Me despierta de sobresalto algo extraño. Alguien me lleva en brazos por la casa y luego me saca de ella. Siento el frío de la noche rozar mi piel, y el frío de quién me lleva también se siente.

Quisiera abrir los ojos y ver quién me lleva pero se me hace imposible. Siento como si eso fuera una tarea muy difícil, casi imposible. Como si mis párpados fueran muy pesados y estuvieran casi unidos.

Al parecer quién me lleva ha terminado su recorrido. Me deja sobre algo muy suave y helado. Hay mucho viento aquí.

Consigo abrir los ojos y lo que veo me sorprende. Estoy sobre nubes grises, y no sé cómo me mantengo sobre ellas. Veo arriba el cielo oscuro con la luna tan clara como siempre, y abajo la lluvia que provocan las nubes.

Me relajo y me dejo caer.