ESPECIAL
Alan Zablah
Siempre creí que tenía una vida maravillosa, la novia perfecta. Estaba a punto de casarme hasta que sucedió lo trágico, esa tarde mi vida y pensamientos cambiaron.
Pase de ser una persona sonriente a una persona que siempre vivía amargada, ¿La razón? No fue un engaño, preferiría que hubiera sido un engaño amoroso a lo que paso.
Estaba comprometido con Natalia, una mujer que conocí en los primeros años de universidad, eso fue así como amor a primera vista. Cuando decidimos formalizar nuestra relación mis padres no estuvieron muy de acuerdo, pero yo decidí poner a Natalia primero.
—Amor, solo tenemos estas fechas —dice Natalia mostrándome el calendario. Estamos planeando nuestra boda y estoy muy emocionado.
—Puede ser en la fecha que escojas, si es la mar cerca para mi mejor —me acerco a ella y la agarro de su cintura —cuanto antes mejor.
—Que impaciente mi novio —quiero casarme lo antes posible, quiero vivir con ella por el resto de mi vida.
—Por ti no me importa ser impaciente —le doy un beso —recuerda que debemos ir a casa de mis padres.
—Sabes que no le agrado a tus padres —es cierto, pero eso no me importa, solo me debe agradar a mí.
—Ya verás como su relación mejora —no logro entender como mis padres no han podido aceptar a Natalia.
—No quiero disgustar a tus padres.
—Amor, vas a estar conmigo, ellos saben que eres la mujer que elegí y si o si deben entenderlo —la abrazo para que esté más segura.
—Trataré de mejorar mi relación con tus padres, no te prometo nada.
Luego de pasar a recoger las invitaciones nos dirigimos a la casa de mis padres para entregarle aquellas y decirles que después de la boda no viviré en casa, sino que decidí comprar algo para Natalia y yo, y que ella se sintiera más a gusto.
Llegamos a casa y bajamos del auto, veo que Natalia está nerviosa y le sonrió para que esté tranquila, aunque mis padres no estén de acuerdo, ya aceptaron la boda.
—Cariño, me saluda mi madre cuando entramos a casa —mi madre siempre ha sido muy comprensiva, pero no logro saber por qué no acepta a mi prometida.
—Madre —la abrazo y luego beso su frente.
—Buenas tardes, Natalia —dice mi madre sin acercarse.
—Buenas tardes, señora —es evidente que ambas se detestan.
—¿Dónde está mi padre? —le pregunto a mi madre para cortar el mal ambiente que se está levantando.
—Está en la oficina y ha llamado para decir que no llegara temprano —la razón de no llegar temprano es Natalia, es más que evidente.
—Madre solo pasamos a dejar las tarjetas de invitación, la boda está arreglada para dentro de dos meses —después de entregar las tarjetas decido salir para llevar a Natalia a su casa.
El camino se fundió en un silencio agobiante, incómodo y frustrante, siempre creí que la mujer con la que me casaría tendría una buena relación con mi familia, pero veo que no es así.
No quiero que Natalia se sienta mal, sé que poco a poco mis padres le tomaran aprecio. La veo y tiene su mirada fija en la carretera.
—Cariño, no te preocupes —pongo mi mano en su pierna y ella me mira —verás como las cosas cambiaran y tendrás la mejor relación con mis padres.
—¿Si no es así? ¿Tendré que aguantarme sus desplantes toda mi vida? —quita mi mano de su pierna y mira por la ventana —no estoy segura de esto, Alan, me estoy cansando. Deberías escoger.
La entiendo, aunque ella debería entenderme, su pasado no nos ayuda para nada y menos lo que ha hecho su padre, esa es la razón por la que mi familia no quiere tener nada que ver con la de ella.
Dejo a Natalia en su casa y me voy para el apartamento de mi amigo Danniel, él siempre tiene un buen consejo para darme, aunque tenemos casi la misma edad, él es el más sensato y cuerdo de todo nuestro grupo de amigos. Toco su puerta y él se demora en salir.
—¿Interrumpo algo? —pregunto en un tono divertido.
—Sí, mi hora de descanso —Danniel lo conocí cuando empecé la universidad, desde ahí somos muy buenos amigos.
—Lo siento, pero necesito un consejo —término de entrar a su apartamento y me siento.
—¿Quieres algo de tomar? —me ofrece, pero yo niego.
—Quiero un consejo, no sé cómo llevar las cosas, todo se me está saliendo de las manos —suspiro y él me mira como que no entiende —mis padres siguen rechazando a Natalia y ella me dice que debería escoger. ¿Cómo puedo escoger entre mi familia y la persona que amo?
—Estás jodido, no quería decirte esto porque estás muy enamorado de ella, pero yo que tú me lo pensaría —tanto tiempo y ahora me viene a decir esto.
—¿Por qué lo dices? —pregunto.
—Sabes todo lo que se dice de Natalia y siempre te haces el desentendido —voy a hablar, pero no me deja —debes probar si ella si te ama o simplemente está contigo por tu dinero.
—No creo que este por mi dinero, sabes que llevamos mucho tiempo juntos y no me ha demostrado eso —digo, pero él se ríe.
—¿No te ha demostrado que? Siempre te exige cosas caras, llego a pedirte un auto, por Dios, un auto —nunca vi eso fuera de lo normal, el dinero nos sobra y para mí eso son pequeñeces.
—Quería un consejo, pero ya veo que solo quieres tirarme mierda —me paro y salgo de su apartamento.
—Después no digas que no se te dijo —grita y salgo como alma que lleva el diablo.
Seguiré con mi boda sin importar lo que piensen los demás, total soy yo quien me casaré con Natalia, además ella me ha demostrado que en realidad me ama tanto como yo.
Además, en mí está el deber casarme con ella para cumplir mi responsabilidad, hace dos semanas nos enteramos de que estamos esperando un bebe y eso me tiene muy emocionado e ilusionado.
Me levanto súper temprano porque Natalia me dejo un mensaje que necesitaba hablar conmigo de algo urgente y no se podía posponer, al principio creí que era sobre la boda, pero ella negó.
Me despido de mi familia y emprendo un viaje hasta la casa de mi prometida, al llegar bajo y toco el timbre, no demora mucho en abrir.
—Amor. ¿A qué se debe tanta prisa? —trato de besarla, pero ella se aparta.
—Necesitamos hablar Alan —está muy seria y presiento que es por lo que paso ayer.
—Amor, si es por lo de ayer ya estoy solucionando todos los problemas —digo cuando termino de entrar a su casa.
—No es nada de eso, Alan... No me quiero casar contigo, no me voy a casar contigo —sus palabras me caen como balde de agua fría.
—¿Por qué? —pregunto —si es por lo de mi familia, eso lo puedo solucionar.
—Alan, no te amo, no quiero casarme contigo —¿No te amo? Me repito esa palabra, esa palabra que me ha destrozado el corazón.
—¿No me amas? —pregunto aún sin creer.
—No puedes darme lo que necesito —ya empiezo a entender.
—¿Qué es lo que necesitas? ¿Nuestro hijo qué? No puede crecer sin su padre —no he terminado de hablar cuando saca un sobre y me lo entrega.
Empiezo a leer y lo que dice me deja impactado, si su, no TE AMO destrozo mi corazón, esto me dejo sin conque bombear sangre en mi cuerpo.
—¿Por qué lo has hecho? Dime ¿Por qué? —como una mujer puede hacer esto.
—No quiero casarme contigo y mucho menos quiero tener un hijo tuyo —tenía tanta ilusión con él bebe, con ella y todo lo acabo con su ambición.
—Ya veo que todo lo que decían era cierto, solo eres una interesada que no le importa hacer sufrir a otros —es tan sínica que viendo mi dolor lo único que hace es reírse.
—Tú eras el tonto —salgo de su casa y me monto a mi auto hecho un manejo de rabia, tristes, desilusión y melancolía.
¿Cómo fue capaz de abortar a nuestro bebe sin ningún remordimiento? Es lo único que me pregunto, estaba tan ilusionado con mi hijo, un hijo que nunca voy a tener.
Llegue a mi casa y la verdad no sé cómo lo hice, conduje tan rápido que fue un milagro que no haya tenido un accidente. Me bajé del auto y entre a casa como una bala, no respondí los saludos de nadie y subí directo a mi habitación cerrando todo con seguro.
Llevo varios días encerrado, no me dan ganas de salir, de comer y mucho menos hablar con alguien. Mis padres tocan la puerta y al ver que no abro dicen unas palabras y se marchan.
Veo como la puerta es abierta y sin mirar quien es, pego un grito de una manera horrorizante que me desconozco, nunca he sido así.
—Cariño —soy yo, tu madre —mi madre habla mientras se acerca —no puedes seguir así, tienes que luchar por ti.
—No puedo luchar mamá, perdí lo que más amaba —no conocí a mi hijo, pero desde el momento que supe que venía en camino se convirtió en el ser más amado para mí.
Luego de haberle contado todo a mi madre y que ella saliera de mi habitación, decidí salir de mi cama e ir al baño para arreglarme. Mientras cortaba mi barba y terminada de arreglarme, me jure nunca más volverme a enamorar ni confiar en una mujer.
Faltaba poco para cumplir mis 24 años, así que decidí empezar a buscas apartamento para vivir solo, necesitaba independizarme y llevar mi vida como quisiera.
Llevo cuatro años de mi vida siento un verdadero mujeriego, un don juan, no me involucro sentimentalmente con ninguna mujer y no permito que ellas lo hagan, desde ese día decidí nunca tener una relación más allá de solo sexo con distintas mujeres.
Dora, la amiga de mi hermana, siempre ha estado conmigo, pero se lo he dejado claro, que no quiero nada con ella, solo satisfago sus necesidades sexuales a igual que ella las mías.
Mis padres había insidio que intentara algo con ella, pero no me interesa en lo más mínimo, no porque sea fea, al contrario, es una mujer con todo justo en su lugar, pero no me llena más allá de lo sexual.
—¿Estás listo? —pregunta Danniel al entrar a mi oficina.
—Más que listo —respondo.
Hoy iremos a Brisbane la ciudad natal de Danniel, ya que tenemos unas reuniones en una de las universidades que se encuentran Allí.
No he venido mucho a esta ciudad, pero me parece hermosa, cuando llegamos al aeropuerto Danniel se va a casa de sus padres y yo me dirijo a un hotel.
—¿Estás seguro de que no quieres venir a mi casa? —pregunta.
—No quiero incomodar, además debes resolver los problemas que tienen allí —le respondo.
—Entonces no siendo más, nos vemos en la tarde —asiento y me subo a un taxi.
Llegue al hotel y descanse un rato porque en la tarde teníamos que estar en la universidad. Luego de levantarme me doy una ducha y me pongo un traje, pero esta vez omito la corbata.
—¿Ya estás en la universidad? —veo el mensaje de Danniel el señor puntual.
—Apenas voy a salir del hotel, tengo el tiempo suficiente —respondo y su mensaje llega al instante.
—No puedo ir a la universidad, hay algo que debo solucionar —debe ser algo grave.
—No te preocupes.
Finalizo la conversación y bajo al estacionamiento donde se encuentra el auto que alquile. Manejo tranquilamente por las calles de esta ciudad, no hay mucho tráfico y esto es lo que más me gusta.
Al llegar a la universidad, estaciono el carro y empiezo a caminar, veo una chica de aproximadamente 1.60 de estatura que viene hacia mi coro una bala, sin mirar por dónde camina choca con mi pecho y todo lo que traía cae.
—Lo siento —dice aún con su cabeza agachada.
—No hay problema —levanta su cabeza y mira a donde se encuentra una pareja. Se levanta rápido y se sube a un auto que hay estacionado junto a nosotros.
Qué mujer tan hermosa, es lo único que pienso, sus ojos azules sin brillo se quedan grabados en mi mente, su mirada me recuerda la mía cuando sucedió todo lo de mi hijo.
Toda la tarde paso pensando en esa mujer. ¿Quién será?
NOTA DE EL AUTOR
Como lo prometido es deuda, aquí está el capítulo especial narrado por Alan, en este capítulo conocemos por qué Alan no quería ninguna relación sentimental.
Yo estoy consciente que el capítulo debe tener faltas ortográficas y pido disculpas, este capítulo no lo tenía en borrador como los otros, por ende, lo subí tal cual como lo escribí, el sueño me está venciendo, por eso dedicaré otro día para corregirlo.
¿Qué les pareció lo que hizo Natalia? ¿Quién creen que sea la persona que choco con Alan?
Que chuchito nos bendiga para seguir disfrutando de AVA, nos leemos pronto.
COMENTENMUCHO Y DEJE SU ESTRELLA, LOS AMO.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro