Comisaría de Piltover

—La liga de las leyendas recluta individuos de todo Valoran para participar en sus torneos, estas "partidas" por así llamarlo, evitan que se desaten guerras y conflictos: Caitlyn yo, Jayce, akali, los 3 científicos locos e incluso la desquiciada de mi hermana, somos miembros de la liga. A veces somos convocados para pelear. 

VI le dio una mordida a la última rosquilla.
—Cada vez que inicia una partida unimos nuestras almas con la de los invocadores en una divergencia perfecta, así nos controlan. Arriba de todo esta Riot.

—¿Y quien es Riot?

La  oficial bajó la mirada, sus ojos reflejaban temor.
—El jefe de jefes, el más malote e hijo de puta que puedas imaginar.

Ares asintió.
—¿Malo como Hitler o malo como Edison?

—Malo como villano de un Isekai gore, es un maldito psicópata, si fuera por el nos mataria a todos y devoraria nuestras almas; pero nos necesita para sobrevivir, es un demonio, un parásito...

—Aun no lo comprendo.— comento Ares estrechando los ojos, bastante confundido.

—Descuida, ni siquiera yo lo entiendo bien.

El observador estaba perplejo, todo ese asunto de la liga no tenía sentido, era una estupidez, ¿que era realmente ese torneo sádico y extraño?
—Como ya te expliqué voy a capturar a varios villanos que ya enfrentaste, Singed, Viktor, Mundo, Zeri y Renata Glasc.

—¿Que?, creí que era un chiste, nadie es tan idiota para intentar algo asi.

Él rodó los ojos.
—Esta equivocada agente, el término correcto sería valiente.

—Mierda, si que estas loco; llevaré flores a tu funeral. Dame tu verdadero nombre, ya sabes para tu lapida.

—Alexander Blackhart

—Y, ¿exactamente porque razón te quieres suicidar?—Se burlo VI.

—Hice un trato con la sheriff, le traigo a los villanos y deja salir a Jinx, quiza con libertad condicional.

VI golpeó su escritorio al tiempo que sufría un ataque de carcajadas, casi tan enloquecidas y estresantes como las de su hermana.—No, ya en serio, ¿porque quieres capturar a esos tipos?, eres cazarrecompenzas o algo asi—pregunto una vez más, secando las lágrimas de sus ojos.

Ares se encogió de hombros, su mirada molesta y sería estremeció a la peleadora.

—No puede ser, estas hablando en serio.

La actitud de la campeona cambió por completo a una mucho más hostil y agresiva.
—¿Tu eres su novio?, hijo de perra, deberías estar muerto. ¿Te lavó el cerebro?

El héroe meneo la cabeza cansado.
—No soy su novio... aun. Jinx se parece a una exnovia mía, voy a sacarla de la cárcel para invitarla a salir y rehabilitar si psique. Curare su insidiosa demencia.

VI miraba al sujeto con una incredulidad casi cómica. —Eso es tan tóxico, enfermo, patético y raro.—La campeona tomó una buena bocanada de aire para calmarse e intentar procesar esa locura.
—Sinceramente no sé que decir, creía que eras un tipo refinado y narcisista, pero sólo eres otro típico loco, solitario y patético...

Ares se levantó para irse.
—En absoluto, soy alguien que busca la felicidad en un universo muy oscuro.

—Un momento—ella lo detuvo.- ¿Vas a hacer poner tu vida en riesgo e iniciar una épica cruzada solo para cojerte a mi hermana?, si que debes estar desesperado, ni siquiera está buena.

Él la encaró, su expresión reflejaba seriedad.
—Agente... —dijo de manera suave y la tomó por el hombro, luego le susurro al oído.
—No voy a mentirle...

Dio la vuelta y desapareció entre las figuras de azul que iban de un lado a otro. VI se quedó mirando a la nada, tratando de entender eso último.
—Bastardo hijo de la...

...

Sala de celdas

—¡¡Ahhhh!!, ¿Que?, ¿donde estoy?, ufff.... fue una pesadilla. ¡¡Uagg!!, ¿que rayos? sigo encadenada en esta maldita celda, alguien viene, idiota Sombrerotes.

—Jinx, hola ¿estas bien?—inquirió Caitlyn preocupada, cosa rara considerando con quien estaba hablando.

—Estoy encadenada por tu maldita culpa estúpida lesbiana, ¿no ves? y no creas que esto se va a quedar así, voy a demandar a tu novia, Manotas por brutalidad policiaca, ya lo verás, ustedes dos lamentarán lo que me han hecho, serán canceladas.

Caitlyn se llevó la mano a la barbilla, aparentemente su gran aventura había sido sólo un sueño delirante y no había tenido consecuencias en el mundo real. Ahora que lo había comprobado podía disfrutar de una pequeña venganza contra Jinx, tanto por lo que le hizo en la pesadilla como por sus múltiples enfrentamientos en el pasado.
—Jinx no tienes derechos, ni siquiera eres ciudadana de Piltover, de hecho ningún abogado quiere representarte, en 3 días serás trasladada a una cárcel de máxima seguridad incluso ya ordene que te colocarán en la celda de esponja, quedo desocupada desde que Shaco escapó.

La más joven gruñó.
—Buen intento polizona, pero todos sabemos que Shaco no existe, además, ese tipo, el tal Ares dijo que me sacaría de aquí...

La interlocutora se carcajeo.
—Tengo un trató con ese tonto, pero es imposible que logre su objetivo, si yo fuera tu no me ilusionaria ni un poquito.

—¿Que clase de trató tienes con el, Sombreros?.

—¿Que te importa? —respondió cortante.

Jinx le sacó la lengua. Akali, que estaba en la celda de junto miraba aquella discusión con una media sonrisa, le resultaba divertido aquel espectáculo.

—Uy... no deberías tratarme así, soy tu cuñada. Si tuvieras un poco de materia gris y una buena educación me dejarías salir de aquí y me regresarías mis preciosas armas para pueda destruir edificios y matar ciudadanos inocentes. Estas reprobada, Sombreros, REPROBADA.

La sheriff sonrió antes de colocar un sombrero nuevo sobre su cabeza.
—Seguro, ¿no quieres también, un desayuno completo, subir a gran maestro y un aspecto definitivo prestigioso legendario?

—Ja, Ja. Buen intento idiota, pero los aspectos definitivos prestigiosos legendarios no existen, ya le pregunté a Lux.

Ella soltó una risita.
—Seraphine no piensa igual...

Los ojos de Jinx despidieron fuego mientras luchaba con el enredijo de cadenas Hex que la aprisionaban.
—¡No se habla de Serabasura en mi puta presencia!

La mujer de sombrero chasqueo los dedos y asintió.
—Pero que buena idea, voy a poner música de Seraphine todo el día, eso deberia levantar los ánimos por aquí, sus melodías son tan relajantes.

Jinx se retorcía como una salamandra.
—Sombreros!, maldita psicópata, si lo haces te juro que...

—¿Que?, ¿vas a matarme?, ¿hacerme explotar?. Adelante, quiero escuchar la amenaza más ingeniosa que tengas.

—Te haré sufrir, haré de tu vida un infierno...

—Demasiado tarde, en este lugar todos los días son un infierno para mi. ¡¿Que pasa con la música?!—de inmediato los altavoces de la comisaría reprodujeron el último disco de Seraphine.

Jinx gritaba como si la hubieran sumergido en lava ardiente.
—¡No!, quita esa porquería, ¡siento como mata mis neuronas! ... ¡mi cerebro, se derrite!, ¡Me está haciendo estúpida!, ¡Ghaaa! —tenía los ojos inyectados en sangre, pataleaba y escupia víctima de un sufrimiento indescriptible.

—¡Con mi último aliento te maldigo!, ¡Maldita seas Sombreros!

Caitlyn dio un respingo cómico, entonces recordó que tenía un compromiso.
—Oh, se me hace tarde para supervisar el concurso de bebida de Gragas, te dejo, pero disfruta de la música por mi, cuñada.

Jinx abrió la boca para responder pero había sido un truco, eso era justo lo que la señorita justicia deseaba, antes de que pudiera reaccionar le metió una esponja en la boca.

—Se lo que estabas pensando querida, ibas a arrancarte la lengua a mordiscos para morir desagrada, pero no dejaré que escapes tan fácil.

—¡Mmmh!

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NOTA del autor: Asi es, yo soy el aventuras en Piltover.