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La carta...

Al día siguiente, Escuela Pokémon

La brisa marina mecía suavemente las hojas de las palmeras mientras Yuna y Renato se encontraban en la terraza de la escuela de Melemele, disfrutando de la cálida mañana. Yuna jugueteaba nerviosamente con un mechón de su cabello mientras observaba a Renato con una sonrisa tímida en los labios.

Yuna: ¿Sabes, Renato? Esta vista desde la terraza es realmente hermosa, ¿No crees?

Renato asintió distraídamente, su mirada perdida en el horizonte.

Renato: Sí, definitivamente. Es tranquila y relajante.

Yuna se mordió el labio inferior, sintiendo cómo la ansiedad se apoderaba de ella. Respiró hondo y decidió dar el siguiente paso, aunque de manera sutil.

Yuna: ¿Te gustaría venir aquí más seguido? Quiero decir, podríamos venir juntos, disfrutar de este lugar... tal vez... como una especie de... cita.

Renato levantó una ceja, mirando a Yuna con una expresión de confusión.

Renato: ¡Oh, sí! Sería genial. Esta terraza es perfecta para relajarse después de clases. Podríamos invitar a los demás también.

Yuna sintió cómo su corazón caía en picado. Sus labios formaron una sonrisa forzada mientras intentaba ocultar su decepción. Solo había una única y exclusiva palabra para describir al castaño en ese momento..."Idiota "

Yuna: Sí, claro. Sería divertido invitar a los demás.

Renato se puso de pie, extendiendo una mano para ayudar a Yuna a levantarse.

Renato: Bueno, ¿vamos? Tenemos que ir al salón revisa su celular y es una llamada de Ságita haciéndole señas a Yuna para que se adelantara 

Yuna asintió, forzando otra sonrisa mientras se ponía de pie junto a él. Caminaron juntos hacia el interior de la escuela, pero en el fondo de su corazón, Yuna se lamentaba por no haber sido lo suficientemente clara con sus sentimientos hacia Renato. Yuna se sentía frustrada consigo misma mientras caminaba por el pasillo de la escuela, con la conversación con Renato aún fresca en su mente. No sabía cómo expresarle sus sentimientos, y cada intento sutil parecía pasar desapercibido para él. Mientras se perdía en sus pensamientos, Yuna se topó con la profesora Burnet, quien estaba revisando algunos papeles cerca de la entrada.

Burnet: destaca en su apariencia física su cabello blanco rizado y su tono de piel morena. Tiene unos ojos de un color amarillento y una contextura delgada. Tiene un modo de vestir descomplicado, por lo general usa una blusa sin mangas color gris y cuelga en su cintura un chaleco; tiene una sudadera negra y unas sandalias verdes. ¿Qué te pasa, Yuna? Pareces preocupada.

Yuna suspiró, sintiéndose aliviada de tener a alguien con quien hablar.

Yuna: Es solo que... estoy teniendo problemas para comunicarle algo importante a alguien, profesora Burnet.

Burnet le dedicó una mirada comprensiva.

Burnet: Bueno, a veces expresar nuestros sentimientos puede ser complicado. ¿Quieres hablar al respecto?

Yuna asintió, agradecida por la oportunidad de desahogarse.

Yuna: Es sobre Renato. Quiero decirle cómo me siento, pero no sé cómo hacerlo sin que las cosas se vuelvan incómodas entre nosotros.

Burnet sonrió con ternura.

Burnet: Comprendo cómo te sientes, Yuna. A veces, la mejor manera de abordar estas situaciones es ser honesta y directa, pero también sutil. ¿Has considerado escribirle una carta o decirle cómo te sientes en un entorno más relajado?

Yuna reflexionó sobre las palabras de la profesora Burnet. Una carta podría ser una opción menos intimidante que una conversación directa.

Yuna: Creo que eso podría funcionar. Gracias, profesora Burnet. Siempre sabes qué decir.

Burnet le sonrió y le dio un amistoso apretón en el hombro.

Burnet: Estoy aquí para ayudarte en lo que necesites, Yuna. Ahora ve y exprésate. Estoy segura de que Renato apreciará tu sinceridad. Si es que no, MH quien sabe

Con un nuevo sentido de determinación, Yuna se despidió de la profesora Burnet y se dirigió hacia su próxima clase, decidida a encontrar el momento perfecto para hablar con Renato y finalmente expresarle sus sentimientos.

En otros pasillos

Marta: ¿Cómo termino lo de anoche en una borrachera? con tremenda resaca

Moon: Cinco hispanoamericanos, con eso te digo todo ¿A ustedes también les duele la cabeza?

Tilo: Aun me siento mareado

Lillie: No siento mis pies

Sun: Ayer me sentí muy mareado 

Tilo: ¿Van a hacer el recorrido insular?

Lillie: Yo paso

Marta: Etto... Yo no se

Moon: Yo de una

Sun: Apenas tenga a mi pokémon lo hare

Tilo: Si quieres vamos a con mi yayo para que te un inicial

Sun: Esperen un momento poniendo su mochila en el piso y sacando un huevo

Sun: Hekili-chan me dio este huevo que tiene un Froakie

Tilo: ¿Tu novia?

Marta: Este tiene un fetiche con las kalenses eso fijo

Moon: Aun esta pequeño para tener novia

Sun: Nunca tendré ¿Va?

Lillie: Nunca se sabe

La quíntupla entro al salón 

Coco: Fue, co, coco, Fueco, Fuecoco persiguiendo una manzana

Moon: Marta-chan ¿Es normal que haga eso?

Marta: Te acostumbras

Dulce: ¿Estudiaron pal examen?

Miranda/Miguel/Santiago/Sun/Moon/Tilo/Iona: ¿Había examen?

Keke: Si

Miguel: Ya nos cargó la fregada  

En ese momento llegaron Yuna, Kukui y Renato

Kukui: Está bien, escuchen atentamente. Solo habrá tres preguntas, pero prepárense para enfrentar cinco horas de verdadero terror. Tienen permitido trabajar en grupo, usar todos los apuntes y buscar desesperadamente en Internet. Pero escuchen bien, hay un giro tenebroso: la respuesta de la pregunta siguiente debe ser desenterrada de las profundidades de la anterior, y para la última pregunta, deberán combinar las respuestas obtenidas de las dos preguntas anteriores. ¿Han entendido? Sus almas están en juego. Dijo bromeando

Renato: (99.9999% fe y 0.0001% conocimiento) haciendo la señal de la cruz

Decir que los jóvenes estaban nerviosos era poco, bueno excepto para Lillie, Keke, Yuna y Dulce. Kukui. Yuna decidió hacer el examen sola mientras lo hacía discretamente escribía una carta

Luego de 4 horas

Casi todos se reúnen en un círculo tenso, con sus mentes aún aturdidas por el desafío que acaban de enfrentar.

 Miranda: con su voz temblorosa ¿Qué clase de examen fue ese? Sentí como si estuviera en una pesadilla interminable".

Marta asiente con nerviosismo, sus ojos reflejando el miedo que todos comparten

Marta: ¡Fue como un laberinto de incertidumbre! Ni siquiera sabía por dónde empezar

Sun, con su habitual confianza, intenta tranquilizar al grupo

 Sun: Bueno, al menos tuvimos tiempo de sobra para buscar las respuestas. Pero ¿qué pasa si nos equivocamos en alguna parte? ¿Y si todo este tiempo fue solo una trampa?"

Moon: con una mueca sombría No puedo dejar de pensar en esa última pregunta. Combinar las respuestas de las dos anteriores... ¡es como si estuviéramos condenados a un destino desconocido!

Miguel frunce el ceño, su expresión reflejando la tensión que siente en el aire:

Miguel: ¿Y si nos enfrentamos a alguna consecuencia por no haber respondido correctamente? No puedo evitar sentir un escalofrío recorriendo mi espalda.

Keke intenta encontrar un rayo de esperanza en la oscuridad

Keke: ¡Vamos chicos, no podemos rendirnos ahora! Juntos pudimos descifrar este enigma y escapar de esa pesadilla.

Iona: con un suspiro pesado Espero que tengas razón, Amor. Esta sensación de miedo y confusión es abrumadora".

Santiago: asiente Tenemos que mantener la calma y trabajar juntos. 

Dulce: con voz temblorosa Solo espero que podamos superar esto... antes de que sea demasiado tarde.

Renato: No importa lo que nos depare el destino, enfrentémoslo juntos. Unidos, somos más fuertes que cualquier desafío que se nos presente.

Lillie: Yo lo sentí fácil

Sun: Lo dice a la que vive con el tío Kukui, obviamente te iba a poner más fácil, güera 

Luego de la plática, cada quien se fue por su rumbo. Renato recordó que puso su anillo y su pulsera Z en su casillero así que regreso. Ya en el salón, Yuna se acercó a Renato con nerviosismo palpable mientras él revisaba su casillero, tratando de encontrar sus libros para la próxima clase.

Yuna: Renato, ¿Podría... podría hablar contigo un momento?

Renato se volteó hacia ella, sorprendido por su tono ansioso.

Renato: ¡Claro, Yuyu! ¿Qué pasa?

Yuna respiró hondo, tratando de reunir el coraje necesario para lo que estaba a punto de hacer.

Yuna: Bueno, umm... hace un momento pasé por tu casillero y... Vi una hoja ahí dentro. Creo que puede ser importante.

Renato frunció el ceño, confundido. Se dirigió rápidamente hacia su casillero y comenzó a revisar los papeles desordenados en su interior. Finalmente, encontró la carta y la tomó en sus manos, leyendo el contenido con una expresión de sorpresa creciente.

Renato: ¿Una carta? ¿De quién será?

Yuna se mordió el labio inferior, sintiéndose nerviosa por la reacción de Renato.

Yuna: No lo sé, pero pensé que deberías saberlo. Parece... importante.

Renato leyó la carta en silencio, su expresión pasando de la sorpresa al asombro y luego a la confusión. La carta tenía lo siguiente

Querido Renato,

Espero que esta carta te encuentre bien. No puedo evitar escribir estas palabras que han estado dando vueltas en mi cabeza durante mucho tiempo. Desde el momento en que te conocí, algo cambió dentro de mí. Tu sonrisa ilumina mi día más oscuro y tus palabras llenan mi corazón de alegría.

He querido decirte esto desde hace tiempo, pero nunca encontré el coraje para hacerlo en persona. Así que decidí escribirte esta carta en la esperanza de que, de alguna manera, puedas entender mis sentimientos.

Eres la persona que llena mis pensamientos día y noche. Cada vez que estoy cerca de ti, siento que el mundo se detiene y solo existimos tú y yo. Me encanta cómo tu risa llena la habitación y cómo tus ojos brillan cuando hablas de tus pasiones.

No puedo evitar preguntarme qué pasaría si te atrevieras a mirarme de la misma manera en que te miro. ¿Podrías sentir lo mismo que yo siento? ¿O tal vez solo soy una sombra en tu vida, destinada a admirarte desde la distancia?

Sé que esta carta es anónima, y entiendo si no compartes mis sentimientos. Pero necesitaba decirte esto de alguna manera, incluso si es solo para liberar mi corazón de este secreto.

Espero que, donde sea que estés, sepas que alguien en este mundo te admira profundamente y te desea todo el amor y la felicidad que puedas imaginar.

Con cariño,

 Una admiradora secreta

 Levantó la mirada hacia Yuna, buscando respuestas en sus ojos. 

Renato: ¿Tú... tú viste esta carta en mi casillero?

Yuna asintió, sintiendo cómo el rubor subía por sus mejillas.

Yuna: Sí, lo siento. No pude evitar notarla y pensé que debías saberlo.

Renato guardó la carta en su mochila, aun procesando lo que acababa de leer.

Renato: Gracias por decírmelo, Yuyu. Esto es... inesperado.

Yuna asintió, sintiéndose incómoda por la situación.

Yuna: Lo siento si te hizo sentir incómodo. No era mi intención... invadir tu privacidad.

Renato le sonrió con gentileza.

Renato: No te preocupes, Yuyu. Aprecio que me lo hayas dicho. Y... tal vez deba averiguar quién escribió esta carta.

Yuna asintió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. ¿Qué pasaría ahora que Renato sabía sobre la carta? Solo el tiempo lo diría.

Renato: La chica que escribió esto debe de estar demasiado pendeja pa fijarme en mi 

El comentario de Renato golpeó a Yuna como un cubo de agua fría. Su corazón se hundió en su pecho mientras luchaba por mantener la compostura frente a sus palabras.

Renato: Yuyu, la chica que escribió esta carta debe estar muy confundida. No sé qué podría ver en mí. No soy precisamente el chico más llamativo o interesante.

Yuna sintió un nudo en la garganta mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para responder, tratando de ocultar el dolor que le producían las palabras de Renato.

Yuna: Bueno, a veces las personas ven cosas en los demás que no son tan evidentes para ellos mismos.

Renato asintió, sin percatarse del impacto de sus palabras en Yuna.

Renato: Sí, supongo que es posible. Pero, de todas formas, ¿Quién querría fijarse en alguien como yo? La chica que escribió esto debe estar realmente confundida.

Yuna forzó una sonrisa, tratando de mantener la calma a pesar del dolor que sentía en su interior.

Yuna: Bueno, creo que... nunca se sabe lo que otra persona puede encontrar especial en ti. A veces las personas sorprenden.

Renato asintió distraídamente, volviendo su atención a la carta en su mochila.

Renato: Sí, supongo que tienes razón. De todas formas, gracias por decírmelo, Yuyu. Aprecio que me hayas alertado sobre esto.

Yuna asintió, sintiendo cómo se le apretaba el corazón ante la ironía de la situación. Mientras Renato seguía hablando, Yuna luchaba por mantenerse firme, ocultando el dolor que le causaban sus palabras. Por dentro, su corazón se rompía en pedazos mientras deseaba poder cambiar las circunstancias y revelar la verdad detrás de la carta anónima.

Casa de Yuna

Yuna cerró la puerta de su habitación con un suspiro pesado, sintiendo cómo el peso de la decepción se instalaba en su pecho. Se dejó caer sobre su cama y enterró su rostro en la suave almohada, dejando escapar un sollozo ahogado. Las palabras del castaño resonaban en su mente una y otra vez, como un eco doloroso. ¿Había hecho algo mal? ¿Por qué se sentía tan invisible a los ojos de Renato, a pesar de todos sus esfuerzos por mostrarle cómo se sentía? Con cada respiración entrecortada, la chica se preguntaba si había interpretado mal las señales o si simplemente no era lo suficientemente especial para captar la atención de Renato. ¿Acaso había sido demasiado atrevida al mencionar la carta? ¿Debería haber guardado sus sentimientos para sí misma y mantenerse en el anonimato? Los pensamientos se arremolinaban en su mente, cada uno más doloroso que el anterior. Se sentía como si estuviera atrapada en un remolino de dudas y autocrítica, sin poder encontrar una salida. Finalmente, después de un rato que le pareció una eternidad, Yuna levantó la cabeza de la almohada y se secó las lágrimas con determinación. Sabía que no podía dejarse consumir por la tristeza y la autocompasión. Tenía que encontrar una manera de superar esta decepción y seguir adelante. Con esa resolución en mente, Yuna se sentó en su cama y tomó una respiración profunda. Aunque el dolor seguía ahí, también lo estaba su determinación de encontrar su camino hacia la felicidad, incluso si eso significaba dejar ir a Renato y seguir adelante con su vida. Yuna escuchó el suave golpeteo en la puerta antes de que esta se abriera lentamente, revelando a sus padres, Yomi y Kia, que entraban en la habitación con expresiones de preocupación en sus rostros.

Yomi: ¿Qué sucede, Yuna? Pareces preocupada.

Yuna se mordió el labio inferior, tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que estaba sintiendo.

Yuna: Es sobre Renato... le conté lo de la carta anónima y... él no pareció sentir lo mismo. Siento que me equivoqué al decirle, que tal vez no debí mencionarlo.

Yomi frunció el ceño, reflexionando sobre las palabras de su hija.

Yomi: Podría ser cierto, Yuna. A veces las personas simplemente no sienten lo mismo que nosotros. Es parte de la vida, cariño.

Las palabras de Yomi solo parecían profundizar la tristeza de Yuna, pero entonces Kia intervino con un tono más optimista.

Kia: Pero también podría ser que Renato simplemente no se haya dado cuenta de cómo te sientes, Yuna. A veces los chicos pueden ser un poco lentos para captar esas cosas.

Yuna levantó la mirada hacia su madre, sorprendida por su comentario.

Yuna: ¿Realmente crees eso, mamá?

Kia asintió con una sonrisa tranquilizadora.

Kia: Claro que sí, cariño. A veces los chicos pueden ser un poco torpes cuando se trata de sentimientos, pero eso no significa que no puedan sentir lo mismo que tú. Tal vez solo necesite un pequeño empujón para darse cuenta.

Yuna se sintió reconfortada por las palabras de su madre. Aunque aún sentía incertidumbre, la idea de que Renato pudiera sentir lo mismo que ella le dio un rayo de esperanza.

Yuna: Gracias, mamá. Voy a intentarlo.

Kia le dio un abrazo reconfortante a su hija, mientras Yomi asentía con aprobación.

Yomi: Estaremos aquí para ti, pase lo que pase, Yuna. Si necesitas hablar o tomar alguna decisión, sabes que puedes contar con nosotros.

Con el apoyo de sus padres, Yuna sintió cómo la determinación crecía dentro de ella. Aunque el camino hacia el amor verdadero pudiera ser complicado, sabía que no estaría sola en el viaje.

Casa de Kukui

Renato se encontraba en la casa de Kukui, compartiendo un momento con Kaudan y el profesor Kukui. A medida que la conversación fluyó, Renato sintió la necesidad de abrirse sobre lo que había estado sintiendo.

Renato: Chicos, hay algo que necesito compartir con ustedes. Recientemente recibí una carta anónima en mi casillero, y después de leerla, me di cuenta de que proviene de alguien que tiene sentimientos por mí. Pero... no puedo dejar de sentir que no estoy a la altura.

Kukui y Kaudan intercambiaron miradas sorprendidas, luego Kukui se aclaró la garganta y se sentó junto a Renato.

Kukui: Renato, entiendo que puedas sentirte abrumado por esta situación, pero tienes que recordar que mereces ser amado y apreciado por quién eres.

Kaudan asintió en acuerdo.

Kaudan: Exactamente. A veces, nos subestimamos a nosotros mismos, pero eso no significa que no seamos merecedores de amor. Y si hay alguien que tiene sentimientos por ti, deberías considerar seriamente cómo te sientes hacia esa persona.

Renato reflexionó sobre las palabras de sus amigos, sintiendo un nudo en la garganta mientras enfrentaba sus propias inseguridades.

Renato: Es solo que... siento que Yuna es increíble. Ella es inteligente, amable y tiene esa chispa que hace que todo sea más emocionante. No puedo evitar pensar que ella merece a alguien mejor que yo.

Kukui puso una mano en el hombro de Renato con afecto.

Kukui: Renato, no te menosprecies así. Eres una persona maravillosa y tienes mucho que ofrecer. Tal vez Yuna ve algo en ti que no te das cuenta. Deberías hablar con ella y descubrir si realmente hay algo especial entre ustedes.

Renato asintió lentamente, sintiendo cómo una chispa de esperanza se encendía dentro de él.

Renato: Gracias, chicos. Voy a pensar en lo que dijeron. Tal vez sea hora de enfrentar mis miedos y hablar con Yuna sobre todo esto.

Con el apoyo de quienes consideraba un hermano mayor y un abuelo, Renato se sintió un poco más seguro para seguir adelante y explorar sus sentimientos hacia Yuna.

Kaudan: Por cierto, Renato dile a Moon que vaya a pueblo Lilii para vaya por su pulsera Z

Haciendo que el campeón de Paldea asienta 

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