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CAPÍTULO 6

Primer día de trabajo le agradezco a chuchito lindo de que pude levantarme temprano, no me puedo imaginar llegar tarde al primer día de trabajo.

Me encontraba en la entrada de la empresa, es realmente muy grande, estoy feliz de poder estar aquí.

—Buenos días a todos —dice la chica de recursos humanos «Solo contratan chicas hermosas» fue lo primero que pensé al verla realmente es divina —espero puedan adaptarse a las políticas de la empresa.

—Buenos días —Contestamos los cuatro nuevos practicantes —esperamos ser de ayuda y poder adaptarnos —dice uno de nosotros.

Toda la mañana se fue en presentación de las personas que nos acompañarían en el proceso y de toda la empresa en general, estoy segura de que de aquí aprenderá mucho.

Era ya la hora del almuerzo cuando decidimos entre mi amiga y yo salir a comer algo en un lugar cerca de la empresa.

—El chico que nos dio el recorrido te ha comido con la mirada desde que hemos llegado —dice Luciana con una sonrisa coqueta —creo que se ha flechado contigo.

—No lo note —le digo con tono irónico —es guapo, pero sabes que de una noche no pasara y la verdad si me gustaría tenerlo en mi cama un rato —digo con una sonrisa de arrogancia, mis papás me han hecho con tanto amor que salí realmente guapa.

—Cada vez eres más sucia —dice ella haciendo gesto de negación con la cabeza.

—Tú sabes qué a ellos les gusta así, qué más da —digo guiñando el ojo con un poco de malicia.

—Que te lleve el diablo por perra —me dice y no es capaz de aguantar una carcajada.

—Que nos lleve a las dos —replico.

El día paso súper rápido, la verdad siento que me voy a adaptar súper rápido a este trabajo, es lo que me gusta y el tiempo pasa volando, pude coquetear con ese tal Carlos, la verdad es de mi agrado, es un chico tierno y eso me emociona, me jure no enredarme con hombres malos o que aparentan serlo, estaría bueno divertirme un rato con él.

Ya han pasado casi dos meses desde que comencé las pasantías, realmente el tiempo pasa volando, para serles sincera, la he pasado muy bien con Carlos, no es el mejor en la cama, pero me divierto con el cuándo necesito un poco de diversión, aunque ya me estoy aburriendo de él, Luciana me dice que me he vuelto una perra sin corazón y que va a llegar alguien a mi vida que según me llevara a lo que era, no creo que eso sea fácil.

Últimamente, Carlos se ha vuelto muy intenso, ya que he dejado de verlo y contestar sus llamadas y mensajes, le dije que no quiero nada más con él, pero sigue tratando de comunicarse, lo he estado evitando, pero es difícil, ya que trabajamos en la misma planta.

—¿Podemos hablar? —me saca Carlos de mis pensamientos y maldigo en mis adentros —dame solo cinco minutos.

—En estos momentos estoy ocupada —lo trato de evadir con la excusa más tonta, porque claramente tengo mucho tiempo libre —en serio no quiero más nada contigo, yo te dije que de follar no iba a pasar, es agotador esto.

—Eres una perra —dice y yo solo le sonrió.

—Ya lo sabías, ¿qué te sorprende?

Termino la conversación y le dedico una sonrisa arrogante y de pura satisfacción, en serio me gusta ver esa cara en ellos cada vez que les digo que no quiero nada más, que me he aburrido de ellos.

Llego a mi apartamento, fue un día agotador, los reclamos de Carlos, el humor de nuestra jefa y las muchas pinturas que hay que tratar de recuperar para la subasta, de verdad estoy cansada.

Le marco a Luciana, ya que es la única que me sigue el trote, quiero salir a algún club de la ciudad, desde que llegue no he podido divertirme a lo grande porque he estado muy ocupada con mi trabajo, pero como ya es fin de semana voy a tratar de recuperar mis ánimos con una salida y que tal consiga a alguien bueno para pasar una buena noche.

—¿Tienes planes? —es lo primero que le pregunto cuando me contesta —quiero salir a divertirme.

—Hola... Es lo primero que se dice al hablarle a una persona —dice ella —¿a dónde quieres ir si el bar de tu hermano no se ha inaugurado? —dice "El bar de Miguel ha tenido unos inconvenientes, por eso ha retrasado su apertura".

—Que yo sepa en la ciudad, hay muchos bares y buenos clubes, te recojo a las ocho, ponte divina que hoy necesitamos llevar a alguien a nuestra cama.

—¿No es suficiente con Carlos? —pregunta ella con tono irónico.

—Sabes que me aburrí, se volvió intenso y creyó que estábamos en algo serio, no quiero nada más con él, ya no me satisface.

—Eres una puta desgraciada —dice y trato de sonar ofendida.

—Siempre le dejé las cosas claras, fue el quién lo confundió todo, nos vemos a las ocho —es lo último que le digo y cuelgo.

Necesito pasarla bien y encontrar a alguien con quien divertirme toda la noche, al terminarme de organizar emprendo mi viaje para recoger a mi amiga, como siempre lucimos espectacular, espero y podamos conseguir algunos chicos, aunque Luciana no necesita a nadie ya tiene a mi hermano o eso es lo que creo.

Después de recoger a Luciana nos encaminamos a un club muy famoso de la ciudad, no tardamos mucho en que nos dejen entrar, nos acercamos a la barra y pedimos dos tragos y nos dan la bebida de la noche, según el bar tender se llama «FUEGO» entiendo por qué el nombre, esa mierda te quema hasta la cabeza, pero al final tiene un toque dulce y se hace aditivo.

Le digo a Luciana que voy al baño a organizarme un poco, realmente me estoy divirtiendo, he visto un par de chicos y hay uno que con esa carita te moja al instante, voy en dirección al baño y me choco con alguien, medio lo miro, pero no le presto mucha atención y termino de llegar a mi destino.

La noche va muy bien, me estoy divirtiendo más de lo que pensé, con nosotras están unos chicos justo con las características que me han gustado estos días, solo saldremos con uno de ellos, ya que Luciana se está guardando para mi hermano «Es lo que siempre le digo cuando se pone de amargada».

—¿Nos vamos ya? —le digo a Luciana caminando con el chico a la salida, no sé el nombre, pero sé que hoy se coge —te espero en la salida —le digo.

—Espérame afuera mientras entro al baño —dice ella mientras se escabulle entre la multitud.

—No te tardes —digo.

Nos vamos con el chico, dejamos a Luciana en su casa y me dirijo a otro lugar con este chico a pasar una buena noche... Me desperté súper temprano y me dirigí a mi apartamento «Para serles sinceros, no llevo a ninguno a mi apartamento, he decido que ese espacio será solo mío».

Estos últimos días en el trabajo han estado muy tranquilos, tenemos más horas para echar chisme entre todos y conocernos un poco mejor, en la empresa donde trabaja Danniel harán una exposición de arte y será privada, Luciana se enteró de eso y me ha dicho que quiere ir, me ha costado mucho conseguir las entradas, me toco hacer un trato con Danniel y me ha salido caro, pero todo por darle un buen regalo a mi amiga.

—Hoy es un gran día para ti Luciana —digo a quien se ha sido mi mejor amiga desde hace años, me ha acompañado en momentos donde no hallaba sentido a nada —he conseguido aquellas boletas de ese evento al que querías asistir.

—¿No es broma? Ava no juegues conmigo así... ¿Es en serio? —se le veía la incredibilidad en su rostro, pero también había sorpresa y felicidad.

—Nunca te mentiría con algo así —digo mirándola a los ojos —no sabes cuanto me costó conseguirlas —solo un trato imposible con Danniel, pienso.

—Eres la mejor Ava... Que haría sin ti —dice saltando encima de mí —sabías que eres la mejor.

—Lo sé —digo mirando al techo —sé que me amas solo por esas boletas —digo riendo y ella me fulmina con la mirada.

Le doy las indicaciones de cómo hay que ir al dichoso evento sin antes decirle que al salir de ahí debemos pasar por el bar de Miguel, ya que ese mismo día será la inauguración, no tardó mucho en decir que si, «Sé que ella está enamorada de Miguel y cualquier cosa relacionada con él dirá que sí».

Llego el día del dichoso evento y estamos en camino, no es que me gusten mucho estos eventos, pero es un regalo para Lucina, además una de las condiciones de Danniel era que tenía que ir como acompañante de él, no sé por qué mi hermano es así, pero igual toco aceptar para conseguirle la boleta a Luciana.

—Llegamos —digo a Luciana y noto felicidad en su rostro.

—Esto es increíble, estaré siempre agradecida contigo —dice dedicándome una sonrisa.

—¿Ya sabes cómo pagarme? —digo —cásate con mi hermano —digo dedicándole una sonrisa sincera, sé que ellos se gustan, pero Luciana es un poco tímida y mi hermano es frío y cortante.

—Ni que él sintiera algo por mí —me dice dedicándome una sonrisa triste.

—Me has confirmado que te gusta Miguel, déjamelo a mí —digo saliendo del auto.

Todo se ve maravilloso «Maravilloso» esa palabra quedaba pequeña a lo que estábamos viendo, Luciana se veía supremamente feliz, jamás había visto una sonrisa tan grande en su rostro, a excepción de cuando mira a miguel, el hielo de mi hermano, ella se merece lo mejor, es una chica humilde, pero con un corazón gigante que hace que todo el mundo la quiera, le estoy agradecida por todo lo que ha vivido conmigo.

De verdad que se han lucido con la decoración del lugar es sobria, da aspecto de tranquilidad y lo mejor son las pinturas que reflejan cada sentimiento con las que fueron pintadas.

A lo lejos, a unos cuantos metros de donde estoy con Luciana, logro ver un hombre increíblemente sexy de piel clara y cabello oscuro, tiene la espalda ancha, sus músculos se ven bien trabajados, se marcan en ese traje que lo hace parecer de aspecto frío y de hombre malo, en su mano sostiene una copa de champaña la cual humedece esos labios color carmesí y un poco carnosos, empiezo a fantasear con esos labios, de lo bien que se sentiría estarlos saboreando y un par de cosas más que podría hacerme por todo el cuerpo.

Me estremezco y siento como los músculos de mi entrepierna se contraen, hace mucho no sentía esto con ningún hombre, no había deseado tanto a alguien, deshago esos pensamientos que me tienen más que húmeda. Luciana sonríe al poner su mirada a la misma dirección donde está el hombre.

—Cierra esa boca —dice ella en un tono divertido —no hay pañitos para limpiar la baba que sale de ella.

—¿Qué baba? —pregunto con ironía y ella sonríe.

—Llevas comiéndote a ese hombre con la mirada —dice con un tono más burlón.

—Sabes que no es mi tipo —digo alzando una ceja —además estaba viendo a mi hermano.

—¿Qué no es tu tipo...? —se hace la indignada —ese hombre es todo lo que te gusta a ti, que quieras hacerte ver como mala y llevando solo niños con cara tierna a tu cama es diferente.

La fulmino con la mirada y trato de terminar la conversación, veo como mi hermano se acerca al hombre, le dice algo y luego caminan hacia donde estamos «maldigo en mi mente y siento como los músculos de mi entrepierna se contraen más».

—Ava —me llama Danniel, me sonríe y yo le devuelvo el gesto —este es Alan, dice dirigiéndose a aquel hombre que me tiene fantaseando desde que llegue.

—Mucho gusto, Ava... Ava Meyer —digo con un rostro serio y él hace como si me hubiera visto en alguna parte.

—El gusto es mío —replica él —Alan Zablah —dice ofreciéndome la mano —devuelvo el gesto y me dice - No sabía que Danniel tenía una hermana tan encantadora.

—¿Encantadora? —pregunto de manera que me hago la sorprendida —no dirías eso si me conocieras.

—De eso estoy seguro —dice Danniel en un tono burlón —¿Cómo estás? Luciana —pregunta Danniel.

—Bien, gracias por la invitación, en serio estoy muy agradecida —dice Luciana con un todo de «vergüenza».

—No hay de que —responde Danniel —Ava tendrá que hacerme unos trabajos —dice en tono divertido y yo lo fulmino con la mirada.

Pasamos toda la noche hablando de temas triviales y un poco de las pinturas que se encuentran exhibidas, así se va el tiempo y ya es hora de marcharnos, necesito salir, divertirme y olvidarme de esta sensación que produce aquel hombre en mí.

—¿Nos vamos? —le digo a mi amiga —ya es hora.

—Lo prometido es deuda —dice —como me he divertido, estoy segura de que te acompañaré.

—¿Solo vas por Miguel? Cierto —pregunto con tono burlón.

—Otra vez con lo mismo ¿Si quieres no te acompaña? —dice torciendo los ojos.

—Ni se te ocurra.

Vamos saliendo del lugar y me acerco a despedirme de mi hermano, no veo a Alan por ningún lado y la verdad eso me alivia, ese hombre me hace sentir algo que hace mucho, no sentí, Danniel me dice que cuando terminé con sus deberes en ese lugar se dirigirá al bar de Miguel para distraerse un rato.

Llegamos al bar, nos demoramos más de lo normal, había mucho tráfico, esto es de las cosas que no me gustan de la capital, si quieres llegar a tiempo a algún sitio debes madrugar el doble y realmente es agotador.

El lugar está muy lleno, hay mucha gente haciendo fila, de verdad los bares de Miguel son bastante populares, pasamos, por un lado, y uno de los chicos nos deja entrar de inmediato, trato de buscar a mi hermano entre la multitud y logro observarlo cerca a la barra, está muy cerca de una chica y la verdad me irrita, sé que Luciana está interesada en él y esto la puede lastimar.

La miro y le dedico una sonrisa en señal de que esté tranquila, Miguel nos ve y se aleja de la chica, cuando estamos cerca de él lo saludamos y él nos lleva a un sitio donde estaremos mucho más cómodas.

—¿Tu nueva conquista? —pregunto en vos baja para que Luciana no escuche —sabes que ya tienes a alguien —digo mirando a Luciana.

—Tú sabes como soy... No puedo amar a nadie —dice con una sonrisa triste —por más que me pueda gustar tu amiga, no quiero romperle el corazón.

—Eres un idiota —digo un poco enojada —que te impide estar con ella si sabes que también le gustas.

—Dejemos este tema para después —vinieron a divertirse.

—Solo no pierdas esta chica, ella es buena.

Yo sé por qué Miguel está tan cerrado al amor y lo entiendo, a los hijos de la familia Meyer realmente nos ha ido mal con esa cosa llamada amor.

Nos traen nuestras bebidas y empezamos a tomar, realmente el ambiente está muy bueno, hay un Dj que toca de maravilla, pone lo que está de moda y hace el ambiente muy agradable.

Mientras hablo con mi amiga logro ver a Danniel y me paro para hacerle una seña, en ese momento me siento de inmediato y maldigo en mi interior, Danniel ha traído a ese chico y ese escalofrío vuelve a recorrer mi cuerpo entero. Veo como Miguel se acerca junto a Danniel y Alan, esos escalofríos incrementan cuando veo que se acercan más y más, no sé por qué me siento así y esto me incomoda, me tomo de un solo trago, mi bebida y esta me marea un poco.

—Has venido —digo a Danniel mostrando una enorme sonrisa y estoy segura de que se ha dado cuenta de que ya estoy un poco ebria.

—Claro que vendría, no podía perderme la inauguración del bar de mi hermanito —dice con una sonrisa pícara —he traído a Alan, espero no les moleste.

—Claro que no, entre más gente mejor, siempre somos solo nosotras —este es el turno de Luciana para hablar y la fulmino con la mirada, pero ella me devuelve una sonrisa divertida.

—¿Qué van a tomar? —pregunta miguel.

—Para nosotros lo mismo de siempre —esta vez es Alan quien interviene y me sorprende, no creí que él conociera a Miguel.

—A nosotras nos traes dos más de estas —digo a miguel y él sale por nuestras bebidas.

La estoy pasando bien, y no soy capaz de dejar de mirar a aquel hombre, me excita con solo verlo, creo que, si sigo mirándolo así e imaginando todas estas cosas sucias que vienen a mi cabeza tendré un orgasmo, él también me dedica miradas calientes de vez en cuando y eso me excita cada vez más.

Necesito refrescarme, me dirijo al baño para tratar de respirar un poco y calmar estos pensamientos que cada vez son más subidos de tono, creo que Alan se ha dado dé cuenta de mis miradas, pero a estas alturas ya no me importa y estoy segura de que si lo tuviera aquí en este baño no dudaría en dejarme besar por esos labios, tocar por esas manos que me han hecho fantasear con sus largos dedos dentro de mí.

Salgo del baño y nunca me imagine verlo ahí, con su porte de hombre malo, llevando un cigarrillo a esos labios, esos labios que me han traído mal toda la noche, decido pasar por su lado ignorándolo.

—Ava... —Trato de ignorarlo, pero él me sigue y me coge del brazo —¿no te han enseñado modales tus padres —dice con esa voz extremadamente gruesa?

—¿Me llamaste? —me hago la desentendida y le dedico una sonrisa.

—No te hagas que bien que me escuchaste —dice dedicándome el mismo gesto —he notado como me miras desde que estábamos en la exposición y estoy seguro de que deseas lo mismo que yo.

—¿Y qué es lo que deseo? Según tú —digo con un poco de ironía, aunque mis entrañas se estén retorciendo de ganas de sentirlo dentro de mí.

—Estoy segura de que estás tan mojada que deseas que este dentro de ti, aquí, ahora mismo —dice acercándose a mi oído y respirando en mi cuello, yo cierro los ojos y ladeo la cabeza para darle más acceso a mi cuello.

—¿Me equivoco? —dice en un tono sarcástico alejándose de mí —me mira a los ojos y no duda en besarme al instante.

En el momento le devuelvo el beso con todo el deseo cargado, nos separamos a falta de aire, pero de nuevo reanudamos el beso aún más intenso, abro mi boca dándole cabida a su lengua, la cual encuentra la mía y se unen en ese preciso momento.

—Tienes unos labios fascinantes —dice apartándose de mí.

—Tú unos muy jugosos —digo dedicándole una sonrisa un poco pervertida y veo ese deseo en sus ojos y pienso si yo me veré de la misma manera.

—Me encantaría follarte aquí y cumplir cada uno de tus deseos, esos que has tenido desde la exhibición —hace silenció un rato y lo veo cerrar los ojos —pero eres la hermana de mi amigo y no quiero lastimarte y mucho menos perder un amigo.

—¿Quién te dijo a ti que por follar me ibas a lastimar? —digo con tono irónico —no creas que por un beso o una cogida debemos formalizar algo, no te confundas.

—Que directa eres, me gusta —dice acercándose y me besa de nuevo, esta vez con mucho más deseo e intensidad, pone una de sus grandes manos en mi muslo y la desliza por debajo de mi vestido, siento como toca mi sexo con uno de sus dedos y ahogo un gemido en sus labios.

—Estás tan mojada —dice acariciando de nuevo mi sexo —quiero follarte y muy duro.

—¿Podemos ir a mi apartamento? —es lo único que puedo decir gracias a que nuestras respiraciones se encuentran muy agitadas por la excitación del momento —no vivo muy lejos.

—¿Qué diremos? —pregunta y en ese momento se aclara mi pensamiento, lo he invitado a mi apartamento donde se supone, no debo llevar a nadie que me vaya a follar por el momento, que le diré a los chicos.

—Miguel llevará a Luciana y le diremos a Danniel que me siento un poco mal y que tú me llevaras, ya que él ha tomado mucho, mi hermano no resiste mucho el alcohol, esta será la excusa perfecta, mi carro lo puedo recoger el día siguiente o Miguel lo puede llevar —digo y él asiente con la cabeza.

Nos dirigimos donde se encuentran todos y para ser sinceros Danniel está más que ebrio, lo veo coquetear con una chica y Luciana la cual no ha bebido mucho, está hablando con Miguel y la veo sonreír, de verdad me gustaría que ellos quedaran juntos, son buenas personas y se merecen.

Veo a Luciana y le dedico una sonrisa, ella me la devuelve con un poco de burla, debo estar súper roja, les decimos a todos lo que ya habíamos discutido afuera del baño y nos dirigimos a la salida, no sin antes hablar con Luciana.

—Ava... Estás jugando con juego —dice ella y yo le dedico una sonrisa —te va a joder.

—O primero lo jodo yo a él —le digo dedicándole una sonrisa con un poco de malicia —nos vemos mañana, cuida de mis hermanos, en especial de Miguel —digo y le guiño un ojo.

Me dirijo con Alan a mi apartamento y les puedo asegurar que cada que nos vamos acercando a mi apartamento, me arrepiento más de lo que acabo de hacer y juntamente las palabras de Luciana viene a mi «TE VA A JODER» me niego a sentir más que deseo a follar con este hombre que me ha traído fantaseando toda la noche.

Llegamos a mi apartamento y le ofrezco un poco de vino, note que no tomo más de una copa de whisky en toda la noche, al recibirme la copa me mira con esos ojos inundados de puro deseo y eso me excita de una manera incontrolable, estoy segura de que ni con Lukas había sentido esto. Me aterra, pero quiero intentar que puede hacer este hombre.

Luego de terminar nuestras copas se acerca a mí y me agarra de las mejillas, quedo mirando justo esos ojos color miel los cuales destellan un brillo lleno de deseo y siento como mi sexo empieza a gotear solo con esa mirada «Este hombre sí que sabe cómo calentarte solo con la mirada».

Toma mis labios de una forma que me lleva a un lugar donde solo existe el deseo, la emoción, pasión y excitación, sus labios tienen un sabor a whisky y un ligero sabor a uva y esto me enloquece, con este beso siento que me voy a correr de inmediato.

Se separa de mí para mirarme de nuevo a los ojos y acariciarme el rostro con sus manos, se sienten ásperas, pero me generan un hormigueo en todo el cuerpo, se aparta un poco y me susurra en el odio.

—Te voy a follar como nunca nadie lo ha hecho —esas solas palabras me llevan al borde y no creo aguantar más.



NOTA DEL AUTOR

Aquí está mi notica como siempre, ¿este capítulo nos echa fuego y nos pone igual que Ava? ¿Qué pasará entre Alan y Ava? Eso lo sabremos más adelante, si les gusto este capítulo dejen su estrella y comentario, comente si les está gustando.

Esa historia será contada solo por Ava y una que otra intervención de Alan, pero planeo subir unos capítulos extra cuando la termine, los cuales serán narrados por unas personas muy importantes, sin más que decir que chuchito lindo los bendiga y proteja para que disfruten de AVA.

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