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CAPÍTULO 57

Bajemos la meta 80 comentarios y publicó dos capítulos más.

Llegamos a la casa de mis padres hace un momento; ya todos estaban aquí «mis hermanos y la madre de Alan no pudieron estar en el juzgado», sabían la buena noticia que para mí no estaba siendo tan buena porque al recordar esas palabras un miedo se instaló en mí y me ha tenido distraída todo este rato.

—Deberías estar feliz, por fin puedes continuar con tu vida normal —dice Luciana sacándome de mis pensamientos.

—Lo estoy, estoy muy feliz —por una parte, no miento, siento felicidad por haber demostrado que Lukas siempre fue el culpable.

—No pareces, estás muy pensativa —Lucí me conoce demasiado.

—Es solo que parece mentira, ya sabes, que todo se haya resuelto tan rápido.

—No fue rápido, Ava, llevas más de un año en esto, a eso súmele el terror que viviste con él mientras hacía todo eso contigo —es verdad lo que dice ella, nada de esto fue rápido.

—Tienes razón —digo poniéndome de pie —debo estar feliz por este nuevo comienzo.

Estoy junto a mi familia, con un hombre maravilloso y a la espera de tres bebes que estarán junto a mí toda mi vida, debo estar feliz por ello, envió todos los malos pensamientos al fondo de mi mente y decidió disfrutar este día.

—¡Madre! Te estás luciendo en la cocina —digo acercándome.

—Siempre hija, pero esta vez Dahiana me está ayudando un poco —le sonrió a Dahiana mientras cojo un poco de fruta.

—Todo huele delicioso —me acerco un poco más a donde están ellas —espero aprender pronto de ustedes, debo saber de todo para que mis hijos no mueran de hambre —todas reímos cuando termino de hablar.

—Pero Alan sabe cocinar —dice Dahiana.

—Él no estará todo el tiempo en casa, así que tendré que aprender para cuando él no este.

—¿Qué tendrás que aprender? —pregunta el hombre de quien estamos hablando.

—Que debo aprender a cocinar como lo hacen nuestras madres, no puedo alimentar a mis hijos con galletas, pizza, sándwich y helado —se acerca y me abraza por la espalda.

—Yo puedo enseñarte —susurra en mi oído con una voz muy seductora.

—Tú estás todo el tiempo en tu oficina. Además, siempre que entramos juntos a la cocina hacemos de todo menos cocinar —digo lo último en un susurro para que solo él lo escuche.

Me giro quedando frente al él y acaricio sus mejillas, me mira con tanta intensidad y un brillo en sus ojos que me hace sentir especial.

—Pero también aprendemos otras cosas —hablamos como si fuéramos los únicos en esta habitación.

—Tú eres tan... —me interrumpe mi padre llamando la atención de todos.

—¡Hijo! —dice mi padre y miro para todos lados creyendo que alguno de mis hermanos estaba aquí.

—¿Quisiste decir hija? —pregunto.

—No —responde él —le hablaba a él —señala a Alan y llevo mis manos a mi boca por la sorpresa.

—¡Papá! ¿Te encuentras bien? —pregunto —lo has llamado hijo y no much... —me interrumpe en el momento que iba a decir como siempre lo llama.

—No entiendo lo que dices, siempre lo he llamado así —Alan solo se ríe y miro a mi madre, quien tiene los ojos como platos por la sorpresa.

Al ver a Dahiana logro entender todo, mi padre lo ha llamado así porque se encuentra ella aquí, de no ser así lo seguiría llamando muchacho.

—Vamos a jugar con tu padre y mis hijos, hoy saldré ganador —dice mi padre con un atisbo de felicidad.

—Claro, ¡Padre! —dice lo último riendo y yo niego.

Sale mi padre seguido por Alan, me acerco inmediatamente a mi madre quien sigue con cara de sorpresa; Dahiana ríe sonoramente al vernos.

—Sé que tu padre llama muchacho a mi hijo —dice mientras calma su risa.

—No sé por qué lo llama así, no logro que lo llame por su nombre y al oír que lo llamo hijo me sorprendió mucho —digo.

—Tu padre aprecia mucho a mi hijo, lo puedo ver —dice ella muy segura.

—Es lo mismo que digo todo el tiempo, ese hombre le tiene un gran cariño a Alan, solo habla cosas buenas de él todo el tiempo —esta vez habla mi madre —pero nunca pensé que lo llamaría hijo, me ha sorprendido.

—Es como su hijo, al igual que Ava es como mi hija —acaricia mi mejilla mientras habla.

Me quedo un rato con ellas y las ayudo a picar algunas verduras y frutas, aunque ya casi todo está listo para el almuerzo que parece más un banquete el cual alimentaria a una multitud.

Regreso a la sala donde se encuentran todos jugando; estoy segura de que mi padre estuvo practicando en cómo ganarle a Alan e inventando nuevas mañanas, ya que él es experto en eso.

—Le he ganado dos partidas —dice con una sonrisa de oreja a oreja, les ha ganado a todos, pero se enorgullece en ganarle solo a Alan.

—Con nuevas mañanas padres, solo con eso puedes ganar —dice Danniel lanzando una carta.

—He ganado honestamente, ahora me deben una buena suma —dice.

—Padre, tienes muchos ceros en tu cuenta —digo mientras me acerco a donde se encuentra Alan.

—Unos miles más no me hacen daño —dice sonriendo.

Le digo a Alan cuál carta puede votar y al parecer ha sido una buena jugada porque a todos les toco coger carta sin posibilidad de votar, nuevamente le enseño otra y vuelve a pasar lo mismo.

—Creo que tu madre te llama —dice mi padre.

—No la he escuchado —sigo ayudándole a Alan, aunque no necesita mucho de mi ayuda.

La partida continua de maravilla, siendo ahora Alan el que ha ganado las tres rondas jugadas desde que estoy aquí.

—¿Eres mi hija? —pregunta mi padre entrecerrando los ojos.

—Es tu hija, tiene tus mañas —dice Miguel tirando sus cartas en la mesa —me cansé.

—¿De perder? —pregunto mientras río —por favor nos pagan antes de huir —digo estirando mi mano.

—Tienes muchos ceros en tu cuenta. ¿Para qué quieres más? —pregunta Danniel.

—¡Hermano! Tendré tres bebes, así que no desaprovecharé ni un centavo.

—Es avaricia, esos niños no han nacido y ya tienen más que todos los que estamos aquí —dice Tania.

—Sí, pero no veo mal seguir ahorrando para ellos.

Hablamos por un largo tiempo hasta que mi madre avisa que ya la mesa está lista «insistimos en traer a alguien que estuviera encargado del almuerzo, pero ellas insistieron en hacerlo».

—Todo se ve delicioso —dice Luciana.

—Y está delicioso, coman todo lo que quieras —dice Dahiana.

Cada uno sirve en su plato lo que va a comer, yo me encargo de llenar mi plato de pastas con champiñones y espárragos, tiene una pinta maravillosa y ni hablar de su sabor. Todos iniciamos a degustar del almuerzo mientras hablamos de trivialidades.

—Quiero hacer un brindis —dice Danniel mientras disfrutamos del postre —quiero brindar por mi hermana y mi mejor amigo, por su felicidad.

Todos alzamos nuestras copas para luego tomar de ellas «mi copa está llena, pero de agua».

—Yo quiero brindar porque mi niña por fin va a poder ser feliz, no va a sufrir más por culpa de ese tipo —dice mi padre poniéndose de pie.

Nuevamente, todos levantamos las copas y brindamos.

—Muchas gracias a todos por estar junto a mí en todo este proceso, sin el apoyo de ustedes, no creo que hubiera podido superar todo esto —digo mientras los miro —también pedirles perdón por haber ocultado todo por tanto tiempo y sobrellevarlo sola.

—No tenemos que perdonarte nada, eres muy fuerte por vivir todo eso sola y tratar tu misma, liberarte de él —dice mi madre mientras acaricia mi mano.

—Eres valiente, Ava, muy valiente —dice Amador.

—De verdad que muchas gracias —finalizo.

Luego de almorzar nos reunimos nuevamente, pero esta vez fue en el jardín; está haciendo un día precioso y como no disfrutar de él.

—¿Ya tienen nombre para los bebes? —pregunta Tania.

—Ya lo tenemos —dice Alan con una sonrisa.

—¿Cómo se llamarán? —pregunta ella con ilusión.

—No los diremos hasta que sepamos el sexo del reservado —digo mientras miro a Alan.

En eso quedamos, no diremos los nombres de los bebes hasta que no tengamos los tres nombres; posiblemente los diremos en la fiesta que haremos un mes antes de que nazcan los bebes.

—Pero ya tienen dos y posiblemente también tengan el tercero, somos su familia, creo que merecemos saberlo —esta vez dice la persona más silenciosa de toda la reunión «el hermano de Alan».

—Tranquilo hermano, claro que lo sabrás —dice Alan —cuando nazcan te lo diremos.

Me río al ver el gesto de todos, es claro que lo diremos en su momento, pero aún no, queremos tener los tres nombres.

—No le creas Marcos, los nombres lo diremos en la fiesta que haremos cuando nos mudemos a nuestra casa.

—Eres la mejor, cuñada —se levanta y me abraza.

A decir verdad, siempre he tenido muy buena relación con él, es como una mini versión de Alan «bueno, no tan mini, ya que Marcos está próximo a cumplir los 18 años».

—Ahora que mencionas la casa. ¿Cuándo se las entregan? —pregunta mi padre —tengo un regalo para mis nietos.

—En dos semanas padre, no son mucho los arreglos, además pedimos que lo hicieran lo más pronto porque queremos estar en nuestro hogar para cuando nazcan los bebes.

—Mis hijos están recibiendo muchos regalos —habla Alan.

—Y los que va a recibir, mi sueldo estará disponible para ellos en todo momento —habla Danniel.

—¿Podemos grabar eso? —pregunto con gracia —tu sueldo lo invertiré en los pañales que necesitaré por un largo tiempo.

—¿Podemos comprar una fábrica de ellos? —creo que mi familia está loca.

—Que exagerado Miguel —le dice Luciana.

—Podemos comprar una, tendríamos muchos pañales para los trillizos, nuestros hijos y los otros que tenga Ava —insiste Miguel.

—Sigue soñando —dice Luciana —faltan como 10 años para que podamos tener hijos.

—No me hagas esto, en 10 años tendré 43 años, con esa edad mis hijos me dirán abuelo —dice un tanto enojado.

—Con esa edad serás un papá muy sexy —me lo imagino y no puedo aguantar mi risa.

—No te rías de mí, que ustedes sean padres a los 23 y tú a los 28, es una bendición de Dios —dice.

Ver a toda mi familia reunida platicando a gusto y feliz me hace aún más feliz, me alegra que la relación entre todos cada día sea más solidad. La familia de Alan siempre ha estado para mí y ahora con los bebes más; no tengo de que quejarme, Dios me ha bendecido después de tanto luchar, me ha rodeado de personas maravillosas.

La tarde fue increíble, la pase muy bien, me olvidé por un tiempo de todo lo vivido estos últimos meses, de lo vivido esta mañana y sobre todo de la dedicatoria que me hizo temer luego del juicio.




NOTA DEL AUTOR

Disfruten de estos capítulos, los que vienen están... Posiblemente suframos con ellos. 🥺

Tengo el otro capítulo en borrador, pero lo voy a publicar sea mañana o el lunes, eso depende de ustedes, que tanto comente.

COMENTE, VOTE Y COMPARTA, LOS AMO.

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