Narrador Tails:
Era viernes, un nuevo día en la escuela, estaba en un tiempo que estaba libre, esperando a que iniciara la otra clase, en ello, Sandra, quién estaba adelante de mí, no me esperaba que me hablara, pero lo hizo, sacó una Tablet y me hizo algunas preguntas sobre lo que estaban haciendo del corto.

Sandra: Hola Tails.

Tails: Hola, ¿qué pasó?

Sandra: ¿Si ves que tenemos que hacer un cortometraje?

Tails: Sí.

Sandra: Nosotros lo íbamos hacer acerca de una historia que nos contó la Miss Verona.

Tails: Ah ya, la de su esposo, ¿no?

Sandra: Sí, ya grabamos varias partes y quiero saber qué opinas de lo que hicimos.

Tails: Ah, está bien (le respondí, después ella sacó una Tablet, se metió a la galería y me la mostró a mí).

Sandra: Es esto.

Narrador Tails:
Sandra comenzó a reproducir el vídeo y fue cuando ahí, empezaron a verse los vídeos, eran pequeñas escenas o tomas o cómo lo quieras llamar, se veían que fueran grabados en la tarde en la escuela. Debo de admitir que se veía raro ver la escuela en esa hora del día, ya estaba acostumbrado a verla de día o mínimo que apenas estuviera amaneciendo.

Varios de estas escenas eran cosas pequeñas y un poco de aleatorios, realmente no tenían sentido, pero en cierta parte, se entiende el porqué. Eran muy pocas las tomas que estaban ahí plasmadas, si las contaba, eran como seis. No me tomé la molestia de contarlas porque eso no era lo importante, lo que realmente era necesario saber, era ver cómo estaban.

Sandra: Y eso es todo, ¿qué te pareció?

Tails: Todavía no puedo juzgar con exactitud pues está incompleto, pero va por buen camino, solo tomen en cuenta el audio y quedará perfecto.

Sandra: Gracias.

Tails: No agradezcas, estuvo interesante ver el corto, aunque esté incompleto.

Sandra: Pues nuestro equipo ya verá cuando grabará la siguiente parte.

Tails: Sí, les deseo lo mejor.

Narrador Tails:
Y eso fue lo último que dije, después volvió a agradecerme y llegó el maestro de la siguiente clase, como siempre parece que el mundo tiene el tiempo suficiente para momentos como este estén completos. Como si alguien estuviera haciendo que el tiempo quesiera que quedara perfecto para este tipo de charlas. Sé que son casualidades de la vida, pero no me dejan de sorprender cuando pasan ese tipo de situaciones.

Pasó el tiempo, las clases siguieron con normalidad, yo seguía preguntándome: ¿me aceptará la guía de Matemáticas? Tenía dudas al respecto, en cierta parte me gustaría entregarla ya, pero al mismo tiempo no. Y eso solo era mi opinión al respecto, ahora, lo que me diga Miss Serena es diferente, si me dice que sí, pues ya me libro de eso y ya tengo esa parte cumplida; en cambio, si dice que no, tendré que esperarme más tiempo y espero que no se me olvide el día que la tengo que entregar, ahora que pienso, podría dejarla en la mochila y ya cuando diga que quiere la guía, la saco y se la entrego sin problema. Muchas preguntas que no se resolverán dentro de un rato.

Pasó el rato necesario para que, ahora sí, empezara la clase de Matemáticas, finalmente sabré lo que me dirá Miss Serena acerca de mi guía. La Miss Serena entró como de costumbre al salón, recuerdo que antes le abría la puerta porque me caía muy bien, ahora que ya no estoy cerca de la entrada ella tiene que abrir la puerta. Recuerdo que una vez, le abrí la puerta y la Carmela vio como le abría amablemente la puerta en su cara, no sé que habrá pensado, pero, ella no tiene ese lujo por obvios motivos.

Las Miss Serena dejó sus cosas en su lugar y comenzó a dar la clase como de costumbre, hay que recordar que ahora sus clases serán de su guía, así que tiempo libre, creo. Dijo que trabajaran en la guía y que cualquier duda, ella las respondería, pues esto les servirá para el día del examen final.

Después de eso, se volvió a sentar en el escritorio, ahora este era mi momento para preguntarle lo de la guía, saqué la guía de la mochila y me acerqué al escritorio de la Miss, solo espero que no haya regaños de por medio, cosa que no creo. La Miss Serena no es alguien de dar regaños sin motivo alguno, esa es una de las razones por las que me cae muy bien y es una de mis maestras favoritas, la saludé y era la hora de la verdad.

Tails: Hola Miss.

Miss Serena: Hola, ¿qué pasó?

Tails: Este, ya terminé la guía de Matemáticas que nos dejó, así que, le pregunto si ya podría entregársela.

Miss Serena: Tan rápido,

Tails: Sí, la trabajaba casi todos los miércoles y viernes, entonces ya la terminé hace dos días creo, no les he contado.

Miss Serena: Que bonito dedicación tienes.

Tails: Gracias. Entonces, ¿sí se la puedo entregar?

Miss Serena: Claro, solo déjala aquí, antes de que me la entregues. ¿Tiene nombre?

Tails: Sí.

Miss Serena: Pregunto porque luego no le ponen nombre a sus cosas, entonces déjala aquí.

Tails: Gracias Miss.

Miss Serena: ¿Alguna duda de la guía o de los ejercicios?

Tails: No, todo quedó claro.

Miss Serena: Entonces todo está bien. Ya puedes regresar a tu lugar, solo no hagas escándolo, que no creo que lo hagas.

Tails: Sí, adiós.

Narrador:
Respondió Tails para después irse a su lugar, finalmente había entregado la primera guía, ahora le quedaban las siguientes que se cruzarían en su camino, que no eran muchas, pero tenía que hacerlas, porque la mayoría tenían un porcentaje de su calificación final y no podía dejar que le fuera mal. Tails ya estaba sentado en su silla, ahora sí ya no sabía que hacer y menos sin un móvil, así que hizo lo primero que se le ocurrió y fue rayar la libreta y así estuvo por el resto de la clase.