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Un regalo de despedida

El sol empezó a levantarse en el horizonte, iluminando el mar haciendo que el agua destellara, los Pokémon salvajes se despertaron, los tipo volador extendieron sus alas empezando su día. Las personas de ciudad Petalia empezaban a levantarse comenzando con su día, algunos ayudados de sus compañeros, sin embargo, en una casa cerca de las afueras habia un joven que parecía no haber dormido toda la noche.

Se encontraba viendo una revista repasando tres hojas una y otra vez, tres pokémon parecían repetirse una y otra vez, un Torchic, un Treecko y un Mudkip, estos eran los nombres de esas especies.

-- ¡Aun no puedo elegir a ninguno!

Exclamo mientras agarraba su cabeza con ambas manos y se movía de lado a lado.

--Tengo que elegir a uno, hoy ya es el día en el que el profesor Abedul me regalara un pokémon.

Parecía estar desesperado por encontrar una respuesta. Hace una semana él se había ganado en un sorteo la posibilidad de recibir un pokémon de parte del profesor, Torchic, Treecko y Mudkip eran los que podía elegir, ¿pero cómo? Desde su punto de vista los tres eran buenos, tenían sus pro y sus contras, por esa razón había pasado la noche en vela.

--Al menos tengo un tiempo más para pensarlo…

El volvió a la primera imagen.

--Treecko, un tipo planta, tiene muchas desventajas pero tambien muchas ventajas… tambien es muy rápido.

Luego cambio a la siguiente.

--Torchic, tipo fuego, casi un opuesto al tipo planta, machas de sus ventajas son sus desventajas y viceversa… por ultimo Mudkip.

Dijo al cambiar la imagen viendo la última.

--Tipo agua, muy adaptable y con muchas fortalezas.

Justo después de decir esas palabras él se lanzó de espaldas sobre un cojín para así mirar hacia el techo, no estaba seguro de que decisión tomar, cada uno era diferente. Esta era una decisión que afectaría en toda su aventura, por esa razón era tan precavido.

Suspiro, mientras dejaba el control de la consola sobre una mesa, entonces él sonrió mientras seguirá mirando hacia el techo.

--Realmente no puedo esperar más…

El cansancio comenzó a hacerse presente haciendo que sus ojos lentamente se fueran cerrando mientras aún mantenía una sonrisa en su rostro.

-- ¡Esteban, el desayuno ya está listo!

Justo antes de que pudiera comenzar a dormir su madre le llamo desde la planta baja haciendo que los ojos de esteban se abrieran de par en par mientras su sonrisa se distorsionaba en una sonrisa un tanto forzada.

Únicamente se levantó, he hizo todo lo que debía hacer, tras desayunar él se dio un baño y para luego ponerse su ropa de viaje.

Las 7 de la mañana había llegado, Esteban ya estaba listo para partir.

--¿Bien, llevas todo?

Pregunto su madre mientras le ayudaba a ponerse su mochila.

--Sí, no te preocupes mamá, llevo más que suficiente.

Hablo esteban mientras se giraba para verla frente a frente.

--Te quiero mamá.

Esas palabras sorprendieron mucho a su madre haciendo que algunas lágrimas, ella estaba preocupada por su hijo aunque en el fondo sabía que él estaría bien.

--Hasta pronto mamá.

Esteban sonrió mientras salía de su casa sin esperar una respuesta. Una vez afuera él miro hacia el camino mientras comenzaba a avanzar atravesando el jardín hasta que por fin salió a la acera.

--Bien, es momento de ir a…
--¡Esteban espera!

Justo cuando esteban se preparaba para empezar a correr la puerta de su casa se abrió mientras su madre salía gritando su nombre pidiéndole que se detuviera.

-- ¿Qué pasa mamá?
--Tu abuelo… se me olvido decirte que quiere verte antes de que partas en tu aventura.
-- ¿Por qué?

Aquella respuesta que su madre le había dado esteban había quedado confundido, ¿Qué podría querer su abuelo de él? “Seguramente quiere despedirse” pensó el creyendo que era la respuesta correcta.

--Está bien mamá, hablare con él.

Respondió Esteban con una sonrisa.

***

Esteban estaba parado frente a una casa a las afueras de la ciudad Petalia antes de entrar en la ruta 102, era una casa grande oculta entre los árboles, inmediatamente él se acercó a la puerta, era una gran y vieja puerta de madera.

[Toc][Toc]

Dio dos fuertes golpes haciendo que el sonido recorriera toda la casa, después de eso esteban solo espero firmemente parado frente a la puerta.

En poco tiempo comenzaron a escucharse los pasos de alguien acercándose a la puerta, hasta que alguien abrió la puerta.

--Oh, eres tu Esteban, pasa, nuestro abuelo nos está esperando.

Quien abrió la puerta era la prima de Esteban, Aurora, ella era un año mayor que él. Esteban al escucharla únicamente suspiro entrando detrás de ella cerrando la puerta detrás de él.

-- ¿Cómo está el abuelo?

Pregunto Esteban mientras miraba a los alrededores.

--Él está bien, pero sabes que ha cambiado desde la muerte de la abuela, él era un gran entrenador en el pasado.

Respondió Aurora con mucha seriedad, esto causo que esteban suspirara, pues recordaba de pequeño como era su abuelo, pero ahora ni siquiera era la sombra de su pasado. Esteban rápidamente cambio de tema percatándose de la ropa de su prima la cual era más para viajar.

-- ¿Tambien partirás a un viaje?
-- Hmph… Claro, el año pasado no puede hacerlo así que pensé que este año debía intentarlo, aunque yo ya tengo un objetivo en mente, ahora solo me falta un pokémon pero ya lo conseguiré solo necesito una pokeball.

La respuesta de Aurora hizo que Esteban suspirara para luego mostrar una sonrisa un tanto forzada. Aun así la conversación aligero el ambiente, antes de que pudiera notarlo ellos ya habían llegado a la sala donde el abuelo los esperaba.

-- ¡Esteban, Aurora! ¡Qué bueno que ya estén aquí! ¡Vamos siéntense!

El abuelo mostro una gran sonrisa ante ellos mientras pedía que se sentaran frente a él.

Ellos obedecieron, sentándose juntos mientras miraban a su abuelo.

--Iré al grano, sabía que ambos partirían hoy, así que los conseguí ayer.

El abuelo hablo mientras hacía que ambos extendieran sus manos, él, entonces coloco una pokeball en sus manos. Ambos la miraron desconcertados, no sabían cómo reaccionar en realidad, aunque cada una era diferente, la pokeball que recibió esteban era una “honor ball” y pero la que recibió Aurora era una “Lujo ball”.

--Bueno, no me agradezcan, pero tal vez parezcan débiles ahora pero un día se volverán fuertes, permanezcan junto a ellos.

Los dos cerraron sus manos sosteniendo las pokeballs, este su primer pokémon para ambos.

--¿Qué pokémon es?

Preguntaron confundidos, a lo que su abuelo sonrió.

--Un Ralts para cada uno, ahora deben irse, su destino los espera.

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