Villanos y Asesinos
Sala de interrogación
Jinx comenzó a reír. La risa psicótica y estridente era como un taladro para los oídos de VI.
—¿Que es tan gracioso?
—Tu...
De manera casi increíble, la delgada Zaunita le propinó un salvaje puñetazo en la nariz a la vigilante, siguió con otro poderoso golpe al estómago y riñón. VI cayó de rodillas, tosiendo; sin entender que había sucedido.
—¿Aún crees que no aguantaré ni 3 minutos, eh manotas?, yo también se pelear, ¿olvidaste quien me enseñó?
—No, no he olvidado...
VI se levantó con un poderoso golpe a la mejilla de su contraria, la fuerza la hizo retroceder, casi la hace caer de espaldas.
—Idiota de manos grandes, acabas de cometer el peor error de tu vida, te voy a destrozar, con o sin mis armas..., no sabes cuánto tiempo he estado esperando para patearte el trasero.
—¿Que esperas, lunatica?, ven por mi...
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Mientras tanto en la enfemería.
La enfermería de Piltover era un lugar único, y muy buen equipado; contando incluso con un pequeño quirófano para operaciones rápidas en caso de verdaderas emergencias, por desgracia había tenido falta de personal desde que el doctor y sus tres enfermeras fueron encerrados por Caitlyn cuando intentaron robar tecnología Hex para revivir a un mafioso; ahora la comisaría solo contrata becarios y gente sin experiencia.
Él forastero y la sheriff esperaban a la enfermera pasante de turno, Luisa.
—Ares, ¿Quien eres?, ¿de dónde vienes? Estoy segura de que no eres de Piltover.—comentó la sheriff con recelo.
Él bajó la mirada y demoro en contestar, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.
—Tiene razón, no soy de por aquí, por desgracia estoy en medio de unas vacaciones permanentes. Actualmente no soy de ningún lado...
La morena lo miro con aún más desconfianza.
—Ok, entonces eres un ilegal en Piltover—los ojos azules de la Sheriff parecían brillar de interés.—eso podría traerte problemas.
El oyente tomó aire.
—Estoy buscando un nuevo inicio y de ser posible, un lugar donde instalarme... ¿Cómo dijo que se llama esta ciudad?
—Piltover. La ciudad del progreso, acabo de mencionarlo, señalo Caitlyn con obviedad
— ¿Cómo no lo sabías?.
—Bueno, ahora lo sé. Entonces, ¿usted y la señorita VI son oficiales de policía?, parecen una pareja muy eficiente...
Caitlyn levantó la cabeza con indignación.
—Somos él orgullo de Piltover; la fuerza de ley más importante de toda la ciudad. Ah, no creas que no sigues en problemas, puedo pasar por alto el malentendido por el cual disparaste a mi rifle, pero aun tienes muchas cosas que explicar.
La enfermera llegó, delgada, de cabello negro, tez blanca y ojos rojos, como los de alguien que ha derramado demasiada sangre; detalle contradictorio tomando en cuenta el oficio de la joven.
—Buen día, ¿Alguien ordenó un asesinato?
La sheriff se exaltó al verla.
—¡Tu no eres Luisa!, ¿quien demonios eres?—exclamó retrocediendo.
No hubo respuesta, en su lugar, la impostora levantó un filo, alguna clase de arma ninja, al parecer muy peligrosa y afilada, sumado a ello se notaba que cargaba con muchas dagas.
—La muerte... ja es broma, soy yo Akali.
Inmediatamente se lanzó sobre Caitlyn como una pantera, tirando a la sheriff al piso.
—Sheriff de Piltover, según mi aburrido maestro, amenazas el orden de la realidad con tu existencia, debes ser exterminada, esta es la voluntad de la orden de kinkou....—dijo colocando su cuchilla en el cuello de la indefensa tiradora.
Estaba por degollarla, pero Ares tomó a la asesina del pelo y la lanzó al otro extremó. Akali se golpeó fuertemente contra un estante de cristal donde había medicinas y utencilios médicos.
—¡Alejate de ella!, ¿una enfermera asesina?, sabes esto no es nuevo para mi, ya lo he visto un millón de veces antes, es algo repetitivo, cliché.
La joven asesina se enfureció.
—Estas interfiriendo con la orden de kinkou, me lastimaste—hizo una pausa para sonreír—Pero debo darte las gracias, ahora tendré que matarte tan lenta y dolorosamente como me plazca...
Ares levantó ambos pulgares.
—Okay, ven aqui.
Akali se lanzó en contra de él a una velocidad increíble e inhumana, lanzando al mismo tiempo varias dagas. Sin embargo eso no sirvió demasiado, los cuchillos rebotaron en la armadura, en cuanto el observador la tuvo a su alcance, sujetó a la problemática ninja mientras saltaba, la desarmó y suprimió.
Akali gruñía y maldecia.
—Voy a matarte...
—Si, yo voy a invitarte a salir, eres muy bonita.
—¡¡¿ACASO TE BURLAS DE MÍ?, IMBÉCIL!!!.
—No, de hecho hablaba en serio, yo...
—¡YA CÁLLATE!
Con un extraño movimiento la asesina logro escapar del agarre del héroe, y haciendo uso de una agilidad increíble le propinó un par de puñetazos en la cara, después lo pateó en el tórax con toda su fuerza, como resultado, Ares salió despedido hacia atrás derribando un par de camillas.
—Estupido, no sabes con quién estás tratando. Ni siquiera Riot puede conmigo, y vaya que lo ha intentado...
La ninja levantó una daga y se dirigió a la sheriff, su destino estaba decidido. Antes de que pudiera tocarle un solo cabello, una camilla la golpeó de lleno tumbando a la agresora. Ares se la había lanzado, no dió tiempo a la asesina de levantarse; se lanzó sobre ella como un relámpago y le torció el brazo hasta el punto de casi romperselo. Sin embargo era realmente difícil de contener, mordiendo y escupiendo parecía un animal salvaje.
—¡Quítate, idiota!, ¡Voy a matarte, puede que seas rápido, pero yo lo soy más!, ¡Maldita sea, debí traer las bombas de humo!
Caitlyn se encontraba sentada en una esquina, aterrorizada y arrepentida de no haber traído consigo su rifle de repuesto.
—Me salvaste, nunca la había visto con el rostro descubierto; esto es imposible, tenemos prohibido matar a otros campeones, esto no tiene ningún sentido.
La asesina gruñó y continúo con sus amenazas.
—Vas a morir... sheriff, tu y tu tonto amigo lo harán, moriran y será por mi mano, la liga no importa... Morirán...
—Evidentemente lo que hay que hacer es llamar a un psiquiatra...—comento Ares.
—Esta desquiciada, pero también es muy bonita.
—¡Deja de decir eso!—grito Akali.
.....
Jinx se lanzó contra su hermana en un curioso intento por derribarla. Pero no era tan fuerte como para lograr tal proeza.
—Debiste comer tus verduras cuando éramos niñas...
La terrorista gruñó como una fiera.
—¡Apenas y teníamos que comer, estúpida cerebro de cacahuate!.
VI la tomó por la cintura y la arrojó contra el archivero del fondo, hiriendo a su contraria.
—Tantas veces que intenté hacer las cosas bien, y tú lo arruinarse cada maldita vez...—soltó la peladora antes de embestirla, Jinx no alcanzo a moverse y casi sintió sus huesos romperse contra el pesado archivero.
La delincuente cayó al piso, sangre escurría por su boca.
—Supongo que no puedo cambiar... estoy mal; y es tu culpa, tu me abandonaste.
Los ojos de VI despidieron fuego.
—Eso es, culpa a los demás de todas las estupideces y asesinatos. Necesitas madurar, dejar de comportarte como una mocosa fan de pop coreano, tienes 21 años y sigues viviendo en el pasado, creyendo que el mundo es un lugar donde todos son idiotas menos tu. Piensas que puedes hacer lo que quieras solo por haber sufrido en el pasado. Te tengo noticias hermanita, todos sufrimos pero tú nunca lo superaste, te rendiste...
Jinx lanzó un grito al cielo, sacó uno de los cajones del archivero y atacó a VI con toda su fuerza, sin embargo la mayor se agachó rápidamente y contraatacó con un gancho a la mandíbula; el cuerpo de su adversaria salió despedido, destruyendo una lámpara y parte de la lámina que constituía el techo.
Con la mirada perdida, traumatismo y posiblemente varios huesos rotos, Jinx se desplomó inconsciente.
En el fondo VI se sentía terriblemente triste.
—Este es el trato que mereces...
Para su sorpresa, su hermana despertó mientras era esposada de nuevo; comenzó a retorcerse y luchar, pero su estado no le permitió hacer mucho.
—¡Déjame ir!, ¡estúpida, lesbiana con manos de metal!—este tipo de insultos eran los que más hacían enojar a la peladora.
—¡Cierra la maldita boca!—sin pensar en las consecuencias le propinó un puñetazo en la mandíbula la delincuente escupió sangre.
—¡¡Auu!! tu...Sigues.... siendo una.... gran estúpida...
Susurro con voz agonizante.
VI suspiró, le dolía tratarla así, pero la violencia era la única manera de lograr un cambio verdadero en su hermana; el amor y la amabilidad no habían servido de nada en el pasado.
—Arriba.
Jinx se negó a levantarse del piso, VI intento cargarla pero se llevo una fuerte mordida en la mano, con un golpe a la nariz de la menor logró liberar su mano, la palma estaba empapada de sangre. La delincuente rompió en risas histéricas, su sonrisa escarlata era aterradora.
—Esta bien, si así es como lo quieres....
VI la tomo por el cabello, la arrastró en dirección a las celdas mientras la prisionera sufria ataques de carcajadas dementes.
Celdas
27 calabozos hextech componían la sala de celdas, cada uno provisto de la mejor y última tecnología para evitar posibles imprevistos. VI coloco los grilletes Hex sobre los tobillos y muñecas de Jinx; estos funcionaban mediante un mecanismo que impedía cualquier movimiento por parte de los prisioneros, únicamente podían hablar.
—Cuando salga de aquí, te daré una paliza, Manotas...
—Si claro, sigue soñando...
Repentinos gritos desesperados llamaron la atención de ambas.
—¡Deja de resistirte Akali!
Ares y una decena de oficiales luchaban por mantener contenida a la problemática ninja, de vez en cuando un policía salía despedido como por acción de una fuerza descomunal. Al fin, usando varas eléctricas lograron meterla en una celda. Pero con un fugaz movimiento arrebató dos varas electrocutado a varios policías, Ares intento desarmar a la peligrosa mujer pero ella se defendía y contraatacaba. A los ojos de Caitlyn, Akali parecía una pantera rodeada de simios.
Con un movimiento casi increíble, la asesina se libero de las esposas, de algúna manera las coloco en las muñecas de Ares y le propino un rodillazo en la cara, luego se deshizo de los policías con una asombrosa tormenta de golpes y patadas.
—Son demasiado lentos...—dijo antes de romper los dientes de un oficial con una patada voladora.
Ares destruyó las esposas sin mucho esfuerzo, estaba por detener a la enloquecida campeona cuando un poderoso golpe la sumió en la inconsciencia, el cuerpo de Akali se golpeó contra los barrotes y una docena de cadenas Hex la aprisionaron.
—¿Puede alguien explicarme qué está sucediendo?—preguntó VI limpiando sus nudillos.—¿Quien es la cirquera?
Caitlyn resopló aliviada, su compañera había llegado justo a tiempo.
—Es Akali, la enviaron para matarme. Ares me salvó— explicó mientras ayudaba a los oficiales heridos.
La peleadora movió la cabeza, confundida.
—Wow, más despacio, ¿Akali? ¿la de la liga?, creí que éramos amigas.
—No, no es nuestra amiga, la envío la orden de kinkou, ya sabes su grupo de asesinos; según ellos mi existencia altera el equilibrio de la realidad. Encontramos a Luisa atada en el cuarto de mantenimiento.
—Al menos no la mató, ¿Que idioteces son esas de la orden de kokun?....
—Kinkou—corrigió la francotiradora—por lo poco que he escuchado de esta orden; el asesino seleccionado debe terminar con la vida de su objetivo el sólo y sin ayuda, es una especie de ritual, si la mantenemos aquí encerrada no correré peligro, es mi teoría...
—No tiene sentido, ¿en que basan sus creencias para hacer algo así?.
La sheriff se encogió de hombros.
—No entiendo como es que entró a la ciudad, está amurallada los guardias no dejan entrar a nadie sin papeles, quizá utilizo su influencia en la liga para infiltrarse
VI sonrió, tenía una idea.
—Deberíamos interrogarla, y con uso de fuerza excesiva, o podríamos reportarla con Riot. La verdecita está a un strike de convertirse en minion.
—¿Siempre es así por aquí?—interrumpió Ares.
Caitlyn asintió con una sonrisa.
—Me gustaría poder decir que no. Cuando era niña soñaba con ser oficial, ahora que soy la sheriff... bueno quisiera volver a mi infancia, sin estrés, científicos locos ni asesinos en cada esquina...
—Por favor, amas este trabajo.—La mujer de hierro miró a Ares con recelo.
—Oye hace apenas unas horas estabas agonizando y ahora estás como nuevo, debo suponer que no necesitas atención médica.
Ares asintió.
—No puedo decir lo mismo de usted, Agente, está sangrando.
Era cierto, la mano derecha de la campeona escurría gotitas de sangre.
— Estaré bien, es solo una mordida de Jinx.
—Perece una herida profunda, ve a qué Luisa te revise.—le ordenó la sheriff.
Ella suspiró.
—Tu mandas, pastelito.—VI le guiño un ojo a Ares— Nos vemos luego.
Caitlyn bufó, se veía hastiada, más no sorprendida.
—Necesito vacaciones...
El héroe se armó de valor, lo que estaba a punto de decir le traería problemas.
—Sheriff, ¿le molesta si hablo un momento con Jinx?
La chica levantó las cejas, sorprendida.
—¿Con que motivo?
—Es personal, quiero hablar con ella.
Caitlyn estaba cansada, casi haber sido asesinada dos veces había sido demasiado para un lunes antes del mediodía; y no sentía ganas de discutir, igualmente si el sujeto intentaba algo estaba preparada para encerrarlo.
—Tienes 5 minutos, no intentes nada raro no quisiera tener que darte una paliza—dijo, él asintió.
—Gracias Sheriff, será un momento.
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Celda de la bala perdida.
«Humillada, golpeada, y sin mis armas. No puedo creer que esa tonta de VI. ¡¡Agggh!! la odio tanto...»
El rostro de la joven Zaunita palideció, Ares se dirigía a su celda, ese sujeto tenía algo que nunca había visto antes. Si, era guapo, pero además poseía ese aire melancólico y extraño que caracteriza a las personas que han sufrido, era todo un misterio, uno que le intrigaba.
—Señorita Jinx, hola.
La delincuente no escucho las palabras, estaba perdida en sus propios pensamientos dementes;
«Esa ropa resalta sus lindos ojos azules, ¿Cuando fue la última vez que tuve novio?, Creo que al último lo hice volar en mil pedazos con una caja de granadas... Fue tan divertido... Me gustaría poder hacerte trizas, galán, quien sabe, si tienes suerte tu podrías hacerme trizas a mí...
—¿Señorita?, ¿Está bien?—preguntó al ver que la prisionera lo miraba con una sonrisa estremecedora y murmuraba entre dientes.
Finalmente la mente de Jinx se aclaró los suficiente como para generar retroalimentación.
—Umm.... tipo, escucha creo que ya me disculpé contigo por casi matarte y si no es asi pues no me importa—dijo mostrando un semblante de dignidad exagerado, actuando como una niña.
Sin embargo no podía evitar sentir cierta atracción por el desconocido, por momentos parecía comérselo con la mirada, esto le generaba irritación.
«¡Maldición controlate! ¡Ugggg! creo que necesito relacionarme con alguien más, además de mis armas... Quizá es porque se parece al protagonista de esa película xxx que tanto me gusta; Jone X Jasuo forever an ever...»
Ares sabía que la interlocutora tenía pensamientos reprobables, podía verlo en su rostro demente. Sin embargo no dejó de preocuparse por ella, después de todo era la viva imagen de alguien que él había amado en el pasado y que por desgracia aún amaba.
—¿Está bien?, Creo que necesita un doctor...
La prisionera explotó en carcajadas.
—¡¡¡Hahaha!!! ¿De verdad piensas que esa estúpida me lastimo?, esto apenas es un rasguño, ya verá, cuando salga de aquí voy a meterle sus estúpidos guantes por el trasero, maldita VI, voy a matarla. Esas lesbianas lamentaran haberme encerrado, ya lo verás...
Él la miro confundido.
—¿La sheriff y la agente en verdad son pareja, o solo lo dice como un insulto?
—Si...
—¿Si que?
—Me gustas, eres educado e increíbleasticamente tonto.— Él se quedó callado y Jinx le dedicó una sonrisa deliciosa.
—Vete a la mierda guapo, no quisiera tener que matarte; una vez que salga de aquí, será una carnicería...
El oyente suspiró, esa conversación no tenía sentido.
—Necesita ayuda, señorita; no se preocupe yo la ayudaré. Voy a sacarla de aquí.
Los ojos de la terrorista despidieron chispas.
—Genial, solo quítame estás malditas cadenas, matamos a algunos cerdos de azul y dejamos en ridículo a las lesbianas, será divertido. En la noche podríamos celebrar, acabo de robar 5 colchones de un cargamento Demasiano y no he tenido oportunidad de probarlos como se debe, ¿Que te parece si saltamos sobre ellos?—preguntó mordiéndose el labio inferior.
Ares le sonrió, se dió cuenta de que realmente estaba ante una psicópata, alguien que podría matar por mera curiosidad, pero no le importaba. Jinx le recordaba a Angela y no iba a perderla, no otra vez.
—No, no lo haremos así, sera de manera legal. Haré un trato con Caitlyn. Usted es peligrosa, una villana con cierta reputación, pero siempre hay alguien más arriba.
La Zaunita gruñó, quería salir en ese instante.—Maldito idiota haz lo que dije, acaba con esos estúpidos guardias y liberame...
Él la ignoró, en ese momento parecía hablar con otra persona.
—¿Recuerdas cuando nos conocimos?, Teníamos que detener al Minutero, viajamos al pasado por orden de Rage; esa noche cenamos en Florencia con Dante, fue hermoso; el de verdad creía que eras un ser divino... Yo aún lo creo.
Los terrorista entrecerró los ojos.
—¿Que mierda?, estás igual o mas loco que yo... esta bien, me gusta.
El héroe mostró una sonrisa sincera.
—Se equivoca señorita Jinx, jamás había estado más cuerdo en mi vida. No sé preocupe, todo va a estar bien. Usted no es mala, no realmente, puedo probarlo.
La joven bufó, harta ya de escuchar tantas idioteces.
—Si, si lo soy. Estoy muy orgullosa de poder llamarme a mi misma Jinx, la villana con problemas mentales.
—Bueno, eso se acabó; voy a arreglar su cabeza, me lo agradecera, volverá a ser la de antes.
Ella rodó los ojos.
—He estado loca desde que tengo memoria...
—No me refería a eso, pero no desespere, ya lo entenderá...—Ares le mando un beso.—Te veo pronto, amor.
Jinx resoplo.—Bueno, no esperaba eso... pero esperaba no esperar nada, así que, está bien...
——————————————————
Oficina provisional de la Sheriff Caitlyn.
—Bien, ¿Que es tan urgente?—
Ares carraspeó y hablo con voz firme.
—Tengo una propuesta para usted, Sheriff. Quiero cambiar a estos dos por su último arresto, la señorita apodada como Jinx.
Puso sobre el escritorio carteles que ella misma había solicitado imprimir, órdenes de arresto contra dos de los peores monstruos que alguna vez pisaron la ciudad de Piltover; Viktor y Dr. mundo, se le ofrecían 50,000 monedas de oro a quien diera información que pudiera llevar a su captura.
—Es un chiste, ¿verdad?— inquirió la morena inclinando la cabeza.
—Yo nunca bromeó, sheriff. Creo que puedo corregir a la Bala Perdida.
Ella negó con la cabeza y sonrió.
—No, y ni por un millón de monedas de oro aceptaría hacer un trato tan ridículo.
El oyente miro al techo, aburrido.
—Deme su precio, sheriff...
—¿Como dices?
—¿Que quiere a cambio?, sea lo que sea, yo se lo traeré; criminales, oro, armas, secretos de estado...
La Sheriff bufó, y le dió un sorbo a una taza de té, que hasta ese momento había permanecido frente a ella.
—¿Porque de pronto te empeñas tanto en salvarla?—Preguntó mirándolo a los ojos.—¿Cuál es tu relación con ella.
Él héroe permaneció imperturbable ante la actitud inquisitiva de Caitlyn.
—No voy a mentirle, Sheriff. Jinx se parece a mi exnovia, es idéntica de hecho; quiero sacarla de aquí para invitarla a salir.
La risita burlona de la morena fue hilarante.
—Es lo más estúpido y patético que he escuchado esta semana... y he escuchado muuuchas cosas.
Ares no perdió la paciencia ante la desagradable mueca que ahora mostraba su interlocutora.
—Vamos Sheriff, debe haber alguien más peligroso que Jinx...
Ante la insistencia pensó en asignarle una misión suicida en Zaun y quitarse al héroe de encima, al ser un ilegal no tendría que hacer papeleo si sufría de algún accidente en esa corrosiva ciudad. ¿Pero tendría tan poco corazón para hacer algo así de poco ético?. No, pero le preocupaba que el idiota hiciera algo ante la negativa; algo como planear una fuga, lo cual podría conseguir fácilmente con las habilidades que poseía; lo mejor era tener ocupado al sujeto.
—Esta bien.—accedió la Sheriff en un tono casi de broma.—Ademas de Viktor y Dr. Mundo, quiero que traigas al químico loco Singed, a la jefa de los quimobarones, Renata Glasc y a la pequeña delincuente que arruinó el sistema eléctrico de Piltover el año pasado, la ciudad tuvo que pagar millones en reparaciones. Se llama Zeri, creo... no es menos peligrosa que los monstruos antes mencionados. Tráeme a esos malditos y veré qué puedo hacer.
Ares asintió, ambos se dieron la mano cerrando el trato.
—¿Algo más?
Caitlyn chasqueo los dedos, iba a asegurarse de que fuese una misión imposible.
—Si, hay una nueva droga derivada del brillo, Prometeo le llaman, está volviendo locos a los Zaunitas, es una sustancia diabólica.—su expresión se torno más seria al mencionar está tarea.—Debes destruir todas las fábricas y almacenes de esa sórdida sustancia.
Ares se levantó de su asiento, volvía a ser el héroe solitario e incomprendido, pero eficaz e implacable. Estaba emocionado de volver al juego.
—Entiendo, gracias Sheriff, no la voy a decepcionar.
Ella amplió su sonrisa, que ya parecía darle vuelta a la cabeza.—Estoy segura de que no lo harás.
—Volveré, tenga un buen día, sheriff Caitlyn.—Menciono antes de abandonar la oficina provisional.
...
VI estaba muriendo de dolor, además de las curaciones pertinentes, Luisa; la recién rescatada enfermera le había puesto una vacuna contra la rabia quimica, que aquí se traducía en 18 inyecciones con agujas de 25 centímetros sobre la boca del estómago; hasta los más fuertes terminaban llorando luego de tal tortura.
—Mierda... maldita Luisa racista, que vengas de Zaun no significa que tengas rabia quimica.—decia con una extraña furia alegre al recordar que su hermana también iba a recibir la vacuna.
—Agente, VI. ¿Se encuentra bien?— pregunto Ares acercándose a su escritorio, llevaba consigo una caja de rosquillas de fresa.
Los ojos de la oficial se posaron sobre el recién llegado.
—Vivire...—respondió enderezandose.
—No quisiera molestarla pero estoy buscando información sobre ciertas personas de interés, criminales de Zaun para ser más precisos. Leí todos los archivos que tienen sobre ellos y la ciudad, pero tengo entendido que usted ya se ha enfrentado a estos individuos en algo llamado "Liga de las leyendas" esperaba que pudiera ilustrarme sobre esos encuentros.—acto seguido le entrego la caja de rosquillas y le guiño un ojo.
Ella sonrió y meneo la cabeza, preguntándose en que estaría metido el sujeto.
—Un soborno curioso a cambio de información tan valiosa. Debería arrestarte por esto, Ares.
—¿Lo hará?
—No si me traes un café.
Él asintió con una sonrisa agradable. Una vez que tuviera toda la información podría movilizarse.
.....
Nota del autor: Un verdadero jugador de League Of Legends siempre habla mal de League Of Legends.
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