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Herencia

La bulliciosa Ciudad Haouli está llena de vida mientras Marta camina por sus calles, buscando al Capitán Liam. La ciudad, con su mezcla de tradición y modernidad, crea un telón de fondo vibrante mientras Marta sigue buscando.

De repente, una voz la llama desde detrás.

Liam: ¿Eres Marta Soler García?

Marta se da la vuelta y ve a un joven con una sonrisa amigable y un aire confiado. Asiente con la cabeza, confirmando su identidad.

Marta: Sí, soy yo.

El joven se acerca, extendiendo una mano en señal de saludo.

Liam: Me alegro de conocerte. Soy Liam, el Capitán de Melemele.

Marta estrecha su mano, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación.

Liam: He oído hablar mucho de ti por Raúl. Siempre habla de ti con mucho cariño.

Marta se sorprende al escuchar esto y siente una cálida sensación al saber cuánto se preocupa Raúl por ella.

Marta: ¿Conoces a mi tío Raúl?

Liam asiente, con una sonrisa.

Liam: Sí, lo conozco bien. Raúl siempre está hablando de ti, siempre con palabras llenas de cariño y orgullo. Kaudan me llaman y me dijo que podrías venir a verme para enfrentarte a tu primer desafío.

Marta se siente reconfortada al saber que Raúl ha hablado de ella con tanto afecto. Su determinación se fortalece, y se siente lista para enfrentar el desafío que tiene por delante.

Marta: Estoy aquí para enfrentarme a ti, Liam. Quiero heredar la pulsera Z de mi madre.

Liam asiente con aprobación.

Liam: Muy bien, Marta. Veo que tienes el espíritu y la determinación. Vamos a la prueba, y demuéstrame lo que puedes hacer.

Con eso, Marta y Liam se dirigen al lugar donde se llevará a cabo la prueba, listos para enfrentarse en una batalla que marcará el comienzo de una nueva etapa en el viaje de Marta.

Liam y Marta caminan por las calles de Ciudad Haouli, acercándose al área designada para la prueba. Liam se detiene y se gira hacia Marta, con una expresión seria pero amigable.

Liam: Antes de explicarte en qué consiste mi prueba, debo aclararte que, para desafiar al Pokémon dominante de la isla, primero debes enfrentarte y vencer a los capitanes de la isla en la que te encuentres.

Marta: ¿Hay más capitanes en Melemele?

Liam niega con la cabeza, sonriendo ligeramente.

Liam: No, en Melemele solo estoy yo. Así que una vez que me derrotes, estarás lista para desafiar al Pokémon dominante. Pero primero, debes demostrarme tu valía en combate.

Marta siente una mezcla de nerviosismo y emoción al saber que este es su primer gran desafío en Alola.

Liam: ¿Estás lista para combatir contra mí, Marta?

Marta: Sí, estoy lista.

Liam la mira con aprobación, contento de ver su determinación.

Liam: Muy bien. Vamos al campo de batalla.

Ambos se dirigen a una arena de batalla cercana, donde la atmósfera está cargada de anticipación. Algunos 

Liam: Las reglas son simples. Es una batalla dos contra dos. El primer equipo Pokémon que quede incapacitado pierde. ¿Estás lista?

Marta saca su Poké Ball, con Aida dentro.

Marta: Estoy lista, Aida y yo daremos lo mejor de nosotras.

Liam saca su Poké Ball, liberando a su Yungoos .

Liam: ¡Entonces, que comience la batalla!  ¡Vamos, Yungoos, muéstrales nuestra fuerza!

Marta: ¡Aida, confío en ti!

Primera Ronda: Aida vs. Yungoos

Liam: Yungoos , ¡usa Placa!

Yungoos carga hacia Aida, pero Marta reacciona rápidamente.

Marta: ¡Aida, usa Doble Equipo!

Aida se multiplica en varios clones, haciendo que Yungoos falle su ataque. La multitud murmura impresionada.

Liam: No nos dejaremos intimidar. Yungoos , ¡usa Gruñido!

Yungoos emite un sonido grave que debilita el ataque de Aida.

Marta: Aida, ¡Confusión!

Aida concentra su energía psíquica y lanza una ola de poder hacia Yungoos , quien retrocede aturdido por el golpe.

Liam: No te rindas, Yungoos . ¡Placaje de nuevo!

Yungoos se abalanza otra vez, pero los clones de Aida lo confunden y vuelve a fallar.

Marta: ¡Aida, remátalo con Voz Cautivadora!

Aida emite un canto melodioso que golpea a Yungoos con fuerza, dejándolo fuera de combate.

Liam: Bien hecho, Marta. Pero esto no ha terminado. ¡Adelante, Smeargle!

Segunda Ronda: Coco vs. Smeargle

Marta: ¡Vamos, Coco!

Liam: Smeargle, ¡usa Pistola Agua!

Smeargle lanza un chorro de agua hacia Coco, quien lo recibe de lleno, pero se sacude rápidamente.

Marta: Coco, ¡Mordisco!

Coco salta hacia Smeargle y lo muerde, causando que retroceda.

Liam: ¡Smeargle, usa Ascuas!

Smeargle lanza pequeñas llamas hacia Coco, quien recibe daño, pero se mantiene firme.

Marta: Coco, ¡Ascuas!

Coco responde con un ataque similar, pero con mayor intensidad, golpeando a Smeargle directamente.

Liam: ¡Smeargle, usa Follaje!

Smeargle lanza hojas afiladas hacia Coco, quien trata de esquivarlas, pero recibe algunos cortes.

Marta: Coco, ¡usa Malicioso para debilitarlo!

Coco lanza una mirada feroz que debilita la defensa física de Smeargle.

Liam: ¡No te rindas, Smeargle! ¡Placaje!

Smeargle se lanza hacia Coco, quien recibe el golpe con fuerza. Coco está casi debilitado, respirando con dificultad.

Marta: Coco, ¡usa Canon!

Coco dispara una poderosa ráfaga de sonido, pero Smeargle logra esquivarla parcialmente.

Liam: ¡Smeargle, remátalo con Pistola Agua!

El ataque golpea a Coco de lleno, llevándolo al borde de la derrota. Sin embargo, algo cambia en Coco. Sus llamas se intensifican, activando su habilidad Mar Llamas.

Marta: ¡Coco, ahora es el momento! 

Marta saca su Orbe Teracristal y lo activa. Una energía brillante envuelve a Coco, transformándolo en una versión cristalina y cambio a tipo fantasma

Marta: ¡Ahora, Coco! ¡usa Ascuas!

El ataque, potenciado por Mar Llamas, golpea a Smeargle con una fuerza devastadora, dejándolo fuera de combate.

Liam: sorprendido y sonriendo Bien hecho, Marta. Has demostrado una increíble habilidad y determinación. Eres digna de enfrentar al Pokémon dominante de Melemele.

Mientras Marta abraza a Coco, aliviada y feliz por su victoria. Liam se acerca a ella, estrechando su mano en señal de respeto.

Marta: Gracias, Liam. Esto significa mucho para mí.

Liam: Has demostrado que tienes lo necesario para ser una gran entrenadora, Marta. Sigue así, y alcanzarás grandes cosas.

Marta y Liam se adentran en la densa y sombría Cueva sotobosque de Melemele. Los árboles altos y las plantas enredadas crean un ambiente místico y desafiante. La atmósfera está llena de los sonidos de Pokémon salvajes y el crujido de las hojas bajo sus pies.

Liam: Bien, Marta. Aquí es donde empieza tu prueba. Tendrás que derrotar a tres Pokémon que te asaltarán cuando te acerques a sus madrigueras. Recuerda, estos Pokémon son salvajes y están protegiendo su territorio, así que no subestimes su fuerza.

Marta: mirando a su alrededor con determinación Entendido. ¿Y cuál es el Pokémon dominante que debo enfrentar al final?

Liam: Es un Gumshoos, la evolución de Yungoos. Es bastante fuerte y está acostumbrado a defender su territorio. Será un desafío difícil, pero confío en que puedes hacerlo.

Liam le da una palmadita en el hombro a Marta y se retira un poco para observar desde una distancia segura, listo para intervenir si fuera necesario.

Liam: Buena suerte, Marta. Recuerda todo lo que has aprendido.

Marta: Gracias, Liam. Vamos, Aida, es nuestro momento de brillar.

Marta avanza cautelosamente por el sotobosque, manteniendo sus sentidos alerta. De repente, un ruido proviene de un arbusto cercano. Un Yungoos sale disparado hacia ella.

Primera Batalla: Marta vs. Yungoos

Marta: ¡Aida, vamos! ¡Usa Confusión!

Aida lanza una onda psíquica hacia el Yungoos, que retrocede aturdido. El Pokémon salvaje intenta responder con Mordisco, pero Aida logra esquivarlo con agilidad.

Marta: ¡Remátalo con Voz Cautivadora!

Aida emite un canto hipnótico que golpea a Yungoos, dejándolo fuera de combate.

Marta: respirando con alivio Uno menos. Vamos, sigamos adelante.

Mientras avanza, Marta escucha otro ruido, esta vez más fuerte. Un segundo Yungoos salta desde las sombras, mostrando sus dientes afilados.

Segunda Batalla: Marta vs. Yungoos

Marta: ¡Coco, tu turno!

Coco salta al frente, listo para luchar.

Marta: ¡Usa Ascuas!

Coco lanza pequeñas llamas hacia el Yungoos, quien responde con una Tacleada. Ambos Pokémon intercambian golpes, pero finalmente Coco logra derrotar a Yungoos con un poderoso Mordisco.

Marta: Bien hecho, Coco. Solo uno más.

Marta sigue caminando, más alerta que nunca. De repente, un tercer Yungoos aparece, este más grande y agresivo que los anteriores.

Tercera Batalla: Marta vs. Yungoos

Marta: ¡Aida, adelante!

Aida sale de su Pokéball, lista para la batalla.

Marta: ¡Usa Doble Equipo para confundirlo!

Aida se multiplica en varios clones, dificultando que Yungoos acierte su Mordisco.

Marta: ¡Ahora, Confusión!

La onda psíquica golpea al Yungoos, dejándolo tambaleante.

Marta: ¡Voz Cautivadora para terminarlo!

Aida emite su canto una vez más, y el Yungoos cae derrotado.

Marta: sonriendo Lo logramos, Aida. Ahora, vamos a enfrentarnos al pokémon dominante.

De repente, un rugido fuerte resuena por el sotobosque. Marta se vuelve hacia la fuente del sonido y ve al Gumshoos dominante emerger de las sombras, sus ojos brillando con determinación.

Batalla Final: Marta vs. Gumshoos Dominante

Marta: mirando a Coco Coco, vamos a necesitar todo tu poder para esto.

El Gumshoos dominante se lanza hacia Coco con una velocidad sorprendente, intentando golpearlo con un Tacle.

Marta: ¡Coco, esquivalo!

Coco por las justas esquivo el ataque del Gumshoos.

Marta: ¡Ahora, usa Mordisco!

Coco salta y muerde al Gumshoos, que retrocede por el dolor, pero responde rápidamente con un Gruñido, debilitando el ataque de Coco.

Marta: ¡No te rindas, Coco! ¡Usa Ascuas!

Coco lanza llamas hacia el Gumshoos, quien las recibe de lleno, pero sigue en pie.

Marta: decidida ¡Es hora de Teracristalización!

Marta activa su Orbe Teracristal. Una energía brillante envuelve a Coco, transformándolo en una versión cristalina y más fantasmal

Marta: ¡Coco, usa Ascuas!

El ataque, potenciado por la Teracristalización, golpea al Gumshoos con una fuerza devastadora, dejándolo fuera de combate.

Liam: acercándose Increíble, Marta. Has superado la prueba con éxito. Estoy muy impresionado.

Marta: sonriendo y abrazando a Coco Gracias, Liam. No lo habría logrado sin Coco y Aida.

Liam: Ahora eres digna de enfrentar al Kahuna. Buena suerte, Marta. Estoy seguro de que harás grandes cosas.

Marta, llena de orgullo y emoción, se prepara para su próximo desafío, con la memoria de su madre y el apoyo de sus amigos impulsándola hacia adelante.

Justo cuando Marta se prepara para salir de la cueva sotobosque, Liam se acerca con una sonrisa en el rostro.

Liam: Marta, antes de que te vayas, quiero darte una última oportunidad. Si puedes vencerme en otro combate, te entregaré un cristal Z. ¿Qué dices?

Marta: sorprendida pero emocionada ¿Otro combate? Claro, acepto. Vamos, Coco, una vez más.

Liam: Perfecto. ¡Vamos, Gumshoos!

Batalla: Marta vs. Liam

Liam lanza su Pokéball, y su Gumshoos emerge, listo para la batalla. Marta se prepara y saca a Coco.

Marta: ¡Coco, usa Ascuas!

Coco lanza una ráfaga de llamas hacia Gumshoos, que recibe el ataque con firmeza.

Liam: ¡Gumshoos, usa Placaje!

Gumshoos carga contra Coco, golpeándolo con fuerza. Coco retrocede, pero se mantiene firme.

Marta: ¡Coco, responde con Mordisco!

Coco salta y muerde a Gumshoos, causando daño considerable. Gumshoos se sacude y se prepara para su próximo movimiento.

Liam: Muy bien, Marta. Ahora verás el poder de un movimiento Z. ¡Gumshoos, usa Carrera Arrolladora!

Liam activa su Pulsera Z, y una energía brillante envuelve a Gumshoos.

Liam: ¡ARRÓLLALO TODO! ¡CARRERA ARROLLADORA!

 El Pokémon se carga con energía y se lanza hacia Coco con una velocidad impresionante.

Marta: pensando rápidamente ¡Coco, Teracristalízate a tipo Fantasma!

Marta activa su Orbe Teracristal. Una luz brillante envuelve a Coco, transformándolo en una versión cristalina y cambiando su tipo a Fantasma. El ataque de Gumshoos atraviesa a Coco sin causar ningún daño.

Liam: Sorprendido ¡Increíble! Cambiaste su tipo justo a tiempo.

Marta: ¡Ahora, Coco, ¡usa Ascuas!

Coco, aún en su forma Teracristal, lanza una poderosa ráfaga de llamas que golpea de lleno a Gumshoos, dejándolo fuera de combate.

Liam: sonriendo Muy bien hecho, Marta. Has demostrado ser una entrenadora excepcional.

Marta: Gracias, Liam. Coco y yo hemos trabajado duro para ganar.

Liam: sacando un cristal Z de su bolsillo Aquí tienes, Marta. Te has ganado este cristal Z. Estoy seguro de que lo usarás sabiamente.

Marta: tomando el cristal Z con una sonrisa Gracias, Liam. Esto significa mucho para mí.

Liam: Ahora estás lista para enfrentarte al Kahuna. Buena suerte, Marta. Estoy seguro de que harás grandes cosas.






Marta abre la puerta con una sonrisa en el rostro, aunque con algunos raspones y moretones visibles en sus brazos, piernas y cara.

Marta: ¡Ya llegué!

Lea, quien estaba en la cocina, corre hacia la entrada al escuchar la voz de su sobrina.

Lea: preocupada ¡Marta! ¿Qué te ha pasado? Estás llena de raspones y moretones.

Marta: sonriendo, aunque un poco cansada No te preocupes, tía Lea. Estoy bien. Fue un día largo en la cueva Sotobosque.

Lea: todavía preocupada ¿La cueva Sotobosque? ¿Qué estabas haciendo allí?

Marta: sacando el cristal Z de su bolsillo y mostrándoselo a Lea) Estaba completando la prueba del capitán Liam. ¡Mira, obtuve un cristal Z de tipo normal!

Lea: con una mezcla de sorpresa y orgullo ¡Eso es increíble, Marta! Estoy tan orgullosa de ti. Pero... ¿segura que estás bien? Esos raspones...

Marta: asintiendo Sí, tía, estoy bien. Liam y su Gumshoos fueron un gran desafío, pero Coco, Aida y yo lo logramos. Incluso tuve que usar la Teracristalización para ganar.

Lea: suspirando, aliviada Está bien, pero vamos a limpiar esos raspones y moretones. No quiero que se infecten.

Marta: con una sonrisa Está bien, tía. Gracias por preocuparte.

Lea lleva a Marta al baño y comienza a limpiar cuidadosamente sus heridas. Mientras lo hace, Marta continúa contando su aventura en la cueva.

Marta: Fue una batalla intensa. Liam usó un movimiento Z de tipo normal contra Coco, pero logramos contrarrestarlo con la Teracristalización. Fue muy emocionante.

Lea: sonriendo mientras coloca un vendaje en una de las heridas de Marta Me alegra escuchar que estás aprendiendo y creciendo como entrenadora. Pero recuerda siempre tener cuidado, ¿de acuerdo?

Marta: asintiendo Lo haré, tía Lea. Prometo ser más cuidadosa la próxima vez.

Lea termina de curar las heridas de Marta y ambas se dirigen a la sala de estar.

Lea: mirando el cristal Z Este cristal Z es un gran logro, Marta. Tu madre estaría muy orgullosa de ti.

Marta: Gracias, tía Lea. Siento que tengo a mamá más cerca de mí ahora.

Lea: abrazando a Marta Y siempre la tendrás, en tu corazón y en tus logros. Ahora, ¿qué te parece si preparamos algo delicioso para celebrar?

Marta: sonriendo ¡Me parece perfecto!

Ambas se dirigen a la cocina, listas para celebrar el éxito de Marta con una deliciosa comida y disfrutando del momento juntas.

Marta, ahora con sus heridas limpiadas y vendadas, está sentada junto a Lea en el sofá.

Marta: Tía Lea, ¿tú también hiciste el recorrido insular cuando eras joven?

Lea: sonriendo Sí, Marta, lo hice. Fue una experiencia increíble y muy desafiante.

Justo cuando Lea está por contar más, la puerta se abre de golpe y Raúl entra sin tocar. Se acerca rápidamente a Marta con preocupación en sus ojos.

Raúl: preocupado Marta, ¿estás bien? Liam me contó lo que pasó en la cueva Sotobosque. Me dijo que superaste la prueba con éxito.

Marta: sonriendo Estoy bien, tío Raúl. Fue una batalla dura, pero Coco, Aida y yo lo logramos.

Raúl: respirando aliviado Me alegra oír eso. Perdón por irrumpir así, solo quería asegurarme.

Lea: sonriendo Gracias por preocuparte, Raúl.

Raúl y Lea se miran con cariño y, sin pensarlo, se abrazan. Marta, observándolos, no puede evitar sonreír 

Marta: riendo Si se van a besar, háganlo de una vez.

Raúl y Lea se separan rápidamente, ambos con las caras rojas como tomates.

Lea: sonrojada ¡Marta!

Raúl: también sonrojado ¡Vete a tu habitación, jovencita!

Marta: riendo mientras se levanta Está bien, está bien. Los dejo solos.

Marta se retira riendo, dejando a Lea y Raúl en la sala, todavía sonrojados, pero sonriendo. Raúl se sienta junto a Lea y toman un momento para calmarse.

Raúl: sonriendo La enana tiene un buen sentido del humor.

Lea: riéndose Sí, definitivamente lo tiene.

Raúl: más serio Estoy realmente orgulloso de Marta. Ha pasado por mucho y aún así sigue adelante con tanto coraje.

Lea: asintiendo Lo sé. Es increíblemente fuerte. Creo que tiene mucho de su madre en ella.

Raúl: mirándola a los ojos Y también tiene mucho de ti. Lea, estoy realmente feliz de que estemos volviendo a acercarnos.

Lea: sonriendo Yo también, Raúl. Vamos a apoyarnos mutuamente, como siempre lo hemos hecho.

Raúl: tomando su mano Sí, juntos.

más tarde 

Marta, con una sonrisa juguetona, se dirige a Raúl y Lea mientras caminan hacia pueblo Lillie.

Marta: ¿Saben? Estaba pensando que sería genial tener primos. ¿Qué dicen ustedes?

Raúl y Lea se miran brevemente, sorprendidos por la ocurrencia de Marta.

Raúl: riendo Bueno, ¿quién sabe qué depara el futuro?

Lea: sonriendo Sí, podría ser interesante tener primos.

Marta: entusiasmada ¡Genial! Entonces, ¿cuándo van a empezar a trabajar en eso?

Raúl y Lea se sonrojan ante la pregunta inesperada de Marta.

Raúl: riendo incómodo Bueno, eso es algo que... umm... bueno...

Lea: interviniendo Marta, esas son conversaciones para otro momento.

Marta: riendo Está bien, está bien. Pero prométeme que lo considerarán.

Continúan caminando hacia pueblo Lillie, disfrutando del ambiente relajado y la conversación ligera. Marta se muestra emocionada por la idea de visitar a Kaudan y finalmente obtener respuestas sobre la pulsera Z de su madre.

Marta: mirando a Raúl y Lea Gracias por acompañarme hoy. Significa mucho para mí.

Raúl: sonriendo Por supuesto, Marta. Estamos aquí para ti.

Lea: asintiendo Siempre estaremos aquí para apoyarte, querida.

Marta les sonríe agradecida mientras continúan su camino hacia pueblo Lillie

El sol comenzaba a ocultarse sobre el pueblo Lillie, bañando el lugar en tonos dorados y anaranjados. Kaudan, el Kahuna de la isla Melemele, se acercó a Marta con una sonrisa de aprobación.

Kaudan: Felicidades, Marta, por tu triunfo en la prueba de Liam. Has demostrado ser una entrenadora valiente.

Marta: sonriendo Gracias, Kaudan.

Raúl: orgulloso Sacó lo valiente de sus padres.

Lea: asintiendo Sin duda.

Kaudan: bromeando Y también lo enano, parece. Solo te falta un reto más para reclamar la pulsera Z de tu madre, Marta. Debes enfrentarte a mí, el Kahuna.

Marta: determinada Estoy lista, Kaudan.

Kaudan asintió y llevó a Marta a una plataforma de batalla improvisada cerca de la playa, con Raúl y Lea observando atentamente.

Kaudan: Bien, Marta, esta será una batalla de tres contra tres. Vamos a comenzar.

Kaudan lanzó su primera Poké Ball, revelando a un Machop.

Kaudan: Machop, vamos a mostrarle nuestro poder. ¡Golpe Karate!

Machop se lanzó hacia Aida con un potente golpe. Aida esquivó hábilmente.

Marta: Aida, usa Confusión.

Aida enfocó su energía psíquica, lanzando un rayo hacia Machop que lo golpeó de lleno, haciéndolo retroceder.

Kaudan: Machop, ¡Desquite!

Machop, enfurecido por el ataque, contraatacó con un golpe lleno de furia. Aida se tambaleó, pero se mantuvo en pie.

Marta: Aida, ¡Doble Equipo!

Aida se multiplicó en varias imágenes, confundiendo a Machop.

Kaudan: sonriendo Bien jugado. Machop, ¡Malicioso!

Machop lanzó una mirada intimidante, reduciendo la defensa de Aida. Marta aprovechó la oportunidad.

Marta: Aida, ¡Voz Cautivadora!

Aida lanzó una onda de energía que golpeó a Machop, dejándolo fuera de combate.

Kaudan: Buen trabajo, Marta. Ahora es el turno de Makuhita.

Kaudan llamó a su siguiente Pokémon. El robusto Makuhita apareció en el campo, preparado para la batalla.

Kaudan: Makuhita, ¡Sorpresa!

Makuhita se movió rápidamente y golpeó a Aida antes de que pudiera reaccionar, haciéndola retroceder.

Marta: Aida, ¡Confusión otra vez!

Aida atacó con su rayo psíquico, pero Makuhita resistió el golpe.

Kaudan: Makuhita, ¡Empujón!

Makuhita cargó contra Aida, empujándola violentamente y dejándola debilitada.

Marta: Aida, vuelve. ¡Coco, es tu turno!

Marta lanzó a su Fuecoco, que apareció en el campo con determinación.

Kaudan: Makuhita, ¡Ataque Arena!

Makuhita lanzó una ráfaga de arena, cegando parcialmente a Coco.

Marta: Coco, usa Ascuas.

Coco lanzó pequeñas llamas hacia Makuhita, golpeándolo varias veces y finalmente dejándolo fuera de combate.

Kaudan: sonriendo Muy bien, Marta. Ahora, veamos cómo te enfrentas a mi último Pokémon. ¡Crabrawler, adelante!

El Crabrawler de Kaudan apareció, agitando sus poderosos puños.

Kaudan: Crabrawler, ¡Malicioso!

Crabrawler redujo la defensa de Coco con una mirada amenazante.

Marta: Coco, ¡Mordisco!

Coco se lanzó hacia Crabrawler, mordiéndolo con fuerza.

Kaudan: Crabrawler, ¡Persecución!

Crabrawler contraatacó, golpeando a Coco con un ataque oscuro y potente, pero lo aguanto con lo suficiente para activar Mar Llamas

Kaudan: ¡Impresionante! Pero no será suficiente. Crabrawler, ¡Puño Incremento!

Crabrawler atacó con un poderoso puñetazo, incrementando su fuerza.

Marta: Coco, ¡Teracristalízate!

Coco brilló intensamente mientras se transformaba en su forma Teracristal, volviéndose tipo Fantasma.

Marta: Coco, ¡Ascuas!

Las llamas de Coco golpearon a Crabrawler de lleno, pero el Pokémon de Kaudan resistió.

https://youtu.be/HwuYKAnG8oo

Kaudan: Ahora, ¡Ráfaga Demoledora!

Kaudan y su Crabrawler ejecutaron el movimiento Z de tipo Lucha. Crabrawler se envolvió en una energía luminosa y se lanzó hacia Coco con una potencia devastadora. Sin embargo, debido a la teracristalización de Coco a tipo Fantasma, el ataque no tuvo efecto.

Marta: Coco, ¡Ascuas otra vez!

Las llamas de Coco golpearon a Crabrawler, finalmente dejándolo fuera de combate.

Kaudan: sonriendo Has luchado bien, Marta. Has ganado esta batalla y te has ganado el derecho a la pulsera Z de tu madre.

Marta: emocionada ¡Gracias, Kaudan!

Kaudan entregó la pulsera Z a Marta, quien la sostuvo con orgullo. Raúl y Lea aplaudieron mientras Marta se acercaba a ellos.

Raúl: orgulloso Sabíamos que podías hacerlo.

Lea: sonriendo Estoy tan orgullosa de ti, Marta.

Marta abrazó a su tía y a Raúl, emocionada por su logro y la conexión con su madre que ahora tenía más cerca.

Con una sonrisa de orgullo en el rostro, Marta se puso la pulsera Z de su madre en su muñeca izquierda, sintiendo una conexión especial con ella. Raúl, con un tono alegre, sugirió celebrar el logro.

Raúl: ¡Vamos a celebrar, Marta! Te invito a comer.

Marta: ¡Genial! ¿Dónde vamos?

Raúl: Conozco un restaurante de comida mediterránea que te encantará.

Lea: Suena perfecto.

El grupo se dirigió al restaurante y, tras ser recibidos, se acomodaron en una mesa junto a una ventana con vistas al mar. Raúl, siempre atento a sus elecciones alimenticias, pidió un plato vegetariano.

Raúl: Me voy por la ensalada mediterránea y unas verduras a la parrilla.

Lea: sonriendo Yo voy a probar el risotto de mariscos.

Marta: entusiasmada ¡Yo quiero el kebab de cordero!

Justo cuando terminaban de hacer sus pedidos, notaron a Kukui pasando por el restaurante, aparentemente también en busca de algo para comer. Lea lo llamó.

Lea: ¡Kukui! ¿Por qué no te unes a nosotros?

Kukui: sonriendo ¡Claro, con gusto!

Kukui se unió a la mesa, saludando a todos con su característico entusiasmo.

Kukui: ¡Hola a todos! ¿Qué celebramos?

Raúl: Marta completó la prueba de Liam y obtuvo la pulsera Z de su madre.

Kukui: mirando a Marta ¡Eso es increíble, Marta! ¡Felicidades!

Marta: sonriendo Gracias, profesor.

Kukui pidió su comida y se unió a la conversación.

Kukui: Así que, Marta, ¿cómo te sientes con la pulsera de tu madre?

Marta: con emoción Es un sentimiento especial. Es como si una parte de ella estuviera siempre conmigo.

Lea: conmovida Estoy segura de que ella estaría muy orgullosa de ti.

Raúl: Absolutamente. Has demostrado ser una entrenadora valiente y fuerte.

Mientras la comida llegaba, la conversación se volvió más relajada y alegre. Kukui compartió historias divertidas de su tiempo como profesor y los desafíos que enfrentaba con sus alumnos, haciendo reír a todos.

Kukui: Recuerdo una vez que la Rowlet de Iona se quedó dormida en medio de su batalla contra Mayla. Fue bastante divertido ver cómo intentaba mantenerse despierto.

Lea: riendo ¡Pobre Rowlet!

Marta: riendo ¡Me gustaría haber visto eso!

La comida fue deliciosa y todos disfrutaron de los sabores y la compañía. Marta probó el kebab de cordero con entusiasmo, mientras que Lea saboreó su risotto de mariscos y Raúl se deleitó con su plato vegetariano.

Raúl: Este lugar siempre tiene la mejor comida mediterránea. ¡Todo está delicioso!

Kukui: asintiendo Definitivamente. Es un buen lugar para celebrar.

Después de la comida, el grupo decidió dar un paseo por la playa para disfrutar del atardecer. Las olas suaves y el cielo teñido de naranja y rosa crearon un ambiente tranquilo y hermoso.

Marta: mirando al horizonte Este lugar es realmente especial. Me alegra haber venido a Alola.

Lea: poniendo un brazo alrededor de Marta Alola es tu hogar también, Marta. Siempre lo será.

Raúl: Y tienes una familia que te apoya y te quiere.

Kukui: Y recuerda, siempre estaremos aquí para ti, sin importar lo que pase.

Marta sonrió, sintiéndose agradecida por el apoyo y el amor de su familia y amigos. Mientras caminaban por la playa, disfrutando del atardecer y la compañía, Marta sintió una paz y felicidad que no había sentido en mucho tiempo.

Mientras Marta se alejaba un poco para explorar la playa por su cuenta, Kukui, Raúl y Lea continuaron su conversación.

Kukui: mirando a Marta Se parece tanto a María.

Raúl: asintiendo Sí, definitivamente tiene mucho de María en ella. Pero también veo algo de Lea.

Lea: sonrojándose levemente No digas esas cosas, Raúl.

Kukui: riendo Quizás sea mejor guardar esos comentarios para sus conversaciones privadas.

Lea: sonriendo Y tú, Kukui, ¿no tienes a alguien especial con quien estar?

Raúl: Sí, Kukui, no nos importa si te atrae tú mismo género.

Kukui: sin pensar Bueno, estoy saliendo con Burnet...

Lea: con una sonrisa amplia ¡Al fin el niño se está haciendo hombre!

Raúl: agarrando a Kukui por el cuello y alborotándole el pelo ¡Era hora! Pensaba que te tronaba la reversa, pero me alegra que ya tengas novia.

Kukui: tratando de librarse de Raúl ¡Hey, hey! ¡Burnet no es mi novia!

Lea: riendo ¿Entonces qué es, Kukui?

Kukui: suspirando Es complicado. Estamos saliendo, pero no hemos definido las cosas todavía.

Raúl: soltándolo Bueno, al menos estás en el camino correcto.

Lea: sonriendo Burnet es una gran persona. Me alegra que estés saliendo con ella.

Kukui: sonrojándose un poco Gracias. Ella es increíble. Me hace sentir... completo.

Raúl: Eso es lo importante, Kukui. Que encuentres a alguien que te haga feliz.

Lea: mirando a Marta en la distancia Todos merecemos encontrar esa felicidad. Y Marta tiene un gran futuro por delante, con todo el apoyo que tiene.

Kukui: siguiendo la mirada de Lea Sí, Marta será una gran entrenadora. Tiene la fuerza y la determinación de sus padres.

Raúl: Y también la de su tía Lea.

Lea: sonrojándose de nuevo Basta, Raúl.

Kukui: riendo Es bueno verlos a todos tan unidos. Eso es lo que hace fuerte a una familia.

Marta regresó corriendo hacia ellos con una sonrisa en el rostro, interrumpiendo su conversación.

Marta: ¡Miren lo que encontré! mostrando una concha marina

Lea: sonriendo Es hermosa, Marta.

Raúl: poniendo una mano en el hombro de Marta ¡Buen hallazgo!

Kukui: sonriendo Tienes buen ojo, Marta.

Marta: Gracias, todos. ¿Vamos a seguir caminando?

Lea: Claro, vamos.

El grupo continuó su paseo por la playa, disfrutando del atardecer y la compañía mutua. La brisa marina y el sonido de las olas creaban un ambiente sereno y reconfortante.

Raúl: mirando a Marta Estoy muy orgulloso de ti, Marta. Has logrado mucho.

Marta: sonriendo Gracias, tío Raúl. No podría haberlo hecho sin el apoyo de todos ustedes.

Lea: abrazando a Marta Siempre estaremos aquí para ti.

Kukui: Y recuerda, siempre puedes contar con nosotros.

Marta: mirando al horizonte Lo sé. Y estoy agradecida por tenerlos a todos.

La noche comenzó a caer, y el grupo decidió regresar a casa. Mientras caminaban, Raúl y Lea se mantuvieron cerca de Marta, asegurándose de que se sintiera segura y querida. El vínculo entre ellos se fortalecía con cada momento compartido, y Marta sabía que, sin importar lo que el futuro le deparara, siempre tendría a su familia a su lado.

Después de despedirse de Kukui, Raúl recibió una llamada inesperada.

Raúl: contestando el teléfono ¿Hola?

Vecino: ¡Raúl! Necesito decirte algo urgente. Tenemos una plaga de Rattata y Raticate de Alola en el vecindario.

Raúl: sorprendido ¿Qué? ¿Cuánto tiempo va a durar eso?

Vecino: Al menos dos semanas, según el experto que vino a revisar.

Raúl: suspirando Entendido. Gracias por avisarme.

Lea: viendo la expresión de preocupación de Raúl ¿Qué pasó?

Raúl: colgando el teléfono Hay una plaga de Rattata y Raticate en mi vecindario. No sé dónde voy a quedarme a dormir por las próximas dos semanas.

Marta: emocionada ¡Podrías quedarte con nosotras y dormir con mi tía!

Raúl y Lea: sonrojados y tartamudeando ¿Q-Qué?

Raúl: mirando a Marta No quiero ser una molestia...

Lea: también tartamudeando S-Sí, no queremos incomodarte...

Marta: con una sonrisa traviesa No sean tontos, hay espacio de sobra. Además, solían ser novios, ¿no?

Raúl y Lea: más sonrojados ¡Marta!

Los recuerdos de cuando eran novios comenzaron a inundar sus mentes, trayendo consigo una mezcla de nostalgia y nerviosismo.

Raúl: respirando hondo Bueno, si realmente no es una molestia...

Lea: tratando de recuperar la compostura Claro, puedes quedarte con nosotras. Pero... quizás deberíamos hablar sobre la logística de dónde dormir.

Marta: riendo No se preocupen, encontraremos la manera. ¡Va a ser divertido!

Raúl: mirando a Lea Bueno, gracias por ofrecerme un lugar, Lea.

Lea: sonriendo, aún un poco sonrojada De nada, Raúl. Será como en los viejos tiempos, ¿no?

Raúl: sonriendo Sí, supongo que sí.

Con la decisión tomada, se dirigieron a casa de Lea y Marta. El camino estuvo lleno de charlas amenas, pero tanto Raúl como Lea no podían evitar sentirse un poco nerviosos por la situación.

Al llegar a la casa, Marta corrió adentro, dejando a Raúl y Lea unos momentos a solas en la puerta.

Raúl: mirando a Lea Gracias de nuevo, Lea. Realmente aprecio esto.

Lea: sonriendo No hay problema, Raúl. Siempre eres bienvenido.

Mientras Marta y Raúl se acomodaban, los recuerdos de su pasado seguían flotando en sus mentes. Habían sido jóvenes y enamorados, y aunque la vida los había llevado por caminos diferentes, el cariño y la conexión entre ellos aún permanecían.

Raúl: pensando en voz alta Parece que el destino tiene un sentido del humor particular.

Mientras tanto, en su habitación, Lea también se encontraba perdida en pensamientos similares. Recordaba los momentos felices que compartieron y se preguntaba qué les depararía el futuro ahora que estaban más cerca de nuevo.

Lea: susurrando Buenas noches, Raúl. Me alegra que estés aquí.

La noche transcurrió tranquila, y aunque ambos tenían sus dudas y nerviosismos, sabían que el tiempo compartido los ayudaría a reconectar y a enfrentar juntos lo que viniera.

A la mañana siguiente, Marta se despertó temprano y decidió dar una vuelta por la casa. Al pasar por la habitación de su tía, notó algo que la hizo sonreír. Lea y Raúl estaban dormidos muy pegados el uno al otro, casi como si estuvieran abrazados. Marta se cubrió la boca para no soltar una risita y siguió su camino, decidiendo guardar ese momento para bromear más tarde.

Unos minutos después, Lea y Raúl empezaron a despertarse. Se miraron, algo confundidos por la cercanía, pero luego rieron suavemente al recordar los viejos tiempos.

Lea: estirándose Buenos días, Raúl.

Raúl: bostezando Buenos días, Lea. Dormimos como troncos.

Lea: sonriendo Sí, así parece.

Mientras se dirigían a la cocina para preparar el desayuno, Marta apareció con una sonrisa pícara en el rostro.

Marta: bromeando ¡Buenos días, tortolitos! Espero que hayan dormido bien... muy pegaditos.

Lea y Raúl: sonrojados ¡Marta!

Lea: tratando de sonar seria No empieces tan temprano, jovencita.

Marta: riendo Solo digo lo que vi. No se preocupen, no voy a contarle a nadie... por ahora.

Raúl: negando con la cabeza Eres incorregible, Marta.

Lea: cambiando de tema Bueno, vamos a desayunar. Tenemos un día largo por delante.

Prepararon un desayuno sencillo pero delicioso, con frutas frescas, pan tostado y huevos. La conversación durante el desayuno fue animada y llena de risas, pero Marta no perdió la oportunidad de lanzar un par de comentarios más sobre lo que había visto.

Después de comer, Lea y Marta se prepararon para ir a la escuela Pokémon. Raúl se ofreció a acompañarlas, queriendo pasar más tiempo con ellas antes de que empezara su día.

Lea: mirando a Marta ¿Tienes todo listo para la escuela?

Marta: asintiendo Sí, tía Lea. ¡Estoy lista!

Raúl: sonriendo Genial, vamos entonces.

Se dirigieron a la escuela Pokémon, disfrutando del camino y de la compañía. Al llegar, Marta saludó a sus amigos y se dirigió a su clase, no sin antes lanzar una última broma sobre su tía y Raúl.

Marta: mirando a Lea y Raúl ¡Adiós, chicos! No hagan nada que yo no haría.

Lea y Raúl: suspirando ¡Marta!

Con Marta ya en la escuela, Lea y Raúl caminaron un poco más, disfrutando del aire fresco de la mañana.

Raúl: mirando a Lea Marta realmente es un torbellino, ¿verdad?

Lea: riendo Sí, lo es. Pero la quiero mucho. Ha sido un gran apoyo para mí.

Raúl: sonriendo Eso es evidente. Es una chica increíble, y gran parte de eso es gracias a ti.

Lea: sonrojándose levemente Gracias, Raúl. Y gracias por estar aquí. Realmente me alegra que estés de vuelta en nuestras vidas.

Raúl: con sinceridad A mí también, Lea. A mí también.

Caminaron un poco más, disfrutando de la compañía mutua y del tranquilo inicio del día. Lea sabía que Raúl tenía sus propios demonios con los que lidiar, pero estaba dispuesta a apoyarlo, como él lo había hecho por ella tantas veces antes. Mientras tanto, Raúl estaba decidido a demostrar que había cambiado y que podía ser el hombre que Lea y Marta necesitaban en sus vidas.

Mientras caminaban tranquilamente después de dejar a Marta en la escuela, Raúl y Lea se sumergieron en una conversación más profunda sobre su pasado y las personas que habían marcado sus vidas. Raúl, con una mirada pensativa, rompió el silencio.

Raúl: mirando al horizonte Sabes, Lea, siempre me impresionó lo mucho que tú y María se parecían. A veces, llegué a pensar que eran gemelas, a pesar de que solo eran medio hermanas.

Lea: sorprendida ¿De verdad pensabas eso?

Raúl: asintiendo Sí. Tenían la misma sonrisa, la misma forma de mirar el mundo. A veces, cuando te veía a ti, era como si viera a María también.

Lea: con una sonrisa triste María siempre fue alguien especial. La perdimos demasiado pronto.

Raúl: con suavidad Sí, lo fue. Y lo sigue siendo, a través de ti y de Marta. Veo partes de ella en ustedes dos todos los días.

Lea: con una lágrima rodando por su mejilla Gracias, Raúl. Eso significa mucho para mí.

Raúl: tocando suavemente su brazo No tienes que agradecerme. Solo estoy diciendo la verdad. María estaría orgullosa de ti, Lea. De cómo has cuidado de Marta y de cómo te has mantenido fuerte.

Lea: suspirando Ha sido difícil, pero Marta es mi motor. Ella me da la fuerza para seguir adelante.

Raúl: sonriendo Y tú le das la misma fuerza a ella. Es un círculo hermoso, aunque doloroso a veces.

Lea: asintiendo Sí, lo es. Y ahora, con todo lo que ha pasado, siento que estamos volviendo a encontrar un equilibrio.

Raúl: mirándola a los ojos Lo estamos, Lea. Estamos encontrando nuestro camino de nuevo. Juntos.

Lea: sonriendo Sí, juntos.

Continuaron caminando, el sol comenzando a elevarse en el cielo y llenando el día de una luz cálida y reconfortante. Ambos sabían que había más desafíos por delante, pero también sabían que mientras estuvieran juntos, podrían enfrentarlos.

Raúl: con una sonrisa ¿Te acuerdas de la vez que intentamos hacer una fiesta sorpresa para María y terminamos sorprendidos nosotros?

Lea: riendo ¡Cómo olvidarlo! Ella se dio cuenta de todo y al final fue quien nos sorprendió a nosotros con esa increíble tarta.

Raúl: riendo Sí, esa tarta. María siempre tenía una forma de darle la vuelta a las cosas. Era increíble.

Lea: con nostalgia Lo era. Siempre lograba hacer que los momentos fueran especiales.

Raúl: con seriedad Y tú también tienes ese don, Lea. No lo olvides.

Lea: mirándolo con gratitud Gracias, Raúl. Eso significa mucho viniendo de ti.

Raúl: con ternura Siempre estaré aquí para recordártelo.


Mientras caminaban y hablaban, Raúl y Lea se acercaron lentamente, sus miradas se entrelazaron, y el mundo a su alrededor parecía desvanecerse. Justo cuando estaban a punto de besarse, una voz familiar los interrumpió.

Rea: ¡Hola, chicos! ¡Disculpen por interrumpir!

Raúl y Lea se separaron bruscamente, ambos con las mejillas sonrojadas. Raúl trató de recuperar la compostura mientras Lea sonreía nerviosamente.

Lea: riendo ¡Hola, Rea! No te preocupes, no interrumpes nada... importante.

Rea: mirándolos con picardía Claro, claro. Volviéndose hacia Raúl ¡Hola, Raúl! Es bueno verte.

Raúl: intentando parecer despreocupado Hola, Rea. ¿Qué tal?

Rea: con una sonrisa traviesa Muy bien. Solo quería saludar y ver cómo estaban. Y ya veo que están bastante... cercanos.

Lea: riéndose Sí, estamos aprovechando el tiempo juntos.

Rea: Me alegra ver eso. Lea, siempre he dicho que tú y María compartían el mismo gusto por los tomates.

Lea: confundida ¿Tomates?

Raúl: levantando una ceja ¿Tomates?

Rea: riendo Sí, tomates. Ya sabes, Carle era pelirrojo, y ahora Raúl. Parece que ambas tienen una debilidad por los chicos con cabello rojo.

Lea: sonrojándose ¡Rea!

Raúl: haciéndose el ofendido Oye, no somos solo un color de cabello. Tenemos más que ofrecer, ¿sabes?

Rea: riendo Lo sé, lo sé. Solo estoy bromeando. Pero en serio, me alegra verlos felices.

Lea: sonriendo Gracias, Rea. Nos has sacado una buena risa.

Rea: guiñándole un ojo Para eso están los amigos. Bueno, los dejo seguir con su... paseo romántico. Nos vemos luego.

Raúl: sarcásticamente Gracias, Rea. Nos vemos.

Lea y Raúl continuaron su paseo, aún sonriendo por la broma de Rea. La interrupción había roto el momento, pero también les había recordado lo mucho que se apreciaban y cómo los amigos eran una parte importante de sus vidas.

Lea: mirando a Raúl Rea tiene razón, sabes. María y yo sí compartimos algunos gustos.

Raúl: sonriendo Bueno, me alegra ser uno de esos gustos.

Lea: con una sonrisa Y yo estoy feliz de que seas tú.

Continuaron caminando, la tensión entre ellos disipada por la risa y la camaradería. Sabían que habría más momentos, más oportunidades para expresar lo que sentían. Por ahora, estaban contentos de estar juntos, disfrutando de la tranquilidad y la compañía mutua.

Desde la distancia, Rea y Kukui observaban a Raúl y Lea mientras caminaban juntos. Ambos mantenían una mirada atenta y una sonrisa cómplice, disfrutando de la escena que se desarrollaba ante ellos.

Saturn: cruzando los brazos, mirando a Rea y Kukui Esto está mal, chicos. Deberíamos dejarlos en paz y no entrometernos en su vida privada.

Rea: con una sonrisa traviesa Vamos, amor. No arruines la novela. Es como ver una película romántica en vivo.

Kukui: asintiendo Exacto. Además, es divertido ver cómo se comportan cuando creen que nadie los está mirando.

Saturn: suspirando No puedo creer que estén haciendo esto. Deberíamos dejarlos tranquilos.

Rea: guiñando un ojo Relájate, Saturn. Solo estamos asegurándonos de que todo vaya bien. Y además, ¿no te parece adorable?

Kukui: sonriendo Sí, es como ver una historia de amor desarrollarse justo frente a nosotros. No podemos perder esto.

Saturn: negando con la cabeza No sé cómo logran justificar esto. Pero supongo que mientras no se den cuenta...

Rea: riendo Exacto. Solo estamos observando. No vamos a interferir... mucho.

Kukui:  Solo lo suficiente para asegurarnos de que se den cuenta de lo que sienten el uno por el otro.

Saturn: suspirando Está bien, está bien. Pero si en algún momento esto se sale de control, ustedes serán los responsables.

Rea: asintiendo Trato hecho. Pero confía en nosotros, mi vida. Sabemos lo que estamos haciendo.

Kukui: (sonriendo) Además, todo es por una buena causa. Queremos verlos felices.

Mientras tanto, Raúl y Lea continuaban su paseo, ajenos a la vigilancia amistosa de sus amigos. La tarde transcurría con risas y conversaciones, y aunque no se dieron el beso que casi compartieron, sabían que había algo especial entre ellos.

Rea: susurrando a Kukui ¿Te das cuenta de lo bien que se ven juntos?

Kukui: asintiendo Sí, lo noto. Solo necesitan un pequeño empujón.

Saturn: resignada Está bien, chicos. Pero prometan que no harán nada demasiado loco.

Rea: sonriendo Lo prometemos, cariño. Solo queremos ver un final feliz.

Kukui: asintiendo Y estoy seguro de que lo habrá. Solo es cuestión de tiempo.

Lea y Raúl seguían caminando por el sendero, disfrutando de la tranquila tarde y de la compañía del otro. El sol comenzaba a ocultarse, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rosados. Lea, con una mirada un poco seria, se detuvo y miró a Raúl.

Lea:  Raúl, tengo una pregunta que me ha estado rondando la cabeza desde que volvimos a vernos. En estos 13 años que no nos vimos... ¿estuviste con otras mujeres? ¿Pensaste en alguien más?

Raúl, sorprendido por la pregunta, se detuvo también y la miró a los ojos. Luego, con suavidad, tomó el mentón de Lea con su mano, levantando su rostro para que lo mirara directamente.

Raúl: con voz firme y sincera Lea, en todos estos años, solo tú has tenido espacio en mi corazón. No hubo nadie más. Nunca dejé de pensar en ti.

Lea sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, pero eran lágrimas de alivio y felicidad. La sinceridad en los ojos de Raúl la conmovió profundamente.

Lea: con la voz temblorosa Raúl... yo también pensé en ti todo este tiempo. Siempre fuiste tú.

Raúl sonrió y, sin pensarlo dos veces, acercó su rostro al de Lea. Ella cerró los ojos, anticipando el momento. Sus labios se encontraron en un beso suave y tierno, un beso que llevaba años esperando ser compartido.

En la distancia, Rea y Kukui, que aún los observaban, intercambiaron una mirada cómplice y sonrieron.

Rea: susurrando Creo que hemos presenciado el comienzo de algo hermoso.

Kukui: asintiendo Sí, definitivamente. Finalmente, han encontrado su camino de regreso el uno al otro.

Saturn, aunque seguía un poco reticente, no pudo evitar sonreír ante la escena.

Saturn: suspirando Está bien, chicos. Admito que esto fue... bonito.

Raúl y Lea se separaron lentamente, ambos con los rostros sonrojados y sonriendo.

Raúl: en voz baja Te amo, Lea.

Lea: susurrando Yo también te amo, Raúl.

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