CAPÍTULO 6
La sala de control estaba sumida en la penumbra, salvo por el resplandor de las pantallas, que parpadeaban como las estrellas distantes de un universo digitalizado. El sonido de los teclados y el zumbido de la maquinaria llenaban el aire, mientras un grupo de científicos del futuro se reunía alrededor de la consola principal.
Unos pocos lograban mantener la calma, pero otros no podían evitar que sus manos temblaran al enfrentar lo que se estaba a punto de suceder.
El líder del equipo actual, Kim Seokjin, observaba con intensidad la pantalla. La proyección holográfica frente a él mostraba un complejo mapa temporal que se extendía hasta límites imposibles, líneas entrelazadas de colores brillantes que simbolizaban las diferentes líneas de tiempo y los "saltos" en el flujo temporal.
—Lo tenemos —dijo Seokjin con voz firme, aunque se notaba un hilo de tensión. —El sistema de transmisión está listo para hacer contacto con Taehyung.
El ingeniero Yoongi que estaba a su lado, frunció el ceño mientras estudiaba la pantalla. Una serie de números y símbolos, como coordenadas en un vasto espacio, parpadeaban sobre un mapa de ondas electromagnéticas.
—Pero... aún no hemos corregido el error de sincronización, ¿verdad? —preguntó Yoongi, señalando una advertencia roja en la esquina superior derecha de la pantalla —...Si no logramos estabilizar las ondas, lo único que vamos a obtener son interferencias.
Seokjin asintió lentamente, su mente corriendo a mil por hora mientras procesaba los datos.—Sí, lo sé. Pero ya no tenemos mucho tiempo. Si no lo conseguimos ahora, las distorsiones en el campo temporal se volverán irreparables. Esta es nuestra última oportunidad de comunicarnos con él.
Al fondo estaba Jimin, un experto en física teórica, levantó la mirada desde su terminal.
—El problema radica en la frecuencia. El espacio-tiempo entre el futuro y el pasado no es estático, las ondas de radio que estamos intentando enviar a través de este "hueco temporal" son demasiado... distorsionadas. Si no alineamos las frecuencias con precisión, Taehyung nunca recibirá la señal. Y ni siquiera sabemos si sobrevivirá al efecto residual de nuestra interferencia.
—Lo sé, por eso debemos hacerlo ahora. Vamos a aprovechar que está lloviendo aquí, los relámpagos son excelentes conductores de electricidad —respondió Seokjin, su voz un poco más grave, con una determinación que solo surge en situaciones extremas. El reloj seguía avanzando, cada tic resonando como un latido en la sala — ¡Casi lo tenemos! Activen el modulador de frecuencia.
Un segundo más y la luz de la pantalla central parpadeó, como si la propia máquina estuviera tomando aire antes de realizar un salto. La secuencia de números y códigos en pantalla se reorganizó, desplegándose en una espiral de colores. El aire mismo parecía vibrar con una energía palpable, como si estuviera a punto de hacer algo que nunca antes se había intentado. Una onda electromagnética fue liberada, viajando a través del espacio-tiempo hacia el pasado, donde Taehyung aún luchaba por encontrar una manera de regresar al futuro.
Seokjin cerró los ojos por un instante. Este momento, esta comunicación era lo único que quedaba entre ellos y un futuro sin Taehyung.
—¿Lo logramos? —preguntó Jimin, apenas conteniendo la respiración.
Un ruido débil, como un susurro estático, empezó a emanar de los altavoces. Fue como el eco de una voz lejana, borroso y fragmentado. Los ojos de todos se dirigieron a la pantalla principal, que ahora mostraba un conjunto de palabras distorsionadas, acompañadas de un brillo tenue que se apagaba y encendía en intervalos. Los intentos de escuchar la transmisión eran frustrantes, pero por fin, un mensaje claro emergió entre las interferencias.
— Taehyung... ¿me recibes?
Era apenas un susurro, un eco que parecía provenir de otro tiempo, pero se escuchaba, y esa era la clave. Los científicos se quedaron inmóviles, todos mirando la pantalla, como si esperaran que un milagro sucediera.
.
Taehyung se encontraba en lo alto de una colina, observando el horizonte, donde el cielo gris del reino se fundía con los tejados de las casas victorianas. El frío le calaba los huesos, pero no era eso lo que ocupaba su mente. No, había algo mucho más grande que lo acechaba desde las sombras, algo que se había manifestado de manera extraña y aterradora en los últimos días.
El dragón.
Desde que su primer encuentro con la criatura, Taehyung no había logrado entender del todo qué significaba. No sabía si era real, una ilusión o alguna distorsión en el tiempo provocada por su accidental viaje hacia este siglo. Sin embargo, su instinto le decía que no era una coincidencia. Algo relacionado con el dragón y su poder podría ser la clave para regresar al futuro.
A lo lejos, la gigantesca silueta de la criatura se recortaba contra las montañas, más allá de la ciudad. El dragón, con escamas que parecían brillar a la luz del atardecer, no había vuelto a atacarlo, pero sí lo había observado en silencio, siempre a la espera, como si esperara que Taehyung entendiera algo fundamental.
Suspiró profundamente y sacó el pequeño transmisor que había logrado ocultar, el aparato que los científicos del futuro le habían dado para intentar mantener la comunicación. Este dispositivo era su única conexión con el futuro, su única esperanza. Estuvo toda la tarde de el día anterior, toda la noche y esa mañana en sus ratos libres. Realmente sentía que necesitaba tiempo.
En la madrugada había terminado la batería "casera", más no sabía si podría funcionar.
Colocó su pequeño experimento adentro de la radio, para después encenderla y esperar a que tuviera señal. Esperaba que las montañas misteriosas que rodeaban todo el reino le hicieran el favor, cerca estaba un río, el agua salada era un excelente conductor de electricidad, así que esperaba que funcionara.
Ajustó las antenas de la radio, se mantuvo así durante varios minutos, se estaba dando por vencido. Hasta que por fin, ocurrió.
— Taehyung... ¿me recibes? — era la voz de su hermano.
— ¿Jin? ¿me recibes? —dijo, su voz temblando por la tensión, mientras ajustaba el transmisor intentando captar la señal.
Al otro lado, en el futuro, sus amigos y compañeros estaban atentos, observando con ansiedad la pantalla en la sala de control. No era fácil comunicarse con Taehyung a través de tantos siglos de distancia, pero ya habían logrado algunos avances.
— Te escuchamos, Taehyung —respondió Jin a través del dispositivo, su voz clara, aunque al fondo, los demás científicos del equipo seguían en silencio. Jin había sido el primero en conectar con Taehyung, el primero en entender que no se trataba solo de una anomalía temporal. Era algo mucho más grande — ¿Cómo estás?¿Estás bien?¿Ya comiste?¿Dónde estás?
Lágrimas de felicidad y tristeza resbalaban por los ojos de Taehyung, por fin tenía comunicación con su gente — Estoy bien...— su voz se rompió dejando salir su voz totalmente destrozada —...pudimos viajar en el tiempo, pero estoy atrapado.
Jin frunció el ceño — ¿Atrapado?
— Estoy en el año 1850 en las Islas Británicas, en el Reino de Avalon.
Jimin quien estaba al lado de Seokjin le arrebató la radio al ver que este se había quedado en un estado de shock.
— Hermano, soy Jimin. ¿Cómo estás?
— ¡Jimin! — la voz de Taehyung se rompió aún más al escuchar la voz de su mejor amigo —...Estoy atrapado.
— ¿Dónde?
— Islas Británicas, año 1850.
Jimin no sabía que decir, ahora entendía porque el estado de shock de Jin. Más necesitaba reaccionar, por fin tenía comunicación con Taehyung, no la iba a desaprovechar.
— Bien, eso es horrible, ¿Tú estás bien?
— Soy caballero de la familia real y casi me mata un dragón, creo que sí.
— ¿Un dragón?
Jin quien estaba en estado de shock escuchó eso y simplemente se desmayó en su lugar, en cambio Yoongi quien estaba escuchando la conversación puso mucha más atención.
— Sí...— respondió Kim —...Existen los dragones, son enormes, agresivos y horribles.
Yoongi puso un micrófono en la radio para escuchar y comenzó a grabar la conversación.
Taehyung, sintiendo el peso de las palabras, comenzó a relatar lo que había vivido.— El dragón...—comenzó a decir, su voz baja, pero firme— Lo he visto un par de veces. No es como cualquier criatura. Tiene algo extraño, algo... antinatural. Sus ojos, Jimin, son como espejos de otro tiempo. Sé que parece una locura, pero siento que está conectado con este lugar, con este momento en el tiempo.
Jimin se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Taehyung. Miró a su equipo, que estaba igualmente expectante. Algo en las palabras de Taehyung lo hizo sentir que esta criatura no era una mera manifestación del pasado, sino algo más complejo, una anomalía ligada a las distorsiones temporales que ellos mismos estaban tratando de corregir.
— Eso podría ayudarnos —dijo Jimin, su voz cargada de emoción y esperanza—...El dragón... puede ser más que una bestia mítica. Si está relacionado con las distorsiones temporales, puede que esté interfiriendo con la línea temporal de manera activa. Si logramos entender su conexión con el flujo del tiempo, podríamos usarlo para estabilizar tu salto temporal.
Taehyung frunció el ceño, confundido, aunque algo dentro de él sentía que Jimin estaba en lo cierto. El dragón parecía tener una presencia más poderosa de lo que él mismo podía comprender, algo que trascendía su propia comprensión de la física y el tiempo. Algo que podría ser la clave para su regreso.
— ¿Cómo podríamos hacerlo? —preguntó Taehyung, ansioso por encontrar una solución. — No sé cómo acercarme a él sin ponerme en peligro.
— Sabemos que no es una criatura común...—respondió Jimin, mirando a sus compañeros. —...Hay registros antiguos que mencionan seres que guardan puertas entre mundos, guardianes de la temporalidad. Este dragón podría ser uno de esos guardianes. Si es así, está vinculado a la misma energía que nos permite hacer los viajes en el tiempo. Si puedes acercarte a él, hay una posibilidad de que podamos sincronizar tus ondas de comunicación con su presencia.
Taehyung sintió un atisbo de esperanza. Tal vez, después de todo, no estaba tan solo en este extraño viaje a través del tiempo. El dragón, por extraño y aterrador que fuera, podría ser la clave para regresar al futuro. Pero, ¿cómo lograría acercarse a él sin perderse en las distorsiones de tiempo que lo rodeaban? La última vez casi muere.
— Voy a intentarlo —dijo Taehyung con determinación. — Voy a acercarme a él, Jimin. No sé qué pasará, pero si hay una posibilidad de regresar, la tomaré.
Jimin asintió, sintiendo que había algo más grande en juego aquí, algo que ni siquiera ellos podían comprender completamente.
— Ten cuidado, Taehyung —respondió Jimin, con una mezcla de preocupación y confianza. —Nosotros haremos todo lo posible desde aquí. Pero lo que hagas allí podría ser lo que nos dé la oportunidad de traerte de vuelta.
Sin más la radio comenzó a tener interferencia nuevamente, haciendo que se perdiera la conexión, más ahora ambos sabían que podrían seguir comunicándose. Taehyung guardó el transmisor en su bolsillo y comenzó a caminar hacia la colina donde el dragón lo esperaba. El viento soplaba con fuerza, pero Taehyung ya no sentía miedo. Algo le decía que, por fin, había encontrado la respuesta, aunque fuera en un ser tan enigmático como la criatura misma.
La distorsión temporal comenzaba a intensificarse, y él era el único capaz de hacerle frente. El dragón lo esperaba, y con él, su destino.
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