Momento de amigas
Al día siguiente, en la casa de Lea, ella, Raúl y Marta se encuentran en la sala decidiendo qué película ver para pasar la mañana.
Marta: Entusiasmada ¡Podríamos ver una película romántica! Tengo una aquí que creo que les gustará.
Lea y Raúl intercambian una mirada cómplice, sintiéndose un poco avergonzados por la sugerencia de Marta.
Lea: Sonriendo con timidez Marta, ¿estás segura? Tal vez podríamos elegir algo que todos disfrutemos.
Raúl: Riendo suavemente No te preocupes, Marta. Si quieres ver una película romántica, estamos abiertos a sugerencias.
Marta: Con una sonrisa traviesa Vamos, tía Lea, tío Raúl. ¡Seguro que les gustará esta película! Además, es divertido ver películas de amor juntos.
Lea y Raúl intercambian otra mirada y finalmente asienten, dejando que Marta elija la película.
Lea: Con una sonrisa Está bien, Marta. Veamos tu película romántica. Será una experiencia diferente para nosotros.
Raúl se acomoda en el sofá mientras Marta prepara la película. Lea se sienta a su lado, sintiéndose un poco nerviosa pero emocionada por la elección de Marta.
Marta: Empujando play en el control remoto ¡Listos para una tarde llena de amor y romance!
Raúl: ¡Vaya, Marta! No esperaba que te gustaran este tipo de películas románticas.
Marta: Sonriendo traviesamente Es fácil cuando mi tía solía verlas todo el tiempo. ¡A veces ni siquiera las veíamos juntas!
Lea se sonroja intensamente al escuchar el comentario de Marta, sintiéndose extremadamente avergonzada.
Lea: Tratando de ocultar su sonrojo ¡Marta! No exageres...
Raúl observa a Lea con una sonrisa cómplice.
Raúl: Dirigiéndose a Lea Debo admitir que el rojo te queda muy bien, Lea. Tal vez deberías usar ropa de ese color
El comentario de Raúl hace que Lea se sonroje aún más, llegando al punto en que parece estar a punto de desmayarse.
Lea: Con voz entrecortada Raúl... ¡por favor! ¡No digas esas cosas!
Marta se ríe con complicidad mientras observa la reacción de su tía, disfrutando del momento divertido entre ellos.
Marta: Bromeando ¡Tía, pareces un tomate!
A media película
Marta: Curiosa Oigan, ¿Cuándo eran novios, tuvieron algún encuentro a escondidas?
Lea y Raúl intercambian una mirada, sonriendo con complicidad ante la pregunta de Marta.
Lea: Riendo suavemente Oh, Marta, éramos demasiado jóvenes en ese entonces. No teníamos esos tipos de encuentros a escondidas.
Raúl: Asintiendo Sí, éramos más enfocados en nuestras actividades y pasatiempos. No estábamos pensando en cosas así.
Marta: Intrigada ¿En serio? Pensé que todos los novios tenían secretos y encuentros misteriosos. Además de esas cosas sexuales solo por placer y no querer hijos como lo hicieron Miranda y Miguel
Lea: Sonriendo No en nuestro caso, Marta. Éramos más ingenuos y no tan aventureros como imaginas.
Raúl: Agregando con humor, Pero te aseguro que teníamos muchas otras formas de divertirnos y pasar tiempo juntos.
Marta: Asintiendo con una sonrisa Entiendo. Bueno, igual deben tener muchas historias interesantes de aquellos tiempos.
Los tres continúan disfrutando de la película, compartiendo risas y anécdotas mientras el ambiente se llena de calidez y complicidad familiar.
Después de que la película termina, Marta se encuentra sumergida en pensamientos sobre el romance, lo que lleva a una pregunta provocativa.
Marta: Curiosa ¿Alguna vez pensaron en casarse cuando eran novios?
Lea y Raúl intercambian miradas sorprendidas, ambos sonrojados por la pregunta inesperada de Marta.
Lea: Titubeante Bueno, Marta, eso es una pregunta bastante directa...
Raúl: Tratando de encontrar las palabras Sí, es cierto que cuando éramos jóvenes, el matrimonio no estaba exactamente en nuestras mentes.
Marta: Persistente, Pero ¿llegaron a hablar de eso alguna vez?
Lea y Raúl se miran el uno al otro, sintiendo la incomodidad, pero también la dulce nostalgia de aquellos tiempos.
Lea: Admitiendo con sinceridad Bueno, quizás lo pensamos un par de veces, ¿verdad, Raúl?
Raúl: Asintiendo con una sonrisa tímida Sí, Lea tiene razón. Aunque éramos jóvenes, el futuro siempre era una idea emocionante.
Marta: Sonriendo con cariño ¡Qué lindo! Imagino que deben haber tenido muchas esperanzas y sueños juntos.
Lea y Raúl comparten una mirada cómplice, recordando aquellos momentos de juventud y amor.
Lea: Con ternura Sí, Marta. Siempre hay espacio para los sueños y las esperanzas, incluso cuando somos jóvenes y nos sentimos indestructibles.
Raúl: Agregando con calidez Gracias por hacer estas preguntas, Marta. Nos hacen recordar tiempos maravillosos.
Después de que Marta y Raúl se levantan para traer más botanas y bebidas, Lea se encuentra sola por un momento, permitiéndose sumergirse en pensamientos sobre una posible vida juntos.
Mientras espera, Lea se imagina una escena donde ella y Raúl están frente a un altar, rodeados de amigos y familiares. Se visualiza a sí misma usando un hermoso vestido blanco, con Raúl sonriendo amorosamente a su lado en un elegante traje.
El escenario imaginario se llena de emoción y alegría. Lea se ve a sí misma intercambiando votos con Raúl, prometiéndose amor eterno y compartiendo sus sueños futuros juntos. Puede sentir la felicidad radiante en su corazón mientras se imagina caminando hacia el futuro con Raúl a su lado.
Lea cierra los ojos por un momento, saboreando la idea de una vida compartida con Raúl. Las imágenes de la boda idealizada llenan su mente, trayendo consigo un sentimiento de plenitud y esperanza.
Antes de que Marta y Raúl regresen con las botanas y bebidas, Lea se siente reconfortada por esta visión de un posible futuro, sabiendo que el amor y la posibilidad siempre están presentes en sus corazones.
Marta y Raúl regresan juntos después de comprar todo lo necesario para la tarde en casa. Durante el trayecto de vuelta, Raúl siente curiosidad por conocer más sobre la vida de Marta en Paldea, el lugar que alguna vez llamó hogar.
Raúl: Marta, ¿Cómo era tu vida en Paldea? Me encantaría escuchar más sobre tus recuerdos.
Marta mira hacia afuera por un momento, sumergida en sus pensamientos, y luego le confía a Raúl con una mezcla de nostalgia y emoción.
Marta: Solía ser muy feliz allá, tío Raúl. Era un lugar lleno de belleza y amistades verdaderas. Pero ahora, siento tanta nostalgia...
Pequeñas lágrimas comienzan a escaparse de los ojos de Marta, y luego se convierten en sollozos sinceros. Raúl, con un corazón compasivo, la abraza con ternura, transmitiendo consuelo y seguridad como solo un padre podría hacerlo.
Raúl: Marta, está bien. Deja salir todo lo que sientes. Estoy aquí para ti.
Marta se aferra a Raúl, permitiéndose liberar las emociones acumuladas.
Marta: A pesar de saber que tengo sangre alolense, Paldea siempre fue mi hogar. Extraño cada rincón, cada rostro familiar... y sobre todo a Mencía. Ella era como mi hermana mayor, Raúl.
Después de un momento, los sollozos de Marta se calman lentamente. Ella mira a Raúl con gratitud en sus ojos húmedos.
Marta: Gracias, tío Raúl... Aunque hayan pasado trece años, todavía estás aquí para mí.
Raúl sonríe con ternura, acariciando el cabello de Marta con cariño.
Raúl: Siempre estaré aquí para ti, Marta. Eres parte de mi Ohana, sin importar el tiempo que haya pasado. Estoy feliz de volver a estar cerca de ti.
La conexión entre Raúl y Marta se fortalece con esta conversación emotiva. Mientras continúan su camino de regreso a casa, Marta se siente reconfortada por el apoyo incondicional de su "tío" Raúl, sabiendo que puede contar con él en cada paso del camino.
Marta: ¿Ohana?
Raúl: Ohana es familia en hawaiano, y la familia nunca se abandona, aunque no sea de sangre.
Raúl, sintiendo un peso en el corazón después de su emotivo momento con Marta, sigue caminando mientras exhala profundamente. Observa cómo Marta se adelanta, perdida en sus propios pensamientos juveniles.
Justo cuando Raúl se dispone a seguir a Marta, una voz conocida lo hace voltear. Es Hoakoa, una exvecina suya de tiempos pasados, con una expresión de desprecio en su rostro.
Hoakoa: No importa cuánto te esfuerces en ser un buen tío, un buen amigo o lo que quieras, Raúl. Todos sabemos quién eres realmente... un monstruo que dejó atrás un rastro de inocentes en Afganistán. Niños, Raúl... niños suplicando por sus vidas.
Raúl, con el semblante serio, responde con sinceridad.
Raúl: Lo sé, Hoakoa. No puedo borrar mi pasado, pero he cambiado. Ya no soy esa persona.
Hoakoa se burla con cinismo del intento de redención de Raúl, despreciándolo con sus palabras.
Hoakoa: Siempre serás el mismo, Raúl. Y las pesadillas nunca te abandonarán.
Con esas palabras hirientes, Hoakoa se aleja dejando a Raúl con un nudo en la garganta y el peso de su pasado sobre sus hombros. Raúl continúa su camino hacia Marta, tratando de sobreponerse al cruel recordatorio de quien solía ser y enfrentando el desafío de construir un nuevo camino hacia el perdón y la redención.
Hoakoa: ¡No debiste haber conocido a ese chico árabe! Por tu culpa, mi hija está con él.
Raúl, con los puños apretados y el rostro enrojecido de furia, da un rápido paso hacia Hoakoa y la golpea en la nariz con un gesto brusco.
Raúl: ¡No metas a Iona en esto!
Hoakoa se tambalea hacia atrás, llevándose la mano a la nariz sangrante, pero no retrocede en sus ataques verbales.
Hoakoa: ¡No entiendes lo que le ves a ese maldito terrorista!
Raúl, con la respiración agitada por la confrontación, mira fijamente a Hoakoa con determinación.
Raúl: No tengo que explicarte nada, Hoakoa. Las cosas no son tan simples como piensas.
Raúl respira profundamente, tratando de calmar su corazón palpitante
Kukui llega hasta Raúl y Hoakoa con una expresión de ira en el rostro. Sin mediar palabra, Kukui empuja a Hoakoa, haciéndola caer al suelo de forma brusca.
Kukui: ¡Basta! ¡No quiero ver más de esto!
Hoakoa, aturdida por la intervención de Kukui, se levanta del suelo y se aleja en silencio.
Raúl, todavía lleno de tensión por la situación, mira a Kukui con gratitud por su intervención.
Raúl: Gracias, Kukui. Lo siento por el problema.
Kukui respira profundamente, tratando de calmarse.
Kukui: No te preocupes, Raúl. A veces, la gente simplemente no sabe cuándo detenerse.
Raúl y Kukui se alejan juntos, decididos a dejar atrás el incidente. Ambos chocan sus puños en un gesto de solidaridad y prometen no hablar más sobre lo sucedido.
Raúl: Vamos a olvidar esto. Prometido.
Kukui: De acuerdo, Raúl. Sigamos adelante.
Finalmente, Raúl y Kukui alcanzan a Marta, quien los mira con curiosidad.
Marta: ¿Qué pasó, tío Raúl, profesor Kukui?
Raúl mira a Marta con una sonrisa suave.
Raúl: Nada, Marta. Solo un pequeño problema con alguien que no entendía bien las cosas.
Kukui asiente en confirmación.
Kukui: Exactamente, solo un pequeño problema con un individuo algo... excéntrico.
Marta parece satisfecha con la respuesta y continúa caminando junto a Raúl y Kukui, dejando atrás el incidente y centrando su atención en los momentos felices que les esperan juntos.
Escuela Pokémon
Sun observaba con determinación el combate doble desde la distancia, admirando la habilidad de Renato y Dulce en el campo de batalla mientras combatían contra Iona y Santiago. Mientras acariciaba a su Froakie, a quien cariñosamente llamaba Ninja, expresó con orgullo sus aspiraciones futuras.
Sun: Con determinación Ninja, algún día vamos a superar a esos cuatro. ¡Vamos a llegar muy lejos juntos!
Moon, viendo a su hermano menor absorto en el combate, se acercó con curiosidad y cariño.
Moon: Curiosa ¿Qué sientes hacia Renato, Sun?
Sun, con orgullo y admiración, respondió con determinación:
Sun: Con admiración Renato-Niichan será el campeón de una región. Quiero ser tan fuerte como él algún día.
Miranda se unió a la conversación, compartiendo el sentimiento de orgullo por su "hermano mayor".
Miranda: sonriendo Yo también estoy orgullosa de mi hermano mayor, Sun.
Con una determinación feroz, Sun expresó su ambición de superar incluso a Yuna y Renato juntos.
Sun: Decidido ¡Voy a ser más fuerte que Yuna-Neechan y Renato-Niichan juntos!
La sorprendente intervención de Yuna hizo que Sun se detuviera, escuchando atentamente sus palabras.
Yuna: Con sinceridad Eso va a tomar tiempo, Sun. Si realmente quieres superarnos, necesitas entrenar duro todos los días.
Sun, tomando en cuenta las palabras de Yuna, se dirigió a Moon con entusiasmo.
Sun: Oneechan, ¿quieres entrenar conmigo?
Moon, aceptando con una sonrisa, asintió con entusiasmo.
Moon: Entusiasmada ¡Claro, Sun! Entrenemos juntos para llegar más lejos.
La determinación y el espíritu competitivo de Sun resonaron en la escuela,
Yuna y Miranda estaban solas en el salón, aprovechando un momento tranquilo para conversar. La morena, con interés y afecto, abordó un tema importante con Miranda.
Yuna: Con curiosidad ¿Cómo va todo con tu embarazo, Miranda?
Miranda, sonriendo con ternura, respondió con tranquilidad.
Miranda: Sonriendo Va bien, Yuna. Apenas tengo dos meses de embarazo, pero me siento segura y contenta.
Miranda expresó su gratitud hacia Yuna y aquellos en quienes confiaba.
Miranda: Con sinceridad Me siento segura con las personas en quienes confío, incluyéndote a ti, Yuna.
Yuna asintió con una sonrisa cálida, sintiéndose honrada por la confianza de Miranda.
Yuna: Agradecida Me alegra escuchar eso, Miranda. Estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites durante este tiempo especial.
Miranda: Curiosa Yuna, ¿tu relación con Renato ha cambiado?
Yuna, sintiéndose avergonzada pero dispuesta a compartir, admitió lo ocurrido recientemente.
Yuna: Sonrojada Casi nos besamos, Miranda. No sé qué hacer ahora. No estamos realmente en una relación, pero... es confuso.
Miranda: Entusiasmada ¿Y si lo invitas a una cita? Sería genial para aclarar las cosas.
Yuna, visiblemente nerviosa, trató de encontrar excusas para evitar la sugerencia.
Yuna: Titubeante Bueno, no sé... No estoy segura de sí es una buena idea.
En ese momento, Zarala irrumpió en la conversación, asustando a ambas chicas.
Zarala: Entrando bruscamente ¡Hola, chicas!
Yuna, aliviada por la interrupción, trató de cambiar de tema, pero Zarala y Miranda no estaban dispuestas a dejarlo pasar.
Zarala y Miranda, actuando al unísono, sorprendieron a Yuna con una cachetada simultánea.
Yuna: Sorprendida ¿Por qué hicieron eso?
Zarala y Miranda respondieron con franqueza, expresando su preocupación por Yuna.
Zarala: Seria Porque estás siendo una idiota. Dejas pasar una oportunidad perfecta en el amor.
Miranda: Decidida Sí, Yuna. Deja de ser terca y enfrenta tus sentimientos.
Yuna: Está bien, lo haré. Lo invitaré a mi casa.
Miranda y Zarala, emocionadas por la decisión de Yuna, la felicitaron con entusiasmo.
Miranda: Animada ¡Eso es genial, Yuna! Estoy segura de que será divertido.
Zarala, siempre lista para una broma, no pudo contenerse y lanzó un comentario juguetón que tomó por sorpresa a Yuna.
Zarala: Bromeando Oh, Yuna, ¿invitarlo a tu casa tan pronto? Aún es muy pronto para que ustedes dos tengan "acción", ¿no crees?
Las palabras de Zarala hicieron que Yuna se sonrojara intensamente, entendiendo claramente a qué tipo de "acción" se refería. Aunque un poco avergonzada, Yuna no pudo evitar reírse ante la broma de su amiga.
Yuna: Sonrojada ¡Zarala! No es eso... ¡Es solo una cita!
Casa de Moon
Rea: Lea, ¿has logrado superar la pérdida de María y Carle?
[Lea baja la mirada por un momento, sintiendo la pesadez en su corazón.]
Lea: No del todo, Rea. Aún me cuesta. Pero tengo que ser fuerte por Marta. Ella necesita todo mi apoyo y cuidado.
Saturn: Entiendo, Lea. Pero también es importante que pienses en ti misma.
Lea: Sé que llegará el momento en que pueda dedicar tiempo para sanar, pero ahora mismo, Marta es mi prioridad. No tengo tiempo para detenerme.
Rea: Es comprensible, Lea. Pero recuerda que cuidarte a ti misma también es importante. Debes encontrar tu propio camino para sanar cuando sea el momento adecuado.
Lea: Lo sé, Rea. Y cuando llegue ese momento, lo haré a mi manera.
Lea: Debo admitir algo... Marta es más que una sobrina para mí. Es como mi hija.
Rea y Saturn intercambian miradas de comprensión.
Rea: Es natural, Lea. Eso sucede cuando tienes un fuerte instinto maternal, como nosotras con nuestros hijos.
Saturn: Sí, muchas veces el amor y el cuidado que sentimos hacia nuestros seres queridos trasciende los lazos de sangre.
Lea: Marta llegó a mi vida en un momento difícil, y desde entonces ha sido mi razón para seguir adelante. No puedo imaginar mi vida sin ella.
Rea: Es hermoso ver cómo has formado un vínculo tan fuerte con Marta. Ella es afortunada de tenerte como figura materna.
Saturn: Y tú eres afortunada de tenerla a ella. El amor entre madre e hija no siempre viene del vientre, sino del corazón.
Lea asiente con una sonrisa, sintiéndose comprendida y apoyada por sus amigas.
Lea: Gracias, chicas. Marta lo es todo para mí.
Rea: Oye, Lea, una pregunta... ¿has pensado en darle "acción" a tu situación con Raúl ahora que medio volvieron? Digo, ustedes son amigos con derechos, ¿no?
Lea se queda paralizada, su rostro se llena de sonrojo extremo solo de pensar en ese momento.
Lea: ¡Rea! ¡No empieces con eso!
Saturn: ¡Vaya, Rea! ¡descompusiste a Lea con esa pregunta!
Rea sigue bromeando, disfrutando del juego.
Rea: Solo imagina, Lea, tu hijo o hija con Raúl, y Marta siendo como la hermana mayor. Sería una familia bastante interesante, ¿no crees?
Lea: ¡Ustedes dos son incorregibles! Pero bueno, dejemos de lado esas ideas por ahora.
Saturn: Bueno, Lea, parir hijos no es tan fácil, ¿eh? bromea entre risas
Lea, todavía sonrojada, pero tratando de mantener el tono ligero de la conversación, se imagina la idea de estar embarazada de Raúl.
Lea: entre risas nerviosas ¡Dios mío, Saturn! Imaginarme embarazada... ¡no sé ni por dónde empezar!
Rea se une a la broma, intentando aligerar el ambiente.
Rea: Al menos, Lea, tú ya tienes experiencia criando hijos. Eso es un buen comienzo, ¿no crees?
Lea asiente con una sonrisa, aunque su mente sigue divagando en las ideas disparatadas que surgen de la conversación.
Lea: Sí, supongo que tener a Marta me da cierta ventaja, ¿Verdad?
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