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El título lo saqué de un anuncio de X box, 😁
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Kai's POV.

—¿Kai? —pregunta el general, para asegurarse de que sigo la conversación.

Alzó la cabeza y me esfuerzo por ver sus ojos. Unos ojos repletos de lástima,     
así han sido estos últimos días.

—Kai, sé que es difícil recibir dos noticias así en tan poco tiempo, pero... conoces al Señor del fuego, alguien debe suplir a tu padre en la guerra y ¿Quién mejor que su propio hijo? —el general sonrío, en un intento por subirme el ánimo.

"Después de oír que tu padre a muerto en la guerra lo que quieres escuchar es que tú has sido reclutado para pelear en la misma guerra, en donde, probablemente, mueras también."

—Vamos, hijo, anímate, tal vez el "avatar" aparezca y nos salvé a todos —sé ríe el general. Claro, como ve que su esfuerzo fue en vano ya va a comenzar con las bromas malas. Aunque... preferiría que continuará con lo de la guerra, el tema del avatar es el que menos quiero tocar ahora.

El general me da una palmadita en el hombro, tras ponerse de pie.

—Saben que tienen mi apoyo. Tu padre era un gran hombre y un muy buen amigo mio.

Era.
Esa palabra otra vez. Tal vez ya debería acostumbrarme a oírla, cada vez que pienso en papá.
Ni siquiera escucho cuando el general abre la puerta de nuestra pequeña choza para salir. Lo único en lo que pienso es en que sólo saldrá una persona muy afectada con todo esto: Nya.

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Abro la puerta de su habitación y la encuentro sentada a orillas de la cama, con una caja sobre su regazo. Me acerco a ella y me doy cuenta de que la caja contiene un precioso brazalete de oro con un enorme rubí incrustado en él. Y ahora, acompañándolo, una pluma de halcón que antes ornamentaba el casco de papá.

Me quedo embobado mirando esos recuerdos, lo único que nos queda de nuestros padres, hasta que noto los sollozos de mi hermana. Me siento a su lado y la rodeó entre mis brazos. Ella se hace un ovillo y recarga su cara en mi pecho. Ahora entiendo más que nunca lo que ella significa para mí. Es lo único que me queda.

—Saldremos de esto Nya —le digo, con voz suave.

Nya solloza y se aferra a mí aún más. Sostengo su cara entre mis manos. Sus ojos parecen ahogados en tristeza.

—Los dos, juntos —añado, intentando sonreír, pero el resultado es vergonzoso.

Nya se aparta de mí y gira la cara.

—Ya no me mientas, Kai —me pide.
—¿A qué te...?
—Te escuché hablando con el general —abro los ojos como platos—. Tú también te irás.
—Nya, sabes que no me enlistaría para la guerra si no fuera obligatorio.
—Ya sé que eso no está en tus manos pero... podrías habérmelo dicho. Estoy cansada de que todos me oculten cosas por "mi bien".
—Si te lo iba a decir —replicó.

La verdad es que planeaba evitar el tema hasta que faltaran unos tres días para partir con las flotas.

Nya frunce el ceño. No puedo creer que ya no la veré, ¿Con quién me voy a pelear ahora?

—Nya —la llamo, ella fija sus ojos borgoña en mí. Después de pensarlo, creo que solo hay una cosa que decir en estos momentos—. Te quiero.

Nya sonríe, con lagrimas de felicidad en sus ojos. Deja la caja en el cobertor y me abraza.

—Y yo a ti —murmura cerca de mi oído, lo que me provoca cosquillas. No hay otra persona sobre la faz de la Tierra capaz de arrancarme una sonrisa, solo mi hermana.

Miro la caja de reojo y los objetos dentro de ella. A partir de ahora haré una promesa; haré todo lo que esté a mi alcance para volver con Nya, incluso si eso significa combatir en una guerra.

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Cuando la luna está bien alta en el cielo, me escabulló en secreto de mi casa. Cierro la puerta con el mayor esfuerzo que me es posible.

¡Paf!

El ruido amortiguado de la puerta al cerrarse es mi señal para empezar a correr. Corro y no me detengo. No me encuentro con nadie, ya que, a estas horas, ninguna persona sale de su casa.
Entonces, cuando creo que he burlado la seguridad, choco contra alguien bajito. Me froto la barbilla y el extraño encapuchado se frota la frente.

—¡Oye! Ten más cuidado —reclamo.
—Lo siento —musita el extraño, con la voz más falsa que he oído en mi vida.

"Pero que extraño...", pienso.

Me acerco un poco a él y miro su frente, ya saben, por si acaso. Pero no encuentro nada extraordinario.

—Ah-a-aa-¡Achú! —estornuda (justo en mi cara, por cierto) y me saca volando con una ráfaga de viento.

Caigo justo sobre unas cajas de madera, las cuales se rompen como galletas con mi peso.

—¡PERDÓN! —grita el extraño, unos metros delante.

"Bueno, al menos es educado..."

¿Pero qué estoy diciendo? ¡Es un maestro aire!

—¡Un nómada aire! —grito, intentando llamar la atención de los guardias cercanos.
—Déjame ayudarte —dice una vocecilla a mi derecha.

¡AY! ¿Cómo diablos llegó aquí tan rápido? El niño aire me toma de un brazo y trata de sacarme de este montón de cajas rotas.

—Déjame, puedo hacerlo solo —le digo, poniéndome de pie con torpeza, pero solo consigo volver a caerme. Escucho un crujido en mi espalda y siento como un madero se me encaja en la piel—. Bien ,tú ganas, ayúdame.

El niño hace uso de su aire control para "levantarme" con facilidad de las cajas.

"En cuanto me saque de aquí, correré con los guardias para que lo arresten".

Cuando mis pies tocan el suelo, estoy por correr lejos, pero un dolor punzante en mi espalda me lo impide. Es el madero.
Doy un gemido de dolor y llevo mis manos a la espada. Cuando miro mis dedos, están cubiertos por un líquido espeso y caliente.

—Vaya, eso no se ve nada bien —comenta el niño aire, mientras ve mi herida.
—Esto es culpa tuya —lo acusó.
—... ¡Sé que hacer! —exclama, elevándose en el aire por un momento.

El niño aire rebusca en unas cajas (no en las que caí) y saca unas hierbas medicinales y unas vendas.  Me acerco a él y se las arrebato con brusquedad.

—¿Qué sucede contigo? —exclamo en un susurro bien alto—. Si los guardias te atrapan robando...
—Yo no estaba robando —exclama, enfurecido y saca otra hierbas de la bolsa de su pantalón— ¿Ves? Iba a hacer un cambio. Estas las encontré en la colina, curan el envenenamiento.
—¿¡Por qué querrían tus sucias hierbas de nómada aire!?
—¡Ah, yo supongo que cuando estás a medio morir lo último en lo que piensas es de dónde viene la medicina!
—¡Claro, te matan antes tus hierbas que el veneno! —exclamo alzando los brazos. Noto un cosquilleo en los dedos, el fuego no tarda en aparecer.
—¿¡Y cómo sabes eso!? ¿¡Ya te has muerto!?
—¡SÓLO CÁLLATE! —mis manos se prenden fuego, igual que mi alrededor. Abro mi puño en llamas, solo para ser testigo de cómo se incendian las últimas cenizas de las plantas medicinales.
—¡Oigan, ustedes! —un puñado de guardias corren hacia nosotros espada en mano.
—¡Corre! —le grito al niño.
—¿Por qué no solo hablamos con ellos y les explicamos?
—Claro, explicarles a los guardias de la nación del fuego por qué un maestro fuego y un nómada aire discutían en un puesto, a mitad de la noche, con hierbas muy costosas en las manos —digo, con ironía. El niño no repone más y comenzamos a correr.

Estoy convencido de que si pierdo al niño y regreso a mi casa nunca nadie sabrá que estuve involucrado en esto... Doblo a la derecha, para llegar a la herrería, el niño se detiene y me mira, extrañado.

—¿A dónde vas? —me pregunta.
—¡A partir de ahora estás solo!
—Pero...

Me detengo y no sé por qué. Miro al niño, su expresión de tristeza y decepción... me hacen recordar a Nya,  esta mañana. Doy un bufido,no muy convencido de la tontería que voy a hacer.

—Bueno, ven conmigo. En mi casa puedes esperar hasta que los guardias se cansen de buscar. Entonces, te irás.

El niño sonríe y corre hacia en donde estoy. Estoy seguro, esto no va a resultar bien...

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Lloyd's POV.

—¿Entonces... eres un nómada aire?
—Nya, no hables con extraños —la regaña su hermano.
—Bueno, no lo soy, oficialmente —digo entre risas—. No terminé mi entrenamiento a tiempo... aunque, tenía el potencial para ser el mejor maestro aire.
—Presumido.
—Kai, ¿Te das cuenta de lo que significa? Es uno de los pocos maestros aires que quedan.
—Ah, ah imposible —niega este, tras hacer una mueca de dolor, Nya venda rápidamente su herida.
—¿Imposible? Te lancé al aire hace un rato, ¿recuerdas?... ¿o el golpe te dio memoria de corto plazo?—objeto.
—No, esa ya la tenía —sé burla Nya y los dos reímos.
—"Ja, ja" muy graciosos. Es imposible que sea un maestro aire, porque los únicos que quedaban eran Aang y su hijo. Y por cierto, Aang murió hace catorce años.

Claro, como olvidarlo, gracias a eso yo estoy en el mundo.

—¡Kai! —exclama Nya, al ver mi mueca de tristeza—. ¿Cómo puedes ser así?
—Lo siento, pero voy a hacer todo lo posible para que estés a salvo, y en estos momentos eso implica echar al niño aire.

Kai pone su mano sobre el cerrojo de la puerta y lo gira. Cuando la puerta se abre solo un poco lo único que noto es  su expresión de sorpresa. Gira la cabeza hacia nosotros y en su boca forma la frase:

—Salgan de aquí.

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¡Hola mis queridos lectores! Espero que la estén disfrutando. Me costó algo de trabajo imaginarme la relación hermano-hermana, porque yo crecí con puras hermanas 😆
¡1668 palabras! El capítulo más largo de la saga 😱🎆🎉, además de eso... ¡Hoy festejo mi cumple! O.o ¿Ya tengo la misma edad que Kai en esta historia?
Que anciana 👵

Kai: ¿¡A quién llamas anciano!? ¡A los quince aún soy joven y guapo!
Yo: Ajá... 〒︿〒