Preocupados Por La Tristeza De Un Pequeño Bulldog Y Tratando De Animarlo Un Poco
Unos minutos después, Mónica va a la habitación de Rubble con un plato con algunos bocadillos de hígado.
Rubble: *Acostado en su cama y siente como su pancita le está rugiendo de hambre* Tengo mucha hambre
Mónica: *Entra a la habitación de Rubble* Hola bebé, mira, te traje unos bocadillos de hígado para que comas
Rubble: mm... *Ve a Mónica muy desanimado* No gracias, abuelita, voy a aguantar hasta la cena, abuelita
Mónica: Bebé *deja el plato en una mesa y se sienta al lado de Rubble* Se ve que tienes mucha hambre, bebé
Rubble: No, no tengo hambre *muy triste y ve que Ryder entra a la habitación y corre con él* Papi
Ryder: Ven, mi hermoso bebito *carga a Rubble y lo abraza muy fuerte* ¿Qué pasó, mi bebito? ¿Porqué estás triste?
Rubble: Mi abuelita Raquel no quería darme algo de comer cuando yo se lo pedí, me dijo que tenía que esperar
Ryder: Oh, mi bebé, pero ya no estés triste, mira, ahorita te voy a dar de comer lo que quieras, ¿Qué te parece?
Rubble: No, papi, voy a esperar que ya sea hora de cenar para comer algo, no quiero comer nada ahora, papi
Ryder: Bebé, siento como tu pancita está rugiendo de hambre, te prometo que te daremos algo de comer, bebé
Rubble: No, papi, deja de insistir, solo voy a esperar para la cena *muy triste en los brazos del joven rescatista*
Mónica: Ven, bebé *carga a Rubble y lo abraza muy fuerte* Tranquilo, bebé *le hace cosquillitas para hacerlo reír*
Rubble: mm... *En ves de reír empieza a llorar al sentir las cosquillas y abraza muy fuerte a Mónica* mm...
Mónica: *Lo abraza muy fuerte y le soba su espaldita* Tranquilo, bebé, no llores, shh, shh, ya no llores, bebé, shh
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