¡¿Aquí?!
¡Hola y bienvenidos!
Hago esto solo para sacarme el gusto :3
Esto sera en el mundo de Sonic, personajes que no me pertenecen por cierto.
Para los que no me conozcan, aclarare un punto importante: Ink es mi personaje, es mía.
Es un toon con aspecto de coneja y con el rostro blanco, con su ojos derecho de color violeta y el izquierdo de color verde. Viste remera verde y shorts violetas, con chatitas uno de cada color.
Sin más que decirles, espero que lo disfruten~
-Agh...- Tails Doll abrió los ojos, gruñendo ligeramente al encontrarse con una sonriente rostro y unos ojos brillantes de diferentes colores. Se sentó y miro a su acompañante, reconociendo a la coneja, de pelaje negro y rostro blanco, vestida de verde y violeta. -¿Tú?- la reconoció como Ink, quien le había pedido hace un tiempo ayuda para un broma y lo trato como un muñeco cualquiera.
-Hola~- ella sonrío con nerviosismo, moviéndose para sentarse de piernas cruzadas. Apretó sus manos ligeramente, notando como el muñeco la miraba fijamente.
-¿Me quieres decir que hago contigo...?- noto que estaba sentado sobre el paso verde y empezó a flotar, cruzándose de brazos sin separar su vista de ella y sin querer ver a su alrededor. -¿...y por qué presiento que ya no estoy en Ciudad Crepy?- gruño con molestia.
-Bueno...- Ink bajo las orejas, nerviosa ante la molesta mirada que tenía el muñeco. No esperaba que algo más pequeño que ella pudiera lucir tan enojado. -...antes de que empieces a maldecir en todo los idiomas posibles, quiero que conste que...igual que tú, yo me desperté aquí...-
-Habla- el cristal en la punta de su antena brillo en señal de advertencia.
-...creo que estamos en Green Hill- hablo rapidamente, quedándose tiesa al ver como el muñeco miraba a su alrededor en silencio. Estaban abajo de un gran árbol que les daba sombra, justo en medio de un muy bonito lugar con pasto y flores, con el brillante sol en el cielo despejado. -¿T-Tails D-Doll?- lo llamo con algo de miedo.
-¡NO PUEDE SER QUE HAYA VUELTO A ESTE MUGROSO LUGAR!- su voz sonó ligeramente distorsionada y con mucho enojo. -¡NO PUEDE SER!- Ink miro con los ojos bien abiertos al muñeco que flotaba, agitando brazos y piernas con fuerza, gritando maldiciones en idiomas que ella agradecía no entender.
-Esta más molesto de lo que esperaba...- murmuro, levantándose y retrocediendo unos paso, desviando la vista. Le daría a Tails Doll algo de espacio para tranquilizarse. Retorció las manos con una mueca, bajando las orejas e intentando pensar en una forma para poder volver a sus mundos. Y entonces, se escucho una explosión y el piso bajo sus pies tembló por unos segundos. Ink jadeo, alzando las orejas y viendo a lo lejos como se empezaba a ver humo. de seguro a causa de la explosión. -Si hay problemas...- sintió una ráfaga de viento pasar frente a ella, viendo con los ojos bien abiertos una estela azul desparecer lentamente. -...¡hay una solución!- sonrío enormemente. -¡Tails Doll!- corrió hacia él, utilizando sus orejas para volar y alcanzar a al muñeco, agarrándolo por debajo de los brazos y logrando que la mirara.
-¿Qué quieres niña?- la miro con poco más relajado.
-¡Tengo una idea!- su sonrisa de felicidad se convirtió en una nerviosa. -...aunque, creo que no te va a gustar ni un poco- bajo lentamente sin soltarlo, dejando sus orejas paradas.
-¿Y eso?- se cruzo de brazos, resignando a que la coneja no lo soltase. Ella miro en dirección al humo que aun se podía ver a lo lejos. Él la imito, entrecerrando los ojos y volviendo a mirarla, esta vez frunciendo el ceño. -No-
-¡Por favor~!- suplico con ojos brillantes. -El equipo de Sonic puede ayudarlos a volver y...-
-No, me niego a pedir ayuda a ese montón de inútiles...- gruño con molestia. -...y menos si llegan a atacarme-
-A menos que te comportes- sonrío.
-¿Disculpa?- el cristal de su antena brillo ligeramente. -Niña insolente soy...-
-...la reencarnación del mal, ya lo sé- rodó los ojos. -Solo...piénsalo, podría ser nuestra única salida- le sonrío ligeramente. -Solo deberías no atacarlos, ni amenazar de muerte y destrucción a nadie...- se detuvo ante la mala cara que el muñeco que le estaba dando. -Escucha, hagamos esto...- lo acerco ligeramente. -...te prometo que no te harán nada y te devolveré a tu aterrado mundo-
-¿Y que quieres a cambio?- la miro fijamente.
-Que te comportes y me protejas- sonrío enormemente y con inocencia.
-¿Protegerte?- frunció el ceño. No lo gustaba cuidar de nadie y sabia que esa coneja no era una niña que necesitara protección, sabía defenderse.
-Mi martillo tiene un limite, tus poderes no- se encogio de hombros. -¿Entonces? ¿Qué dices?- lo miro con ojos brillantes, esperando una buena respuesta.
-Bien- bufo después de unos segundos de silencio.
-¡Increíble~!- sonrío enormemente y llena de emoción, ignorando como el muñeco rodaba los ojos. Tails Doll no se molesto al verse rodeado por los brazos ajenos, su espalda contra el pecho de la coneja. -¡Vamos~!- canturreo, corriendo un poco y dando un salto, manteniéndose en el aire con sus orejas y empezando a volar en dirección a donde se podía ver el humo.
-Esto sera una tortura...- suspiro con cansancio y resignación.
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