CAPÍTULO 45
Como quieren que actualice mas seguido, les dejo una meta. 50 comentarios 90 votos y actualizo.
Creí que no los volvería a ver, no por ahora y mucho menos aquí, en un día especial e íntimo.
Todo se me revolvió en ese momento, me pasmé y el miedo invadió mi cuerpo. Sé que, con la nueva investigación del caso, lo del pasado quedaba anulado, así que él podía estar por ahí, pero nunca espere verlo aquí, y mucho menos en esta celebración.
—Buenas noches —habla un Lukas muy risueño, quien va sujetando la mano de Dora.
Mi mirada lo dice todo, el miedo y terror que siento en este momento lo reflejo a través de ella, el silencio que se había instalado se vio interrumpido por una silla cayendo.
—No tan rápido amigo, no quieres dañar la fiesta —dice Lukas aun con su sonrisa.
—No tienes nada que hacer aquí. ¿Se te olvido la orden de juez? —dice Alan poniéndose de pie.
—Nuevo caso, nuevas reglas, aunque eso no servirá de mucho —dice mientras se acerca —además, también ganaré este.
—Yo de ti no estaría tan confiado, no creo que puedas comprar a Richter —¿Cómo saben Alan el nombre del nuevo juez?
—Eso lo veremos —sonríe cuando está a escasos centímetros del comedor —además, hoy no vengo hablar de eso, vengo a disfrutar de la fiesta.
—No tienes nada que hacer aquí, nadie los invito —habla Dahiana esta vez.
—Señora, yo no estaría tan segura, me invito mi nueva movía —la presume como un trofeo, no opino que esa relación sea real.
—Claro que sí, yo lo invite, vino como mi pareja —habla Dora, quien había estado observando todo.
—Pero tú no estabas invitada —dice Alan en un tono de voz muy alto, está muy enojado y eso se refleja en la vena que resalta en su frente.
—Claro que sí, la nueva pareja de mi madre está invitada, por ende, toda su familia está invitada.
—Entonces todos se pueden ir al mismísimo infierno, si él —señala al hombre que viene de gancho con la madre de Dora —es parte de tu familia, no entra en nuestro grupo de amigos y mucho más si vienen con este.
—Este le causo mucho placer, además no te imaginas... —no termino de hablar porque Alan se fue encima de él a los golpes.
No recibió solo a uno, son tres personas las que están encima de él.
Todo va pasando tan rápido, lo que era una noche especial, termino siendo una desastrosa. Golpes por aquí y por allá, estaban los tres sobre Lukas, lo iban a matar.
—Paren, paren, por favor —digo en súplicas, pero nadie me escucha.
—Vez lo que causas, si te hubieras alejado cuando te dije, nada de esto estaría ocurriendo —dice Dora en un tono de burla, no supe como logro acercarse tanto.
Algunos forcejean para que puedan soltarlo, parecen bestias, cuando lo gran separarlos lo primero que llega a mi visión es el rostro de Lukas, lo han dejado muy herido y aunque quisiera sentir pesar no siento ni una pizca, él ha hecho conmigo cosas peores y mi vida un verdadero infierno.
—Esto es poco para lo que te mereces —dice Alan, quien es el único que ha estado hablando —no tienes derecho a mencionar nada sobre ella.
—La próxima vez que nos veamos estaré en el lado ganador —dice mientras limpia su boca.
—Eso es imposible —habla esta vez Miguel —tú nunca sales ganador.
—Eso es lo que crees, estoy cumpliendo mi promesa y créeme que yo moveré la última ficha —me estremece un frío, cada vez que dice eso, sé que nada bueno pasara.
—Acuérdate quien salió ganador entre nosotros —escupe Miguel y con esas palabras hace que Lukas quiera continuar la pelea física.
—Lo que hiciste lo pagaras, sabes que ese fue uno de mis juramentos, lo estoy logrando y cumpliendo —dice —lloraran sangre y no habrá quien los consuele —escupe esto último para salir.
Así como llegaron se fueron, pero uno de ellos se fue diferente a como llego, pero causando lo que quería, causándome miedo, si él quiere hacer algo no solo yo saldré herida.
—Cariño estás temblando —dice mi madre mientras acaricia mis manos.
No digo nada, me limito a escuchar todo a mi alrededor, aún estoy impactada con lo que acaba de suceder, todo paso muy rápido; su llegada, sus golpes, sus palabras, sus amenazas, mi miedo, todo se ha ajustado y me tiene en este estado.
—Hermosa, ellos no podrán acercarse ni un centímetro a ti —dice Alan tratando de darme alientos.
—Ya lo hicieron —sale mi voz en un hilo —se acercaron más de lo que debían.
—No volverá a suceder, eso tenlo por seguro.
—Tengo miedo —lo digo y lo siento.
Todos los invitados empiezan a despedirse y abandonar el lugar «claro, no tienen nada que hacer», todo estaba muy calmado, sabíamos que Lukas no se quedaría con las manos cruzadas, hizo una gran jugada, aliarse con la loca.
—No tengas miedo, todos estamos contigo —lo abrazo, lo abrazo muy fuerte, quiero sentirlo aquí conmigo.
—No te vayas nunca, no me dejes sola —digo apegándome más a él.
—Nuca, hermosa, nunca estarán solos.
—Promételo —digo en un susurro.
—Te lo prometo.
No conozco el señor con el que vinieron, me imagino que debe ser muy cercano a la familia de Alan, ya que aquí estaban invitados las personas más allegadas a cada familia, se podía decir que era una reunión íntima.
—Tomate este té —me lo ofrece Alana y no dudo en recibirlo, esto podría ayudarme un poco con los nervios.
—Muchas gracias —le agradezco antes de iniciar a beberlo.
—Deberían quedarse aquí —sugiere el señor Amador.
—Es lo mejor, ya mañana podremos tomar medidas —dice esta vez mi padre.
—No lo sé, no quiero incomodar a nadie, además no tengo nada cómodo para dormir.
—No te preocupes, seguro algo de Alana te servirá, además aquí estarán mejor —vuelve habar Amador.
—Hermosa, por hoy nos quedaremos aquí, ya mañana averiguaremos qué podemos hacer.
La decisión fue tomada y así nos quedamos a descansar aquí, no había otra opción, ya que todos insistían. Para ser honesta, yo si quería volver a casa, allí estaría más cómoda.
Mis padres y hermanos se despiden asegurando que todo estará bien y que a nosotros no nos pasará nada «aunque en el fondo presiento que todo se pondrá peor».
—Sé que no quieres estar aquí, pero es lo mejor, no sabemos que más han hecho —dice Alan mientras me abraza.
—No es que no quiera, no me siento cómoda —le devuelvo el abrazo —pero eso no importa, si estás con nosotros nada de eso importa.
—Ya te lo he dicho y lo repito, siempre estaré con ustedes, sin importar qué.
—¿Qué crees que estén planeando? No creo que se hayan juntado por nada —digo cambiando el tema de conversación.
—No lo sé, no sé en qué se beneficiarían estando juntos.
—Yo sí sé en qué se pueden beneficiar.
—¿En qué?
—A los dos les conviene que estemos separados, Dora pensará que podrá estar contigo y Lukas, no sé, no sé en realidad que más quiere de mí.
—Yo nunca estaría con Dora, ni separándome de ti, cosa que jamás sucederá —me besa la frente —y Lukas, hubo algo que le dijo a Miguel que me dejo muy pensativo.
—¿Qué? —pregunto con intriga.
—Dijo que pagaría todo lo que hizo, esto me hace creer que puede ser un tipo de venganza.
—Que yo recuerde no ha sucedido nada entre ellos que se tenga que vengar, además si es alguna venganza tendría que ser entre ellos, no conmigo.
—Es solo una suposición, creo que lo mejor es hablar con tu hermano para saber qué paso entre ellos.
—Hablaré con él, pero no creo que haya paso algo tan grabe entre ellos.
No desconfió de ninguno de mis hermanos, pero escuchando lo que dice Alan y lo que dijo Lukas el día que casi me mata me hace sacar las mismas conclusiones que él, pero si de una venganza se tratara desde el inicio todo se hubiera sabido o mis padres estarían enterados de que algo sucedió entre ellos.
No sé qué paso, como o cuando paso algo entre ellos, pero necesito saberlo, necesito saber para poder actuar, para cuidarme ahora más que nunca.
—Ahora a dormir, que ha sido un día largo y me imagino que estás cansada.
—No te sabes cuánto.
Después de disfrutar de sus besos y sus caricias en mi vientre, logro conciliar el sueño.
Tuve intervalos de sueño, no he podido dormir como debía, me he despertado en más de una ocasión con la sensación de que alguien nos mira, puede ser paranoia por todo lo vivido en la noche.
Ahora estoy con más miedo que nunca. Tengo mucha sed, pero no soy capaz de salir sola de esta habitación y no tengo más opción que despertar a Alan.
—Alan —lo muevo, pero no hace el gesto de despertar, así que intento de nuevo —Alan, levántate.
No seguí insistiendo, este es el que dice que me defenderá y todo aquello, pero cuando duerme no hay nadie quien logré levantarlo.
Con el corazón en la mano y el Jesús en la boca me levanto y salgo de la habitación, el vaso de agua no puede esperar hasta mañana. Bajo lentamente las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible, llego hasta la cocina y de inmediato abro la nevera para así tomarme dos vasos de agua en el instante.
Regrese a la habitación a salvo, pero esta vez Alan estaba parado en la puerta, bonito el tiempo en que despierta.
—¿Dónde estabas? Me preocupé al no sentirte en la cama —dice mirándome.
—Buscando agua, moría de sed.
—Pudiste llamarme para yo ir por ella.
—Créeme que lo hice, pero era más fácil bajar por el agua a que tú despertaras.
—No te escuche, lo siento.
—Estabas durmiendo, ahora volvamos a la cama que tengo frío.
Nos acostamos nuevamente y vuelve abrazarme con la diferencia que esta vez deja una de sus manos en mi vientre y la otra la pone en uno de mis pechos.
—Si hubieras insistido más, seguramente me hubiera levantado.
—Ya es tema viejo, ahora ya tomé agua y hasta traje un vaso más.
—No es por el agua, no quiero que te vea mi hermano o Simón con tan poca ropa.
—Primero, tu hermano es un niño —digo y me interrumpe.
—Niño que le gustan las mujeres y vive botando la baba por ti.
—Segundo, Simón no es capaz ni de mirarme a los ojos.
—Eso crees tú.
—¿Estás celoso?
—De lo mío, claro.
—¿Tuyo? —pregunto mientras me giro para mirarlo a los ojos.
—Sí, mío, y no hay discusión sobre eso —aprieta mi trasero de manera posesiva.
—Eres un celoso, posesivo y pervertido —digo y él sonríe.
—Solo contigo, tengo que cuidar lo que es MÍO —remarca esa última palabra y sonrió.
—Claro.
NOTA DEL AUTOR
Capítulo corto, pero lindo, espero lo hayan disfrutado.
¿Qué estarán planeando Dora y Lukas? No será nada bueno.
Próximo capítulo, cuando cumplan la meta que les deje al inicio del capítulo. Nos leemos pronto.
COMENTE, VOTE Y COMPARTA, LOS AMO.
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