manejarlo. Después de todo, la anticipación solo hará que el momento sea aún más especial.

Lea se acerca un poco más, sus ojos brillando con emoción.

Lea: Con un susurro sugerente Tienes razón, Raúl. La espera solo aumentará la intensidad cuando finalmente nos entreguemos a nuestros deseos.

Raúl responde con una sonrisa juguetona, su cercanía intensificando la tensión entre ellos.

Raúl: Con voz suave Estoy deseando ese momento, Lea. Pero por ahora, disfrutemos de este juego de coqueteo entre nosotros.

Lea: Asintiendo con complicidad Por supuesto, Raúl. Después de todo, ¿Dónde está la diversión si no hay un poco de coqueteo? 

Los dos se miran, compartiendo una complicidad cómplice mientras continúan deleitándose en la atmósfera de anticipación y deseo que los rodea.

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