21: Return.
⚠️Advertencia ⚠️
Separación, divorcio, un poco de angustia, reconciliación. Kacchan alfa, Deku Omega trans~, cachorro bakudeku, Lemon 7w7
Inspiración de dos imágenes que tristemente no puedo subir, no sé por qué Wattpad nunca me permitió subir imágenes pero dejaré la del meme arriba akskdk.
Este one shot es como una petición y por eso es pussy, yo pregunté "pussy o no?" Y me dijeron "si no lo haces pussy ya no te sigo 🤺"
Es broma xD, pero si me dijeron que lo hiciera pussy uwu. En fin, disfruten y déjeme muchos comentarios. ✨🧐
(....)
Izuku y Katsuki se habían casado demasiado jóvenes, siendo impulsados por las hormonas de la juventud y su visiones de "amor eterno". Apenas habían terminado sus universidades y ninguno tenía un trabajo estable o con los que ganarán mucho.
Katsuki se había ido por los negocios y trataba de fundar su propia empresa desde cero, eso había traído algunos problemas financieros y falta de tiempo con su pareja. Izuku quería tener su propio restaurante, eso también era complicado ya que necesitaba un personal y sacar dinero para el establecimiento.
El primer año les fue bien, con algunos trompicones pero siempre trataban de no tener discusiones y el sexo de reconciliación siempre ayudaba también.
Pero las cosas se vinieron abajo al segundo año de casados cuando Izuku quedó en cinta, fue un problema para la economía y la relación de los dos.
El alfa había dicho que no estaban preparados financiera y mentalmente para un hijo, pero a pesar de eso llevaron a cabo el embarazo, fue duro para Izuku quien se tuvo que quedar siempre en casa cuidando de su pequeño bebé.
El restaurante estuvo tambaleándose durante ese tiempo, ya que el Omega no podía ayudar mucho y menos cuando su panza crecía cada vez más y más, pero a pesar de eso estuvo feliz, por un tiempo.
Katsuki tenía que trabajar el doble, tratando de conseguir dinero para las cosas del nuevo integrante y tratar de hacer crecer su empresa.
Todo llegó a un punto de quiebre cuando el pequeño cachorro nació y cumplió un año de edad. Izuku estaba estresado haciendo malabares con su tiempo y atendiendo su negocio, estando casi solo todo el tiempo ya que su esposo se la pasaba fuera de casa. Ese estrés se derramó en una acalorada discusión.
-¡Maldita sea! ¿¡Qué más quieres que haga cuando estoy tratando de hacer todo lo posible para que mi empresa funcione y tengas comida para el mocoso!? -el rubio exclamó enojado, había tenido un día pesado y lo único que quería era dormir, pero se encontró con el Omega molesto, como lo hacía desde hace varios días.
-¡Pero Kacchan! ¡Debes de ayudarme aunque sea un poco! ¡Siempre trato de mantener mi trabajo en pie y ésta casa! ¡Y tú solo te la pasas trabajo fuera y nunca me prestas atención! -Izuku no estaba exigiendo demasiado, solo quería sentir la calidez de su alfa una vez más, quizás también una buena ronda de sexo antes de dormir.
Ya no lo hacían tan seguido desde que nació el pequeño cachorro, la razón era porque Izuku se la pasaba agotado y su aroma de leche y miel era más relajante que excitante. Pero ahora que ya había cumplido un año ese aroma se disipó y las necesidades de Izuku habían vuelto casi al cien por ciento. Pero eso solo hacía más complicadas las cosas, la abstinencia no era buena con el estrés mezclado.
-¿¡Atención!? ¡Hay muchas otras cosas que necesitan mi verdadera atención ahora! -Katsuki chilló exasperado-, ¡Si hubiera sabido que sólo serías un estorbo nunca me habría casado contigo!
La habitación quedó en silencio después de eso, el pecho de Katsuki se hundió sabiendo que esas palabras fueron demasiado lejos. Por otro lado, Izuku sintió como su corazón se partía en dos, nunca creyó que las cosas resultarían de esa manera, en su mente se hacía la idea de que solo era una obligación para Katsuki, no un apoyo.
-D-Deku... yo -el rubio trató de disculparse, pero el pecoso solo se fue a su armario sacando una maleta y echaba en ella toda la ropa que pudiera, Katsuki supo que la cagó en grande-. ¡Espera maldición! Déjame explic-
-No, lo has dejado muy en claro. No soy relevante en tu vida, ni nuestro hijo tampoco -Izuku estaba dolido, mucho, necesitaba aire, despejarse y respirar profundamente lejos de ese apartamento cerrado-. Me iré a casa de mi madre.
Katsuki trató por todos lo medios hablar con su esposo, pero Izuku no lo escuchó, empacó sus cosas, llamó un taxi y cargó a su pequeño cachorro. Antes de irse sacó de su dedo anular el pequeño aro dorado que lo conectaba legalmente de por vida a otra persona, se la dejó al rubio en las manos antes de subir al carro e irse.
El rubio solo pudo sujetar el pequeño anillo contra su pecho que dolía como los mil demonios y caminar a su habitación para tirarse boca arriba sobre su sola y fría cama.
Era más que obvio lo que significaba esa pequeña acción.
(...)
Una semana después Katsuki tuvo que firmar los papeles de divorcio. No podía atar a Izuku a su lado por más que quisiera, lo mejor era cumplir con su demanda y dejarlo en paz.
No supo mucho de Izuku desde entonces, algunas veces iba a la casa de la madre del pecoso para ver a su hijo. La mujer mayor no lo odiaba, ella en parte entendía la razón tras esa separación y agradecía mucho que el alfa siguiera presente en la vida de sus amores.
Inko sabía que ellos aún se amaban, pero necesitaban tiempo para encontrarse a sí mismos antes de intentar sanarse uno al otro, sinceramente, el divorcio en ese momento era lo mejor. Por eso siguió aceptando al alfa en su casa para que pasara tiempo de calidad con su pequeño arbusto.
Nazuki, era una copia idéntica a Izuku, excepto que sus ojos eran rojos y no verdes, pero tenía todo, cabello verde rizados, pecas y ojos grandes, acompañados con esa enorme sonrisa que solo esos pecosos podían tener.
A Katsuki le gustaba y le dolía mucho ver a su hijo, era como tener todo un paraíso cerca, pero detrás de un gran muro con rejas, podía ver y acercarse, pero no podía tener más que eso.
Dos años después de su divorcio de alguna manera Katsuki sacó su empresa adelante, quizás sea por el hecho de que la pasaba trabajando hasta el cansancio como un castigo impuesto por el mismo para no dejarse llevar por los recuerdos y el autodesprecio que se tenía.
Gracias a eso ganaba mucho dinero, más que suficiente para mantenerse él solo, ¿Pero de qué le servía tener tanto si no podía compartirlo y disfrutarlo con la persona que amaba?
Sabía que Izuku no necesitaba nada, según su ex-suegra, el pecoso también sacó a flote su restaurante. Tenía buena clientela y un personal suficiente, aún así Katsuki le dejaba dinero a Izuku por medio de Inko, con la excusa que era la "manutención para el cachorro", era mucho más de lo que fuera a necesitar para comprarle sus cosas en realidad.
Y al tiempo de casi cumplirse tres años de haberse separado, Katsuki habló con sus padres reuniendo apoyo moral y dejando de lado su cobardía. El rubio se paró al frente de las puerta del restaurante "Deku", Katsuki nunca pudo creer que el Omega haya usado su apodo en su establecimiento, pero le parecía tierno en cierto modo.
Entró y pasó a una de las mesas que estaban al fondo, el sitio era cálido y acogedor, habían plantas y flores en macetas dando frescor. Las paredes estaban pintadas en tonos claros, era un sitio agradable al que más de una familia volvería para comer. Pensar en eso le hizo doler el pecho un poco, había superado muchas cosas con el paso de esos tres años, pero no podía dejar de sentirse melancólico cada vez que pensaba en las buenas cosas que podría tener ahora.
-¡Buenos días, bienvenido al restaurante De-! ¿¡Kacchan!? -el pecoso estaba parado al lado del rubio mirándolo con los ojos muy abiertos, y Katsuki no pudo evitar sentirse sorprendido también.
No sabía que el Omega atendía también a sus clientes, pero no podía evitar agradecer eso, podía verlo de nuevo, se miraba más gordito que la última vez que lo vio salir de su apartamento. Se miraba atractivo incluso bajo esa ropa de mesero, Izuku debería de cambiar esos pantalones tan apretados.
-H-hola Deku... yo solo... -Katsuki quería inventar una excusa, y se sentía tan nervioso, no pensó bien como seguir con eso una vez lo viera-. Yo quería verte, no te voy a mentir.
El pecoso tampoco sabía cómo reaccionar bien, las pocas veces que miró a Katsuki fue de lejos, a veces estaba escondido en la casa de su madre cuando visitaba a su pequeño Nazuki, y lo miraba a escondidas. Verlo ahora de frente y hablarle era algo que no estaba en sus planes ni tampoco se lo esperó.
-S-sí, toma -el pecoso colocó rápidamente el menor sobre la mesa y después se apartó un poco-, volveré en unos minutos para recoger tu orden.
Izuku se dio la vuelta y casi corrió a la cocina, pasó directamente a la sala de descanso dejándose caer sobre un sofá.
Su corazón latía tan fuerte y rápido que Izuku tenía miedo de que se le pudiera salir del pecho, mirar a Katsuki de cerca no le había caído bien, no había cambiado mucho, pero de alguna manera era diferente, su mirada seguía siendo cálida, aunque podía notar la madurez mental en ella.
"Yo quería verte"
No pudo evitar sonrojarse, el rubio había venido a su restaurante en específico solo para verlo, era más que obvio, pues el rubio sabiendo que era suyo no habría entrado si no quisiera toparse con él, Katsuki quería seguir presente en su vida, lo sabía, su madre siempre le decía que el rubio preguntaba por él y lo que hacía.
Además de dejar bastante dinero para su cachorro y para sus propias necesidades.
Nazuki le hablaba de lo bueno y lindo que siempre era su papá, aunque desviaba sus pequeñas preguntas mal balbuceadas sobre la razón por la cual "su mami nunca estaba cerca de papi".
Su bebé aún era muy joven para romper su corazoncito al decirle la verdad. Por eso siempre mantenía ese tema al margen y hablaba con su pequeño sobre las cosas que hacía con el alfa. Dejaba que el rubio saliera a pasear con su hijo por un par de horas y después volvían cargando un montón de bolsas con ropas y juguetes.
Pero dejando de lado lo buen padre que estaba tratando de ser el rubio, Izuku tuvo que atenderlo poco después, tomar su orden y llevarle la comida, hubo un pequeño roce de manos cuando le entregó la comida. Fue Katsuki quien acarició su mano por un breve momento mientras le miraba con ojos anhelantes.
Aún si pudieron compartir un par de palabras esa vez, la rutina duró una semana, Katsuki iba a comer en el restaurante del pecoso sentándose siempre en la misma mesa. Un par de palabras, un par de roces, sonrisas y eso era todo.
Hasta un domingo que Katsuki fue a la casa de Inko para ver a su hijo cómo era costumbre. El rubio pensó que sería como otro día cualquiera, recogería al pequeño brócoli y pasaría con él el rato, sin embargo, cuando entró a la casa su pequeño cachorro estaba más emocionado que de costumbre.
-¡Pá! ¡Papi! -el menor de casi cuatro años llegó tropezándose hacía el rubio por correr tanto, el rubio se agachó para atraparlo-, ¡Mami quiere venir con nosotros, él lo dijo! ¿¡Puede venir, puede!?
Katsuki abrió sus ojos sorprendido por lo que le habían dicho y miró hacia arriba para encontrarse al pecoso sentado al lado de su madre, estaba nervioso, era obvio para el rubio, sus mejillas ligeramente sonrojadas y le evitaba la mirada. Un pequeño rayo de esperanza brilló para el alfa.
-Claro que sí, ve a buscarlo para ir a comer helado, anda -el rubio alentó a su pequeño y este fue corriendo adonde estaba su progenitor para chillar y lajarlo de la ropa con ansías.
Izuku se levantó de su puesto y cargó al menor para llevarlo afuera, le dio un pequeño saludo al rubio y caminó hacia la salida, aún estaba algo nervioso como para decirle algo más. Ambos sabían de sobra que tenían pendiente una charla sería, pero ninguno sabía cómo comenzarla.
-¡Adiós! ¡Espero que disfruten de su paseo! -Inko se despidió guiñando un ojo a Katsuki, sabía que su cachorro estaba en buenas manos.
(...)
La cita, no-cita, que tuvo con el pecoso y su hijo ese día fue increíble, salieron al parque un rato y mientras Nazuki quiso jugar un rato con los otros cachorros, Izuku y Katsuki se sentaron en una banca.
El rubio rompió el pequeño silencio preguntándole al pecoso como le iba con su restaurante. Izuku comentó sobre ello alegre, parecía casi aliviado de que preguntara solo por algo trivial, pero para ese día era mejor así. Después del parque fueron a comer helado, Katsuki pidió uno de menta con chocolate y otro helado de vainilla con fresas.
Izuku pareció sorprendido de que el rubio recordará su sabor favorito de helado después de tres años sin hablarse o verse bien, y Katsuki no pudo evitar decirle;
-Nunca olvidaría ni los más pequeños detalles de ti -eso hizo sonrojar al pecoso de sobremanera y comió sonrojado mientras hablaba con su cachorro, Katsuki hizo un movimiento arriesgado.
La mano de libre del pecoso estaba por debajo de la mesa y Katsuki la tomó, acariciando suavemente sus dedos delgados. Fue como si todo volviera a su lugar en el mundo por ese instante, su mano agarrando la del amor de su vida, encajando perfectamente una con la otra.
Fue bueno mientras duró el paseo, compró algunas cosas para Nazuki aunque Izuku alegó que ya tenía muchas cosas, pero no pudo decir que no al ver sus ojitos grandes y suplicantes. Al final terminó volviendo a casa con más bolsas, Katsuki incluso le compró un pequeño brazalete como regalo, era un juego de tres, y fue una buena excusa para el alfa ya que había uno pequeño para niños.
La semana siguiente Izuku dejó que Katsuki se llevará a su hijo por un par de días, le dejó todo lo necesario para que pudiera pasar las noche en la casa del alfa y se despidió de su pequeño cachorro con abrazos y besos.
-¿Por qué no puedes venir conmigo? -Nazuki preguntó e Izuku tuvo que ingeniárselas para no llorar o algo parecido porque la pregunta en verdad dolía.
-¡Es que mami tiene que salir! ¡Voy a estar ocupado estos días y la abuela también, además sé que tu papá te va cuidar bien! -el pecoso mintió pero pareció suficiente para calmar al menor, Katsuki le abrió la puerta de su auto al pequeño y lo hizo entrar, Izuku se acercó al rubio para hablarle antes de que se fuera.
-Lo cuidaré bien, no te preocupes -habló el alfa antes de que Izuku pudiera murmurar algo.
-¿Seguro que no te quitará tiempo? Tu empresa... -el pecoso dejó que las palabras se perdieran, no pudo evitar que la tristeza se cruzara por su rostro al recordar varias cosas desagradables.
-Deku, tengo una buena posición ahora, un viejo amigo de la universidad que también conoces es mi socio y me ayuda a llevar el cargo, confío en que él cuide del lugar mientras no estoy, además, Nazuki también va a la guardería por las mañanas, podré manejar el tiempo perfectamente -Katsuki sonrió ladino, si hubiera pensado en eso desde el inicio las cosas fueran más fáciles, sin embargo, fue un bastardo egocéntrico, pero ya no podía cambiar el pasado.
-Bien, los veré en dos días entonces -Izuku estaba sorprendido, no sabía que Katsuki había hecho eso, no le gustaba mucho tocar el tema de la empresa del rubio por su discusión en el pasado, pero ahora entendía cómo era que el alfa estaba casi a diario en su restaurante para comer y quedarse un buen rato aunque estuviera lejos de su trabajo.
Antes de irse, Katsuki colocó un mechón verde de Izuku detrás de su oreja, fue un hermoso instante en que el rubio pudo volver a tocar esos rizos verdes, eran iguales de suaves que los de su hijo.
Después Katsuki solo sonrió levemente y se fue dejando a un Omega con el corazón a millón.
El primer día de Nazuki en casa de su padre el pecoso recibió fotos desde el número de Katsuki, hacía tanto que no se enviaban mensajes o llamadas. Pero ahí estaban las fotos de Nazuki con su rostro lleno de arroz y mordiendo una rebanada de cerdo frito con una frase más abajo "Tenía que ser tu hijo 😒"
Izuku no pudo evitar reírse, su cachorro sacó el gusto por el Katsudon tanto como él. Recibió un pequeño vídeo no mucho después, aparentemente su pequeño tenía una sudadera con capucha que tenía orejas y ojos, se colgó del rubio cuando éste fue a recibir un paquete en la puerta de su apartamento.
Nazuki se reía y decía cosas sin sentido mientras trataba de trepar a su padre, el objetivo del menor era un llavero con una figurilla de All Might. El corto se acabó cuando Katsuki terminó de guardar su paquete y apagar la cámara, pero aún tenía a su pequeño colgando de su camisa.
Le llegó otro mensaje poco después, "En serio nerd, yo creo que solo usaste tus genes para hacerte un clon, aunque agradezco que no sea un pequeño gremlin la verdad", Izuku sonrió ante el mensaje, le gustaba All Might y ese gusto se pasó a su pequeño cuando miraba la serie de vez en cuando para distraerse, pero le enorgullecía que su hijo haya crecido con buenos gustos.
"Deku, mañana cuando recojas a Nazuki también te daré el dinero de este mes, pero, ¿Podrías venir antes de las doce para hablar?"
El pecoso miró el mensaje por la noche sintiéndose algo entumecido. Al otro día Izuku fue a la casa de Katsuki, se suponía que tenía que recoger a Nazuki a las cuatro, pero fue a las once, muy temprano, sí. Tenía que hablar con el alfa, al parecer Katsuki no se mudó del apartamento, eso traía recuerdos al pecoso, tantos buenos como malos.
Recordar su primer año de casados allí le sacaba una sonrisa, pero recordar los años siguientes era más agridulce, aún así parecía que volvía a casa después de tanto.Tocó la puerta y esperó pacientemente, cinco minutos después la puerta se abrió, pero Izuku ni siquiera pudo decir hola antes de el rubio lo tirará hacia el interior del lugar.
El aroma del rubio estaba muy denso y fue presionado contra la pared del pasillo mientras el rubio se pegaba a su cuerpo y frotaba su erección dura contra su parte baja vestida. La boca del pecoso fue invadida con rapidez, ah, Izuku había olvidado lo bien que se sentía esos besos que le ponían las piernas como gelatinas.
Cuando al fin pudo respirar, Izuku tomó grandes bocanadas de aire y miró al alfa con sus mejillas rojas, los ojos rubí estaban brillando de una forma oscura. Eso hacía que el cuerpo del pecoso reaccionara de manera inmediata, hacía mucho que Katsuki no lo miraba con tanto deseo.
-¿Qué estás haciendo Kacchan? ¿Por qué? -Izuku no luchó, su cuerpo estuvo restringido tanto tiempo del calor y el deseo carnal que ahora era imposible detenerse y pensar con claridad.
-¿Te preguntas por qué? Porque quiero sentirte y porque ya no puedo contener esas ganas que tengo de quitarte la ropa para hacerte gritar como cuando teníamos apenas veinte -Katsuki llevó sus manos al elástico del pantalón de Izuku y lo jaló-, lo peor que pude haber hecho en mi vida fue decirte que eras un estorbo, no lo eras y nunca lo serás, yo estaba tan frustrado de no poder darte todo lo que te merecías y no pude expresarme de una buena forma.
-Kacchan... -Izuku murmuró el apodo con sus ojos brillantes, estaban llenos de lágrimas que quería derramar, después de un tiempo Izuku supo que las palabras de esa noche solo fueron por la ira y el calor del momento, pero tenía inseguridad de acercarse a su ex-esposo, aunque pueda que eso fue lo mejor, que ambos tuvieran tiempo para pensar por separado y enfriarse.
-Me sentía inútil al no poder darles comodidad y además no quería meterme en tu proyecto con el restaurante, pero tú y Nazuki siempre será lo mejor que hubiera podido pasarme en vida -Katsuki hablaba mientras le quitaba las prendas al pecoso, cuando la camisa estuvo fuera de su bella piel, el alfa volvió a tomar sus labios carnosos y pasear una de sus manos por esos pezones erectos.
Izuku solo pudo gemir ahogadamente cuando sintió como el rubio lo tomó de las piernas para alzar lo y pegarlo contra la pared, su coño apenas estaba vestido con su ropa interior y la erección del alfa presionaba contra el, mojándose con su lubricante y ensuciando la tela de los pantalones.
-Quiero hacerte mío de nuevo, darle a Nazuki un pequeño hermano, ¿No te pareces bien? -Katsuki apretó con saña los glúteos del pecoso, sintiendo esa suave piel moldearse y agitarse por los noviembre.
El pecoso no podía pensar con claridad, solo quería que SU alfa metiera esa dura y grande polla dentro de su coño de nuevo. Hacía tanto tiempo que no estaba tan necesitado, y su interior pedía a gritos ser llenado por una polla en particular que conocía bastante bien, asintió a las palabras del alfa dándole luz verde para proseguir.
No supo en qué momento Katsuki se había quitado la ropa también, pero lo que sí sabía era que los dedos gruesos del alfa dentro de su coño se sentían muy bien. Lo abrían de forma deliciosa y se movían de dentro hacia afuera con rapidez, se abrían como tijeras y casi se corría en menos de un minuto por eso.
-No sabes lo mucho que he extrañado ver este coño de nuevo, ahora estás tan apretado, casi como la primera vez que lo hicimos -Katsuki se sentía emocionado, aún era el primero y el único en la vida de Izuku, y esperaba seguir siéndolo.
El rubio agregó otro dedo y lo movió con rapidez haciendo que Izuku arqueara la espalda mientras estrujaba su interior con fuerza, un chorro abundante de lubricante se derramó de ese coño rosado y húmedo.
-¡A-ah! K-Kat-suki te necesito dentro ¡Ahora! -el pecoso exclamó con impaciencia y Katsuki no podía decirle que no, bajó la piernas de Izuku volteandolo de pecho con la pared, abrió sus piernas y presionó su polla contra ese agujero rosado.
Los ojos de Izuku se cruzaron cuando la gorda polla lo estiró tan exquisitamente como lo recordaba. Apenas pudo respirar con facilidad cuando estuvo completamente dentro, Izuku apoyó una mano en la pared y la otra mano fue tirada hacia atrás por el agarre de Katsuki.
Un momento de lucidez llegó al pecoso recordando la razón por la cual había ido a la casa del alfa.
-Dijiste que viniera para hablar y darme el dinero del niño. Kacchan, ¡Solo era eso! -Izuki exclamó y después soltó un gemido cuando Katsuki movió ligeramente su polla en su interior, frotándose contra sus puntos dulces, a pesar de tanto tiempo aún recordaba como hacerlo derretir con rapidez.
-¿Te la saco? -Katsuki le preguntó con burla y una media sonrisa, Izuku solo pudo voltear su rostro hacia el rubio y mirarlo con el rostro sonrojado de vergüenza.
-¡No, pero no me mientas! -el pecoso chilló, y Katsuki le dio una embestida con fuerza, seguía de más algo débiles-. ¡L-la próxima vez-ngh! ¡Me dira-ahs~... Tus verdaderas intencion-es!~
Katsuki empezó a mover sus caderas con más rapidez, le encantaba como se sentía Izuku de estrecho, de verdad parecía que fuera un virgen, amaba como el interior caliente lo apretaba tanto, parecía que tuviera ganas de arrancarle la polla.
Había un sonido húmedo en el aire cada vez que embestía, el pecoso lloraba y sollozaba balbuceando lo bien que se sentía.
Las bolas del rubio pegaban contra el trasero del pecoso llenándose cada vez más de ese lubricante que resbalaba por sus muslos gruesos, de verdad que le encantaba que Izuku hubiera subido un poco de peso. No estaba gordito, parecía como si todas las calorías se fueran solo para esas piernas y ese delicioso trasero.
-J-joder... -Katsuki gimió soltando su agarre del brazo del pecoso y llevándolo a su cabello, recordaba que al Omega le gustaba ese tipo de agarres fuertes.
Tiró del cabello de Izuku sujetando también sus caderas con una mano, su respuesta fue un apretón fuerte en su polla, de verdad se la iba a arrancar a ese paso. El pecoso sacó su lengua mientras trataba de respirar, lágrimas de placer resbalaban por sus mejillas y sus ojos estaban empañados, ya recordaba una de las razones por las que quiso casarse con Katsuki.
La dulce liberación llegó para ambos demasiado rápido para sus gustos, Katsuki sintió sus bolas tensarse mientras se enterraba una última vez dentro de Izuku y derramaba allí todo sus semen caliente y espeso, tres años de solo satisfacerse con su mano, ese momento era el mismo paraíso bañado en gloria.
Izuku se corrió una última vez soltando un largo gemido largo y quebradizo, fue emocionante, sus oídos zumbaban y su pecho parecía querer estallar de tantos latidos que daba su corazón por segundo.
-Vamos a nuestra antigua habitación, hay que hacer nuevos recuerdos sobre nuestro colchón, aún falta mucho antes de buscar a Nazuki en la guardería -Katsuki murmuró al oído del pecoso con su voz grave, eso le envió un escalofrío por la espalda y gimió cuando lamió su lóbulo.
Fue una excelente hora y media quemando calorías, el sexo de reconciliación siempre funcionaba.
(...)
Nazuki miró a su padre, después a su madre y volvió a mirar al rubio. Su pequeña nariz podía captar algo, una mezcla de un reconfortante aroma que nunca antes había olido.
Pero, sus papás se miraban algo raro. Papá tenía algunas marcas rojas en el cuello y su mamá se miraba cansado, pero tenía una sonrisa ligera en el rostro, como cuando tenía mucha hambre y al fin podido comer algo delicioso.
El pequeño brócoli no entendía nada, pero ellos estaban felices y él también estaba feliz. Fue aún mejor cuando su papá los llevó a vivir con él, y cuando nació su pequeño hermano todo fue perfecto.
Fin.
(...)
Espero que les haya gustado gente bonitaaaaaAaaAaa.
Akdkdkf. Ese meme me lo envió una linda personita que me hace recargas cuando no tengo money y me vi en la obligación de hacerle el favor. Hay que ser panas. 🤝 ✨🧐
Zaorycast. ✨✨
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