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07: Salvajs.

Un pequeño one shorts de una idea random que se me ocurrió por ahí.

¡Lobo híbrido salvaje Kacchan! ¡Conejo híbrido salvaje Deku!
Temática Omegaverse con omegas intersex

El plan de Kacchan le salió a la revés, pronto entenderán lo que digo. ✨🕴️

(...)

El bosque, profundo y espeso, lleno de árboles gigantes, animales grandes y peligrosos, tan misterioso como hermoso. Era el hogar de un lindo conejito de cabellos verdes, tan lindo, pero a la vez tan peligroso como el mismo bosque.

No se dejen engañar por esas dulces mejillas pecosas, su colita pomposa, ni menos de sus lindas orejitas. Incluso Katsuki, siendo un gran lobo feroz que podía bajar el cuello de cualquiera fácilmente con sus garras, le tenía un profundo miedo y respeto a esa criatura hermosa, pero sobre todo miedo.

El rubio recuerda bien cuando conoció al conejito salvaje, las patas peludas del rubio pisaban las hojas secas del bosque mientras que su nariz buscaba en el aire cualquier indicio de comida. Sin embargo, lo que llegó a su nariz fue un delicioso olor dulce, como a plantas frescas, que al seguirlo dio con un pequeño animal peludo escarbando en las raíces de un gran árbol.

La piel peluda del conejo que le llegaba hasta más arriba de sus muslos. Un poco más arriba, en donde su trasero tenía una tierna colita pomposa que se movía a mil kilómetros por segundo, estaban algo llenas de tierra. El conejo botaba tierra hacia atrás con algo de fuerza y rapidez, al sentir que el aroma dulce provenía de él supo que su celo estaba cerca.

Katsuki había sonreído, sus filosos colmillos a la vista, había encontrado "comida" aunque no exactamente para comer, había escuchado que los conejitos entraban a celo muy a menudo, y eran extremadamente rápidos. Los alfas lobos siempre estaban listos para la acción, solo esperaban de los Omegas para procrear, per Katsuki era un lobo solitario y no había visto a una hembra en mucho tiempo.

Poniendo su posición de caza, se acercó lo más posible al Omega pequeño, trató de no hacer ningún tipo de sonido para no hacer que se escapara. Cuando sintió que estuvo en la distancia adecuada saltó hacia su presa para atraparla, y quien sabe, si el conejito se portaba bien quizás Katsuki sería amable y lo "ayudaría" con algunos otros de sus celos.

Tal vez no debió de haber tomado su victoria tan pronto, no se esperó que el conejo pudiera esquivar su ataque tan fácilmente, tampoco se esperó la fuerte patada en el cuello cerca de su mentón, le dolió, mucho, ese conejito tenía fuerza.

—¿¡Que haces en mi territorio!? —el pequeño gruñó mientras se ponía en una posición de ataque, sus orejas echadas hacia atrás, una de sus patas traseras golpeó rítmicamente el suelo, el de cabellos verdes mostró sus pequeños colmillos como un gesto amenazante.

Katsuki parpadeó un par de veces, espabilando ante lo que acababa de suceder, miró al Omega conejo quien trataba de verse "intimidante", sin embargo, esa carita arrugada solo lo hacía verse de alguna manera más tierno.
El rubio tomó también una posición de ataque, aceptando el reto que le había impuesto el conejito, sonrió con malicia lamiendo sus labios con deseos de carne de conejo.

—¿Hum?, ¿Por qué no solo eres un buen conejito me dejas estar entre tus piernas?, Estoy seguro que lo vas a disfrutar bastante. —la cola de Katsuki se meneó con rapidez, al pensar nada más en eso, su polla se estaba poniendo dura al oler ese aroma dulce, y ahora un poco denso del Omega.

—Voy a arrancarte la garganta. —el pecoso gruñó alzando un poco su trasero y flexionar sus piernas para tomar un impulso hacia delante, Katsuki sintió como su polla ahora estaba como roca entre sus piernas.

Lo siguiente que puede recordar Katsuki es un poco de lucha, el conejo escurridizo que se escapaba de sus garras en fracciones de segundos y las fuertes patadas que le daban en la cara. Pero, después de tanta pelea, al final pudo someter al pecoso contra el suelo, el aroma dominante del rubio hizo que el celo del menor se volviera más fuerte y pronto su coño estaba chorreando y mojado a más no poder.

Aún así, el pecoso no dejaba de gruñir y querer mordeler lo que pudiera alcanzar primero. Katsuki le sujetó las manos en la espalda, elevó su trasero y abrió sus piernas con la otra mano, pudo ver como un hilo transparente caía del coño rosado al suelo casi sin despegarse. El rubio quiso probar, pero eso lo haría después, ya tendría tiempo de comer todo lo que quisiera, después de todo ese conejito salvaje sería la madre de sus futuros cachorros, ya lo tenía decidido.

Katsuki alineó su enorme polla contra el pequeño coño del pecoso y empujó sin importar más nada que enterrarse allí. Lo primero que sintió fue como el pegajoso calor lo envolvía de una forma deliciosa, las apretadas paredes del menor luchaban para amoldarse alrededor de su polla. Pronto los gruñidos del Omega se volvierom suaves quejidos, fue como su aprobación para empezar a con sus embestidas sin reparos.

Golpeaba fuerte, los sonidos morbosos de las pieles al chocar eran sonoros, al igual que los gemidos del pecoso. Se fueron intensificando y llenos de júbilo, estaba en su celo, y eso era lo mejor que a Katsuki le pudo haber pasado. Cuando sintió que era seguro soltó las manos del omega y miró como éste se agarraba del suelo con fuerza, incluso él mismo abrió un poco más sus piernas para que la polla pudiera entrar aún más profundo.

—¡O-oh! ¡Ahí, s-sí! —el Omega gritó con fuerza, Katsuki puso sus manos peludas en el suelo para mantenerse firme y seguir con sus embestidas profundas, sentía la cola del conejo batirse con rapidez entre ellos, era lascivo y adorable al mismo tiempo, una combinación peligrosa.

—¡Me apretas tanto, maldita sea! ¡Joder! —Katsuki siguió con sus embestidas fuertes hasta que sintió como su polla empezó a derramar hilos blancos y pesados de su semilla, se enterró lo más que pudo en el coño del pecoso para dejar su semen lo más profundo posible.

La viscosidad se derramó al suelo desbordando del coño rosado del Omega.
Katsuki se quedó un momento así hasta que ya no salió nada más de su polla, sonrió con satisfacción, al parecer ese conejito no era tan indomable después de todo. Salió del interior del Omega con suavidad, mirando como más de su semilla se caía al suelo por eso, y antes de decir cualquier cosa, miró como el conejo volteó su rostro hacia el, y no tenía una linda expresión, lo siguiente que supo era que estaba boca arriba en el suelo con el Omega sobre su polla de nuevo.

—¿Creíste que solo eso era suficiente para satisfacerme?, Disculpa lobito, soy un conejo, una ronda no me va a bastar. —la nariz del menor se frunció con molestia antes de llevar una de sus manos hacia la polla del rubio y masturbar un poco para que volviera a ser dura.

Después simplemente se dejó caer en ella hasta el fondo, y Katsuki no pudo hacer nada, una mano del pecoso llena de garras de presionó en su cuello, justo sobre su yugular, y sabía que si se movía demasiado su final no iba a ser bueno. Además también estaba un poco hipnotizado con el conejito que se daba autoplacer con su polla.

—Es tan grande, me siento tan lleno. —las orejas peludas y verdes caían a cada lado de la cabellera rizada, esos ojos oscuros como el bosque bajaron para verle directamente mientras le seguía sonriendo—. Por cierto, mi nombre es Izuki, y tienes que hacerte responsable de mí de ahora en adelante.

Izuku utilizó sus fuertes piernas para empezar a dar sentones rápidos, velocidad de conejo activa, y Katsuki sintió que vio estrellas. El pecoso gemía con su lengua afuera, sus ojos llenos de lágrimas y volteado hacia arriba en una expresión de completo éxtasis.

Siguió abusando de la polla del rubio hasta que sus piernas no pudieron más, eso fue unas cuantas, muchas, rondas después. El Alfa parecía ido, medio muerto, mientras que el pecoso seguía dando suave saltos sobre la polla para exprimir hasta la última gota de su semilla. 

Al final Katsuki aprendió su lección, no envía dejarse engañar por lindas aparencias y actualmente, el rubio se preguntaba unas cuantas cosas. Estaba en una cueva, siendo rodeado por una gran cantidad de cachorros de todas las edades, mientras que el Omega de cabellos verdes estaba montado sobre su polla, era la mitad de la noche y todos estaban durmiendo, ecepto por el obvio Omega que trataba de callar sus gemidos con sus manos para no ser escuchado por sus bebés.

El rubio debió de saber que al Izuku ser un conejo, su cuerpo tendría varios cachorros en un solo parto, hasta de cinco de una vez,  y entraba en celo no importaba si los pequeños apenas tenían unos meses de nacidos. Su polla nunca descansaba, y los mocosos necesitaban atención, Izuku era feliz llevando una marca en su cuello y se enorgullecía de haberle dejado una al rubio.

Aún así, Katsuki se preguntaba una vez y mil veces, ¿Por qué se metió con una fiera como esa?, Sea lo que sea, una pare suya siempre estaba feliz, aún si estaba sin energías todo el tiempo, pues el Omega se encargaba de drenarlas todas.

(...)

Sabían ustedes que las conejas cuando paren, después de una horas su vientre vuelve a estar listo para recibir otra camada aún con sus bebés recién nacidos? 👀

Asi que no solo es "follar como conejos" es tener el vientre de un conejo xD
Asi follen una vez en el mes, de igual forma la coneja puede quedar preñada de nuevo.

Zaorycast.✨✨

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