EXTRA 1
REGALO DE NAVIDAD
Lo primero que vi al regresar a casa fue el cuadro, un hermoso retrato que hice de Alan; considerando la posición y la forma de Alan, podría jurar que el regalo es más mío que de él.
Este cuadro lo empecé a pintar desde que vivía en mi apartamento y no lo retome hasta que llegue a esta casa y hoy tiempo después he decidido entregárselo, este es mi regalo de navidad, pero como íbamos para Brisbane no creí prudente y cómodo llevarlo hasta allá porque de igual forma lo tenía que traer nuevamente.
Le quería entregar el regalo, apenas llegáramos, pero él tuvo que regresar antes por una llamada que recibió, no fue muy específico en decir lo que había sucedió, pero lo deje pasar porque hay cosas aparte de nosotros.
Hoy cuando llegue le envié un mensaje para que viniera a mi casa y así poder darle el regalo oficial. Como soy mala en la cocina decidí ordenar algunas cosas para tener una cena nosotros y pasar un tiempo solo, aunque se le complica me dijo que si vendría.
Pase toda la tarde ordenando un poco, «aunque no había mucho que ordenar».
Termino de acomodar la mesa y me siento a esperar a Alan, dijo que estaría antes de las siete y ya casi llega la hora.
Me distrajo tanto la película que estoy viendo «bajo la misma estrella», que no me di cuenta cuando Alan entro a casa y se paró detrás de mí. Me llevé un susto tremendo al verlo, pero es que las películas de este tipo me consumen. ¿Cómo una persona puede estar tan enamorada y sufrir de la misma manera?
Cuando vivía con mis padres siempre le hacía aquellas preguntas a mi madre.
—No vuelvas hacer eso —digo cuando me acerco a él.
—Te veías tan concentrada que no quise molestarte —me da un casto beso para después abrazarme.
—Pero me asustaste —hago un puchero que él besa al instante —has estado muy distante.
Desde que regreso fue muy poco lo que hablamos, aunque no es que haya pasado mucho tiempo.
—Hay cosas que me tienen ocupado, pero ahora no quiero pensar en eso —se aleja un poco y sonríe.
A decir verdad, se ve cansado y me molesta que no me diga que lo tiene así.
—Prepare la cena —digo cuando empezamos a caminar hasta la mesa.
Su risa es música para mis odios, ríe alto y fuerte y sé que esto lo necesitaba, sus ojos se llenan de un brillo que son únicos en ellos.
—¿Tú cocinando? —pregunta y vuelve a reír —ni tú te crees eso.
—Me estás diciendo mentirosa —trato de sonar enojada, pero no funciona.
Me coge de la cintura y me acerca a él.
—Hermosa —sonríe para continuar hablando —¿Tú hiciste todo eso? —pregunta señalando la mesa.
—Puede ser que haya tenido un poco de ayuda, pero solo un poco —digo antes de que hable —yo organice todo esto, solo tuve una pequeña ayuda con la comida.
—Eres la mujer perfecta —dice en intervalos mientras me besa —soy un suertudo al estar contigo.
—No soy perfecta, pero trato de serlo —finalizo para acercarnos hasta la mesa.
Comeremos salteado de carne con verduras y puré de papa y obvio que no falte nunca en mi mesa, vino, pero esta vez me decidí por un vino blanco.
—Esto está delicioso —menciona Alan mientras va comiendo.
—Sé que amas esto, por eso me decidí por este salteado y más porque es del restaurante... —iba a decir el nombre, pero él termina.
—Trevs —dice —mi favorito.
Este es el restaurante favorito de Alan, aunque él dice que hace mucho, ese cambio, que su restaurante favorito es donde me pidió que fuera su novia.
Pasamos un buen rato hablando y terminado la cena; todo estaba delicioso y realmente lo disfrutamos, necesitábamos esto y puedo decir que lo disfrute mucho más que él.
—¿Postre? —le pregunto y él niega.
—Mi postre lo tendré más tarde —me hace ojitos y sé perfectamente a lo que se refiere.
—Pervertido.
Me pongo de pie y decido recoger todo antes de entregarle el cuadro a Alan, no sé si de verdad quiero entregárselo o dejarlo en mi habitación para observarlo todas las noches «¿eso es ser egoísta?». Sé que el cuadro principalmente no era para él, era para mi rincón, pero después me pareció perfecto entregárselo.
Luego de recoger toda la mesa con la ayuda de él, nos dirigimos a la sala donde el cuadro está ubicado en una esquina.
—Tengo algo para darte —no sé por qué ahora estoy nerviosa.
No es normal darle un cuadro a tu novio donde se encuentra casi que desnudo.
—Ava, tú eres muy obvia —dice mirando hacia donde se encuentra el cuadro.
Sonrió y traigo el cuadro hasta donde él, pero aún no se lo entrego.
—Si no te gusta puedo quedármelo —digo aún con nervios —puedo hacerte alguno que realmente te guste o regalarte alguno de los que tengo en mi habitación.
—Yo sé que me va a encantar y más si es lo que creo que es —sonríe y sostiene el cuadro en sus manos.
—Como que si es lo que crees? —pregunto con intriga, él no pudo verlo, siempre lo mantuve en secreto.
—Ya lo comprobaré —dice y empieza a desenvolver el cuadro.
Su sonrisa se ensancha cuando termina de desenvolver y yo quiero que me trague la tierra; tal vez por pena o no sé. Él se queda en silencio, pero aun con esa jodida sonrisa que amo, mira el cuadro y luego a mí, eso lo repite innumerables veces.
—Lo sabía —dice ahora dándome toda su atención —yo lo había visto.
—¿Cómo que lo habías visto? —aunque intento recordar no me llega nada a la mente.
Cuando me estaba mudando me asegure de que nadie con excepción de Luciana lo viera.
—¿Recuerdas el día que hiciste la vídeo llamada? —pregunta.
¿Cómo olvidar? Ese día cumplí una muy descarada fantasía, hice algo que nunca en mi vida creí hacer, que solo vivía en mi mente.
—No me digas que yo te lo enseñe —trato de traer recuerdos aparte de la escena sexual, pero nada llega.
—No me lo enseñaste, pero yo lo vi, no estaba completo, pero en la posición que estaba y el cabello supe que era yo —dice poniéndose de pie —apenas lo vi, sentí celos, pero luego de analizarlo llegué a la conclusión que ese era yo, tú nunca habías llevado otro hombre a tu apartamento.
Pues su teoría es real, nunca había dejado entrar un hombre a mi apartamento a no ser que fueran mis hermanos, pero Alan rompió esa regla. Alan me ha hecho romper muchas de mis reglas.
—Pudo ser otra persona que estuviera pintando —digo tratando de generar duda.
—No, esto me lo ha confirmado. Está más elaborado que aquel día, pero estoy seguro de que es el mismo que vi.
—Eres tan...
—Hermoso, divino, novio tuyo, amor de tu vida. Todo eso puedo ser para ti —dice.
—Puede que lo seas, puede que no —sonrió al verlo tan feliz. Así es que me gustaría verlo siempre.
—¡Este es el mejor regalo que pudieron haberme dado en toda mi vida! —exclama —si fuera una pintura tuya sin bragas la tendría al frente de mi cama para verte todas las noches.
A veces siento que él y yo pensamos igual, ya que esto era lo que yo consideraba si él no aceptaba mi regalo. Deja el cuadro a un lado y luego se acerca nuevamente para besarme.
—Ahora quiero mi postre.
Nos enfundamos en un beso que más que caliente puedo decir que es tierno, que no desborda sexualidad, pero si deseo, es todo lo que necesitamos en este preciso momento.
—Gracias por estar aun conmigo.
—Siempre estaré contigo, eres todo lo que quiero en estos momentos.
Vuelve a besarme y quisiera estar así con él, toda mi vida junto a él, que solo seamos él y yo.
—Te amo tanto —se levanta del sofá conmigo entre sus brazos y camina con dirección a mi habitación.
—Yo te amo mucho más.
Me emociona saber que a Alan le gusto el regalo y me emociona mucho más saber que me ama tanto como yo lo hago.
NOTA DEL AUTOR
Aquí el primer extra, muchos me preguntaron por esta escena y siento que era merecedora de estar aparte de todo.
¿Recuerdan cuando Ava inicio el cuadro? El otro extra llega el domingo y es sobre el nuevo integrante de la familia.
Quiero agradecerles todo el apoyo que le han dado al libro, aún no creo que ya son 200k de lecturas. ¿Recuerdan cuando celebre las 1k? Pues siempre estaré agradecida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro