El patriarca, Gu Ye miro con desdén el pergamino mientras a su lado el Gran anciano también conocido como el primer anciano: Gu Huī Zem esperaba pacientemente alguna orden. Con movimientos toscos, pues al patriarca le faltaban dos dedos en la mano izquierda, el hombre rompió el sello de cera y comenzó a leer el pergamino en silencio.
El primer anciano se esperaba muchas cosas, pero no que el patriarca sonriera.

Gu Ye era un hombre fornido aun a sus 50 años, cabello cano, un parche en el ojo izquierdo y aspecto aguerrido y violento con diferencia de los otros hombres en la sala del consejo.

Leyó nuevamente el pergamino y su sonrisa, aunque tensa y poco usada fue visible para todos en la habitación. Bajo el pergamino y después lo alzo para que todos vieran un sello azul en la parte final del pergamino.

—La tribu agua del norte, requieren de los servicios del Clan Gu. —Dijo en voz baja mientras le ofrecía el pergamino a una criada. —Primer anciano, por favor léalo en voz alta para todos.

Gu Huī Zem tomo el pergamino de las manos de la joven y se puso de pie para cumplir con la orden del patriarca.

Cuando termino de leer, para su sorpresa, nadie hablo. Miro con sus ojos color ámbar al patriarca quien bebía un trago de té de jazmín en silencio, pero su ojo, su único ojo destellaba con una inteligencia perversa.

—Patriarca. —Dijo el cuarto anciano, Gu Fan Sai. —El pedido del Rey de los Hielos es un tanto excesivo esta vez ¿no lo cree?

—Actualmente la tribu agua del norte está a poco de una revolución. –Agrego el segundo anciano Gu Tang Rou. —Si el Clan Gu interviene podríamos acabar involucrados en un conflicto ajeno al clan...

—Con su perdón, segundo anciano. —Intervino una voz joven desde la derecha del patriarca. Todos miraron a un hombre joven no mayo a 17 años, ojos amarillo melón, delgado pero musculoso, cabello negro largo y rasgos de halcón que le daban una apariencia regia y atractiva.
El hijo del patriarca: Gu Zhao, tenía muchos rasgos, de su padre.

—En estos tiempos ¿Dónde no hay conflictos hoy en día? Actualmente en la ciudad capital, hasta por caminar y respirar al mismo tiempo, acabas ofendiendo a alguien.

—Joven maestro Gu Zhao. —Respondió Gu Tang Rou con una reverencia respetuosa. —La situación de la tribu agua del norte es complicada y muy seria. No solo hay indicios de revolución entre sus gentes, sino que las invasiones del señor de la guerra Khosatral Khel, en sus dominios es una amenaza constante.

El patriarca se puso de pie lentamente.

—Segundo anciano. —Dijo con calma. —Perdóneme si lo he malinterpretado, pero por un instante me pareció que decía, que el clan Gu puede acabar siendo... intimidado o suprimido...

—Eso es imposible, patriarca. —Respondió el segundo anciano. —Lo que yo sugiero es actuar con cautela ante este pedido.

—Con más razón opto por aceptar este trabajo. —Respondió el patriarca. —Estos son tiempos delicados, yo mismo lo sé. Pero el clan Gu, es un clan mercenario y pedidos de escolta, protección, emisarios y asesinatos nunca han faltado en el pasado y estoy seguro tampoco faltaran en un futuro.

Volvió a sentarse y de nuevo sonrió sesgadamente.

—Que mejor forma que nuestros hombres adquieran experiencia y práctica, tomando ventaja de las vivencias de estos tiempos complicados.

—Zorro astuto. —Pensó el primer anciano.

—Estoy de acuerdo con el patriarca en aceptar este pedido. —Intervino el tercer anciano Gu Man Jiem. —Yo mismo en mi juventud trabaje para la gloria del clan Gu y aunque hubo situaciones tensas y complicadas aprendí mucho por ello. Porque me las tuve que ingeniar con los recursos que disponía pese a ser casi nulos, ser más listo que los enemigos, adaptarme a las situaciones fuera de mi control... Proteger, sanar, mantener la cabeza fría. —Narro antes de agregar. —«El enemigo, es nuestro mejor maestro, aprende de él.» Esa es una enseñanza que todos debemos tener.

—Además de que la recompensa que nos da el Rey de los Hielos es bastante generosa. —Intervino el joven maestro del clan. —Al clan Gu, no le falta riqueza, pero quedar bien vistos ante la realeza aun ante la tribu agua del norte, es beneficioso ¿No lo creen?

— ¿A quién sugiere para esta misión, patriarca?

—No lo sugiero, primer anciano. —Respondió Gu Ye. —Enviare, a nuestro joven prodigio, y esa es mi decisión.

Pese a su vejez, al primer anciano no le pasó inadvertida la expresión de odio del joven maestro cuando el patriarca uso la palabra "Prodigio".

Gu Huī Hong era un hombre alto y fornido de cabello negro vetado de canas, había perdido el brazo derecho en una misión exitosa pero no por ello sin riesgos, ahora miraba con severidad a sus dos últimos hijos menores que eran gemelos, entrenados en el manejo de la espada por su cuarto hijo, Takuya.

Hong y su esposa Xiānzi, había tenido mucha descendencia. Tres hijos mayores, una hija, su cuarto hijo masculino Takuya y actualmente sus hijos, los gemelos con solo 5 años.

Sus rasgos severos se suavizaron un poco al ver la eficacia con la que Takuya entrenaba a sus hermanos, del mismo modo en que él, había sido entrenado por sus hermanos mayores.

Takuya era un joven de 17 años alto, de piel clara pero bronceada por el sol; delgado pero musculoso, de cabello negro y ojos amarillos. Su única vestimenta era un pantalón de lino negro con vendas sobre los antebrazos y pies, sus hermanos menores usaban prendas similares de su respectiva edad. Los 3 hermanos sostenían espadas de madera negra; los dos niños apenas y podían levantarlas pues cada una de esas espadas pesaba 30 kilos.

—Rompan mi concentración... —Instruyo Takuya mientras esquivaba la espada de uno de los gemelos y con la mano desnuda atrapaba la espada del otro. —No aguantes el aliento, hermano... —Agrego para dar un salto corto hacia atrás y se mantenía erguido como un pilar, sosteniendo la espada de madera con la diestra mientras mantenía la otra mano baja.

Takuya ataco, y los gemelos alzaron las espadas para defenderse de los 9 ataques de su hermano, uno de los gemelos tropezó con sus propios pies, pues el aluvión de ataques les estaba haciendo retroceder.

—No descuiden su entorno... —Dijo Takuya dando un sesgo en diagonal hacia sus hermanos. —Ni suelten su arma. —Agrego cuando las espadas en manos de sus hermanos menores cayeron al piso, por la fuerza del golpe que acababa de usar.

Los ojos de Takuya amarillos como el ámbar relampaguearon severos como los ojos de un águila. Sus hermanos que también habían caído al suelo solo asintieron intimidados. Antes de decir algo, unos aplausos provenientes de su derecha les tomaron por sorpresa. Takuya giro la mirada para después inclinarse, ambas rodillas se doblaron sobre sí mismas y bajo la cabeza, tocando su frente con el suelo.

—Gran anciano. —Su tono frio y duro desapareció en un instante mientras el primer anciano del clan Gu cruzaba el umbral de la puerta para entrar al patio de prácticas.

—El «Tifón de Acero»... Una de las técnicas de espada secretas más apreciadas del clan Gu y tú la dominaste en solo un año, y tenias 8 años en ese momento...

—Gran anciano no tiene que ser tan...

—¡¡Abuelo!! —Gritaron los gemelos, quienes corrieron hacia el anciano quien sonrió y casi cayó de espaldas ante el empellón juguetón que le dieron los gemelos al abrazarlo.

—Hermanos, muestren respeto... —Comenzó a reñirles pero se detuvo al ver que el gran anciano movía la mano para no darle importancia.

—Está bien. —Dijo el anciano sonriendo mientras correspondía al abrazo de los gemelos. —Está bien. —Repitió. —Recuerdo que eras igual de juguetón que ellos, a su edad.

El joven no dijo nada y se levantó lentamente, a sus espaldas su padre se acercó sonriendo haciendo un saludo respetuoso.

— ¿Gran anciano, a que se debe esta inesperada visita?

— ¿Qué más podría ser? Una misión. —Respondió el anciano mientras se dejaba guiar por los gemelos hacia la casa. —Pero hablemos de esto primero ¿Cómo están niños? ¿Dónde está mi hermosa hija?

Takuya no dijo ninguna palabra pues se percató de que el primer anciano evitaba su mirada.

Xiānzi la hija del gran anciano abrazo a su padre y después de mandar a Takuya y a los gemelos a que se dieran un baño, guio a los hombres de la familia al comedor. Unos minutos después los 3 hijos bañados y cambiados se sentaron y comieron en silencio.

Takuya no intervino en la conversación de su abuelo con su madre y solo después de que la conversación se detuvo fue que alzo la vista.

—Gran anciano. —Dijo calmado. —La misión que mencionaste vagamente cuando llegaste. ¿Acaso el patriarca desea que tome una misión de alto riesgo?

El anciano sonrió ligeramente.

—Tienes una intuición muy aguda, Takuya. Si, el patriarca desea que tú partas en solitario en esta misión. —Confirmo sacando de la manga de su camisa un rollo de pergamino.

— ¿Misión de asesinato?

—Niños, déjenos solos. —Ordeno Xiānzi mirando a los gemelos, estos no dijeron ninguna palabra mientras sus padres, hermano y abuelo se quedaban en la habitación. Ni siquiera se les paso por la mente tratar de escuchar a escondidas.

Takuya; era serio y estricto, y aunque no era un mal hermano con ellos, de hecho fuera de su entrenamiento, los 3 eran muy buenos hermanos; pero era cierto que los gemelos le tenían una sana sensación de temor a final de cuentas.

Pero su madre a pesar de ser una mujer hermosa y gentil casi todo el tiempo, daba miedo cuando se enojaba y lo que menos querían era despertar su ira, porque si eso pasaba, entonces su madre, tomaría el "arma más peligrosa de todo el mundo": una chancleta.

—No. No debes matar a nadie. —Dijo el anciano mientras miraba a su nieto con un destello en sus ojos amarillos, por unos instantes envidiando su fortaleza y juventud. Tomo el pergamino aun enrollado. — ¿Qué es lo que sabes de la situación actual de la tribu agua del norte?

—Están a pie de guerra, en dos frentes. —Respondió el joven estirando la mano para tomar el pergamino. —La primera, es porque algunos nobles se oponen al actual rey, y la segunda se trata de un ejército invasor que les ha asediado desde hace meses.

Su abuelo asintió. Miro a su nieto de forma evaluadora.

—En palabras breves, Takuya. —Hablo lentamente como dándole énfasis a sus palabras. —El Rey de los Hielos, desea contratar al prodigio del clan Gu para que seas el guardaespaldas y el... sirviente personal de su primogénito.

Tres pares de ojos miraron al anciano con sorpresa.

—No me esperaba eso.

—Pero estas en todo derecho de negarte. —Agrego el anciano con una sonrisa torcida. —Actualmente la situación de la tribu agua es demasiado complicada; el actual príncipe es un joven de sangre mestiza, llamado por el populacho, el «Príncipe impuro» pues es el hijo de una joven nómada aire con un primo lejano del anterior rey.

— ¿Un primo lejano del rey?

—Sí, y para empeorar las cosas ese hombre, el actual rey de la tribu, tiene una descendencia innoble, pues aunque tiene sangre de la realeza por parte de su padre, es el hijo de una prostituta. —Narro. —Cuando tomo el trono de la tribu varios de los nobles se opusieron a esto; puesto que el rey anterior murió en un ataque a la tribu por el señor de la guerra Khosatral Khel, la llamaron la "Insurrección de aguasangre".

Takuya abrió el pergamino y lo leyó en silencio para después pasárselo a sus padres.

—El único motivo por el que los nobles opositores no hicieron nada en ese momento, fue por que argumento tener descendencia real, con testigos y documentación oficial y legal, de este modo pudo tomar el trono y se hizo llamar a sí mismo "Rey de los Hielos" poco después de terminada su coronación, sufrieron un nuevo ataque y el nuevo rey en persona les dio no una sino tres victorias una tras otra; con lo que se ganó el apoyo del populacho y de algunos nobles que se habían quedado al margen y nobles menores.

—Si aceptara la misión... —Murmuro Takuya mirando a su abuelo. —Significa que me volveré el vasallo de un niño quien está amenazado en su propio país ¿cierto? Actualmente la tribu agua del norte, no toma empleados ellos usan esclavos. Seré un Nexum Stipator...

—Sí. El joven príncipe será tu amo. —Explico. —Y no tendrás derecho a tu libertad hasta que se cumpla lo indicado en el pergamino. Hasta que el joven príncipe Genji cumpla los 20 años.

— ¿Cuántos años tiene ese príncipe?

—Según tengo entendido, hace un par de semanas cumplió los 9 años. Todavía es un niño.

— ¡11 años!

— ¿Padre, quieres que mi hijo sea un esclavo por 11 años?

—Lo hare. —Dijo Takuya en un susurro que todos oyeron.

–Hijo yo creo que...

—Quiero ir, padre. —Respondió el joven tomando de nuevo el pergamino. —Ya tengo 17, tengo la edad para buscar a una esposa como hicieron mis hermanos mayores y mi hermana con su esposo. Además... Siempre he querido ver la legendaria ciudad de hielo.

—Takuya... No...

—Si ustedes me lo impiden, quedare en vergüenza ante el clan. —Argumento. —Además, estoy seguro de que el patriarca no aceptara si me niego.

Ni sus padres ni su abuelo dijeron algo en contra del argumento de su hijo.
Takuya era el joven prodigio del clan, había dominado las «12 Sombras del Fuego», las técnicas secretas de Fuego control a los 10 años y antes de eso, había aprendido las «10 sombras de la guerra», las técnicas de lucha con todo tipo de armas del clan.
El Tifón de Acero, la técnica de espada que había usado con sus hermanos era una de ellas.

— ¿Cuándo puedo partir?