Un par de horas después, Aviva, Koki y Filósofo se encuentran en la oficina de Susana para poder conversar con ella.

Susana: Muchas felicidades, chicos, los niños se han divertido mucho jugando con ustedes, ¿Se divirtieron también?

Aviva: Por supuesto que sí, nos hemos divertido mucho jugando con los niños, fue una gran experiencia, jeje

Susana: Si, veo que se han divertido mucho jugando con los niños, y, ¿Qué dices tú, Filo? ¿Te divertiste también?

Filósofo: Yo también me divertí mucho jugando con los niños, esto es una gran experiencia para mí, Susana, jeje

Susana: Me alegra mucho oír eso, Filo, ahora, ustedes pueden elegir qué día van a venir de nuevo, chicos, jeje

Koki: Podría ser mañana, así los niños no van a tener que esperar mucho para vernos y jugar con nosotros, jeje

Aviva y Filósofo: A nosotros también nos gustaría mucho volver mañana y así poder alegrar a los niños, jeje

Susana: Entonces, los veo mañana en la mañana, "ayudantes de Santa", jeje *muy feliz mientras ve a los 3 chicos*

Aviva: Jeje *muy feliz mientras carga a Filósofo y lo mete dentro de su bolso y se despide de Susana junto a Koki* jeje

Cuando se terminan de despedir de Susana, ambas chicas se dirigen a su auto que se encuentra estacionado.

Aviva: Jeje *muy feliz mientras abre la puerta de su asiento y está a punto de subirse a su auto muy feliz* Jeje

Koki: *Revisa su bolso y ve que su celular no está* No, mi celular no está, lo dejé en la oficina de Susana, Aviva

Aviva: Entonces vamos por él *deja su bolso en el asiento* Espéranos aquí, hijito, ya volvemos *cierra la puerta*

Aviva y Koki no cierra el auto con llave y entran de nuevo al hospital para ir a la oficina de Susana.

Cuando las chicas se van, la niña, que se llama Karen, se acerca al auto de las chicas y abre la puerta del auto.

Karen: Perfecto, jeje *muy feliz y saca a Filósofo del bolso de Aviva* Ahora tú serás mi nuevo juguete, pequeñín, jeje

Filósofo: Será mejor que me dejes ir, lo que estás haciendo no es correcto, Aviva, Koki, ayúdenme, por favor

Desafortunadamente, nadie puede oír a Filósofo y Karen le pone un chupete y se lo amarra para que no grite más.

En ese momento, Karen escucha que su mamá la llama y se va a su auto sin que nadie se dé cuenta lo que pasó.