05: Híbrids.
⚠️ One shorts con R-18⚠️
Contenido de híbridos lobuno!!!
Bakudeku, Bakú lobo x Deku trans humano, contenido sexual algo animal.
Espero que no sea raro para ustedes, yo tenía ganas de escribir algo así. 👉👈👀
Deku tiene 22 años y el Kacchan 30.
(Aclaraciones editadas recientes para futuros lectores, primero; a los híbridos no les importa el primer género, a Izuku lo toman como omega ya que se ve como hombre, pero se puede preñar, por ende, es la "hembra" en la relación alfa-omega, o sea que se referirán como 'ella', además, Izuku si ES una mujer, solo que se ocultó como hombre y utilizó sus adjetivos para pasar desapercibido y escapar del destino que siempre le tocó. Segundo; por favor absténgase de escribir comentario enojados relacionados con el tema anterior, si están incómodxs que se refieran a Izuku como 'ella' les invito a leer otro one shorts o historia, hay de todos los gustos y colores, gracias por leer).
(...)
La tecnología es aberrante, al menos lo era para Izuku, la ciencia había avanzado tanto que el pecoso no distinguía entre lo real y lo irreal.
A unas cuantas grandiosas personas, que no se note el sarcasmo, se les había ocurrido inventar y manipular a los animales y los humanos. Eso fue lo que llevó a la creación de los "híbridos", según ellos era para que las personas fueran potenciadas, "superhumanos", que fueran capaces de adaptarse y superar sus entornos.
Sin embargo, las cosas se salieron un poco de control con eso, el pecoso recuerda que cuando era un infante su madre siempre le contaba sobre el hermoso mundo libre que había antes, le hubiera gustado nacer en ese momento y no después del desastre.
Al parecer las partes animales de las personas eran muy fuertes, eso hacía que "sus instintos salvajes" los descontrolaran por completo. Además que las personas normales no miraron con buenas intenciones a los nuevos, la mayoría de las personas. Ya que ellos los trataban como simples animales de trabajo y carga, al final esa gobernación sólo duró unos quince años.
Aparentemente los híbridos no solo eran inestables por sus partes animales, también eran endemoniadamente inteligentes, humanos potenciados tenían que ser. Los mismos científicos locos habían hecho armas contra ellos, ¿No pudieron solo dejar que la biología siguiera su curso normalmente?
Pero de todas formas las cosas no estaban tan perdidas, después de más de siete años en guerra, humanos e híbridos habían formado una alianza para no llevar al planeta y toda vida en ella en su extinción. Las cosas apenas estaban volviendo a su normalidad, apenas, solo eso, para Izuku era raro ir por la calle y encontrarse a personas con orejas y colas por todas partes.
Aún así, no era tan malo, hizo amigos híbridos que eran bastante geniales, la ardilla Uraraka Ochako y el perro Iida Tenya. Izuku se preguntaba qué tipo de aberraciones pudieron haber sufrido los ancestros de sus amigos y del resto de los híbridos.
Porque los relatos de los híbridos más viejos decían que los del gobierno experimentaban con personas adultas, inyectado sueros extraños en ellos que hacía salir su parte animal, no hace falta detallar de cuántos fueron las miles de vidas que se perdieron con ello. Esa era otra de las razones por las cuales mucho híbridos estaban resentidos con los humanos.
E Izuku llegaba a pensar que "humanos potenciados" solo era una fachada de los hombres de negros que al final se les volvió realidad, les había salido el tiro por la culata.
Pero bueno, dejando de lado la historia de cómo empezó todo y llegando a la actualidad del pobre protagonista de esta corta historia.
Izuku se preguntaba unas cuantas cosas, ¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿Cuando y donde fue que llegó a la situación en la que se encontraba?
—Disculpa pero, ¿Que acabas de decir? —un murmullo incrédulo se escuchó en la oficina estrecha de un ayuntamiento, el hombre sentado detrás del escritorio sonrió de manera tensa, empujando un par de documentos hacia el pecoso del enfrente.
—Ahora eres parte de la familia Bakugo, recuerda que los clanes piden a los departamentos pagos para no ser destruidos, ni desmantelados. —algo que se había olvidado mencionar antes era que, los híbridos ahora tenían más derechos que ni los propios humanos, y si no hubieran llegado a un acuerdo quizás estuvieran al borde de su extinción, no fue exactamente por el planeta que se detuvieron.
—¿¡Me han vendido a ellos!? —el pecoso gritó con el rostro pálido y el miedo desesperante creciendo desde sus entrañas—. Debe de haber otra forma, yo no…
—No tenemos nada que darles, ellos viven en un gran territorio con lo mejor de lo mejor, la comida, la ropa y todo lo demás les sobra, aparte de mujeres joven y vírgenes ¿Que más podemos ofrecerles? —el pecoso se tensó visiblemente y el hombre suspiró—. Aunque te ocultes como hombre, los registros de tu nacimiento y pruebas de sangre no mienten, Izuku. Lamento que las cosas tengan que terminar así, pero yo no puedo hacer nada.
El pecoso bajó la vista mordiéndose el labio inferior con fuerza.
Se sabía que era parte de los tratos ofrecer a hombres y mujeres a los híbridos cuando no se encontraba nada más, aún entre ellos habían clases, los carnívoros, los herbívoros y los omnívoros.
Las clase más alta eran los carnívoros, le seguían los omnívoros y los últimos eran los herbívoros.
Normalmente ellos se dividían entre clanes, en manadas de su propia especie, aunque no importaba si había especies cruzadas, pero quizas eran sus instintos lo que hacía que se juntaran entre sí como lo son los animales normales.
Y los Bakugou, era un clan poderoso de lobos bastante territoriales y no eran conocidos por ser muy amigables, los lobos nunca eran conocidos por ser lindos cachorritos que movían su cola por premios. Izuku sabía bien eso, sin embargo, había sido metido en la boca del lobo, irónicamente, entregado como ganado para que los que estaban dentro del departamento vivan otro año sin más preocupaciones.
—Ve por tus cosas, alguien irá a buscarte en media hora para después llevarte al clan de los Bakugou, ya puedes irte. —dicho eso, el mayor encendió un cigarrillo e Izuku salió de la oficina con el corazón en la boca.
No había manera de escapar, no podía salir de ese problema ileso, de todas formas no era como si supiera hacer algo.
Lo único que pudo hacer fue ir a su habitación y llenar una maleta con su ropa, metió una foto de el y su madre en ella, y la cerró.
Y justo como se lo había dicho aquel mequetrefe, un guardia había llegado en su búsqueda para escoltarlo personalmente al clan de los lobos.
Le dió vergüenza cuando salió a la calle con las personas mirándolo con curiosidad, Izuku pudo ver a no muy lejos como la dueña de una cabellera marrón miraba en su dirección con sorpresa y tristeza mezclada.
Los que se iban de esa forma no volvían a menos que "sus dueños" lo liberaran, y eso no ha ocurrido aún en ninguna parte.
Pronto las calles de esa ciudad fueron dejadas atrás, Izuku solo pegó en un vidrio mirando su hogar desaparecer atrás suyo lentamente.
No sabe en qué parte del camino se había quedado dormido, pero despertó fue por unos golpecitos de parte del guardia, Izuku parpadeó confundido y desorientado por un momento, salió del auto aún aturdido, pero cuando miró al frente todo su sueño se fue de su sistema como si le hubieran hechado agua fría.
—Estamos en el territorio de los Bakugou, hasta aquí llego yo, ellos te abrirán la puerta cuando te vean frente a ella. —el guardia le dijo antes de meterse de nuevo al auto e irse rápidamente.
"Maldito cobarde"
Fue un pensamiento lleno de enojo que pasó por su mente en ese momento crítico de su vida, Izuku estaba perdido, bastante jodido según el.
Había una gran especie de muralla bastante alta que rodeaba, hasta donde su vista podía alcanzar, la montaña, alta y con vigas de acero gruesas. El pecoso tragó saliva y caminó lentamente hacia la gran puerta cerrada al frente de él, y fue justo como se lo había dicho el guardia.
Las puertas se abrieron en cuanto se detuvo frente a ellas, eso hizo que el pecoso diera un pequeño salto en su puesto del susto. Entró al ver que solo había una brecha de su tamaño entre las puertas medio abiertas.
Sabía que eso solo era para que el entrara, así que lo hizo, caminó con las piernas hechas gelatina a dentro. Cuando cruzó las puertas de volvieron a cerrar atrás suyo, vió dos enormes sombras dirigirse hacia el y no pudo evitar ponerse rígido.
—¡Hola!, Así que tú eres la nueva compañera de Katsuki. —la voz había venido de un alto, gigantesca mente enorme, hombre de cabellos rojos y un par de orejas peludas casi del mismo color, el pecoso pudo ver como una cola rojiza y esponjosa se movía atrás del pelirojo animadamente—. No dejan de sorprenderme lo frágiles que se ven ustedes las chicas.
—¿E-eh? —el pecoso parpadeó un par de veces al ver como el de cabellos rojos se acercaba y se agachaba un poco a su altura.
—¡No tienes pechos!, Aunque hueles a mujer sin ser nunca apareada. ¿Acaso eres Omega?, Nunca había visto uno, nacen muy pocos últimamente. —Izuku volteó rápidamente hacia el origen de la otra voz, venía de un híbrido un poco más bajo y de cabellos rubios del mismo color que su cola, su gran sonrisa revelaba unos dientes bastante filosamente grandes.
—N-no entiendo… —tenia miedo y sentía que debía de echarse a correr, aunque estaba en clara desventaja, estaba seguro que temblaba más que una hoja de papel y los mitad lobos parecieron darse cuenta.
—¡Lamento si te agobiamos! —el de cabellos rojos jaló rápidamente al rubio para alejarse un poco, parecían darle su espacio, pero aún así le seguían sonriendo—. ¿En donde están mis modales?, ¡Mi nombre es Eijiro y él es Denki!, Es un placer conocer a la nueva pareja de nuestro alfa al mando.
—¿M-midoriya Izuku? —el pecoso no sabía la razón por la cual había dicho su nombre en una pregunta, pero de seguro que era idiota.
La ceja del pelirojo se alzó levemente ante su respuesta/pregunta, miró a su compañero y después solo se encogieron de hombros antes de mirarlo de nuevo y sonreír de una manera nada tranquilizadora para Izuku quien podía ver perfectamente los colmillos que podían arrancarle el cuello si quisieran.
—Vamos, te llevaremos a la casa principal para que conozcas al padre de tus futuros cachorros. —el que se llamaba Eijiro se pavoneó sonriente mientras caminó hacia un auto negro que no estaba lejos de ellos, Izuku no entendió la mitad de lo que dijo el híbridos, pero le había enviado un escalofrío bastante helado por la espalda.
Al mirar hacia atrás de dió cuenta de que el rubio se quedó, quizás era quien vigilaba esa puerta, el pecoso suspiró tembloroso mientras trataba de alcanzar al pelirojo, entró en la parte trasera del auto y le sonrió de manera tensa al conductor orejudo. Sostuvo su maleta sobre sus piernas sin importarle el peso, mientras más avanzaban más nervioso se ponía.
Diez minutos después grandes estructuras entre árboles hicieron que su corazón saltará como loco en su pecho, incluso lo escuchaba en sus orejas. Se detuvieron en una gran mansión, el híbrido le había hecho señas para que lo siguiera y lo hizo, pudo ver a varios de ellos mientras iba por los pasillos.
Los demás solamente seguían con lo suyo sin prestarle atención, quizás no era algo nuevo para ellos ver a un humano ser regalado a su jefe.
—Sabes, como compañera de Katsuki debes de enterarte de un par de cosas. —Eijiro iba en la parte de el frente para guiarlo por el lugar—. Katsubro no es alguien con buen carácter, es más bien… ¿Explosivo?, Espero que no te asuste tanto…
El más alto se volteó hacia el rascándose el cuello como si estuviera un poco avergonzado por el comportamiento de ese tal "Katsuki", aunque por lo mencionado antes era él quien mandaba.
Izuku quería respoder o preguntar algo, sin embargo, antes de que puderi decir algo se detuvieron al frente de una gran puerta de caoba que parecía bastante costosa, como el resto de las cosas en ese lugar.
—¿Katsuki?, Ya llegó. —el pelirojo llamó tocando levemente la puerta sin recibir respuesta, después se volteó al pecoso y sonrió—. Bien ya puedes entrar, te hará una pequeña revisión así que no tengas miedo de lo que pueda pasar, yo llevaré ésto a tu nueva habitación temporal.
Le quitó la maleta y se perdió entre los pasillos, Izuku miró la puerta y después miró por donde se había ido el pelirojo, ¿Era que todo el mundo lo dejaba a su suerte ese día?
No pudo hacer más que volver a suspirar y tratar de abrir la puerta con sus manos temblorosas. Entró despacio en la habitación poco iluminada, cerró la puerta lentamente tras suyo mientras giraba su cabeza a todas partes tratando de acostumbrarse a la oscuridad.
—¿H-hola? —estaba empezando a creer que trataban de hacerle algún tipo de broma, o simplemente no querían que viera el golpe antes de que lo mataran y se lo comieran de verdad.
—Agh, que estupidez. —Izuku se tensó cuando escuchó una voz gruesa venir desde la parte más oscura de la habitación, pudo escuchar como pasos se acercaban a el de manera lenta—. Aparentemente esta vez sí me dieron lo que habían prometido.
El pecoso no pudo evitar dar un par de pasos hacia atrás al ver la figura que poco a poco salió de las sombras, pudo jurar que era un poco más grande que el híbrido de cabellos rojos y más musculoso, el cabello rubio cenizo y dos grandes orejas del mismo color se alzaban de manera orgullosa sobre su cabeza.
Atrás del rubio había una pomposa y giganesta cola que se movía lentamente, lo peor del caso era que el rubio iba sin camisa y solo cargaba un par de pantalones de color oscuro.
—¿Que ocurre?, ¿Te han comido la lengua? —el mayor le preguntó con una sonrisa de malicia en su rostro—. Bueno, no digas nada es mejor así.
Un chillido salió del peliverde cuando fue tomado como si nada de uno de sus brazos y tirado a una cama que no notó antes, las palabras se atascaron en su garganta cuando el mayor subió sobre su cuerpo. Empezando a olerlo por todas partes como un perro, bueno, lo era en parte.
—Maldición, tú si hueles bien, no has sido contaminada por nadie. —Izuku pudo jurar que el rubio había ronroneado esas palabras mientras seguía olfateando su cuello y más.
Bajó de su pecho por su abdomen y más abajo, el pecoso quiso moverse, pero el rubio puso una de sus grandes manos sobre el para aplastarlo contra la cama sin dejarlo mover. Jadeó tembloroso cuando el rostro del más alto se enterró sobre su parte baja aún con su ropa puesta, lo estaba olfateando por encima y podía sentir el aliento cálido contra su piel aún con las capas de tela.
—Delicioso aroma, al menos no trataron de mentirme como lo hicieron otros, y justo a tiempo, en menos de dos semanas empieza mi celo. Que oportuno. —el rubio hablaba y seguía suspirando en su parte baja, Izuku solo podía jadear con los ojos cerrados tratando de no llorar.
No podía evitar sentir miedo, la mayor parte de su vida trató siempre de verse como hombre para tener más posibilidades de vivir, sin embargo, su aurduo trabajo no había funcionado de nada.
—Sshhhh, no te pongas así, no te pasará nada malo, al contrario, vivirás mejor aquí conmigo que allá con la peste de tu especie, claro, siempre y cuando no me hagas enfadar. —no supo en que momento el rubio había pasado de manosearlo a acariciara su rostro con bastante cariño y suavidad, sin embargo, su mirada ardiente y su sonrisa salvaje le hizo saber que lo último había sido una amenaza en todo reglamento.
Izuku solo pudo tragar saliva y tratar de aclarar sus ojos acuosos, no quería saber que pasaba si de verdad lo hacía enojar, no quería morir por más horrenda que fuera la situación.
—Bien bien, eres bastante obediente, eso me gusta, ahora ve dile al estúpido de Eijiro que te lleve a tu habitación y descansa, vas a tener que hacerlo bastante esta semana si quieres aguantar lo que vendrá. —el rubio le dijo, e Izuku sintió como su cuerpo estaba prácticamente vendido al diablo, no sólo su cuerpo, su alma también estaba condenada, y no había nada que pudiera hacer.
No sabe que pasó después, pero cuando parpadeó ya se encontraba en un baño metido en una tina llena con agua tibia. Todo lo que había ocurrido ese día lo goleó como una gran ola de agua, se tapó el rostro y cubrió su boca lo mejor que pudo para no dejar salir sus sollozos.
No quería estar en ese lugar, prepeferia seguir trabajando en la biblioteca vieja de la ciudad y vivir en su diminuto apartamento, no allí, siendo algún tipo de exclavo sexual de ese híbrido.
Cuando salió del baño buscó ropa en su maleta después solo se tiró a la cama de esa habitación, era cómoda y suave, pero con su cuerpo tenso y nervioso le parecía como si estuviera acostado sobre rocas. Aún así quedó rendido y durmió como si no lo hubiera hecho en un mes.
Al otro día lo despertó uno golpes en la puerta de la habitación, se levantó soñoliento y desorientado para abrir, al hacerlo se encontró con un híbrido de cabellos negros, lacio y largo hasta los hombros, las orejas eran más resaltantes así.
—Buenos días, soy Sero y vengo avisarte que puedes salir a donde quiera siempre y cuando yo te acompañe, la comida está en el comedor principal, pero si quieres te la puedo traer. —el híbrido llamado Sero le sonrió mostrando sus enormes dientes, ya debía de dejar de sorprenderse por los tamaños de los colmillos—. A cierto, no puedes acercarte mucho a Katsuki estás semanas, ya que está a punto de entrar en celo y pueda que ocurra un par de accidentes si lo haces.
—¿Celo? —el pecoso preguntó más para sí mismo que para el pelinegro, aunque éste solo le sonrió más al ver que al fin había dicho algo.
—Sí, verás, él puede llegar a descontrolarse un poco cuando está cerca de su celo, así que lo mejor es que te mantengas alejado de él antes de que llegue por completo. —le respondió el híbrido y el pecoso asintió aún no muy convencido por la vaga explicación que le había dado, pero no tenía mucha confianza para preguntar—. Entonces, ¿Quieres salir o traigo tu desayuno?
—¿P-podrías traerlo? —el pelinegro asintió y se dió la vuelta rápidamente, el pecoso suspiró aún le costaría acostumbrarse a la idea de que tenía que vivir en ese lugar por el resto de su vida.
No pasó mucho tiempo para que la puerta fuera tocada de nuevo, Izuku abrió y se encontró con el híbrido de cabellos negros sosteniendo una bandeja, aunque algo curioso fue ver que en una esquina de la bandeja había una hermosa rosa roja, grande y vistosa.
—Aquí tienes tu comida, además Katsuki te envía un pequeño regalo de cortejo, es algo simple pero es lindo para ser el primero, a él le gustan mucho estas rosas, aunque primero moriría antes de admitirlo. —el pecoso agradeció un poco confundido tomando la comida y cerrando la puerta de nuevo, el híbrido solo se despidió antes de irse.
Izuku llevó la bandeja hacia la mesa que estaba en la habitación, tomó la rosa entre su mano y la acercó a su rostro para aspirar un poco, era hermosa, olía delicioso y su color rojo vibrante le recordaba mucho a los ojos del rubio. Eran atrayentes de una forma peligrosa, e Izuku no sabía cómo iban a terminar las cosas, pero de algo si estaba seguro, no iban a terminar bien del todo para el.
(...)
Las semanas pasaron tranquilamente, los híbridos eran buenos con el y seguía recibiendo regalos por parte del rubio. Aunque nunca lo veía, pero eso le hacía sentir bien de alguna manera, no solo era un objeto olvidado en un rincón.
Entre los regalos hubo mucha ropa bonita, mayormente kimonos, aparentemente les gustaba bastante la ropa tradicional de Japón. También pudo ir a la biblioteca de la mansión, le había dicho levemente a Sero que le gustaban los libros y entonces Katsuki le dijo que podía leer todo lo que quisiera allí.
O eso le había mandado a decir con el de cabellos negros, aunque Izuku no quería admitirlo, vivía bien, al menos por ese momento. Podía solo pasar el día buscando un libro en la gran biblioteca e ir a leerlo uno de los jardines del lugar.
No había mucho que hacer, tampoco le dejaban hacer más que eso y aunque trató de buscar algo en la biblioteca referente a los híbridos no encontró mucho.
Lastimosamente, pasó algo que Izuku tenía bastante, las semanas llegaron a su fin, y el pecoso fue obligado a tomar una larga ducha muy profunda con jabones sin aroma antes de ser metido a la habitación del rubio con solo una bata sobre su cuerpo.
El pecoso aún tenía el cabello algo húmedo cuando fue arrojado sin reparos al lugar, tropezó y cayó al suelo, por suerte puso sus manos para no golpearse. Cuando entró por primera vez el lugar estaba poco iluminado, pero ahora las cosas parecían más lúgumbres que la última vez.
Todo parecía desordenado, como si un huracán hubiera pasado por esa habitación revolviendo todo y destruyéndolo. La respiración del pecoso se atascó en su pecho cuando escuchó un gruñido salvaje, como el de un gran animal hambriento, más bien, como un lobo.
Volteó su rostro hacia una de las esquinas de la habitación mirando como una gran sombra se acercaba a el, sabía que era Katsuki, pero parecía caminar en cuatro patas, eso lo hacía ver de alguna forma más aterradora.
Había escuchado sobre los celos y con la poca información que consiguió en la biblioteca podría decir que sabía un poco que hacer. Los celos eran la parte más vulnerable y peligrosa de los híbridos, en donde sus animales internos los dominaban por completo y solo buscaban la forma de tener sexo con alguien.
Algo asi como "instinto de reproducción", aunque eso sonaba muy loco era algo con lo que lidiaban ellos, ahora llegaba a comprender un poco para que eran las personas que tomaban. "El futuro padre de tus cachorros", solo iba a ser una incubadora para bebés, ese iba a ser su destino.
Izuku salió de sus pensamientos cuando escuchó un gruñido salir del rubio, quien se acercaba cada vez más a el, al mismo tiempo que parecía rodearlo como todo un depredador. Parecía estar más cubierto de pelaje, ¿Quizás estaba transformado en un lobo casi por completo?
Por todo lo santo ¡Eso era zoofilia!, No era un enfermo, pero sabía que no tenía más opción que hacerlo aunque no quisiera, después de todo no eran del todo animales. También eran humanos, o la mitad de su sistema.
"¿Q-qué debería de hacer ahora?", Lo único que entendía bien era que no podía hacer movimientos bruscos si quería mantener su cuello intacto, además de ser estúpidamente sumiso y obedecer en todo.
—¿K-katsuki? —el pecoso llamó con su voz temblorosa al rubio, quien solo se acercó por su espalda y lo empujó con fuerza hacia adelante.
Un sonrojo notorio cubrió el rostro del pecoso, estaba entendiendo lo que quería que hiciera el rubio, y era mejor hacerlo rápido ya que sus gruñidos estaban aumentando bastante.
Izuku tragó saliva sintiendo su garganta seca, se inclinó hacia adelante poniendo sus codos sobre la madera y las rodillas.
Alzó su trasero y enterró su rostro entre sus brazos, temblaba más que una hoja de seca al viento, pero el lobo parecía satisfecho con ello. Un pequeño gruñido se escuchó del rubio y por un segundo Izuku creyó que lo iba a morder, sin embargo, lo mordido fue su bata, la rasgó toda dejando su trasero al descubierto.
Si antes estaba sonrojado ahora tenía que estar como un tomate maduro, pues sus partes íntimas estaban servidas en bandeja para el rubio.
—¡O-oh e-espera! —los ojos del pecoso se abrieron con sorpresa al sentir como algo cálido y un poco áspero pasó por su coño—. ¡E-es raro!~
No podía evitar ese calor que crecía desde su vientre y llenaba poco a poco su cuerpo, se estaba excitando al sentir como el híbrido pasaba su lengua por todas partes de su coño. Los ojos del pecoso se cruzaron cuando cuando la lengua del rubio se adentró en sus paredes internas, que fuera grande no hizo las cosas mejor, podía escuchar la pomposa cola del mayor moverse con rapidez detrás de ellos haciendo que una pequeña corriente de aire pegase contra sus costados.
—¡A-ah!, ¡N-no ahí!~ —Izuku se encontró así mismo moviendo sus caderas contra el osico del lobo tratando de que la lengua llegara un poco más allá.
Era repugnante, lo estaba disfrutando, se había complacido a si mismo con algunos juguetes antes, pero tener algo vivo y caliente que le diera placer era otro nivel. No solo era un frío plástico barato que apenas lo hacía correrse, ahora era alguien, o lo que fuera que estuviera entre sus piernas.
—¡E-estoy por…! ¡Me voy a…! —podia sentirlo, las descargas de placer lo recorría desde la puntas de los pies hasta su cabeza, temblaba lleno de espasmos.
Sin embargo, justo antes de llegar a tocar su liberación, el rubio sacó su lengua de su interior haciendo que no pudiera llegar. Izuku no pudo evitar soltar un gemido lastimero por eso, estuvo tan cerca.
—¿P-por qué…? —antes de que pudiera terminar su oración, un gran peso cubrió su cuerpo, por parte de ello, pues el rubio se había subido sobre el poniendo una pata delantera en cada lado de su cabeza.
La viscosidad de saliva y su propio lubricante resbalaba de sus muslos, Izuku juró que pudo escuchar como el animal se lamía el osico con ganas, la respiración agitada y pesada era más notoria en esa posición y perspectiva.
—N-no sé si me entiendes, p-pero se gentil ¿S-si? —el pecoso volteó su rostro para poder ver hacia arriba y encontrarse con el rubio, quien agachó la cabeza a su altura y lamió su mejilla expuesta, de allí pasó por su cuello dando más láminas en ese lugar.
Algo pesado y cálido se frotaba por encima de su cuerpo de forma lenta, pero constante, el miedo entró de nuevo en Izuku, si eso era igual de grande que su dueño iba a ser partido a la mitad sin ningún esfuerzo. Rezaba a cualquier dios que le pudiera escuchar, pidiendo que ese híbrido la tuviera pequeña, al menos de un tamaño promedio humano.
—E-espera, por favor… —se quiso mover, sin embargo, la boca del rubio se abrió rodeando su cuello y las patas delanteras se presionaron contra sus caderas ayudando a empujar un poco hacia atrás.
No supo cómo el rubio se pudo acomodar, pero pronto sintió como algo grande, jodidamente grande, se presionó contra la entrada de su coño. Izuku cerró los ojos esperando el golpe, el rompiento o algo, pero en cambio solo sonrió como sus paredes internas se estiraban ante un deslizamiento algo lento pero persistente.
—D-duele. —se quejó mientras trataba de relajar su cuerpo lo más posible, la extensión entró hasta el fondo, presionando contra su cuello uterino—. Muy grande…
Odiaba que sus plegarias no fueran escuchadas, pero de todas formas nunca nadie lo oyó así que no era algo nuevo para Izuku, llevó una de sus manos hacia su vientre, en donde sentía que presionaba la polla en su interior, tocó por encima de su piel sintiendo el bulto que sobresalía de ella, la cola de Katsuki pegaba repetidamente contra el suelo de forma rápida y desesperada.
Daba algo de miedo. Un gruñido sonó contra su cuello antes de que el híbrido empezara a moverse, era rápido, errático y salvaje, todo un animal, el pecoso no pudo acostumbrarse completamente antes de que las embestidas empezarán a sacudir su cerebro.
—¡Es m-muy rápido, demasiado! ¡N-no aah!~ —los quejidos del pecoso se volvieron rápidamente en gemidos ahogados, el dolor fue reemplazado por palcer rápidamente e Izuku empezó a gemir fuertemente.
Era increíble, su pobre coño sufría tratando de acomodar algo la enorme polla en los poco milisegundos dentro suyo, le frotaba en todas partes, era como si supiera exactamente en donde presionar. Además de ese ritmo tan fuerte que hacía sus ojos voltear hacia arriba haciendo que se volvieran blancos.
—¡K-katsuki, K-Kacchan!~ —por un segundo el rubio se detuvo e Izuku creyó que había hecho algo malo, pero rápidamente el mayor empezó con sus embestidas de nuevo, más fuertes y rápidas, lamidas desastrosas dejaron su cuello lleno de saliva cálida y viscosa.
Las patas delanteras del rubio se presionaron con más fuerza contra sus caderas, como si buscara enterrarlo más contra su polla, e Izuku ya no quería negarse, y ese era su destino de todas formas ¿Por qué no disfrutarlo un poco?
De pronto la polla del rubio se enterró con fuerza en su interior y una gran cantidad de semilla espesa se derramó. Su vientre se sentía caliente y pegajoso, pero increíblemente placentero. Haciendo que el mismo se corriera apretando con fuerza la polla del rubio en su estrecho agujero.
Izuku sintió como semilla viscosa se resbalaba de su coño y caía al suelo, no le importaba mucho en realidad. Estaba agitado y sus oídos tenían un pitido como si se hubiera dando un fuerte golpe en la cabeza. Y antes de que pudiera reponerse era alzado del suelo, aún con la polla del rubio dentro suyo, fue llevado a la gran y cómoda cama que había en la habitación y acostado sobre ella.
—Eres de lo mejor, tonta compañera humana. —un escalofrío recorrió el cuerpo del pecoso al escuchar esa voz ronca y casi animal contra uno de sus oídos—. Aún no acaba mi celo, Deku.
La polla del rubio salió de su interior y en cuestión de segundos fue volteado boca arriba, antes de que pudiera quejarse unas grandes manos con garras lo tomaron del trasero y lo alzaron para tener una buena altura para que el rubio pudiera estrellar su polla dentro suyo de nuevo.
—¡N-no entres así de repente! —Izuku arqueó su espalda tratando de agarrar algo de la cama, lo único que encontró fueron las sábanas.
Katsuki parecía estar de nuevo perdido entre su propio placer, agitando su cola, gruñendo contra su cuello y moviendo sus caderas fuertemente contra su maltratado coño. Izuku solo pudo gemir ahogadamente tratando de abrir más sus piernas para dejar que el rubio llegara más profundo, quizás no era tan malo el tamaño de esa polla.
—¡Bien, s-se siente bien! —el pecoso trató de enredar sus piernas alrededor del rubio, aunque eso era más fácil decirlo que hacerlo, entonces tomó el rostro del rubio entre sus manos haciendo que el rubio apartarse la cara un poco de su cuello para mirarlo.
Parecía que el estado lobuno había bajado un poco, pero aún así Katsuki tenía un rostro bastante salvaje. Fue como un impulso que lo hizo acercar su rostro al del mayor y dió un pequeño beso sobre sus labios, sin embargo, el rubio no parecía quedar conforme con sólo eso.
Una de las manos de Katsuki tomó de sus mejillas y lo apegó por completo a su boca, en un gemido el rubio aprovechó para hacer que su lengua entrara y explorara todo lo que quisiera.
No supo cuando se habían bajado las embestidas, pero volvieron a pegar contra su interior con fuerza arrancándole más de un gemido fuerte. Ese sonido morboso de las pieles al chocar sonaron igual de fuertes que antes, era tan lascivo, lo hacía excitarse más.
Katsuki pareció no aguantar más y terminó enterrando si polla dentro suyo con fuerza antes de llenarlo de nuevo, Izuku solo pudo gemir ahogadamente cuando su cuerpo dió una sacudida al volverse a correr.
La noche solo pareció empezar, y no supo cuanto tiempo estuvo encerrado en esa habitación con el rubio, siendo rellenado más que un pavo en navidad. Lo bueno fue que encontró comida a una de las orillas de la cama, lo mantuvo con vida mientras que su cuerpo era usado como muñeca.
A la final ya no podía ni moverse con el cansancio que tenía, cada movimiento era gritos internos de sus músculos pidiendo auxilio. Incluso Katsuki lo alimentó un par de veces, y a la final, cuando todo acabó, recuerda vagamente ser bañado y llevado a una nueva habitación limpia.
Pudo jurar que grandes brazos lo rodearon dándole seguridad mientras dormía plácidamente.
Por otra parte Katsuki admiraba a su compañera dormir tranquilamente al lado suyo, no podía evitar pasar sus manos por ese suave cabello verde. Era hermosa y la primera vez que la vió tuvo que usar todo su autocontrol para no tomarla ese mismo día, le hubiera gustado hacer un cortejo como era debido, pero ya no podía regresar el tiempo.
Lo hecho, hecho estaba. De ahora en adelante lo iba a tratar como se merecía al ser la futura madre de sus cachorros, solo ese pecoso iba a ver su lado gentil.
Y como lo había prometido, Katsuki se encargó de hacer el trabajo de cortejar al pecoso y enamorarlo por completo. Y más cuando su vientre crecía con nueva vida dentro. Solo entonces Izuku pudo creer en las palabras que le había dicho antes, vivía mejor allí que en su antiguo hogar.
(...)
Bueno, sé que muchos hicieron sus propias suposiciones cuando anuncié que quería hacer una historia así de híbridos y humanos, no sé si he cumplido con sus expectativas. 👉👈🥺
Yo espero que les haya gustado.
Zaorycast. ✨✨
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